Peronismo: Moralizarse o desaparecer
“Entonces tocó sus ojos diciendo: Hágase en vosotros según vuestra Fe. Y se abrieron sus ojos” San Mateo, 9-29 y 30.
Un contrataque de pinzas
El
llamado juez Casanello ha operado velozmente, actuando de oficio en el
caso de los cinco drogadictos muertos en Costa Salguero y ahora pidiendo
a todo el mundo sobre las cuentas que podrían tener Mauricio Macri y
familia. Mientras, el juez dejó filtrar el secreto del sumario sobre las
declaraciones de Fariña y tardó 18 días para ordenar el allanamiento de
las propiedades de Lázaro Báez en Santa Cruz.
Me parece bien lo
primero; es lamentable lo segundo. No se cuántos millones de razones
tiene este Víctor Hugo Morales de la llamada justicia federal, pero en
la comparación hecha, el contraste salta a la vista. Entre la velocidad
contra Macri y la lentitud con Cristina, no hace falta un jurisconsulto
para darse cuenta, ya no de la moral del Presidente o la ex
semidictadora, sino la del juez, en un hecho ligado a lo siguiente.
Mientras
el juez opera por un flanco contra el gobierno, los legisladores
peronistas y los gremios, amenazan al gobierno con la ley de doble
indemnización, apelando a una supuesta ola de despidos, que no es por lo
menos de tal magnitud.
¿Qué buscan? Parar las inversiones en
Argentina. ¿Quién invertiría tomando personal si debe después pagar
doble indemnización, institución que, por otra parte, ha sido un fracaso
y una fuente de quiebras de Pymes, que ellos dicen hipócritamente
defender. Mentira, las van a hundir. Están volviendo a su tradición de
“nada sin Perón”.
Ante el escándalo de inmoralidad del
kirchnerismo, no pueden esgrimir dicho slogan y hasta nos ilusionar con
su responsable apoyo al arreglo con los holdouts, que, por otra
parte, había sido provocado porque los Kirchner buscaron como árbitro
un tribunal de Nueva York, rindiendo la soberanía nacional. Pero la
conciencia en el pueblo de la magnitud que ha tomado el robo escandaloso
del kirchnerismo, los ha aterrorizado. Cualquier juez los puede
alcanzar. Su objetivo es que Macri los detenga, usando los instrumentos
que Alfonsín y Menem pusieron en manos del Poder Ejecutivo, con el
fatídico Consejo de la Magistratura.
Se preguntan: ¿Cómo es esto
de que un juez pueda investigar a un político? Ellos están por el
sentido inverso, que los políticos incidan sobre el poder judicial. Su
pensamiento los lleva preguntarse por qué los jueces deben investigar
los cargos del ejecutivo o legislativo, si ellos sienten que esos cargos
son propiedad privada de quienes los ocupan y que los bienes de los
argentinos son de ellos. Montesquieu, el Juez Marshal, Alberdi y su
pretendida división de poderes son para ellos antiguallas liberales.
Por
otra parte, como parte de la contraofensiva “nada contra los
corruptos”, los gremialistas se negaron a negociar los despidos con los
empresarios. Claro, después vino la cena con el Presidente Macri, donde
éste se preocupó inocentemente de hacerles conocer que la desocupación
no era grave. Pero ellos se acordaron de reclamarle los 2.500 millones
de pesos que el estado les debe a las obras sociales de los sindicatos.
En realidad, ellos querían tratar aparte con Macri, porque negociar los
despidos no es para ellos tan importante como arreglar el pago de la
deuda del estado con los sindicatos. Parodiándolo a Scioli: “Con la
plata no se jode”.
El talón de Aquiles del peronismo
Desde
la Revolución Libertadora, nunca se criticó con tanto efecto al
peronismo por su inmoralidad. Más allá que algunos dirigentes peronistas
son honestos, como Julio Bárbaro, Pignanelli, etc., y que son su
reserva moral, lo cierto es que el peronismo no tiene percepción de la
deshonestidad. Todo se justifica con la lucha contra la oligarquía,
cuando en realidad la oligarquía son ellos; por la soberanía, cuando
ellos la han vendido; con la justicia social, pero sus políticas han
desembocado en que en el país con la mayor producción de alimentos en
relación al número de habitantes del mundo hayan aumentado los chicos
con hambre.
Ahora está saliendo todo a la luz. Los Kirchner
pasaron con mucho la raya, pero ellos administraron la herencia de los
otros gobiernos peronistas. La llegada de los tesoros nazis en 1945, los
zapatos con tacos de oro macizo de la abanderada de los humildes,
Puerta de Hierro, la mansión en el barrio noble de Madrid, que ocupaba
el primer trabajador; Jorge Antonio, imitado por los Kirchner con Báez.
La doctrina peronista
Con
la cuestión del sentimiento peronista, todo puede hacerse
independientemente de la moral. No robar, no matar, no mentir, son
mandamientos olvidados de la ley de Dios, pero lo peor es que durante la
segunda tiranía se persiguió a la Iglesia Católica, porque no le
reconocía a Perón un estatus superior a Cristo, llegando así a violar el
primer mandamiento.
El peronismo transformó a Argentina en la
Sodoma de América y ahora, por fin, el pueblo argentino está viendo que
su crisis es fundamentalmente moral. Nos cansamos de esperar una
reacción moral del peronismo, tanto con la renovación peronista, con
Menem, con Duhalde, y ahora se rebasó la copa.
Moralizarse o desaparecer
La
elección de Gioja como Presidente del Partido Justicialista es el peor
indicador y, sobre todo, su actitud de ignorar la inmoralidad de la ex
presidenta y saludarla públicamente la Atenea argentina. ¿Es Gioja el
representante de la inmoralidad peronista? Es una lástima, porque una
democracia, hacia la que vamos pero no tenemos, necesita de un sistema
de partidos políticos democráticos, no de un solo partido político
democrático.
En parte en descarga para el peronismo, el ejemplo de
España con Podemos nos dice de una falla cultural hispánica más
profunda, que no hemos podido solucionar y que todos llevamos adentro y
de la cual el movimiento, concepto creado por Hitler, ha sido la peor
expresión.
El peronismo enfrenta el desafío trágico de su
historia: moralizarse o desaparecer. Quienes amamos a Argentina deseamos
sinceramente lo primero.