martes, 29 de octubre de 2019

HIPOCRESÍA/PERSONALIDAD PSICOPÁTICA.




viernes, 25 de octubre de 2019



Artículo extraído  de “PATRIA ARGENTINA”, agosto 2019, donde el doctor Hugo Esteva, expone claramente,  en pocas palabras, uno de los aspectos  infamantes de la tragedia democrática sufragista.


La fórmula:                                                          HIPOCRESÍA/PERSONALIDAD PSICOPÁTICA.


Por Hugo Esteva



Nadie con dos dedos de frente se engaña: desde que manda la “democracia” el país ha renunciado a ser independiente. La misma fuerza mundialista que hoy decae en otras latitudes y nos venció gracias a las traiciones norte y sudamericanas en las Malvinas, ha gobernado aquí apenas disimulada hasta ahora.


Aquella guerra fue un instante, consciente o inconsciente por parte de sus principales protagonistas, en que la Argentina caída en Caseros intentó volver a ser sí misma. Vencida en las islas, Alfonsín –el conspirador que visitaba la Embajada de EEUU, durante la batalla, cosechó la rendición de una patria que no se repone. El ahora llamado “padre de la democracia” pactó más adelante con Menem una reforma constitucional que, además de satisfacer sus ambiciones personales, nos ha metido en la trampa  de votar cada dos años, de elegir presidente cada cuatro y, en fin, no salir nunca de la ficción que  retrasa sistemáticamente al país.

Pero ahora asoma lo más oscuro de lo esperable, acompañado por la mayoría de los votos. La reacción contra la escasez ha llevado a gran número de argentinos a elegir por  el absurdo: un charlatán que se subordina al peso electoral de una desequilibrada.

¿O acaso alguien puede creer seriamente en la palabra que esconde una falsa sonrisa, adornada por unos dientes tan falsos como la sonrisa? ¿Qué puede haber de sólido tras un personaje que, fuera de probar las más dispares ubicaciones políticas, ha despreciado reiteradamente a la mandante ante quien hoy se inclina? ¿Cabe acaso suponer que va a disfrutar de una mínima capacidad de decisión apenas termine la veda de campaña que sea impuesto como escondite la candidata a la vicepresidencia?

Menos todavía puede creerse que una personalidad psicopática vaya a cambiar las conductas  determinadas por su enfermedad, Allí se cometería un error que, visto desde el punto de vista profesional, sería juzgado como “mala praxis”. ¿O no está suficientemente claro que el violador va a volver a cometer su crimen apenas tenga la oportunidad? Pues, así como la personalidad psicopática de variedad sexual es prácticamente irreversible para la actual terapéutica, la personalidad psicopática de variedad perversa pronostica más y más de sus necesarios conflictos. A diferencia de la neurosis y, mismo, delas psicosis, que pueden manejarse; las psicopatías se alimentan de modo permanente y son casi imposibles de dominar, tanto por los enfermos como por los terapeutas. Síntesis: la eventual vicepresidencia no va a cambiar, aunque lo anuncie el eventual presidente más fabulador.

 La fórmula, aunque trágica, es sencilla: hipocresía más perversión psicopática.

Grave final para una “democracia” largamente digitada.

Grave daño para una Patria que tiene que prepararse para sobrevivir resistiendo.*