Predicar a tiempo y destiempo. Sobre el encuentro de mujeres «autoconvocadas» (por el gobierno y Soros)
Publicamos
aquí un texto que nos ha llegado del Padre Miguel Harriague Castex,
sacerdote y párroco de La Plata, Pcia. de Bs.As., acerca del último
encuentro de mujeres realizado en esa ciudad.
Recomendamos también, como complemento, el artículo titulado «Autoconvocadas por Soros» del Padre Federico Highton, SE, aquí: http://adgentes.sanelias.net/?p=1756
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Sabemos
de memoria que para entrar al Reino es necesario creer en Cristo, es
necesario tener Fe (Mc. 16, 16); y sabemos que para que alguien crea es
necesario que se le predique (Rom. 10, 17).
El
fin de semana pasado, el tradicional fin de semana del 12 de octubre,
del día de la Evangelización de América, del día de Nuestra Señora del
Pilar de Zaragoza, se llevó a cabo, en la ciudad de La Plata el 34º
Encuentro de Mujeres Autoconvocadas.
Quiero
destacar la actuación de un grupo de valientes mujeres católicas que
desde el inicio de estos encuentros vienen batallando y peleando en los
talleres de estos encuentros.
La batalla que llevan a adelante es contra viento y marea, o mejor dicho contra Satanás y sus huestes,
que quieren destruir a toda creatura por el hecho de proceder de Dios.
En los talleres en los que participan las mujeres católicas,
principalmente, son aquellos en que se quiere consensuar a favor del
aborto y de la ideología de género.
Las
valientes mujeres, bien formadas, por la gracia de Dios, disertan con
calma y astucia. En las disertaciones aprovechan a rebatir las falacias
ideológicas de las posturas abortistas, anticonceptivas y de la
ideología de género. En estas discusiones muchas jóvenes que ignoran la
realidad de estos temas pasan de las tinieblas a la luz. Pasan de la
ignorancia al conocimiento de estos asuntos. Y esto se debe a que un grupo de mujeres católicas se hace presente y les enseña en medio del campo adverso y enemigo.
Por supuesto que a medida que la luz va apareciendo, aquellas jóvenes
que no quieren salir de las tinieblas las agreden, insultan y maltratan.
Pero es mucho el bien que se hace. Por supuesto que después de las
primeras discusiones todas se dan cuenta que las católicas son católicas
(y por esto, muchas veces son agredidas) y si no se han dado cuenta,
ellas lo hacen saber a fin de dar testimonio de Cristo.
Cuenta Marianella (joven católica):
“¡Diría
que es de gran provecho para reafirmar la fe católica, ya que uno vive
tan claramente la gracia de un lado, y el mal del otro! Es donde se
puede ver la oscuridad que las envuelve, en una confusión que tiene su
raíz en la incapacidad de asumir su realidad. ¡De poder aceptar La
Verdad! Porque lo que las hace gritar, destruir, pegar, insultar, es la
repulsión a Lo Verdadero. ¡A La Luz que deja en evidencia el Mal que las
mueve! Es tal la negación del dolor que producen los abortos (en la que
viven y pretenden vivir), que termina desbordándolas. ¡Y en cuanto alguien pone claridad sobre esto, se enardecen!».
Y Victoria nos dice:
“Asistí
al taller de aborto y mi experiencia más que nada, pasó por tener
miedo cuando se complicaron las cosas y se pusieron agresivas y
violentas, yo siempre con la mano dentro del bolsillo agarrando el
Rosario y rezando para mis adentros. Si bien era un clima muy hostil, a
la vez sentí como nunca antes me había pasado la presencia de María. Es
algo indescriptible la sensación que tuve, pero si bien estaba
asustada, por otro lado tenía la tranquilidad que Dios y nuestra
Santísima Madre nos cuidaban y nada nos iba a pasar. Fue una experiencia
única. Creo que es por ese profundo sentimiento que sentí de estar de
las manos de nuestra madre. No sé, es inexplicable. Se sintió muchísimo
la presencia de Dios a pesar de estar como en «la boca del lobo».
A su vez recojo las palabras de otras tres Señoras (Mariana, Chindy y Stella Maris) y las sintetizo.
Se
les habló a jóvenes sobre los daños que producen los métodos
anticonceptivos, la pastilla del día después, los traumas post aborto y
el tema de educar en la homosexualidad a los niños desde el jardín.
Todas estas cosas, si bien en muchas despertaron las broncas conocidas
por todos, por muchas, fue escuchado y aprendido. Y esto, ellas saben,
se los enseñó una católica.
Participar de estos encuentros, es un medio de evangelización.
P. Miguel Harriague Castex