martes, 29 de octubre de 2019

La “brisa bolivariana” llega porque la Inteligencia oficial no hace su trabajo







La “brisa bolivariana” llega porque la Inteligencia oficial no hace su trabajo







Nicolás Maduro anunció cambios en su gabinete y la creación de dos nuevos ministerios
15:00 – (Por Rubén Lasagno) –  “La brisa bolivariana” anunciada por el criminal Nicolás Maduro y el “Huracán bolivariano” de Diosdado Cabello, que es la misma brisa de Maduro pero aumentada en tamaño y vigor, no es otra cosa que la exportación de la violencia desde los países centrales del populismo latinoamericano, al resto de los países del cono sur, rememorando el sueño cubano de la revolución permanente que llegaba por goteo a la Argentina, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay en los años `60 con la esperanza de socializar/cubanizar latinoamérica y ponerla bajo el paraguas de Fidel como socio adherente en América de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviética.


Lo que pasa en los países sudamericanos es puntualmente una nueva avanzada, ya no ideológica del sesentismo castrista, sino político-financiera, tratando de establecer el caos para destruir los establecido y reinsertar los autoritarismos y el neo fascismo en la región, con el fin de crear un “nuevo orden”, que fue soñado y planificado claramente en las eternas reuniones de Chávez, Castro y Kirchner, allá por el 2004.






Pero nada de esto se podría llevar a cabo sin el cóctel necesario para combinar los elementos determinantes. Uno de los viejos problemas de aquellas “revoluciones” ideológicas soviéticas, era básicamente el financiamiento. Las bandas armadas de aquel entonces, tenían serios problemas de logísticas porque los pueblos no les respondían en su mayoría, quienes lo instruían y armaban no los ayudaban financieramente después (Guevara fue abandonado en la selva boliviana) y en la mayoría de los países había dictaduras muy fuertes, lo cual entre los 60 y 70 era ejercido por estos grupos de guerrillas urbanas como el leit motiv de su accionar, buscando “liberar a los pueblos de la opresión”, pero en realidad soñaban con sacar a los militares o a los gobiernos débiles para hacerse ellos mismos del poder y transformar a cada país es lo que fue Cuba y hoy es Venezuela.
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El tiempo pasó, las comunicaciones cambiaron, las sociedades también; el terrorismo se expandió en el mundo y las sociedades siguen viviendo la misma desigualdad de siempre. Es absolutamente mentira que antes había sociedades más igualitarias. No se puede afirmar esto sin tener en cuenta la cuestión demográfica del mundo, la asimetría de recursos, las fuertes presiones de la dominación global de la política monetarista a nivel mundial que empieza en Wall Street y termina en el tigre asiático “imperialista” más capitalista del mundo, como China y fundamentalmente a los hombres, su ambición y falta de apego solidario y cero empatía por los otros, en cualquiera de los modelos: el comunista, el socialista y el neoliberal. Cada uno trabaja y mira alrededor en su propio provecho y olvida todo lo demás.
Hoy el financiamiento de las hordas revolucionarias sin ideología, excepto cundir el caos para instalar su poder omnímodo, decrépito y criminal, como lo es el de Venezuela o Cuba, viene del narcotráfico. Esta actividad cruza definitivamente a toda sudamérica y financia gobiernos, golpes de Estado o sostiene economías como en el caso de Venezuela, Bolivia, Perú, Colombia, Cuba y con la gran promesa de lograrlo en nuestro país si cambia el gobierno.
El plan, claramente urdido desde Venezuela y Cuba, ha sido “exportar migrantes” que llegan mimetizados con los miles de refugiados disparando de la dictadura venezolana y como caballos de Troya permanecen ocultos beneficiándose al país que constitucionalmente ampara al extranjero, permaneciendo aquí con un fin bien determinado. Pero nada de ello sería posible si dentro de la Argentina no hubiera el caldo de cultivo necesario para alimentar el objetivo de este narcoterrorismo exportado desde los países centrales de “la revolución bolivariana”. Son los sectores de la izquierda más radicalizadas (no todos) que adhieren incondicionalmente a cualquier excusa que cuadre y les permita salir a las calles a cortar avenidas e impedir el normal desenvolvimiento de quienes sí trabajan en una ciudad como Buenos Aires. Para estos grupos cualquier colectivo les queda bien; desde el legítimo derecho a pedir por lo aumentos, hasta lo que pase en Francia, en Chile o en China. Siempre tienen a mano una excusa, cuando en realidad el verdadero motivo es el conflicto permanente y la búsqueda reactiva de los respectivos gobiernos. Estos grupos saben que cuando “logran un muerto”, los procesos se tornan casi irreversibles porque ellos mismos se encargan de retroalimentarlo llevándolo a escaladas cada vez mayores (Un ejemplo muy cercano es el caso Maldonado, aunque sin éxito por lo irrisorio del planteoK). En este aspecto, el gobierno nacional ha manejado bastante bien las crisis en las calles pero ha fallado en las tareas más elementales que son: la Inteligencia y la prevención.
Nada casual
Todo esto necesita de un apoyo local en cada lugar donde intenta desarrollarse. Así como en los 60/70 los supuestos “revolucionarios” vestían saco y corbata en la calle y se internaban en la selva tucumana para pelear, o la guerrilla urbana se mimetizada con el ciudadano común, el trabajador, el estudiante y llevaba una bolsa con una bomba para dejar en alguna puerta matando a inocentes de manera indiscriminada, hoy esta suerte de neo-terrorismo cuenta con los aliados que a lo largo de los tiempos y tras ser ignorados por los pueblos, fueron creciendo y acumulando cierto poder de movilización: las izquierdas radicalizadas de cada país. Aquellos que siempre salen a la calle a reclamar por cualquier cosa, lo importante para ellos es visibilizarse, no perder vigencia
Estos grupos minúsculos, pero no menos importantes (algunos más violentos que otros), están desperdigados en la geografía sudamericana y con más o menos actividad, se reparten como células colaborativas de otros grupos organizados internacionalmente por los narcoestados como Cuba y Venezuela, quienes hoy alientan, promueven y financian este proyecto político que tiene un solo objetivo: producir el caos para cambiar al gobierno establecido (que no les responda) e instalar y/o reinstalar (como en el caso argentino, a través del kirchnerismo) el populismo, para volver a formar una cadena de narcoestados donde en conjunto y en red, puedan ganar en poder y decisión ante países como EEUU o la Comunidad Europea, por ejemplo.
No es casual que en Ecuador se llegue al caos, mientras Correa lo incentiva desde el exilio; en Perú el gobierno resiste una embestida política similar, en Colombia volvió la guerrilla y los paramilitares abonados al conflicto con la ayuda venezolana, Chile sorprendió con un caos por la desigualdad en las calles tras el aumento del 4% del transporte y en Argentina, los errores de Macri favorecen el reflorecimiento de los padres del populismo regional, los kirchneristas, que el domingo se encuentran con la impensada (hasta hace dos años) posibilidad de volver. Si acaso el kirchnerismo pierde en las urnas, en Argentina se producirán conatos de violencia llevadas a cabo por estos elementos, muchos de ellos instruidos en tácticas de caos que han ingresado en el último tiempo. El caso de Bolivia es al revés. Evo Morales ésta vez no la tenía nada fácil, iba a segunda vuelta con posibilidad de perder y en medio del conteo de votos que hasta ese momento arrojaba un ballotage, los colaboracionistas de estas células cortaron la luz por 24 horas y a la vuelta de la energía, él había ganado por una décimas, evitando un nuevo acto eleccionario. Se cumple a rajatabla la exportación de la brisa bolivariana establecida en el Foro de Sao Paulo.
Defectos de “la casa”
Gobiernos como el de Mauricio Macri, por ejemplo, un hedonista de la política que llegó con el manual facilista de los que se llevan todo por delante y ni siquiera podían ver lo que pasaba por la puerta de su casa, han sido facilitadores de que esta septicemia tome toda la región o al menos intenta tomarla a través de la “brisa bolivariana” y amenace con transformarse en el “Huracán de Diosdado”. Lo mismo pasa con Piñera en Chile, un país que sorprendió al pasar de ser la joya de la región a aparecer hoy como el estado más injusto y caótico, por una cuestión de estricto orden político, dado que la economía no juega su partido aquí, es una falacia. La inflación de Chile el mes pasado fue “0”; entonces ya no inferimos, sino afirmamos, que hay factores exógenos determinantes, los cuales actúan para el desencadenamiento de semejante crisis.
Como todos los otros gobiernos anteriores, Macri (a la vista está) no ha desarrollado ni utilizado a la Inteligencia estatal en su rol específico: prevenir a la República de amenazas externas y ésta es una de ellas. Si el gobierno nacional hubiera utilizado al único organismo con capacidad (habría que ver actualmente en la práctica) y potestad para hacer inteligencia sobre los grupos extranjeros que migran y hubiera actuado en coordinación con los organismos de control (Aduana, Migraciones, Gendarmería, Prefectura) como está establecido que suceda, combinado con la Inteligencia Criminal de la Policía Federal, poco o nada de esto ocurriría.
Hace no menos de un año que Venezuela y Cuba están enviando sus fuerzas entrenadas en el Sebín y el G2 Cubano (Dirección de Inteligencia de Cuba) a todos los países latinoamericanos, quienes lograron radicarse en las distintas ciudades con el apoyo y la logística local y como en los ´60 la metodología de esta nueva suerte de neo terrorismo es “realizar las prácticas” en la calle, donde ponen fácticamente los saberes de “insurgencia y contra insurgencia” que hoy como en los 70 mantienen intacto en sus manuales, tanto las fuerzas ilegales de los narcoestados, como las fuerzas constituidas de cada país.
El rol de la Inteligencia estatal es fundamental para detectar estos cuerpos extraños y evitar, primero su radicación y luego su acción. Nada de eso hizo Macri con la ex SIDE (hoy AFI o como se llame en el futuro), donde los roles institucionales, las metas operativas y el campo de acción de la nueva inteligencia del Estado están claramente determinados y profundamente desaprovechados vaya a saber en beneficio de qué o de quién en esta argentina de la mentira, la apariencia y el negocio permanente desde el poder.






Edificio de la SIDE en 25 de Mayo 11
En los años de Alfonsín la ex SIDE estuvo atravesada por el manejo de la delirante “Coordinadora” con el inefable Nosiglia y Suárez Lastra que se dedicaban a seguir militares y peronistas no observando el cambio en el mundo, el creciente terrorismo islámico que se avecinaba y terminó con dos atentados en el país años más tarde. En la época de Carlos Menem la ex SIDE fue el bastión político y financiero del liberalismo peronista de la mano del Tata Yofré que la “llenó de glamour” y la vació de contenido y especialmente en el último mandato fue un aquelarre de corrupción de la mano de Hugo Anzoarregui. Durante el delaurrismo, la ex SIDE de la mano del inútil y corrupto Fernando de Santibañez, solo sirvió para llevar plata desde las cajas fuertes de 25 de Mayo 11 al senado. En el 2001 Eduardo Duhalde ensayó dos experimentos, uno con Carlos Soria, un “fashion” que aprovechó su condición de “Señor 5” para llenar el edificio de amigos, “barbies” y otras sustancias, hasta que llegó el Super agente Miguel Ángel Toma, un inútil todo servicio que me causa gracias cuando lo llaman de los canales nacionales para consultarle sobre “la inteligencia estatal”. 
La frutilla del postre vino de la mano de Néstor y Cristina. Primero con Sergio Acevedo, el ex gobernador silencioso que puso las manos sobre los fondos reservados y quedó enchastrado de por vida, encubriendo al gobierno del mentor del FPV. Después arribaron, sin duda, los mayores responsables de los desmanejos políticos de la inteligencia estatal y las maniobras financieras nunca investigadas por la justicia con los dineros reservados, Héctor Icazuriaga y Francisco “Paco” Larcher. Bajo la batuta de estos dos, que se fueron tan silenciosos como enriquecidos, se hicieron las cosas más aberrantes, como terminar de ensombrecer el caso AMIA y Embajada de Israel y estar involucrados en la muerte de un Fiscal de la Nación. Finalmente de aquella horda, el “pelotudoParrilli, fue solo un muñeco de circunstancia quien ya ha demostrado el oximorón que resulta, asociarlo a él con la inteligencia.
Un cambio, sin cambio
Macri, un erudito en materia de cambios existenciales en las políticas del país (así se la creyó en el 2015) puso al frente de la AFI a Gustavo Arribas, empresario asociado al negocio del fútbol y amigo de confianza que de Inteligencia sabe como quien esto escribe hablar en Chino Mandarín y a Silvia Majdalani, una histórica de la casa, de cero asociación con la eficiencia operativa. Es decir, si juntamos a todos los “ex Señores 5”, no hacemos uno más o menos con las luces y los conocimientos puestos al servicio del país, sino a simples operadores en la tarea de controlar al oponente, facilitar el acceso al dinero sucio y ejercer el poder desde el ocultamiento y el secretismo, con el amparo y complicidad de las “comisiones” que deberían controlar y nada controlan.
Para dar un ejemplo del desmanejo y falta de funcionalidad que tiene desde hace más de una década y media la ex SIDE, baste decir que en el último gobierno de CFK los 2.100 agentes estaban “desbancarizados”. Los delegados del interior iban a Buenos Aires todos los meses con un maletín donde traían “cash” el dinero para pagar a los empleados. Esto, claro está, es una muestra para determinar cómo y de qué manera manejaba el kirchnerismo el organismo y los fondos secretos o reservados.
En la misma sintonía, con esta debacle administrativa histórica, la ex SIDE estuvo por décadas disfuncional y poco operativa. Y la prueba está en que Mauricio Macri no ha podido detectar mediante el organismo con mayor potestad legal para hacerlo, la llegada, coordinación, logística y acción de estos grupos con propósitos de desestabilización institucional, regados entre los países en los cuales se está preparando el germen del caos para instalar los regímenes aliados a la “brisa bolivariana” o al “Huracán de Diosdado”. La pregunta es por qué existe la AFI y para qué y la respuesta es obvia: es la herramienta de la cual se sirven los gobernantes para manejar millonarios fondos sin rendición pública y usar en contra de sus oponentes y enemigos, pero no en contra de los enemigos del país, como queda evidenciado.
¿Dónde estaba la ex SIDE cuando llegaron con armas personales y todo, para participar del Latin American Handgun Championship 2019, la competencia latinoamericana de tiro práctico en Buenos Aires, las siguientes personas: Wilmar Apóstol, Varela, Vigil y Bento quienes forman parte del régimen de Nicolás Maduro y están ligados de manera directa o indirecta al aparato represivo de la dictadura, denunciados en el informe Bachelet por la ejecución de 6.800 personas?. 
Apóstol es la mano derecha de la Ministra de Cárceles en Venezuela. Juntos manejan la gran industria mafiosa del “pranato” en las temibles cárceles venezolanas; Virgil y Vento los instructores de tiro de remigio Ceballos, jefe de las fuerzas represivas de Venezuela, de acuerdo a un informe de Infobae.
No se entiende cómo, de funcionar aceitadamente un organismo de Inteligencia estatal, éstas personas pudieron entrar al país acompañadas de sus armas, casi el mismo día en que el presidente rompía relaciones con el gobierno de Maduro, desconociéndolo como presidente de ese país.
Solo una explicación cabe ante esta realidad: No hay Inteligencia estatal en éste gobierno como no la hubo en los 12 años de kirchnerismo. La duda es ¿En qué trabajan los agentes del Estado?. La respuesta es un silencio eterno encubierto tras la excusa del secreto de Estado, extensivo al que vivimos sistemáticamente los ciudadanos, cuando los gobiernos deben explicar sus pecados y no pueden revelar sus verdaderas intenciones. (Agencia OPI Santa Cruz)