miércoles, 21 de noviembre de 2012

7-D SRA. PRESIDENTE: ¿PELIGRA LA JUSTICIA REPUBLICANA?.


FUNDACION FORD AL FRENTE DEL DESGUACE.
JUSTICIA TRANSICIONAL = SUBVERTIR = LESA JUSTICIA


ESTO ENMASCARA LA JUSTICIA TRANSICIONAL = TERRORISMO
http://contenidos2.clarin.com/edicion-electronica/20121120/index.html#/6/zoomed
7. Aparece Fundación Ford: la Guerra Fría Cultural   Consultando las distintas fuentes es difícil – dadas las estrechas relaciones – determinar exactamente por donde pasan los límites entre lo que es una operación de CIA como organismo estatal y lo que es una Operación de Ford Foundation como organismo privado, y en espacial cuando hay gran movilidad entre los funcionarios de uno y otro que se intercambian puestos y parece una puerta giratoria en la cual se entra y sale constan-temente. Lo peligroso de Fundación Ford es la gran cantidad de experiencia, contactos, información, que ha reunido durante la Guerra Fría al sostener todas las variantes de izquierda no stalinista. De última, los stalinistas se caracterizaron por intentar construir estados fuertes. Las izquierdas que patrocina Fundación Ford no pueden tomar el poder – es la socialdemocracia con la que rompió Lenin en 1914 porque no se opuso a la guerra mundial -  pero a largo plazo hacen ingobernable a cualquier Estado, su control sindical es innegable.
8. El empleo del “Soft Power” contra el Estado-Nación.   “(el Nuevo Orden Mundial) tendrá que ser construido desde abajo hacia arriba, más bien que de arriba hacia abajo. Parecerá un gran ruido, un zumbido, una confusión… Pero será una emboscada contra la soberanía nacional, erosionándola pedazo a pedazo. Pero se logrará mucho más que el clásico ataque frontal”.   “Guste o no, tendremos un Gobierno Mundial. La única cuestión es si será por concesión o por imposición”   «El “soft power” es la capacidad de obtener lo que se quiere seduciendo y persuadiendo a los demás para que adopten nuestros objetivos. Se diferencia del “hard power”, que es la capacidad de utilizar las zanahorias y los garrotes de la potencia económica y militar para que los demás se plieguen a nuestra voluntad».   Al salir parcialmente a luz las relaciones entre la Fundación Ford y la CIA durante el escándalo ligado al financiamiento del Congreso por la Libertad de Cultura, la Fundación Ford se vio obligada, en los años 80, a cambiar de estrategia.   La lucha actual de la Fundación Ford no tiene nada que ver con el peligro comunista. Ahora se trata de formar a futuros dirigentes del mundo entero para hacerlos compatibles con el pensamiento económico de la Trilateral Commission y garantizar que quienes se opongan a su hegemonía no lleven su retórica más allá de los simples epítetos de campaña electoral.   A quienes hoy tienen más de 40 años y fueron educados en la mentalidad de “Guerra Fría” – Izquierda vs. Derecha – se les hace difícil cambiar sus paradigmas mentales, y “desaprender” lo inculcado en ese período de 45 años cuando Argentina tuvo también su parte en el conflicto y su “Guerra al Terrorismo”. Lo peor que nos puede pasar es, como la mujer de Lot, vivir mirando hacia atrás hasta convertirnos en una “estatua de sal”.   Para entender la naturaleza del conflicto hay que entender que este no es conflicto entre Estados sino entre Corporaciones y Estados. Es una consecuencia lógica que estas y otras corporaciones busquen más poder aún, intenten remodelar el mundo a su imagen y semejanza, y para ello se agrupen en organizaciones como la Trilateral Comisión, en la cual y desde su fundación aún está “Zbig”.   Hay casi unas 200 Corporaciones Transnacionales mayores cuyo objetivo es actuar a través del mundo , llevando inversiones y capitales de un país a otro sin ningún tipo de barrera por parte de los Estados. Se llega a una competencia entre países pobres para ver quien ofrece “mejores condiciones” y que las multinacionales inviertan. Estas “mejores condiciones” incluyen costos salariales lo más bajo posible, ausencia de leyes de protección laboral y ecológicas, exenciones de impuestos, etc.  De nuevo, el paradigma a alcanzar – a nivel mundial – sería la forma en que la East India Co. británica manejó la conquista y explotación del Indostán como propiedad privada, comprendiendo los actuales territorios de India, Pakistán, Nepal, Bangla Desh, Sri Lanka, Myanmar, Malasia y Sin-gapur.   El antagonismo entre corporaciones transnacionales – que buscan eliminar toda traba por parte de los Estados y en nombre de “la libertad” (de mercado) buscan la libertad del lobo en el corral de ovejas – y por otra parte diferentes pueblos del mundo con grandes recursos naturales, y que quieren mantener el Estado-Nación para defenderlos. El Estado-Nación republicano es la forma más alta de organización alcanzada por los pueblos en su Historia. Sólo en un Estado de este tipo se puede alcanzar lo que Abraham Lincoln definía como Democracia: “El gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo”.   Este ataque contra el Estado-Nación es en paralelo:   – 1. Hacia los resortes de su Soberanía interna, podemos enumerar: la política de emisión de moneda y costo del crédito, régimen aduanero, cesión de competencia a los tribunales internacionales.
- 2. Hacia la cultura de cada pueblo por parte de distintas ONG especializadas.
9. Cultura y superestructura para Fundación Ford.   “No hay proyecto de poder sin proyecto cultural” dice el RP Alberto Altamira SJ. Lo difícil de comprender, en especial para quienes por inercia siguen pensando con mentalidad “guerra fría” en términos “derecha-izquierda”, es que ahora, si bien se toman categorías “gramscianas” por los activistas de izquierda cuando la Guerra Fría, el objetivo ya no es instalar gobiernos  y Estados “de izquierda” sino desguazar los Estados en beneficio de Corporaciones Multinacionales. Hace 30 años, China y Vietnam estaban “a la izquierda” del resto del mundo, y hoy son los grandes receptores de empresas capitalistas.   El Estado-Nación con contenido republicano y como comunidad racional es el logro más alto alcanzado para resolver los problemas que afectan a un pueblo. Así, las instituciones culturales son funcionales en la medida en que amalgaman y ayudan a superar las distintas contradicciones internas de ese pueblo. La legitimidad de un Estado Nación depende de los esfuerzos en pro del Bien Común. Para el Estado Nación más avanzado – con gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo – empleamos la definición de “Pueblo” de San Agustín: “un conjunto de seres racionales asociados por la concorde comunidad de objetos amados”. Lo que San Agustín llama concorde comunidad, hoy día la podemos llamar cultura y/o identidad nacional.   En un momento dado chocarán los intereses de los Estado-Nación con los de las Corporaciones Transnacionales. Anticipándose al choque, organizaciones como Ford Foundation ya están trabajando en el fomento del multiculturalismo.   Decía Simón Bolívar: “No somos ni europeos ni indios, somos americanos”.  Como demostró el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro ,  confirmando a Bolívar, a 500 años del descubrimiento aún no tenemos la uniformidad racial y cultural para autodefinirnos como puramente indios o puramente europeos, que aún somos “pueblos en formación”,  nuestras instituciones culturales son realmente un “progreso” – en sentido nacional, no el “progresismo” importado -  cuando nos hacen avanzar en la formación de una conciencia nacional común. En este sentido tenía más sentido de “progreso nacional” la Ley de Servicio Militar Obligatorio de los generales Roca y Riccieri – educar en valores nacionales comunes al hijo del indio, del gaucho y del inmigrante -  que el “multiculturalismo” de Ford Foundation.   El multiculturalismo patrocinado por Ford Foundation es un peligro para la paz. Los distintos grupos culturales, el indigenismo en Latinoamérica  p.ej., de a poco irán aumentando sus reivindicaciones que solo pueden terminar en el logro de un Estado independiente pero muchas veces serán Estados fallidos desde el comienzo.
10. Instituciones culturales incompatibles con la globalización.   Es básico de Aristóteles que “el hombre es un animal político” (zoo politikon). Al ser el más indefenso desde su nacimiento, la especie humana es más obligada a tener  instituciones basadas en la Solidaridad, como por ejemplo la Familia. Y lo que distingue al Hombre, según Aristóteles, de las bestias es la evidencia de que posee un Alma racional, que es el soporte de la libertad. A mayor conocimiento mayor libertad y discernimiento. Las instituciones culturales como la Familia pueden variar al pasar de la familia grande en una economía rural a la familia nuclear en una economía industrial, cosa que los argentinos ya hemos conocido tanto por la inmigración externa desde los países del sur de Europa como la inmigración interna desde las provincias a los centros urbanos. Pero el concepto de familia basada en la solidaridad se mantiene como también el concepto de un Estado que asegure las condiciones mínimas a su familia: trabajo, techo, educación y salud.   Un mundo ultracapitalista como busca la Trilateral Commission por ej., necesita de una masa popular que internalice antivalores muy individualistas donde la Solidaridad hacia los más débiles no tenga el menor espacio. Así el paradigma del individuo en este tipo de sociedad es el egoísta por naturaleza que solo busca su progreso material y sin obligaciones respecto al Estado o la Familia.  Muchas de las instituciones culturales que propicia Fundación Ford no solo no tienen nada que ver con Estado y Familia sino que son antagónicas. Fundación Ford, en los propios EEUU, promueve fundaciones “seudo católicas” para promover el aborto . Con la experiencia recogida durante la Guerra Fría y al actuar con la “izquierda progresista” de Europa, ahora Fundación Ford está en una buena posición para desarrollar una izquierda similar en América Latina para degradar su cultura. Pero eso sería una “izquierda sin Estado” y quienes tendrían el control de los resortes decisionales de la economía serían las corporaciones transnacionales y de hecho sería  el fin de la democracia pues esta, para existir, debe tener un Estado que la contenga.
11. La “izquierda” de Rockefeller Brothers Foundation.   En Junio de 1993 Argentina firmó la Convención de Viena sobre “Soberanía Limitada” .   Tomemos por Hipótesis si algún día un grupo indigenista, asentado sobre un gran yacimiento de gas (Loma de la Lata o Aguaragüe), con mucha prensa internacional que le hace eco, comienza a denunciar que es víctima de graves violaciones de DDHH, es apo-yado por Human Right Watch de Mister Soros o Amnesty Intl de Londres, que en la zona  hay un desastre ecológico – certificado por Greenpeace – y además padecen hambre y desnutrición. El gobierno argentino ya renunció a su soberanía y abrió las puertas para que los cascos azules de UN concrete la secesión definitiva de ese territorio, y su yacimiento de gas manejado por una Corporación Transnacional, de Argentina.   La primera falacia es que todo lo moderno es Bueno por el solo hecho de ser moderno y todo lo “antiguo” es Malo por el solo hecho de ser antiguo. Así surgen neologismos como “aggiornar”, poner al día, los conceptos culturales. Un modelo ultracapitalista donde el máximo valor es el individualismo y el darwinismo social, debe entonces suplantar todos los valores que refuerzan la Solidaridad y derivados de conceptos religiosos, nacionales y familiares.   En este tipo de guerra cultural, elegir bien las palabras a usar tiene el mismo valor que en un combate armado elegir buenos francotiradores. Conocen bien el principio que quien impone la forma de hablar condiciona la forma de pensar y luego la forma de actuar sin necesidad de emplear la coerción. Si se habla como el otro quiere, comienza a pensar como el otro quiere y por último actúa como el otro quiere. Es lo que explicaba George Orwell en su novela “1984” sobre el Estado Totalitario con un ministerio de Pensamiento y un departamento especial para condicionar el valor y alcance de las palabras.   Los “progresistas” al elegir esta autocalificación dejan a sus adversarios como partidarios del retroceso, la barbarie y la incultura. Pero la esencia del “progresista” es un discurso nofundamentado en la praxis, cuya aplicabilidad no ha sido demostrada como “posible” por sus aclamadores. Así, “sectores “progresistas” de la sociedad vienen instalando en la opinión pública la necesidad de aggiornar nuestras leyes y abandonar el oscurantismo “medieval” impuesto por la visión “arcaica” de la iglesia. Así por ejemplo, las iniciativas en torno a lograr la despenalización del aborto, la aceptación de las uniones homosexuales y su derecho a la adopción de niños, la distribución indiscriminada de preservativos en los hospitales públicos a menores, con y sin autorización de los padres… etc, etc, etc… ”   Un Estado-Nación se construye en una civilización determinada y cada civilización se adscribe a una gran religión . Esos valores demuestran ser funcionales en la medida en que permitieron la supervivencia de esa civilización o Estado durante siglos. Los valores que debe defender el Estado son propios de esa religión y el concepto que tenga esta religión de lo que debe ser un Derecho Natural. Dentro de esta nación hay minorías que pueden tener distintos reclamos y reivindicaciones, pero la lucha por estos derechos se lleva, o se llevó a cabo, dentro de los marcos institucionales del Estado y tratando siempre de tener un Estado mejor que acepte estos derechos.   El “positivismo progresista” alentado por Fundación Ford empieza alentando a las minorías a que hagan sus reclamos al margen del Estado y contra  las raíces culturales de la civilización a la cual pertenece ese Estado. Nos encontramos ante una situación de subversión sin terrorismo. Lo vivido en ‘70, el trato dado por los grandes medios de comunicación, que existían entonces y ahora, hacen que muchos aún hoy confundan subversión y terrorismo, siendo las acepciones que tomamos de la Real Academia Es-pañola:   – Terrorismo: Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.   – Subvertir. Trastornar, revolver, destruir, especialmente en lo moral.   En lo que es la Constitución real del Estado, y por el artículo 31 de la Constitución, los tratados internacionales tienen rango constitucional y nuevas fuerzas extranjeras se suman a la constitución pero muchas veces desconocidos para la masa popular. Uno de estos ejemplos puede ser el Tratado de Madrid entre Argentina y Gran Bretaña, firmado el 15feb90 . Muchos inquietantes paralelos lo equiparan a lo que fue el Tratado de Versalles de 1919 para Alemania. Pese a lo que diga el art. 75 inc. 27 de la Constitución formal,  el Congreso renunció a su deber de “fijar las Fuerzas Armadas” y le entregó este poder al Reino Unido. Y esto además trae el desmantelamiento de toda la industria militar con el consecuente peligro de no poder mantener siquiera nuestra integridad territorial.   Otro ejemplo de cómo el Congreso delega funciones que son indelegables, es el artículo 75, inciso 6 y su responsabilidad sobre la emisión y valor de la moneda, incluso tasa de interés, y la forma en que los ingleses nos aplican a los argentinos el Axioma de Lord Rothschild: “Denme la emisión de la moneda y no me preocupa quien haga las leyes”   El control de la emisión puede determinar:   a. Poco circulante, con moneda sobrevaluada pero tasas de interés muy altas, créditos duros que impiden  la industrialización y/o el desarrollo, de hecho una colonia financiera con moneda fuerte y pueblo débil que solo exporta materia prima sin valor agregado e importa todo lo demás con alta tasa de desempleo. Y esto con todas las consecuencias socio-políticas de una economía en retracción.   b. Circulante equilibrado, con moneda a precio competitivo en el mercado y alto nivel de exportaciones industriales, resultado de los créditos blandos a la industria, con los consiguientes resultados de desarrollo, independencia y promoción social.   No se puede tener un país industrial con la estructura financiera de un país subdesarrollado, pero es el caso argentino. El Banco Central está adscrito al Bank for Internacional   Settlements de Basilea (Suiza), el Banco Central de los Bancos Centrales, un banco de capital privado donde la verdadera conducción está en manos de una pequeña logia de banqueros centrales de los países del G-7. Desde allí se imponen los Acuerdos de Basilea, la línea rectora de nuestra política monetaria.   Otros casos similares, y que hacen a la defensa del mercado interno por parte del Estado, es la adhesión de Argentina a la Organización Mundial de Comercio o la cesión del Poder Judicial a organismos como el CIADI.  Así de esta manera el Congreso delega su capacidad de control de las Aduanas. Así, por pérdida del control de la emisión y costo del crédito , sin control de la política aduanera ,  sin haber discutido la Deuda Externa  o la forma de presentar esta a los Tribunales Internacionales como Deuda Odiosa como define hasta la propia jurisprudencia de EEUU, dejando que organismos internacionales como FMI o Banco Mundial modifiquen la política de presupuestos  ni los tribunales para demandar a las corporaciones . Hasta la propia Ley de Presupuesto – clave en la soberanía política – debe consensuarse o subordinarse a organismos financieros internacionales. La Constitución se convierte en letra muerta y el funcionamiento de la república en una mera formalidad.   El Estado argentino se desguaza por delegación del Congreso del control de los mecanismos de decisión estratégica, una “democracia” vacía de contenido participativo y con una Estrategia Nacional, como recomendaron Samuel Huntington, Michel Crozier y J Watanuki en el Informe de 1975 a la Trilateral Commission  y que figura en la propia página electrónica de esta . El Estado Nacional Argentino se derrumba por implosión.
12. Pronóstico Final.
La Argentina ya tiene muchas condiciones necesarias para ser Estado Fallido  y está en evidente camino de africanización.
Así como los gases se pueden acumular en una habitación cerrada y explotar con una chispa, los males de la pobreza, miseria, exclusión social, marginalidad, delito y narco-tráfico, clientelismo y corrupción, analfabetismo, juventud desempleada, se acumulan año tras año.
Se va entrando en una Cultura del No-trabajo, de la supervivencia en la miseria.
Y en un círculo vicioso donde la anti-cultura y las condiciones de subsistencia se retro-alimentan mutuamente infligiendo daños irreversibles y haciendo imposible el resurgimiento. Nada de esto es un factor de estabilidad necesario para construir un futuro.
La Argentina debe crear más de 300.000 puestos de trabajo al año, nada más que para absorber a los jóvenes que se incorporan al mercado de trabajo. En Argentina la única salida laboral que encuentran es la de piquetero profesional subsidiado por políticos de turno. A los jóvenes que quisieran lo mínimo para formar una familia, Fundación Ford les ofrece, entre otras cosas; aborto, matrimonio homosexual y adopciones de niños por homosexuales. En ningún momento asegura la existencia de un Estado que asegure fuentes de trabajo y oportunidades de educación sino un Estado que legaliza la  decadencia moral.
La cultura de familia, trabajo, nacionalidad y solidaridad – que desde la primera presi-dencia de Roca construyó la República Argentina – está siendo socavada por los “inte-lectuales orgánicos” de Fundación Ford y similares: periodistas, docentes, juristas, ar-tistas, curas, todos “progresistas” mientras progresamos hacia la decadencia y desapari-ción como Estado Fallido.
Las concepciones de Gramsci hoy no se emplean para imponer un Estado socialista sino por Fundación Ford para todo lo contrario: hacer desaparecer el Estado a manos de 200 Corporaciones globalizadoras.   ¿Cuánta miseria puede aguantar una república? ¿Cuánta cultura de miseria? No se sabe, pero la implosión por miseria es inevitable. La pregunta no es el ¿Que? sino el ¿Cuándo?
La Fundación Ford es posible que lo sepa, y actúa desde ahora para dejarnos mental y espiritualmente indefensos.
“No puedo concebir a aquellos argentinos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a la Patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempo de la dominación española; una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer.” (Carta de San Martín a Rosas. 10 de Junio de 1839).
E.S.