Sección: Nota de portada
Por Nicolás Márquez (*)
Así como el dictador de Venezuela Hugo Chávez quitó la licencia a
RCTV (Radio Caracas Televisión) y desmanteló el canal Globovisión, el
déspota ecuatoriano Rafael Correa hizo lo propio confiscando los cinco
canales del Grupo Isaías y el tiranuelo altiplánico Evo Morales por su
parte persiguió (con agresión física) a los periodistas de los canales
Pat y Unitel.
Estos y otros penosos antecedentes han sido lo suficientemente claros
y anticipatorios como para que luego no nos sintamos sorprendidos al
advertir que el régimen dictatorial de la Argentina encabezado por
Cristina Kirchner haya puesto tanto empeño en el afán de cerrar y/o
descuartizar el Grupo Clarín a la brevedad.
En efecto, todos los dictadores mencionados pertenecen al club de
mandones hemisféricos popularmente conocido como “Socialismo del Siglo
XXI”, y éstos manejan un estilo similar para la edificación y
construcción de sus respectivos absolutismos estatistas. No sin razón y
con cierta sorna muchos sostienen que estos despotismos iletrados operan
como una suerte de “franquicias” en donde se cuenta incluso con el
consiguiente know how repetitivo y esquemático para el armado y
consolidación de estas tiranías plebiscitarias.
Pero más allá de la suerte que corra Clarín los días venideros en el
marco de esta ofensiva que padece, queremos subrayar que hay algo que
distingue a Clarín respecto de RCTV, Globovisión, el Grupo Isaías, Pat,
Unitel y el grueso de los medios de la región que fueron perseguidos y
amedrentados por sus pertinentes represiones socialistas. ¿Cuál es el
elemento distintivo? Pues que los mencionados grupos nunca fueron
cómplices ni adulones de la dictadura que luego los censuró, o sea que
han sido medios de comunicación que al menos pelearon con dignidad y si
murieron, lo hicieron con las botas puestas. En cambio Clarín ha
cumplido un papel patético e inmoral elogiando, aplaudiendo y
publicitando desvergonzadamente a este régimen corrupto durante casi un
quinquenio (2003 al 2008).
Ojalá Clarín gane la disputa. Desde este modestísimo lugar estamos
inequívocamente de vuestro lado y es obligación grave de todos los
defensores de la libertad de prensa solidarizarse con el multimedio
agredido.
Pero esta lamentable dualidad que supo practicar Clarín nos explica
entonces por qué muchos de los periodistas del Grupo se sienten tan
incómodos a la hora de criticar al mismo gobierno que se cansaron de
aplaudir, fomentar y respaldar. Es más, la falta de personalidad del
multimedio es tal, que incluso hay programas cuya línea editorial no se
sabe bien si está más cerca del oficialismo o de la oposición (el ciclo “Palabras Más, Palabras Menos” emitido por TN es un ejemplo supérstite de ese vacilante zigzag).
Si Clarín sale ileso de esta embestida estatal (y le deseamos
fervientemente que así sea), esperamos entonces que hayan sabido
capitalizar la experiencia y que en el futuro dejen de congraciarse
indignamente con el progresismo corrupto y mentiroso que tanto daño le
hizo a la República y del cual Clarín hoy es víctima tardía.
No sólo aguardamos esperanzados que en los días venideros Clarín
logre preservarse, sino que también deseamos que aprendan la lección.
(*) ¿Dónde puedo conseguir los libros de Nicolás Márquez?: Click aquí.
La Prensa Popular | Edición 160 | Martes 27 de Noviembre de 2012