Es indudable que el Sr. Horacio Verbitsky es un tipo de suerte.
Como
todos sabemos, es de público conocimiento que Verbitsky formó parte,
allá por los 70 de la agrupación terrorista Montoneros, y ya el hecho de
haber sobrevivido o el de no haber desaparecido, significa que tiene
una “increíble suerte” para salvarse.
Cuando
en 1968 Rodolfo Walsh dirigía el diario de la CGT de los Argentinos,
Verbitsky era Secretario de Redacción. Rodolfo Walsh murió asesinado
porque cobardemente “alguien” lo entrego.
En
ese momento y lugar era a Verbitsky a quien le entregaron información
centenares de obreros, luchadores sociales, estudiantiles, etc. Muchos
de quienes le entregaron información, hoy son NN. Sin embargo,
Verbitsky, gracias a su “increíble suerte” sobrevivió.
Asimismo,
en 1970 Verbitsky trabajó en La Opinión con Jacobo Timerman. A Don
Jacobo lo torturaron y casi desaparece. Otra vez, casualmente y gracias a
su “increíble suerte” Verbitsky ni siquiera fue detenido.
Luego,
en 1973, Verbitsky trabajaba en Noticias con Francisco “Paco” Urondo. A
Urondo lo mataron en Mendoza. Otra vez, a Verbitsky lo acompañó su
“increíble suerte”, ya que a él ni siquiera le tocaron el timbre.
Es
tan “increíble suerte” la de Verbitsky, que si tenemos en cuenta que
hasta el más tonto de los servicios, aquellos que los mandan a espiar y
tocan el timbre, sabían de su actividad periodística en la CGT de los
Argentinos en 1968 y en los otros diarios, no sólo jamás tuvo un
problema en los 70, sino que además, trabajó para los militares del
proceso.
Ya, en 1978, en plena represión,
Verbitsky trabajaba tranquilamente en el libro El Poder Aéreo de los
Argentinos. El libro se encuentra en la biblioteca del Círculo de
Aeronáutica y Verbitsky es mencionado en la primera página del prólogo.
Durante
estos años, la “increíble suerte” lo ayudó para conseguir un buen
trabajo, lejos del peligro de aquella época y bien remunerado, la prueba
está que Verbitsky nunca fue molestado por los militares. ¿Cómo hizo
para salvarse mientras sus compañeros morían?
De
todas maneras, Horacio Verbitsky no fue el único que se salvó, otros
que trabajaron con él y también tuvieron una “increíble suerte”, y se
salvaron, fueron: -Miguel Bonasso, refugiado en Méjico primero, y luego
en Londres, y -Mario Firmenich, refugiado en España quien vive de lo
recaudado de los millonarios rescates a quienes secuestraban los
montoneros. Pero la “increíble suerte” de Verbitsky, Bonasso y
Firmenich, que hoy, además de gozar de libertad luego de ser juzgados
por la Justicia, y ser beneficiados por el indulto presidencial de
Carlos Menem parece haberse multiplicado, ya que muchos otros que
también fueron juzgados por la Justicia, y beneficiados por el indulto
forman parte del gobierno.
Artículo firmado por Pablo Dócimo en Tribuna de Periodistas.