Cristina es la Jefa de campaña
No sabemos si por su novedosa afición a las bromas, por adicción a la
mentira o por desequilibrio psíquico, horas atrás la multimillonaria
Cristina Kirchner espetó por su cadena nacional:
“Yo siempre me he sentido muy orgullosa de ser parte de esa formidable clase media argentina”.
Siendo que Cristina (solamente contando lo declarado) ostenta un
patrimonio de 82 millones de dólares (el cual creció un 950% desde el
2003 a la fecha no sin el aval del obediente Juez Oyarbide), esta
manifestación no puede menos que ser calificada como una pantagruélica
imbecilidad. Pero la tara se tornaría contagiosa o extensiva, cuando
advertimos que tras esta desopilante declaración, los habituales
alcahuetes que la rodean incurrieron en su automático e irreflexivo
aplauso reglamentario, como si se estuviese ovacionando la declamación
de un estadista señero, austero o esclarecido y no una paparruchada
ramplona propia de una tilinga que ya no sabe que recurso utilizar para
congraciarse con una clase media que hoy le tiene un entendible
desprecio (al parecer irreversible).
Entendámoslo de una vez y para siempre, por su perfil exterior e
interior, Cristina está mucho más cerca de asimilarse a Mariana Nannis
antes que a Winston Churchill, con la salvedad, a favor de Nannis, de
que esta nunca ha sido sospechada de delincuente.
Tras haber despreciado a la clase media antes y durante el 8N, ahora
este desafortunado sketch de la Presidente se equipara al saludo que por
twitter ésta le supo enviar a los alumnos de la Universidad de la
Matanza tras haberlos denostado y humillado cuando la mandataria
protagonizó su penoso papelón en la Universidad de Harvard.
¿Quién ha perdido todo criterio y noción del sentido común: Cristina o quiénes la asesoran?
Lo cierto es que ya algunas malas lenguas rumorean que los habituales e insistentes bloopers
de la Presidente obedecen a que esta ha sido pagada y contratada por
Magnetto como promotora y jefa de campaña para impulsar, agigantar y
consolidar la convocatoria popular de los cacerolazos venideros.
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La Prensa Popular | Edición 158 | Lunes 19 de Noviembre de 2012