martes, 10 de marzo de 2015

El personal de Fuerza Aérea sobrevuela al filo de la catástrofe. Un Hércules aterrizó, ayer, sin un motor


El personal de Fuerza Aérea sobrevuela al filo de la catástrofe.

Un Hércules aterrizó, ayer, sin un motor

Anoche aterrizó el TC-64 en emergencia en el aeropuerto de Río Gallegos - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz
05/03 – 18:20 – Los últimos movimientos de máquinas de las Fuerza Aéreas que se han realizado en el aeropuerto de Río Gallegos, con motivo del reabastecimiento de la base Marambio y recambio de personal, muestra el verdadero valor profesional del personal de la Fuerza, que debe sortear, no solo las inclemencias climáticas rigurosas que impone la Antártida, sino la desidia, el abandono material y presupuestario del Ministerio de Defensa, que, como venimos señalando, pone al personal militar en el fino límite entre la misión cumplida y la tragedia.
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Tal como venimos informando, en estos días se han realizado movimiento de máquinas de la Fuerza Aérea en el aeropuerto internacional de Río Gallegos, debido a que el escuadrón antártico de la Fuerza Aérea, realiza en esta época reaprovisionamiento y recambio de personal en la Base Marambio, de la Antártida.
En este marco, el día martes 3 de marzo informamos que un contingente de 60 personas, incluyendo dos altos jefes militares de la Fuerza, no pudo cruzar al continente blanco, debido a desperfectos en las máquinas Hércules que tienen como tarea unir Río Gallegos, con el sector argentino de la Antártida. El lector puede repasar las alternativas que se vivieron allí, en el link que al pie, envía a la nota de referencia; no obstante, cabe decir que de aquel contingente, solo volaron a Marambio cuatro personas, entre ellas el Brigadier Mario Fernando Roca Comandante de adiestramiento y alistamiento de la FAA.
El vuelo se pudo concretar ayer 5 de marzo a la mañana, luego que el Hércules TC-64, el cual se encontraba averiado, fuera reparado el día 4 mediante un repuesto llegado de Bs As a bordo de un Focker 28, el cual también sufrió rotura en su planta de propulsión, cuando estaba en aproximación y un ave ingresó al motor.
El TC-64 dejó pasaje y carga en la base Marambio, cargó otras 4 personas y el mismo día miércoles 5 emprendió el regreso a Río Gallegos. Por causas que se desconocen aún, sufrió una plantada de un motor (posee 4) en pleno vuelo, lo cual obligó a los pilotos a declarar el vuelo en emergencia.
OPI tuvo acceso a los detalles del operativo que se armó a raíz del protocolo que se puso en marcha, cuando a última hora de ayer a la tarde, fue cerrado el aeropuerto local, se dispusieron dos autobombas con espuma en pista, más las ambulancias y desde la torre de control se le ordenó abordar la pista en dirección Norte/sur (inverso al vector de aterrizaje normal). Luego de deshacerse del combustible sobre la ría local, el Hércules inició la aproximación con un motor plantado en vuelo, a pesar de lo cual, aterrizó sin inconvenientes.
A raíz de la rotura del motor, hoy se espera el arribo de una máquina de FAA (TC-70) que, procedente de Buenos Aires, traerá uno sustituto, que será colocado, haciendo uso de un guinche el cual se habría contratado en una empresa local, para proceder a las tareas de ensamble y armado del núcleo de potencia de la aeronave, para que pueda seguir cumpliendo sus funciones.
En estos momentos, teniendo en cuenta que el TC-66 está fuera de servicio en el aeropuerto local y el TC-64 también quedó para ser reparado, cuando hoy arribe el TC-70, estarán en pista los únicos aviones que Argentina tiene para mantener la comunicación activa en el puente aéreo con La Antártida y solo uno de ellos, operativo. Será precisamente el TC-70 el encargado de completar la misión.
Las fuentes consultadas por esta Agencia, desestimaron presumir en qué momento se podría haber declarado la falla ( si a la ida o a la vuelta), pero estiman que por la calidad profesional de los pilotos de la FAA, no sería extraño que ya hayan llegado con un solo motor a la Antártida y/o la avería se haya producido a poco de despegar de Marambio con rumbo al continente.
Si bien el Hércules es una máquina muy versátil, que posee una autonomía suficientes para transponer estas distancias y puede volar y maniobrar con cierta comodidad, aún sin un motor, el estado de desinversión y falta de mantenimiento que tiene el equipo aéreo antártico, pone a sus operadores al borde de una catástrofe, si es que, desde la conducción del Ministerio de Defensa, no se arbitran los medios para restablecer las condiciones óptimas de operatividad de la Fuerza. (Agencia OPI Santa Cruz)