Crisis política y económica en San Martín de los Andes jaquea al intendente K Juan Carlos Fernández
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Jaqueado por un desmanejo económico financiero y por las objetivas
circunstancias de la caída de las regalías petro-gasíferas a raíz de la
baja del precio del crudo en el mercado internacional que afecta
gravemente los ingresos provinciales y su derrame en los municipios
neuquinos, el intendente kirchnerista de San Martín de los Andes, Juan
Carlos Fernández, afronta una de las crisis más graves de su gestión de
gobierno al punto que en esta semana recrudecieron las versiones sobre
su renuncia, una hipótesis que el mismo jefe comunal y sus colaboradores
más cercanos, como su ministro de Gobierno y operador político todo
terreno, Guillermo Carnaghi desmintieron tajantemente.
El propio Fernández se lo confirmó a su sucesora, la emepenista
Brunilda Rebolledo durante una confusa reunión que se realizó ayer, en
medio de la crisis, en la municipalidad local. Brunilda fue a una
reunión convocada con anterioridad por el Municipio para tratar el
espinoso tema del transporte local de pasajeros y terminó envuelta en
una operación donde se la quiso hacer aparecer como tirando un puente de
plata a la continuidad de la gestión del Intendente, quien sin empachos
les recriminó a sus colaboradores más inmediatos, hombres y mujeres del
kirchnerismo de paladar negro, su indisposición a afrontar la crisis
que se refleja en lo inmediato en la suspensión de los pagos de los
salarios de la plata política.
El origen de la crisis tiene diferentes explicaciones. Para Fernández
obedece a la injusta e irregular distribución por coparticipación que
padece el Municipio e invoca desde los tiempos de Luz Sapag, en un
intento de explicar la dificultad del momento. En realidad, San Martín
de los Andes, recibe ingresos por este concepto de igual manera que hace
15 o 20 años atrás cuando tenía menos de la mitad de su población
actual, que oscila entre los 35 a 40 habitantes más el cúmulo de
turistas -unos 5.000 por temporada- que exigen servicios municipales
esenciales.
Para la oposición, en la que se mezclan emepenistas que se reportan a
Guillermo Pereyra como el presidente del Bloque de Concejales del MPN,
Carlos Salonitti con aliados en colectoras como el dirigente del MID y
hombre de la construcción, Guillermo Olaram, que se reporta al mandamás
de la UOCRA en Neuquén, Víctor Carcar, el origen de la crisis debe
buscarse en un mal manejo de la administración municipal. Para ello
ejemplifican con la facilidad de aumentos salariales -en el caso de
Salonitti- o el dispendio y desidia en el manejo de las contrataciones,
especialmente en el rubro monotributistas para la opinión del albañil.
Lo cierto es que el déficit proyectado de aquí a fin de año, es de 40
millones de pesos, pero lo más grave es que no se visualiza una salida
inmediata. Fernández sostiene que los canales con la Provincia se
encuentran cerrados porque el gobierno de Jorge Sapag y de su sucesor,
Omar Gutiérrez no da señales de concurrir en su auxilio a raíz, también,
del corset financiero que soporta la administración neuquina. En
silencio ruega para que el gobernador consiga los fondos necesarios a
través del endeudamiento con bonos que se espera rindan sus frutos en el
próximo mes de septiembre.
Esa sería su carta de salvación. Pero en tanto debe decidir que debe
hacer con un gremio estatal exacerbado, como en el resto de la
Provincia, por sacar provecho de la crisis y que pone, cuando no, sobre
la mesa su propia y feroz interna entre los sectores que responden a
Carlos Quintriqueo (Soraya Abraham) y Julio Fuentes (Segundo “Sapo”
Andrade). Duchos en estas perturbaciones, los gremialistas tratan de
consolidar poder interno para poder plantársele a Brunilda Rebolledo. En
esa reunión frustrada que comentamos al principio entre intendente
actual e intendenta futura, los bombos de ATE irrumpieron de manera
violenta creyentes de que se estaba negociando el traspaso anticipado
del Poder Municipal.
También en soledad, Fernández rumia su malestar con el gobierno
nacional por el abandono -que no niega e insulta en privado- a que fue
sometido por su principal sponsor. El hoy todopoderoso titular de la
recientemente creada Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar
Parrilli, como continuidad de la central de espías criollos de Cristina
Fernández. Ni el “Señor 5”, ni la Presidente, y ni siquiera la diputada
nacional Nancy Parrilli, han llamado al intendente para buscar una
salida inmediata a un problema que amenaza con incendiar a la ciudad
vidriera de la provincia con fuerte repercusión en los medios
nacionales.
En ese contexto trascendió la renuncia de Fernández después de una
reunión con el Concejo Deliberante que preside otro adversario interno
del jefe comunal: el peronista todo terreno Julio Obeid que en el pasado
criticó duramente al intendente y no vaciló en protagonizar escenas de
box con Carnaghi, otro pejotista ortodoxo pasado luego al kirchnerismo
de la mano de Parrilli, de quien no olvida la tramposa jugada de las
elecciones del 2007 que lo podían haber catapultado al lugar de
Fernández.
No obstante, tanta obediencia debida tuvo su premio. Carnaghi,
jaqueado por su vinculación con los rentals privados que se instalaron
en la base del Cerro Chapelco de la mano del lonko (cacique)
Curruhuinca, Ariel Epulef, marcha con paso seguro hacia la Legislatura
donde ya tiene asegurado su banca y con ello su futuro en los próximos
cuatro años. Fernández, en cambio, no tiene destino político y para
colmo debe enfrentar procesos judiciales que se iniciaron por presuntas
irregularidades en el ejercicio de su función.
También debe soportar las peripecias del juicio penal contra su hijo
Juan Marcos, quien se encuentra sospechado de haber tenido una dudosa
participación en el crimen del sargento de policía Aigo, quien fuera
muerto por dos terroristas chilenas con conexiones con las Fuerzas
Armadas de Colombia (FARC). Al menos eso es lo que se acredita desde la
Justicia chilena, pero soslayada por la investigación argentina
-Parrilli dixit- a raíz de los compromisos políticos y económicos del
gobierno de CFK con el ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez,
protector de esos grupos terroristas.
Todos esos vaivenes más una humillante derrota electoral en manos del
MPN y del macrismo del empresario Juan Carlos Querejeta, que se reporta
en la Provincia a Horacio Quiroga, han calado fuerte en el espíritu de
Fernández. “Yo lo que apelo es a la responsabilidad en la información”,
dijo Fernández ofuscado ante las versiones que indicaban la posibilidad
de su renuncia y peleándose con los periodistas de los mismos medios que
meses atrás, no vacilaron en ensalzar su trayectoria.
Sin embargo, quizá producto de la vehemencia del momento aventuró:
“No se me pasa por la cabeza renunciar” y prometió “seguir hasta el 10
de diciembre” aunque aclaro que eso no se lo iba a pedir a todos sus
funcionarios en medio de una fuerte discusión con Martín Rodríguez, uno
de los cruzados de su gestión que se ocupa del problema de la vivienda
en la localidad. Lo cierto que un alejamiento del Intendente a menos de 5
meses de la entrega del mando no daría para un adelantamiento por
impedimento de la Carta Orgánica. Le sucedería Obeid, salvo que ante la
magnitud de la crisis -Sapag y Cristina-Parrilli no serían ajenos- haya
un acuerdo político para que se haga cargo Brunilda Rebolledo, aunque
todavía no haya conformado su gabinete y tenga ruidos en el sistema de
comunicación con el viejo fuerte de Los Torreones en Neuquén o con la
Casa Rosada en Buenos Aires.
* Periodista de medios nacionales e internacionales en la Patagonia
norte y conductor de programas radiales en San Martín de los Andes.