[Publico en las entradas del blog el comentario siguiente a un reciente post]
LOS ATRONADORES SILENCIOS DE FRANCISCO EN EE.UU.
Ni
una mención a Nuestro Señor en el discurso de la ONU (en esto,
reconozcamos, solo hizo lo mismo que el “beato” Paulo VI quien tampoco
mencionó a Jesucristo en su discurso en la ONU del 4 de octubre de
1965).
[Corrección: Paulo VI sí mencionó a “el Cristo” en su discurso de la
ONU del 4 de octubre de 1965. Acá va el pasaje completo del final del
discurso: 15. En una palabra: el edificio de la civilización moderna debe
levantarse sobre principios espirituales, los únicos capaces no sólo de
sostenerlo, sino también de iluminarlo. Y esos indispensables principios
de sabiduría superior no pueden descansar —así lo creemos firmemente,
como sabéis— más que en la fe de Dios. ¿El Dios desconocido de que
hablaba San Pablo a los atenienses en el Areópago? (Hch 17, 23) .
¿Desconocido de aquellos que, sin embargo, sin sospecharlo, le buscaban y
le tenían cerca, como ocurre a tantos hombres en nuestro siglo? Para
nosotros, en todo caso, y para todos aquellos que aceptan la inefable
revelación que el Cristo nos ha hecho de sí mismo, es el Dios vivo, el
Padre de todos los hombres Los pueblos se vuelven a las Naciones Unidas como hacia la última
esperanza de concordia y paz; nos atrevemos a traer aquí, con el
nuestro, su tributo de honor y esperanza, y es por eso que este momento
es también grandioso para vosotros. Hasta acá el discurso. Por lo tanto, es cierto que Francisco tiene el triste privilegio de
ser el primer papa que no menciona a Cristo ni una sola vez en su
discurso en la ONU.]
Ni
una sola mención de la palabra “aborto” ni la palabra “homosexualidad”
en el país del aborto industrial, del comercio de embriones (por correo
privado) y el putimonio generalizado (ahora con obligatoria aceptación
por acordada de Corte Suprema de EE.UU para todos los estados de la Unión).
Ni una sola palabra de aliento para los provida y los que intentan atajar la ola homosexualista.
Ni una sola definición clara de lo que es la familia, habiendo tenido varias oportunidades en la Fiesta de la Familia.
Eso
sí, habló varias veces de los abusos sexuales refiriéndose a “”la
vergüenza provocada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a
la Iglesia en sus hijos más indefensos”.
¿No es que eran solo “algunos”?
En el mismo discurso apoyó a las monjas rebeldes a la doctrina.
Mientras
tanto nos empalagó con discursos humanitaristas llenos de lugares
comunes, su insoportable “teología” tanguera y berreta, sus gestos de
humildad estudiada, sus chupadasdemedias a los judíos y masones, sus
acostumbrados errores doctrinales, sus comparancias “castellinianas”
fallidas, sus risotadas desmesuradas, y hasta nos dio pena al verlo
tratar de subir la escalerilla del avión, tropezándose varias veces ante
la mirada entre impávida y sorprendida de quienes lo esperaban arriba
del avión y que no hicieron nada para intentar ayudarlo. Y con su
infaltable maletín negro en su mano izquierda más propio de un vendedor
de peines que del Vicario de Cristo, lo que impidió que pudiera apoyarse
más cómodamente con las dos manos y evitar ese penoso espectáculo.
Todo muy lamentable.
El mundo anticristiano lo aplaude a rabiar. Por algo será…
[Corrección: Paulo VI sí mencionó a “el Cristo” en su discurso de la ONU del 4 de octubre de 1965. Acá va el pasaje completo del final del discurso:
15. En una palabra: el edificio de la civilización moderna debe levantarse sobre principios espirituales, los únicos capaces no sólo de sostenerlo, sino también de iluminarlo. Y esos indispensables principios de sabiduría superior no pueden descansar —así lo creemos firmemente, como sabéis— más que en la fe de Dios. ¿El Dios desconocido de que hablaba San Pablo a los atenienses en el Areópago? (Hch 17, 23) . ¿Desconocido de aquellos que, sin embargo, sin sospecharlo, le buscaban y le tenían cerca, como ocurre a tantos hombres en nuestro siglo? Para nosotros, en todo caso, y para todos aquellos que aceptan la inefable revelación que el Cristo nos ha hecho de sí mismo, es el Dios vivo, el Padre de todos los hombres
Los pueblos se vuelven a las Naciones Unidas como hacia la última esperanza de concordia y paz; nos atrevemos a traer aquí, con el nuestro, su tributo de honor y esperanza, y es por eso que este momento es también grandioso para vosotros.
Hasta acá el discurso.
Por lo tanto, es cierto que Francisco tiene el triste privilegio de ser el primer papa que no menciona a Cristo ni una sola vez en su discurso en la ONU.]