DENUNCIA CONTRA MONS. FAURE Y LA INFILTRACIÓN EN LA TRADICIÓN
Quizás sea oportuna la publicación del siguiente escrito estando,
como al parecer estamos, ante la inminente formalización del
“ralliement” de la FSSPX con la Roma modernista, hecho fuertemente
relacionado con la temprana infiltración de la Tradición.
.......He recibido un mensaje con un escrito cuyo asunto dice “Denuncia Contra Mons. Faure Y La Infiltración En La Tradición“. Su autor es Fray Juan de Jesús O.M.Carm., antes conocido como Sergio Ruiz Vallejo,
ex sacerdote de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. El escrito es de
muy difícil lectura porque como he sabido después es una “exportación”
de un documento PDF. En el escrito no hay separaciones de párrafos y se
mezcla el texto con las notas. También aparecen signos y omisiones de
iniciales. Pero el tema fundamental puede fácilmente colegirse. El
escrito es la realización de una carta-amenaza enviada a Mons. Willianson, si seguía
adelante con la consagración de Faure (en el documento siguiente está
el enlace) hecha con anterioridad a la consagración. Como tiene
gravísimas afirmaciones en las que se sugiere el carácter de infiltrado
en la obra de Mons. Lefebvre, del P. Faure, y que por lo que parece
contó con el encubrimiento de los hechos descritos con la aquiescencia
del P. Smidberger, me resistí a publicarlo, sin tener
antes otros testimonios de personas que pudieran dar indicios de las
acusaciones. Una amiga y colega, que vivió los hechos y tiene gran
autoridad en el tema, me los ha dado. Y además me ha facilitado una
copia del documento PDF perfectamente legible. Estos son sus puntos de
vista:
Al P. Faure lo conocí bastante. Estando recién ordenado, fue el que acompañó a Mons. L. la primera vez que vino. M. L. regresó a Ecône y dejó aquí (en Bs. As., en esa época yo vivía allí) al P. F. Podría contarte varios detalles que no vienen al caso. La cuestión es que yo jamás hubiera sospechado de él, pero esto no es raro, pues, al decir de aquí, soy bastante “caída del nido” y no veo lo que tengo delante de las narices, aparte de que nunca se me ocurre pensar mal de nadie, y menos de un cura ¡y de uno dejado por M. L.! El caso es que ya entonces desapareció y nadie sabía dónde estaba. Sus desapariciones eran frecuentes, eso lo recuerdo, pero a nadie se le pasaba por la mente pensar en nada raro. Al P. Ruiz, el que escribe esto, también lo conocí, hizo todo el seminario en La Reja y fue de la primera camada de ordenados
Lo de las denuncias de infiltración que hicieron, es verdad, aún tengo una gruesísima carpeta tamaño oficio que dos seminaristas le llevaron a M. L. Fueron a mi casa y pretendían que yo los acompañara a Ecône para hablar con M. L. a lo que, a pesar de su insistencia, me negué. En esos momentos, ya lo habían sacado de en medio al hoy Mons. Morello, que hasta ese año había sido director del seminario, y lo habían enviado a Santiago de Chile. Me llamó la atención lo que dice aquí el P. Ruiz sobre el P. F. el día de las consagraciones. Yo también estuve allí, y quedó grabada en mi retina la figura de él, de pie en lo alto de una escalera que conducía al comedor, contemplando la escena que se desarrollaba a sus pies. Me llamó poderosamente la atención, no sabría decir por qué. Y es verdad, a todos nos asombró muchísimo que no fuera él uno de los consagrados, pero más aún, que uno de los elegidos hubiera sido Alfonso de Galarreta nos encantó porque “era uno de los nuestros”. Andrés de Asboth, un personaje bastante raro. Por años fue el director de la revista Roma, pero, bajo la tutela de Roberto Gorostiaga. Cuando éste último se hizo sedevacantista y se fue de la Fraternidad, Asboth empezó a publicar, seguramente costeada por la F., pues él no podía hacerlo, la revista “Roma Eterna”, pero como si fuera la continuidad de la anterior, Gorostiaga lo denunció en la verdadera Roma que él siguió publicando. Este Asboth, se decía de la nobleza húngara (era húngaro de nacimiento), y llevaba un anillo con su escudo, que tenía una estrella judía. Además, creo que tenía bastantes contactos internacionales. Está enterrado en el seminario de La Reja.
Lo de el velorio judío del sr. Faure, lo supe por el P. Morello.
El P. Ruiz, en la foto que adjunta, pone erróneamente que Sixto de Borbón era hermano del Rey Juan Carlos.
Como dije al comienzo, fue por tu mail que leí esto. Además, hasta ahora no le había comentado a nadie que lo había recibido. Ahora mismo se lo voy a enviar al P. Julián Espina, que es uno de los padres que están aquí, él vivió todo esto, pues fue uno de los seminaristas expulsados de La Reja
Voy a pedirle su parecer acerca de su publicación. El P. Ruiz, desde Méjico, apoyaba al P. Morello que se encontraba aquí en Córdoba con los seminaristas que lo siguieron. Ignoro si siguen en contacto, y tampoco sé si tuvieron algún problema entre ellos. Lo que aquí dice el P. Ruiz, a mí me lo dijo el hoy Mons. Morello, y está en el “mamotreto” de denuncias que poseo. Personalmente, sólo puedo dar testimonio sobre las extrañas desapariciones del P. F., su extraña actitud en lo alto de la escalera en Ecône, y lo que me ha contado M. Morello.
En unión de oraciones,
Firma (la publicaré con su consentimiento)
Como se ve son indicios importantes que en todo se compaginan con lo dicho en el documento.
Yo personalmente no puedo testimoniar nada porque desconozco
totalmente el asunto, y a las personas que intervinieron. Además, de la
FSSPX apenas sé nada fuera de lo que hemos publicado en el blog que se
limita casi exclusivamente a su posición teológica, que a mí me parece
insostenible y contradictoria, por no decir apartada del sentido
católico. Irónicamente diré que traiciona a la Tradición, que dice defender.
Igualmente hemos publicado algunas entradas que son brillantes
refutaciones, por parte de eminentes teólogos sedevacantistas, de la
posición ideológica de Mons. Williamson. Él no cesa casi obsesivamente
de atacar el sedevacantismo, con argumentos fútiles que una y otra vez
han sido desmontados como también su posición teológica que es la de la
FSSPX, aunque esté opuesto al dichoso “ralliement” al que, al parecer, estamos próximos a asistir.
Es en este contexto que tiene sentido la publicación de este escrito. Si bien, como es evidente, aquí se publican cosas que debieron haber sido dichas antes,
no cabe duda que insinúan la infiltración en la FSSPX, quizás desde los
días en que dos facciones se opusieron en el Seminario de La Reja, con
la victoria de una de ellas y el descalabro personal de los otros. El
autor del escrito atinadamente dice, en mi opinión, que en las denuncias
hechas por la Fraternidad desde entonces, que debieron haber sido
concretas y personalizadas, sólo se habló desde entonces de palabras
altisonantes como “Revolución” y “Liberalismo” pero evitando
cuidadosamente hacer proyecciones personales o institucionales. Si fuera
así, no tiene nada de particular que la deriva de la FSSPX tenga el
final, que probablemente nos tocará contemplar muy pronto: Será el de
otras instituciones que se han acogido al patronazgo de la Secta
modernista conciliar, pero guardando las formas de lo que para algunos
es esencial sin serlo en realidad: la Misa Tridentina, los sacramentos,
los latines y las “puntillas”. Una suerte de Alta Iglesia Anglicana dentro de la conciliar, a la que quizás se le dé el nombre de “Prelatura” u “Ordinariato“. Es el colofón de algo que Georges Vinson (La misa Impía) llama “Sacramentolatría” en clara alusión a quienes desde diversas posiciones acusan a otros de “Papolatría”.
Vinson asegura que es la Fe católica, la que tiene el primer lugar y
sólo después y si no es violada, la Misa Tridentina y los Sacramentos.
Por no hablar de los latines. Muchos de los bienaventurados habrán
podido salvarse sin Misa y Sacramentos (in re pero no in voto), pero no sin Fe, como es dogmático sostener.
Pues bien parece que la FSSPX ha optado por los Sacramentos antes que por la Fe católica, que incluye como nos asegura la Bula “Unam Sanctam”
y otros textos del magisterio, la sumisión al Romano Pontífice y la
obediencia a sus disposiciones (sin que haya que excluir la
“resistencia” justificada en cosas que no toquen la enseñanza y la
disciplina eclesiástica). O dicho de otra manera: la manera propia de
entender la Tradición no puede ser la “criba” o “tamiz” de las enseñanzas papales, lo que irónicamente nos convertiría en “papas” del verdadero “papa”.
En el siguiente documento que puede leerse cómodamente desde el
enlace que aporto, el lector asume la responsabilidad de llegar a
conclusiones sobre los hechos descritos, y de lo que de ellos se
deduce, por lo que deberá ejercitar en grado sumo su sentido crítico.
Igualmente sobre asumir como ciertos algunos hechos descritos, que no
tienen pruebas concluyentes, a lo más fuertes indicios. Sería necesario,
para llegar a una certeza moral, que otros testigos presenciales
aportasen su visión de lo que aquí se describe.
Lea completo (27 p.)el documento PDF Denuncia contra Mons. Faure y las infiltraciones en la Tradición