jueves, 5 de noviembre de 2015

EL SÍNODO Y LOS ÚLTIMOS TIEMPOS


EL SÍNODO Y LOS ÚLTIMOS TIEMPOS


“DISCERNIMIENTO SINODAL» PARA EL TIEMPO DEL FIN DE LAS NACIONES – ¿Orlando Fedeli ignorado?

Panteón
Arai Daniele
Puede parecer extraño, pero desde hace algún tiempo está manifestándose en el ámbito religioso occidental el deseo de acelerar el “Armageddon” de los últimos tiempos. Esto ocurre en el contexto de los grupos principales, especialmente los estadounidenses, y ha condicionado las guerras del Medio Oriente. En este sentido, no es de extrañar el interés en producir programas virtuales, que son el trasunto de las guerras reales y masivas emigraciones bíblicas que están transformando los rasgos del Occidente cristiano. Sin duda se trata de un fenómeno religioso de raíz distinta a la cristiana, tal como la conocemos.
 
Acabo de leer algo sobre ” British-Israelites” poderoso “lobby” Anglo-Americano protestante interesado en la “gran confrontación final”  en las tierras bíblicas del Medio Oriente, para acelerar los tiempos del fin y ¡el regreso del Mesías! No fue ajeno a esto el caluroso aplauso de los  republicanos al  discurso de guerra del primer ministro israelí, Netanyahu, en la Cámara del Congreso, al que había sido invitado.
Traigo aquí este tema, para relacionarlo con con otro que involucra el último sínodo y al mundo católico. Sobre el primer punto, cualquiera que quiera saber más puede consultar en Internet donde, según parece, se aprende de todo. Sólo añado aquí el hecho curioso que publiqué cuando me enteré de que también el ministro británico Balfour tenía esta misma idea, de raíces gnósticas, cuando firmó la declaración que lleva su nombre para la formación del Estado de Israel en 1917. Sir Arthur Balfour fue espiritista y teósofo, y  fundador de la logia “los cuatro Coronados” que incluso ahora sigue funcionando como centro y archivo histórico de la masonería” regular “.
Vuelvo a decir algo que puede parecer extraño, y es que también alrededor del gran mundo europeo católic-romano, se manifiestan sentimientos parecidos de aspecto religios, en realidad de sabor gnóstico, el gusto gnóstico de la verdad, que albergan el deseo de una confrontación final; una “guerra decisiva” que ponga fin a esta civilización occidental, lo que para Roma sería como una repetición de lo que ocurrió con el Imperio Romano, con el advenimiento de un último papa, al que seguirá la invasión de las hordas bárbaras que destruirian todos los antiguos tesoros ! La diferencia entre las reflexiones gnósticas de ambos lados del Atlántico es la misma preocupación cultural que diferenciaba al visionario Alberto Pike de Mazzini. Dicho sea de paso, hay que recordar aquí dos cartas: una de Pike a Mazzini (08/15/1871), previendo tres grandes guerras seguidas de un desastre económico sin precedentes; y otra de Mazzini al Papa para que comenzase a gobernar con una política … encuadrada en  su nuevo orden mundial.
Ahora, volviendo a nuestro mundo católico y a los efectos  en él del “Sínodo de 2015 de la familia ‘ en el que  se pueden entrever señales en el sentido de una ruptura con el viejo orden que gobernó el cristianismo,  unido en la certeza de la Palabra de orden divino que era confirmada  en todos los tiempos en la centralidad universal de la Sede Apostólica. Ésta, en el orden humano, se basaba en la institución familiar, como instituida por Dios. Podía haber habido muchas transgresiones  a los mandamientos de naturaleza sobrenatural, pero igualmente siempre quedaba la posibilidad de recurrir a una voz en la tierra para discernir infaliblemente entre el bien y el mal.
Y es claro que es de vital importancia preservar el orden debido y la consistencia de la unidad familiar para conseguir el bien social. Al estar guiados los hombres por pensamientos dominantes materializados en leyes justas- apoyadas por los principios religiosos acerca de la propia naturaleza humana – que no cambia con los tiempos – hay que tener en cuenta la Ley por excelencia, que se imprime en el milenario  Decálogo, que fue confirmado y perfeccionado en el Evangelio de Jesucristo. Fundándose en él se derivan los términos de la ley codificada por el magisterio confiado a la Sede Apostólica desde la cual imparte su enseñanza el vicario infalible de Jesucristo.
He aquí el  bastión a superar con el fin de construir un nuevo orden mundial de factura  humana. Por eso volvemos a hablar del alcance de lo que sucedió en la sede que es tenida  en el mundo como católica y apostólica, para comprender el sentido profundo de lo que sucedió en el sínodo de esa entidad que se puede definir como “la iglesia sinodal ‘, un término promovido por su mismo jefe, al tiempo que recordaba su voluntad de seguir al más que ambiguo Vaticano 2, que pasa ante el mundo como ‘concilio ecuménico’, pero que demostró ser el factor modernista para demoler y dar un vuelco a  la  Iglesia, en su doctrina, liturgia y en su estructura: un “fin de los tiempos” para la religión católica, apostólica y romana.
Para entender la última transformación hay que observar  las recientes manifestaciones muy jesuiíicas de Jorge Bergoglio, hechas en su papel de Sumo Pontífice de la Iglesia, pero que claramente esboza un programa extraño, muy diferente del que la Iglesia siguió hasta 1958, a pesar de errores humanos, en su posición espiritual durante dos mil años en favor del hombre. Aquí resumimos lo que se ha publicado en el artículo del diario italiano ‘Corriere‘, acerca de su homilía en la misa de la mañana en la Casa Santa Marta  y  acerca del discurso de clausura del Sínodo para la Famlia.
Fue dirigido  sinuosamente a la aceptación de  la “novedad” de la admisión de la comunión sacramental a los divorciados vueltos a casar. Hubo resistencia a aceptarla al final del Sínodo, pero pasó ambiguamente como “discernimiento”, según casos especiales, que pueden muy bien contravenir el mandamiento.
Lo que Bergoglio quiere y  proclama jesuíticamente en la homilía de la misa del  “Sínodo”: “I Tempi Cambiano y noi Cristiani dobbiamo cambiare continuamente“, refiriéndose al “discernimiento”, que se pide a la Iglesia para actuar  en vista de los “signos de los tiempos  sin caer en la comodidad de la conformidad, sino dejándose  inspirar por la oración. Los tiempos hacen lo que deben: cambiar. Los cristianos deben hacer lo [él dice que ] Cristo quiere:  evaluar los tiempos y cambiar con ellos, permaneciendo “firmes en la verdad del Evangelio” [invariable]. Lo que no es admisible es un conformismo tranquila que en realidad no hace quedar inmóviles”.
Así pues, lo que  debería  hacer la  Iglesia, es seguir los cambios de la sociedad que cambia con  revoluciones y más  revoluciones, en una sociedad en constante mutación. ¿Habría que discernir los cambios realizados independientemente de cualquier referencia al Evangelio que no cambia? ¿ Como el Vaticano 2 amplió ese  “discernimiento”, con el derecho a la libertad de cambiar, incluso de religión y ahora, por medio de ese  “sínodo”, que este año refuerza el plan de conciliar  apertura al mundo?
El mismo día apareció en la primera página del “Corriere” (el más grande periódico italiano en competencia con ‘La Repubblica’ el de las entrevistas de Scalfari) la carta firmada por Francisco exaltando el legado del famoso cardenal Carlo Maria Martini, el clérigo que  “promovió y propagó dentro de la comunidad eclesial  el estilo de “sinodalidad” colegial que tanto deseó  el Concilio Vaticano II, que exige  por un lado, una actitud de escucha y discernimiento de lo que el Espíritu suscita en  la conciencia del pueblo de Dios, en toda la gama de sus componentes; y por otro lado el cuidado para que sus diferencias no degeneren en conflicto destructivo … “
En otras palabras, suscitar en un “nuevo Pentecostés” para el cambio en continuación con los sínodos anteriores, revoluciones dentro de revoluciones en vista de una evolución  conciliar, en la que el Espíritu Santo, suscite en las conciencias, mas que  la fe, la adaptación a los cambios en los componentes variables, neutralizando las diferencias [doctrinales de  orientación ecumenista]  … “, sin miedo a las tensiones, incluso a la contestación  que todo impulso profético trae necesariamente consigo (pro veritate diligere adversa fue el lema episcopal de Martini) Pero ¿qué puede decirse de este “maestro”para quien el peligro no está en  lo que va  contra la fe – sino  en la ausencia de libre diálogo, incluso con quien, como él quiere cambiarla sirviéndose de la crítica y el desprecio por la historia de la Iglesia?
Martini fue aquel  arzobispo jesuita de Milán para quien: “la duda no ha sido nunca un obstáculo, sino que reforzó su ministeriode  obispo llamado a cuidar del rebaño que le fue  confiado” … llamado a difundir “un nuevo magisterio de la duda sistemática” que admite hasta la eutanasia!  “… En particular, señaló rutas para conectar la Palabra a la vida, mostrando su pertinencia y relevancia en su propia experiencia personal. Porque  ella [la duda] puede convertirse en agente de conversión, ayudando a  una vida más fraterna y justa, impidiendo  refugiarse a la sombra de las seguridades  confeccionadas de antemano. “(!)
Para evitar la conversión pura y simple a la Fe  perenne de la Iglesia, lo que equivale a decir “tomar refugio a la sombra de las cómodas seguridades confecionadas de antemano“, el sacerdote invita a la apertura al “espíritu que remueve las conciencias”,  para “evitar contraposiciones  entre diferentes sensibilidades según  los contextos culturales,” llegando a ” mirar más allá de los límites consolidados, que favorecen una Iglesia misionera “in uscita” (salida) y no encerrarse en sí misma … creó  la Cátedra de los no creyentes, en busca de la verdad. En consecuencia invitó al  filósofo Massimo Cacciari, conocido gnóstico que fue alcalde de Venecia, para darle brillo y con quien participar en las dudas  como las del “sínodo” actual.
Ahora bien, en esa  misma comunión de ideas  en Martini, Bergoglio y Cacciari, para extender los límites establecidos por Dios a la Iglesia de la Fe, en pro  de una iglesia más indefinida “Chiesa in uscita» – salida hacia  la duda –  oigamos a  Cacciari, utilizando para ello una entrevista suya en Aleteia, Voz del Vaticano, que publicó el 25 de  octubre, a fin de saber comprobar cómo el jugo del pensamiento  gnóstico de este  “maestro” de la cátedra de los incrédulos, es paralelo con las conclusiones del sínodo, promovido por Bergoglio. El asunto  parece ser contracorriente, pero es la exaltación de la “capacidad política” de la marca jesuita de Jorge Bergoglio: sin duda, el clérigo más representativo en la serie de «Papas conciliares» para hacer comprender a todos que el “katechon», es decir, el obstáculo al anticristo de la carta de Pablo a los Tesalonicenses “fue quitado de enmedio” (cf. II Tesalonicenses 2)!
Nadie mejor que este filósofo no católico, Massimo Cacciari, puede dar fe de ello al demostrar su satisfacción por lo “hecho”, después de haber escrito acerca de su oportunidad de y después de esperar ansiosamente durante años que por fin fuese quitado de en medio el “freno” del papado.
Lo curioso es que él asocia esto a una gran maniobra  jesuítica de la  que Bergoglio demostró ser capaz, por lo que habría sido “San Ignacio  el  que ganó en el Sínodo ” – el 25 de octubre de 2015-  Es una fecha histórica. Francisco resolvió una disputa milenaria “. Esto concuerda con el  dominico cardenal Christoph Schönborn ¡sobre la  la victoria ignaciana!
“La re-admisión a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar,  se confía al” juicio “de los confesores, caso por caso. ¿Es un compromiso? Respuesta: “Sí, pero en el mejor sentido del término: el de la Compañía de  Jesús.  El Sínodo siguió a  Francisco ,  en los pasos de San Ignacio. No significa estar de acuerdo fingiendo  ignorar las diferencias. Es el reconocimiento,  practicado siempre  por los jesuitas,  de la complejidad civil y ética en un  contexto mundano, con la necesidad de acompañarlo en sus evaluaciones. Esto significa no ceder a los principios y comportamientos mundanos, sino reconocer la realidad y moverse dentro de ella para cambiarla. “
De hecho esto equivale a cambiar la misma noción de pecado de la anterior  sociedad tal como lo enseñó la Iglesia, según el Evangelio; lo que constituye  una solución gnóstica y modernista.
“¿Es una estrategia ” política “? Respuesta: Sí. La Iglesia de Francisco no debe confundirse con la ética del mundo, pero está situado en el interior de él para influenciarla desde  dentro. La línea de Bergoglio es claramente la misma que se ha aplicado siempre  y en todas partes por los jesuitas. En América del Sur, China, la India. A través de los siglos, esta estrategia fue combatida políticamente no sólo por los reaccionarios, sino también por los radicales como Jansenio y Pascal, para quien  el Evangelio y el discurso  cristiano  debe ser una espada en el mundo: sí o no. El Sínodo revivió una brecha histórica en la Iglesia que debe abordarse. Francisco es  un jesuita coherente en su sentido más noble … No se trata de tácticas políticas, como objetan los enemigos internos de Bergoglio, sino que proviene del gran humanista místico. San Ignacio se refería a la lección de Erasmo de Rotterdam y veneraba a  San Francisxo. Bergoglio no eligió el nombre del santo de Asís para halagar al moderno  ambientalismo. “
¿Cuál es el método seguido por el jesuita Bergoglio? Respuesta: “Disolver lentamente todos los nudos lentamente en una perspectiva de milenios. La reforma de la Iglesia terminará sólo con el fin de los tiempos, al final de la historia … La paciencia es una virtud recomendado por los Padres de la Iglesia, junto con la obediencia pasiva y servil, pero conscientes de que la Iglesia tiene todo el tiempo para formar fieles que escuchen. Sólo se  puede juzgar este pontificado desde esta perspectiva. El enfrentamiento surgido en el Sínodo es real, profundo; No terminará aquí y puede predecirse cómo va a terminar. “
“¿Qué podría amenazar al papado?” El heterogénesis de los fines es un peligro siempre presente en la historia de la Iglesia. Bergoglio debe enfrentarse a  dos tipos de resistencia a su acción. La oposición reaccionaria por parte de una fronda minoritaria destinada a ser de una irrelevancia creciente. Son personas que se oponen a Bergoglio por un espíritu de preservación y que están defendidas por trincheras devastadas. También hay una respuesta más inteligente que tiene diálogos francos con algunos obispos. Me dicen que el hecho de dar la comunión a los divorciados vueltos a casar ya se hace  y es una práctica común, … temen  colocar esta cuestión,  blanco sobre negro … “
He aquí resumida por un conocido opositor gnóstico el quid de la cuestión, cuya redacción hemos puesto parcialmente  aquí  y que sin duda Baergoglio y sus seguidores   han leído y aprobado, si no  ¿cómo podría haber sido publicada por Aleteia  esta  exposición tan sincera? Ahora bien, nosotros, los defensores hasta el final de las  “trincheras devastados,” léase de una catolicidad demolida, no tenemos ninguna duda de que el jesuitismo  aquí exaltado es ajeno a San Ignacio, a la Iglesia y a los papas  católicos. Si todo esto puede ser dicho, y hoy en día la comunión se distribuye sacrílegamente por ahí con la aprobación episcopal, entonces  el autor mencionado, el  agnóstico Cacciari, está en lo cierto: – el  “katechon» que detenía al Anticristo ha sido quitado de enmedio. Esto es lo que desencadenó  el “Armagedon espiritual” que es la batalla gnóstica final  que  comenzó con el Vaticano 2, que pocos acertaron a  describir y una multitud decidió ignorar; se trataba de una sucesión de  gnosis, el “pecado filosófico” que llegaron al “discernimiento  sinodal jesuítico ” en el  final del  tiempo de las naciones, que ha llegado hasta Roma.
Bergoglio es el sexto actor de este desenlace final, sólo en apariencia diferente de los predecesores. Ese es el hecho que Orlando Fedelli desconoció: hay una gnosis intrínseca al modernismo y al Vaticano 2 y consecuentemente a  todos los altos promotores conciliares; gnosis que no puede apoyar a  ninguna autoridad, pero que es la razón para condenar a todos los falsos Cristos y a cualquiera de ellos, disfrazado con una vestidura apostólica.
Laudetur Jesus Christus!