Nicolás Kasanzew: Aclarando algunos puntos
PUTIN, ¿ESTADISTA CRISTIANO O DICTADOR SOVIETICO?
Fuente: Gladius No 94 (Nicolás Kasanzew)
El artículo del padre Alfredo Sáenz: Vladimir Putin, un estadista singular, publicado en Gladius Nº 93 me ha dejado anonadado. No solo porque el texto glorifica a un dictador soviético, sino porque desconoce una cantidad de hechos históricos, y de la realidad rusa actual. Putin, lejos de ser un “estadista singular”, es un dictador soviético por las razones que presento en apretada síntesis y que más abajo desarrollo con su correspondiente fuente informática:
1- Putin no es una persona que deseó servir en el campo de la información, sino un agente de la KGB;
2- Sus colaboradores no son solo diplomados universitarios sino agentes de la KGB;
3- El que ordenó el traslado de los restos de la familia imperial vilmente asesinada fue Ieltzin;
4- Putin no es defensor del Cristianismo;
5- Muy principalmente Putin ha estado exaltando al islam;
6- El comunismo es una praxis para obtener el poder, no importan los valores que se presentan en forma oportunista;
7- Putin no defiende ni las tradiciones, ni la familia, ni la niñez, se está promoviendo la legalización de la poligamia;
8- En Rusia hay un millón de abortos por año;
9- El gobierno de Putin sigue siendo soviético;
10- El catolicismo en Rusia estuvo muy cerca de ser eliminado por ley.
11- Putin ha rebolchevizado a Rusia;
12- Uno de los principales asesores de Putin es el máximo arquitecto del Nuevo Orden Mundial, Henry Kissinger;
13- Putin a reestalinizado a Rusia;
14- El Patriarcado de Moscú es una iglesia-marioneta de la KGB;
15- Putin, el hombre más rico del mundo;
16- Solyenitsin quiso influenciar a Putin y fracasó;
17- Falsa religiosidad, corrupción y culto a la personalidad.
1- Putin no es una persona que deseó servir en el campo de la información, sino un agente de la KGB
El artículo
comienza diciendo que en su juventud Putin “sintió deseos de servir a su
país en el campo de la información, más concretamente, en la KGB” (!)
¿En serio ignora que la KGB (anteriormente llamada CHEKA, GPU, NKVD y
ahora FSB) es la policía política fundada por Lenin, una siniestra
organización de asesinos que ha derramado la sangre de millones de
mártires cristianos rusos?
2- Sus colaboradores no son solo diplomados universitarios, sino agentes de la KGB
Dice el
artículo “Basta considerar el perfil de algunos miembros actuales del
Gobierno, para apreciar la competencia, la experiencia y el desinterés
que exige Putin de los que lo acompañan en su elevada gestión política.
De los treinta y tres miembros con que cuenta, todos son titulares de
diplomas universitarios, en Derecho, Economía, Ciencias, Ingeniería,
etc., con amplia experiencia profesional”. El autor omite, empero, otro
“diploma” de los colaboradores de Putin: la abrumadora mayoría son
también miembros de la KGB, la Gestapo soviética. Ya en el 2003 un
diario ruso daba cuenta que más de 6000 agentes de la KGB ocupaban los
más altos cargos dentro del Estado y esa cifra no ha hecho otra cosa que
crecer. ¿Pudieron haberse redimido? Pues el mismo Putin lo descarta, al
aseverar que “no existe tal cosa como un ex agente de la KGB”. Al decir
de la periodista y escritora Svetlana Aleksievich, Premio Nobel de
Literatura 2015: “Putin no es un político. Putin es un miembro de la
KGB. Y aquello que él hace, son provocaciones habitualmente realizadas
por la KGB”.
3-El que ordenó el traslado de los restos de la familia imperial vilmente asesinada fue Ieltzin
El padre
Sáenz le adjudica a Putin acciones que este nunca realizó: “Agreguemos
el coraje que exhibió al ordenar el traslado de los restos de la familia
imperial, vilmente asesinada por orden de Lenin, donde les hizo dar una
digna sepultura, confesando y comulgando en dicho día”. En realidad,
quien dio sepultura a los restos de la Familia Imperial (todavía se
discute si son genuinos) fue el presidente anterior, Boris Ieltzin, en
1998. Putin asumió recién en el 2000. Los organizadores y ejecutores del
vil asesinato de la Familia Imperial no solo no han sido declarados
criminales en Rusia, sino que siguen siendo honrados oficialmente por el
gobierno de Putin en calidad de “héroes nacionales”, “combatientes por
la libertad” y “fundadores de nuestro Estado”.
4- Putin no es defensor del Cristianismo
El artículo
sostiene que Putin es un defensor del cristianismo dado que en ocasiones
ha elogiado a esta fe, pero cierra los ojos ante el hecho de que el
presidente ruso es fundamentalmente un gran cínico. Porque de idéntica
manera ha elogiado al judaísmo, al budismo, al islam. Por ejemplo, el
5.4.2012 el jefe de Estado ruso, con una kipá (gorra ritual judía) en su
testa, proclamó que el judaísmo “sirve a la construcción del futuro de
Rusia”.
5- Muy principalmente Putin ha estado exaltando al islam
Sin embargo,
muy principalmente Putin ha estado exaltando al islam. Y hasta extremos
sorprendentes. Por ejemplo, en diciembre del 2010 Putin declaró una
barbaridad total, por donde se la mire. Que la religión cristiana
ortodoxa está más cerca del islam que del catolicismo. Y en su alocución
durante la septuagésima Asamblea General de Naciones Unidas, el 29 de
setiembre del 2015, fue aún más lejos. Anunció que el islam es la
religión más grandiosa (“velichaishaia”) del mundo. Convengamos que es
imposible que un verdadero cristiano pueda decir tal cosa. Para
demostrar que Putin defiende al cristianismo frente al islam, el autor
relata un supuesto diálogo, en que el presidente ruso le planteó al rey
de Arabia Saudita una condición para construir una gran mezquita en
Moscú: que también se edifique una iglesia ortodoxa rusa en Riad.
Obviamente, la capital saudita sigue sin contar con tal templo
cristiano, pero el 22 de setiembre del 2015 Putin, con bombos y
platillos, inauguró en Moscú una gran mezquita. Y no es verdad que
meramente restauró la que había en la época de los zares. La superficie
de la mezquita fue multiplicada por 20: de 964 metros cuadrados a 19 mil
metros cuadrados, lo que le brinda al nuevo edificio la capacidad de
recibir a 10 mil fieles musulmanes. Encima, se prevé la construcción de
otra mezquita aún más grande en Moscú, con capacidad para 20 mil fieles.
Además, van tres años seguidos que el presidente ruso participa en
forma personal y activa de la festividad religiosa musulmana de
Kurban-bairam. Ya en el 2011 el comentarista Peter Appel escribía: “Hoy
la islamización de Rusia avanza a marcha forzada, a todas luces con la
bendición del Kremlin y de su actual gobernante”. Son tantas y tan
jugadas las acciones y declaraciones de Putin en favor de la religión
mahometana, que en Rusia se ha comenzado a sospechar que podría haberse
convertido secretamente al islam. No sabemos si fue así, pero no hay
duda que el teniente coronel de la KGB, inveterado oportunista, busca
ventajas políticas al lanzar dichos mensajes. Es que Putin no cree ni en
Dios, ni en el diablo.
6- El comunismo es una praxis para obtener el poder, no importan los valores que se presentan en forma oportunista
El padre
Sáenz se entusiasma con su discurso en el congreso de Valdai, donde
Putin se expresó en favor de los valores cristianos. Pero solo fue eso,
un discurso. Un relato. Los hechos hablan de algo muy diferente.
Lamentablemente muchos nacionalistas católicos argentinos, impermeables
al relato de los Kirchner, se han dejado influenciar por el de Putin,
tan mentiroso como el de estas latitudes. No quieren ver que la supuesta
religiosidad de Putin es pour la galerie, para consumo interno. En el
exterior se sincera más. En setiembre del 2000, en una entrevista con
Larry King, de la CNN, cuando este le preguntó si creía en Dios, Putin
le contesto que creía en los hombres. Y en una entrevista otorgada al
Wall Street Journal (11.2.02) ante la pregunta ¿Es usted una persona
religiosa? – contestó: “Cada persona debe tener una base moral. Pero no
es importante a que religión pertenece. Todas las religiones fueron
inventadas por los hombres”.
7- Putin no defiende ni las tradiciones ni la familia ni la niñez, se está promoviendo la legalización de la poligamia
También el
padre Sáenz se solaza con el discurso de Putin en que este decía: “Las
tradiciones y costumbres rusas no son compatibles con la falta de
cultura y formas primitivas de la Ley Sharia y de los musulmanes…no les
garantizamos privilegios especiales ni tratamos de cambiar nuestras
leyes adaptándonos a sus deseos”. El sacerdote ve en esto otra prueba de
que el presidente ruso defiende los valores cristianos. Sin embargo,
una vez más, es puro relato. Incluso, en la Rusia actual se está
debatiendo seriamente la posibilidad de legalizar la poligamia. La
discusión sobre este tema fue provocada por la boda forzada, en mayo de
este año en la región de Chechenia, de una niña de 16 años, Luisa
Goilabieva y el jefe de policía de su aldea, Nayud Guchigov, de 57, ya
casado con otra mujer. La niña había tratado de escapar, pero intervino
el cruel líder checheno Ramzan Kadyrov, y Putin permitió que la boda
tuviera lugar. El funcionario del Kremlin responsable por los derechos
de los niños, – quien había apoyado la prohibición de que los
estadounidenses adopten infantes rusos – declaró que a pesar de su corta
edad, Luisa ya era plenamente capaz de convertirse en esposa. La menor
de edad fue sacada de la casa de sus padres por uno de los más brutales
lugartenientes de Kadyrov y llevada a la ciudad de Grozny, donde la boda
se celebró con gran pompa, en presencia de la otra esposa de Guchigov.
Los canales de TV del Kremlin cubrieron el evento con gran alborozo,
calificándolo como “la boda del milenio”, a pesar de que en las imágenes
se podía ver una demacrada Luisa al borde del desmayo. Todo esto pasaba
dentro de las fronteras de la Federación Rusa, en una región
generosamente financiada por su presidente, el supuesto defensor de los
valores cristianos Vladimir Putin. Tras el escándalo, los encuestadores
se lanzaron a requerir la opinión de los rusos sobre la poligamia, y un
tercio de estos respondió que no era tan mala idea. El político Vladimir
Zhirinovsky dijo que, por cuanto la poligamia entre los musulmanes ya
existe de hecho en Rusia, habría que legalizarla y Kadyrov propuso que
fuera legal en el norte del Cáucaso, que – recordemos – forma parte del
territorio ruso. Según la periodista Julia Ioffe, hasta la iglesia del
Patriarca Cirilo está dispuesta a debatir el tema. Sin embargo, cuando
un solitario diputado del parlamento intentó elevar un proyecto de ley
que penalice la poligamia, su iniciativa fue inmediatamente rechazada
por la presidente de la Comisión de la familia, la mujer y el niño,
Elena Mizulina, ex integrante del partido comunista, una de las más
notorias propulsoras de la ley que prohibió la “propaganda del
homosexualismo”. Es absurdo prohibir la poligamia, dijo la defensora
putinista de los valores familiares, ya que esta tiene lugar porque “no
alcanzan los hombres, con quienes las mujeres quisieran formar una
familia y tener hijos”.
8- En Rusia hay un millón de abortos por año
Según el
artículo, “la protección de los derechos y los intereses de la familia,
de la maternidad y de la infancia son una cuestión prioritaria” para
Putin (quien, por cierto, acaba de reemplazar a su esposa de toda la
vida por una bella deportista olímpica 30 años menor que él). Si esto
fuera verdad, ¿por qué entonces el presidente sigue sosteniendo el
aborto, a pesar de los muchos ruegos que ha recibido de que lo prohíba,
por cuanto ese flagelo está llevando a los rusos a la catástrofe
demográfica y – lisa y llanamente – a la extinción? “Gracias a las
medidas del Gobierno, en Rusia se ha reducido drásticamente el número de
abortos”, anuncia el padre Sáenz. ¿De dónde ha tomado esa información,
que no se corresponde para nada con la verdad? En la actualidad el
número de abortos registrados en Rusia es de un millón por año, es decir
la misma cantidad que en los años anteriores. Y a esto hay que sumar
miles y miles de operaciones que no entran en las estadísticas. Está muy
claro que si no se pone fin a los abortos, Rusia no tendrá ningún
futuro. Pero eso deja sin cuidado a Putin, quien más allá de su vacua
retórica, de patriota ruso no tiene absolutamente nada. Es que los
abortos fueron legalizados en 1920 por Lenin (¡52 años antes de que los
permitieran en los EEUU!) y Putin sigue honrando a su ídolo comunista
también en eso.
9- El gobierno de Putin sigue siendo soviético
Hay que
entender que el gobierno de Putin sigue siendo soviético. Porque
oficialmente, jurídica e ideológicamente, es no sólo el heredero, sino
el continuador del régimen bolchevique; es decir, él mismo se considera
como tal y no se avergüenza para nada de ello. Desde el 2000 nunca lo ha
repudiado y no manifiesta ninguna intención de desprenderse ni del
culto a sus fundadores, ni de sus símbolos. Para Putin “nuestro Estado”,
es aquel que fue “alumbrado por la revolución de Octubre” y no aquel
que la revolución de Octubre destruyó. ¿Qué se diferencia del régimen
bolchevique clásico? Si, lógicamente. Porque se ha degradado y en este
momento no tiene fuerza como para volver a los fusilamientos en masa. La
nomenklatura o élite soviética ha pasado de recibir raciones de
privilegio, a poseer acciones en empresas multimillonarias, lo cual
influenció parcialmente su ideología: desechó algunos postulados,
disimuló otros. Pero toda la historia de la URSS es la historia de un
gradual alejamiento de las aberraciones más estúpidas, en pos de
acomodarse a la vida real. En ese sentido, el fin de los años 30 se
diferenciaba fuertemente del principio de la década del 20, y la década
del 50 no fue igual a la del 30. Sin embargo, la fidelidad del actual
poder al régimen soviético es inquebrantable, no hay nada que lo haga
reaccionar con más agudeza, que cualquier movida contra algún monumento
soviético o cualquier crítica a la política de la URSS. Putin no se
identifica con la Rusia Histórica, sino con la Unión Soviética, que es
para él “nuestro Estado”. Consecuentemente, los apologetas de la URSS
son para él “los nuestros”, y sus críticos son “los enemigos”. Todas las
leyes de la URSS (menos las pocas que fueron derogadas especialmente)
siguen aplicándose, mientras que no hay en vigencia ni un solo
dispositivo legal de la Rusia pre-revolucionaria. O sea que el país
continua inmerso en el campo jurídico creado por los bolcheviques.
10- El catolicismo en Rusia estuvo muy cerca de ser eliminado por ley
Por otra
parte, resulta especialmente patético que Putin sea reivindicado por un
católico, cuando bajo su gobierno el catolicismo en Rusia estuvo muy
cerca de ser eliminado por ley. La Duma, cámara baja del parlamento,
tiene 450 escaños y necesitaba la mitad de los votos más uno, para
aprobar la prohibición de la fe católica. En mayo del 2002, de los
diputados presentes, 169 votaron a favor de la ley, es decir que no
llegaron a los 226 requeridos para aprobarla. Pero sólo 37 se
pronunciaron contra la prohibición y cuatro diputados se abstuvieron.
11- Putin ha rebolchevizado a Rusia
En la
historia de Rusia hay casos de marxistas arrepentidos que mutaron en
paladines del cristianismo. Los más notorios son los de Solyenitzin y de
Lev Tijomirov, un revolucionario terrorista que se convirtió en el más
importante teórico de la monarquía rusa. Pero de ninguna manera es el
caso del oficial de la KGB Vladimir Putin. Todo lo contrario. Lejos de
haberse arrepentido, Putin ha rebolchevizado en Rusia todo lo que su
predecesor, el presidente Boris Ieltzin, había alcanzado a
desbolchevizar. Putin ha vuelto a imponerle la bandera roja al ejército
ruso, ha puesto de nuevo la estrella roja en las gorras de sus militares
y ha devuelto la hoz y el martillo a los aviones de Aeroflot, amén de
volver a adoptar el himno stalinista como himno nacional, aunque con la
letra cambiada. Asimismo ha revitalizado el culto de Lenin, cuya momia
sigue profanando la principal plaza del país, y alienta cada vez más el
culto de Stalin. Estamos hablando de los dos más grandes exterminadores
de cristianos de la Historia. En mayo del 2015 el ministro de Cultura de
la Federación Rusa, Vladimir Medinsky, quien únicamente se pronuncia
con la venia de Putin, le escribió una carta al jefe del Partido
Comunista ruso, Guennady Ziuganov, en la cual prometió: “Los monumentos a
Vladimir Iliich Lenin, indudablemente, son parte de nuestra identidad
histórica y el ministerio de Cultura hará todo lo que de él dependa para
conservarlos”.
12- Uno de los principales asesores de Putin es el máximo arquitecto del Nuevo Orden Mundial, Henry Kissinger
Bajo Putin
también se han estado erigiendo muchos nuevos monumentos a Stalin. Entre
ellos uno, inaugurado en febrero del 2015, en el cual está acompañado
por Roosvelt y Churchill, en conmemoración de la siniestra conferencia
de Yalta de 1945. Elocuente refutación del aserto del padre Sáenz de que
Putin sería la “antítesis de un Occidente progresista y liberal”. Como
asimismo lo refuta el hecho de que uno de los principales asesores de
Putin sea el máximo arquitecto del Nuevo Orden Mundial, Henry Kissinger.
El ex Secretario de Estado norteamericano se ha reunido con Putin
decenas de veces y lo defiende y justifica permanentemente,
calificándolo de “verdadero patriota ruso”, tal cual lo hace el padre
Sáenz. Kissinger sostiene asimismo que Putin no es enemigo de los EEUU y
que, cuando él lo conoció por primera vez, Putin demostraba de mil
maneras su afán de lograr una cooperación estratégica con los EEUU.
Además, curiosamente, Putin se integró a la ofensiva de los EEUU contra
ISIS, luego de que Kissinger, tras respaldar una vez más al presidente
ruso, convocó en setiembre del 2015 a una guerra total contra ese
ejército terrorista. La motivación de Putin para atacar a ISIS es muy
clara: congraciarse con Washington para lograr el levantamiento de las
sanciones impuestas a Rusia a raíz de los sucesos en Ucrania. Y no por
el sufrimiento que estas sanciones le causan al pueblo ruso, sino por
los centenares de altos funcionarios de Putin a quienes Washington y sus
aliados les han bloqueado sus cuentas y propiedades en el exterior. Que
estos ataques han de provocar, como represalia, atentados terroristas
de ISIS en Rusia, donde van a morir muchos inocentes ciudadanos, no le
quita el sueño a Putin.
13- Putin ha reestalinizado Rusia
El
presidente ruso ha calificado a Stalin, el mayor genocida de la historia
de la humanidad, como “un gran manager” y ha promovido una ley que
castiga con años de prisión a quien ose criticar el desempeño del
Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de los muchos
crímenes que este cometió. Entre ellos, la violación de dos millones de
mujeres alemanas, de 8 a 80 años de edad. Obviamente, la reivindicación
que Putin hace de Stalin se ha visto reflejada en los textos de historia
y en los medios masivos de comunicación, en su inmensa mayoría
dominados por el gobierno. Como consecuencia, según una encuesta del
Centro Levada, un 45% de la población rusa considera hoy que las
masacres realizadas por Stalin estaban justificadas por los altos fines
que el tirano perseguía (en el 2008 solo el 27% pensaba así). Y la
cantidad de encuestados que tienen una visión crítica de Stalin
descendió al 20%. Como vemos, Putin ha conseguido reescribir la
historia. También, lamentablemente, pretende reescribirla el artículo,
cuando adjudica a Putin el haber ayudado a Serbia contra los Estados
Unidos en 1999, siendo que en esa época todavía gobernaba Ieltsin.
14- El Patriarcado de Moscú es una iglesia-marioneta de la KGB
El autor se
congratula por el hecho de que Putin ha beneficiado económicamente al
Patriarcado de Moscú. ¡Pues como no lo iba a hacer si se trata de una
iglesia-marioneta, manejada por sus colegas de la KGB! Hay que recordar
que tras haber lanzado una persecución religiosa como nunca conoció la
humanidad, en la Segunda Guerra Mundial, asustado por el avance alemán,
el tirano decidió reabrir los templos para congraciarse con los fieles
que quedaban y ensillar, aprovechar el sentimiento religioso y
patriótico ruso frente al invasor. La iglesia así refundada, bajo total
control de los organismos de seguridad, debía servir a los intereses del
gobierno ateo. Lo denunció Solyenitzin en su carta abierta al Patriarca
Pimen en 1972: “Una iglesia dictatorialmente dirigida por ateos, –
espectáculo nunca visto en dos milenios”. A cambio de poder oficiar,
esta iglesia de bolsillo alababa a Stalin, lo llamada “el caudillo dado
por Dios”. Cuando el tirano cumplió 70 años, todos los obispos del
Patriarcado de Moscú firmaron una carta de salutación digna de lacayos. Y
todos los años sucesivos esta iglesia sirvió al régimen bolchevique. Se
convirtió en una subdivisión del espionaje soviético en el exterior,
donde asimismo difundía la atroz mentira de que había libertad de
religión en la URSS, mientras que en el país delataba a los creyentes a
las autoridades. Para entrar a una iglesia era obligatorio mostrar el
documento y el feligrés que así lo hiciera al poco tiempo era echado de
su trabajo u hostigado de otras maneras. En el Patriarcado de Moscú
todos los sacerdotes autorizados para viajar al exterior, y todos los
obispos, eran agentes de la KGB. Ellos convencieron de volver al país a
decenas de miles de exiliados políticos, que estaban refugiados en China
y Europa, jurándoles que la situación había cambiado: quienes les
creyeron, terminaron en campos de concentración. Con Putin, la simbiosis
entre el Patriarcado de Moscú y el Kremlin se hizo aún mayor. El actual
Patriarca Cirilo Gundiaev, al igual que todos sus antecesores desde los
tiempos de Stalin, es también un colaborador de la KGB, cosa que en
Rusia nadie ignora. Su nombre en código como agente es “Mijailov”.
Quizás lo más terrible, como confesó el penúltimo presidente del Consejo
de Asuntos Religiosos de la URSS, Konstantin Jarchov, sea que, para no
permitir que la iglesia renazca, “nosotros poníamos como arzobispos y en
otros puestos claves del Patriarcado a personas amorales y corruptas” A
mí me tocó escuchar en Rusia, de boca de un feligrés, la siguiente
frase: “Nuestro obispo, gracias a Dios, es normal; su amante es una
mujer, no un hombre”. Particularmente amoral y corrupto es el actual
Patriarca Cirilo, que se hizo famoso con el sobrenombre de “Tabacalero”,
a raíz de un escándalo que tuvo muy amplia difusión. Es que Monseñor
Cirilo estuvo durante años importando y comercializando, libres de
impuestos, ingentes volúmenes de cigarrillos y bebidas alcohólicas, lo
cual lo convirtió en un hombre extraordinariamente acaudalado. Luego,
Monseñor Cirilo comenzó a exportar petróleo y realizar inversiones en la
industria pesquera y automotriz. En el 2006 los periodistas del diario
“Moskovskie Novosti” calculaban su fortuna en 4000 millones de dólares.
El patriarca elogiado en el trabajo, colecciona aviones y objetos de
lujo. Cuando visitó Kiev en abril del 2012, los periodistas ucranianos
filmaron el reloj que llevaba en la muñeca: un Breguet de 30 mil euros.
Esto aconteció al día siguiente de que Cirilo predicara con
grandilocuencia en los canales de la TV ucraniana: “Es muy importante
aprender la ascesis cristiana… La ascesis es la capacidad de regular
nuestro consumo… Es la victoria del hombre sobre la concupiscencia, las
pasiones, el instinto. Y es importante que posean esta cualidad tanto
los ricos, como los pobres”. Cirilo posee una buena cantidad de lujosas
residencias, entre ellas todo un edificio sobre el río en pleno centro
de Moscú, un palacio en Peredelkino, otro en el monasterio Danilov y un
tercero en Gelendzhik, en el Cáucaso, donde para construirlo hubo que
talar un bosque entero.
15- Putin, el hombre más rico del mundo
Mucho más
opulento que Cirilo es, claro está, Putin. El inversor y financista
internacional Bill Brauder califica a Putin como el hombre más rico del
mundo y estima su fortuna en 200 mil millones de dólares. Según este
financista, Putin supo robarse tal capital, a lo largo de sus 14 años en
el poder, economizando en caminos, hospitales y escuelas. Bastante
similar a lo que ha acontecido por estas costas, aunque en otra escala.
Información muy parecida, y minuciosamente detallada, contenía el
informe elaborado por el político ruso Boris Nemtzov, titulado “Putin.
Corrupción”. Nemtzov fue acribillado en la noche del 27 de febrero del
2015, a unos pocos metros del Kremlin.
16- Solyenitsin quiso influenciar a Putin y fracasó
El padre
Sáenz cita elogios a Putin de Alexandr Solyenitsin. Pero pertenecían a
un Solyenitsin ya anciano, enfermo y condicionado por su esposa. Genial
como fue, el escritor no era infalible. Quiso influenciar al presidente
ruso, alentado por las señales enviadas por el astuto Putin de que esto
era posible, y fracasó. Tiempo después, él contaba: “Justamente en el
encuentro con Putin, yo le dije; la consolidación del estado es
necesaria para la unidad de Rusia, pero de esa consolidación del estado
no vamos a obtener el florecimiento de Rusia. El florecimiento de Rusia
solo será posible cuando se abran las bocas de millones, y cuando sus
bocas y sus manos estén libres para crear su propio destino” (citado por
Ludmila Saraskina, biógrafa autorizada por el escritor, en “Alexandr
Solyenitsin”, Moscú 2008, página 874). Lamentablemente, bajo Putin, las
bocas y manos del pueblo ruso siguieron atadas.
17- Falsa religiosidad, corrupción y culto a la personalidad
Sí. Putin
suele ir a misa en Navidad y Pascua, para que la TV lo filme todo el
tiempo. Mas cuando vuelve de misa a su oficina, ordena matar. Y no
ahorra medios para ello. En el 2006, la KGB envenenó con polonio
radioactivo al exiliado Alexandr Litvinenko. Científicos occidentales
calcularon el costo de la dosis letal en 30 millones de dólares. Pero
Putin no solo manda matar opositores. En 14 años de su poder en Rusia
fueron asesinados 28 periodistas; un promedio de dos al año. El padre
Sáenz habla de auge religioso en la Rusia de Putin y, como prueba,
enumera la cantidad de nuevas iglesias. En primer lugar, habría que
inspeccionar de visu con qué criterio ha sido erigida cada una de ellas.
Por ejemplo, yo he estado en la reconstruida iglesia moscovita de
Cristo Salvador y el criterio fue decididamente fenicio. El templo está
asentado sobre un centro comercial, con garajes de dos pisos, tiendas,
baños públicos y salas de espectáculos. Y ninguno de los reconstructores
se detuvo en pensar, si toda esta explotación comercial era lícita en
el edificio de una iglesia, dedicada a Aquel, Quien con un látigo
expulsó a los mercaderes del templo. En el 2011 un periódico
entrevistaba al padre Mijail Ardov, reconocido experto en la situación
religiosa de Rusia, y le decía lo mismo que sostiene el padre Sáenz: “Se
están construyendo nuevas iglesias y la gente concurre”. La respuesta
del sacerdote fue desoladora: “No va nadie. Si por lo menos las iglesias
estuvieran en el conurbano, algunas viejitas locales irían. Pero viajar
al centro de Moscú es complicado para ellas. Que la gente vaya en gran
número, eso no existe. Hubo una chance para ello a principios de la
década del 90, cuando dejaron de prohibir la religión. La gente
manifestaba interés, pero el Patriarcado no estuvo a la altura”. Dando
crédito a las cifras oficiales (es decir, al INDEC soviético), el padre
Sáenz asevera que ha aumentado el número de rusos que se declaran
ortodoxos. El padre Ardov, en cambio, las considera falsas: “En la Rusia
actual no hay más de un 3% de personas religiosas, practicantes. ¿De
qué vamos a hablar, si en Moscú hasta en Navidad y en Pascua va a la
iglesia un 1,5% de la población? El Patriarca Cirilo y sus allegados
quieren exagerar su rol ante quienes detentan el poder político. Por eso
dicen que tenemos un 80% de ortodoxos. Pero todo eso son baladronadas y
un intento de falsificar la realidad”.
Y finalicemos con otra reflexión del padre
Mijail Ardov sobre la Iglesia de Cirilo: “Una de las principales
obligaciones de la Iglesia, es brindar una evaluación moral de todo lo
que pasa y, principalmente, de las acciones del poder. El Patriarcado
debería defender a los enfermos, a los pobres, pero sabemos que no lo
hace, al contrario, sabemos que las autoridades del Patriarcado están
ligadas a los corruptos funcionarios del Estado. Ven como la TV y los
medios depravan a los jóvenes y no tan jóvenes, ven que todo está
permitido, pero no hacen nada. En los monasterios vive gente muy
sospechosa, y en cuanto a que las iglesias estén relucientes, eso no
atestigua que haya espiritualidad. A la iglesia van decenas de personas,
pero millones son absolutamente indiferentes.
Sumemos a
todo lo antedicho, el abrumador culto a la personalidad de Putin, que ha
sido impuesto en Rusia. El dictador es protagonista de libros de
cuentos infantiles y de películas, su rostro está en las estampillas, y a
su figura hasta le fue dedicada una ópera. Putin se ha inscrito por
derecho propio en el panteón de los dictadores soviéticos, cuyo nivel de
aportes a la destrucción de Rusia es proporcional a la cantidad de
monumentos y pinturas que se les han dedicado.