HAITÍ DE LAS DESGRACIAS
[Del
siguiente artículo sacamos una buena descripción de la religión
nacional de Haití, el Vudú, ya conocida por nosotros desde que sus
sacerdotes o brujos participaron en las Reuniones Intereligiosas de Asís
con anuencia de las autoridades conciliares, “papa” incluído]
OTRO DESASTRE NATURAL EN HAITÍ ¿NO SERÁ PORQUE ES EL ÚNICO PAÍS DEL MUNDO CONSAGRADO AL DEMONIO?
Haití, es el único país del mundo consagrado al demonio. En
1791 Haití se consagró al demonio por 200 años y fue el primer país
americano en obtener la independencia. En el 2005, fue nuevamente
consagrado al demonio por otros 200 años.
Haití,
es el único país del mundo consagrado al demonio. En 1791 Haití se
consagró al demonio por 200 años y fue el primer país americano en
obtener la independencia. En el 2005, fue nuevamente consagrado al
demonio por otros 200 años.
Y
un hecho reciente que podemos conectar. El 12 de enero de 2010, a las
16:53 hora local, Haití sufrió un devastador terremoto de 7,0 grados,
con epicentro a 15 km de Puerto Príncipe, su capital.
Este
hecho terrible del terremoto ocurrido en la antigua Isla de la
Española, (nombre dado por Cristóbal Colón a lo que actualmente
corresponde a Haití y la República Dominicana), nos habla de la
desgraciada realidad de ese país.
LA TRAGEDIA DE HAITÍ
Pobreza,
esclavitud, hambre, plaga del Sida, (de allí partió el sida hacia los
EEUU y resto del mundo), azote de los 3 huracanes acaecidos en 2008:
Ike, Gustav y Hanna que dejaron a su paso un millar de muertos,
inundaciones y tormentas catastróficas.
Haití es un país que social y políticamente, vive un gran desequilibrio, con un cumulo de golpes de estado (alrededor de 30), dictadores asesinos y practicantes del vudú como fue Francoise Duvalier y su hijo, corrupciones, analfabetismo, etc.
En el ámbito ecológico, sufre una gran deforestación con graves consecuencias en el equilibrio medioambiental,
fruto de la tala indiscriminada que sufren los bosques, como último
recurso de sus habitantes para utilizarlo como combustible.
Socialmente, Haití se parece a un enorme puzle, con piezas rotas, descoloridas, desgastadas, y muchas que faltan simplemente porque no existen: son los grandes suburbios
Allí las bandas armadas se enfrentan unas con otras, se compran armas fácilmente en cualquier mercado a precios bajos, conviven codo con codo con los “niños de la calle” fruto de los huérfanos que nunca han conocido a sus padres.
Se reporta la existencia, solo en Puerto Príncipe de aproximadamente 5000 niños de la calle, muchos de ellos hijos de padres fallecidos de sida y contagiados de esta terrible enfermedad,la desnutrición de estos niños se detecta hasta un 3º grado, siendo ya una desnutrición crónica.
La malaria y la fiebre tifoidea, son otras plagas endémicas del país que se ceban en estos inocentes. El 80% de los niños que nacen en Haití, no sabe quién es su padre.
El ingreso promedio apenas alcanza los 400€ anuales. Siete de cada 10 habitantes son pobres. Más del 70% de los haitianos viven con menos de 1,40€ al día, mientras que el resto lo hace con menos de 0,70€.
Haití, el país más pobre de toda América Latina, y uno de los países más pobres del globo.
Haití, el país más pobre de toda América Latina, y uno de los países más pobres del globo.
Todo el mundo se pregunta a que se debe tanta desgracia,
no podemos echarle la culpa a los conquistadores españoles, ni a los
colonos franceses, ni tampoco a los EEUU, pues es la primera colonia
europea en obtener la independencia,
Pero desde entonces lleva los no pocos 200 años de una terrible maldición, que subyace en las profundidades del satanismo y la magia negra como una altamente probable causa primigenia.
Resulta poco ético la comparación con otro país que comparte la misma isla, pero la historia se escribe con los hechos; en la República Dominicana – país que comparte la misma isla con Haití – , sin ser un país rico como los EEUU, Canadá, o la UE, se vive digna y prósperamente, siendo sitio de frecuentes visitas turísticas de muchos países del mundo.
LA TRISTE HISTORIA DE HAITÍ
La historia de Haití, es una historia “interesante” desde el punto de vista religioso-antropológico, porque poca gente sabe que es el único país del atlas que fue consagrado explícitamente al Demonio, y donde se le sigue rindiendo culto a él y a sus huestes satánica en las diversas modalidades del Vudú y la Santería.
El Vudú, religión animista fue oficialmente reconocida por el Gobierno como elemento propio de su idiosincrasia nacional.
Fue en abril de 2003 cuando el entonces presidente Jean-Bertrand Aristide (ex-sacerdote católico que llegó al poder como el primer presidente de la democracia), autorizó la práctica del VUDÚ para que fuera reconocida oficialmente en paralelo a la Católica.
Era
el 5 de Diciembre de 1492 cuando las tropas españolas al mando de
Cristóbal Colón, desembarcaron en la Isla a la que llamaron “La
española” y acamparon en el fuerte “Navidad”, se quedan allí las tropas y
Colón parte para continuar con sus descubrimientos; dos años más tarde
llega pero encuentra a todos sus marinos muertos, habían sido asesinados
por los indígenas (Caribes, Arawaks, Ciboneys, y Tainos).
Prosigue
la colonización, pero los grandes descubrimientos y conquistas en el
continente, especialmente de México y Perú, hacen que la Corona española se desentienda de la Isla siendo prácticamente abandonada.
En este acto aprovecharon los piratas franceses,
denominados filibusteros y bucaneros, haciendo presa fácil de su
territorio y asentando allí sus bases piratas. Una vez conquistada la
Isla, los franceses continúan la colonización a la vez que reclaman su pertenencia.
En 1697 bajo el tratado de Ryswick, la Corona española cede formalmente la parte Occidental de la Isla a Francia.
La
población mayoritariamente es negra: esclavos: traídos por cientos;
hombres y mujeres desde las costas occidentales de África, (Togo, Benin,
Ghana y Nigeria) comprende una proporción de más de 20 a 1, principalmente trabajaba en las plantaciones.
Luego están los grandes blancos: funcionarios franceses y colonos de grandes plantaciones; los pequeños blancos: comerciantes y artesanos; los mulatos negros y libres.
El único afán de estos era imitar la vida y costumbres de los ciudadanos franceses, era tanto su interés en exaltar esa similitud que se establecieron hasta 32 niveles sociales en razón al porcentaje de sangre blanca que corría por sus venas: cuanta más sangre negra, menos nivel social y viceversa.
Los negros cimarrones o salvajes, huían de sus amos y se escondían en las montañas, viviendo solos o formando pequeños grupos, que irrumpían en las plantaciones para alentar al resto de esclavos a rebelarse.
Por otra parte la población autóctona, indios caribes, tainos, ciboneys y arawakcs que vivían una cultura propia del paleolítico, fueron prácticamente diezmados en 1540.
La Isla se transformó en la principal colonia francesa y posiblemente la más rica colonia europea, debido al cultivo y comercio de azúcar, café, maderas, tabaco, etc.
Como dato característico, hay que resaltar qué toda esta población africana, trajo además de sus costumbres étnicas algo sumamente importante para su desgracia, su religión: el Vudú o Voodoo y sus variantes: Candomblé, Lukumbi, Umbanda, culto Shangó, Palo Mayombé, Obeah o la Santería.
Esta
última fusionada con la religión católica, enmascara las prohibiciones
que en siglos pasados tenían al no poder practicar sus sangrientos
ritos, ante la religión católica, autorizada y practicada por sus amos.
¿QUÉ ES EL VUDÚ?
Vudú
es la deformación de la palabra “vadoux”, referida a un ídolo en forma
de serpiente (zoolatría) adorado en África como un oráculo, dentro de su
jaula, no como una divinidad en sí, sino como una representación de un
principio de carácter divino.
En
la religión Vudú, se cree en la vida después de la muerte, y en la
existencia de una serie de jerarquías espirituales malignas o benignas
llamadas “Loas”,(demonios) que interfieren en el mundo terrenal
Estos son conectados gracias a la mediación de un hierofante (sacerdote de ritos ocultos y misteriosos) llamado houngan, quien puede conseguir curaciones, obtener ciertos secretos y tener poder sobre la naturaleza, esto en el caso del hombre, pues si la mujer es apta también puede representar este papel, y se la llama mambo.
Este misterioso culto tiene como objeto de adoración a los loas que en realidad son deidades que rigen el destino humano.
En la actualidad el vudú es una mezcolanza de ceremonias rituales propias del vudú africano y ritos cristianos.
En las creencias vudú, se estima la existencia de los zombies (o personas que creen que lo son), y son el resultado de un sortilegio provocado por el brujo bokor, transformándolo en su esclavo particular.
El
zombi (muerto viviente) pierde su voluntad y realiza todos los actos
que le ordena el brujo. Se dice que el bokor puede transformar a su
zombie en un animal y vender su carne en el mercado.
En un principio si lo que se quiere obtener es “benéfico” como las curaciones por ejemplo, es el houngan quien interviene, pero cuando se desea obtener resultados maléficos, (práctica de magia negra) al sacerdote se le llama bokor.
Una de sus actividades es “resucitar a los muertos” y convertirlos en sus esclavos: son los famosos zombies.
Los bokor, también pueden producir la muerte a distancia, la enfermedad o la desgracia mediante la utilización de un muñeco clavado de alfileres y otras técnicas; practicar la adivinación; la interpretación de sueños; realización de hechizos, conjuraciones de protección; utilización de pociones mágicas que pueden tener doble dirección: pociones que conjuran hechizos de amor, y pociones para producir la muerte.
Los
rituales vudú por lo general son muy complejos: hay varias deidades,
ocurren multitudinarias posesiones demoniacas, brutales orgías sexuales,
sacrificios rituales con derramamiento de sangre de gallinas o cabras,
danzas frenéticas acompañadas de fuertes ruidos de tambores, bajo el
consumo de ron y tabaco que terminan en varios “éxtasis”.
Se cree que los muertos caminan y danzan al mismo tiempo que ellos. Los posesos, entran en éxtasis cuando uno o varios Loas los “cabalgan” produciendo extrañas contorsiones y los ojos en blanco, es cuando el Loa habla a través del danzante (posesión diabólica).
Es
habitual que en la práctica del vudú se consagre a los niños a estas
deidades (Demonios), los niños a pesar de ser inocentes de los actos de
los adultos, quedan esclavos de los espíritus malignos y debiendo
obedecer todo lo que ellos les digan o de lo contrario los espíritus los
asesinan.
También se ofrecen bebés a los demonios, quemándolos vivos, esto en los siglos precedentes, en la actualidad no se reportan, pero puede que clandestinamente se realicen.
Es muy difícil salir de esta religión, así cuando un miembro de la familia se arrepiente porque llega a conocer el mensaje del evangelio,la familia llega a ser un blanco perfecto como víctima de satanás: enfermedades, ruina, muerte inexplicable de algún miembro, ropa destrozada antes de ir a la iglesia, accidentes, etc.
Esta táctica del terror y del miedo que el demonio utiliza surte sus efectos, la persona cede y vuelve atrás ante el temor de sufrir más maldiciones.
En agosto de 1850, el periódico New Orleans Times publicó un reportaje sobre una ceremonia vudú en la que danzaron desnudas alrededor de cincuenta mujeres negras y blancas.
En
1855 el diario de Nueva Orleans Daily Crescent publicó una entrevista
hecha a una sacerdotisa vuduista (una mambó) y a sus seguidores,
exponiendo lo siguiente: “Se
sabe que no solo negros, sino también mujeres blancas, algunas de ellas
jóvenes y hermosas, pertenecen a esta infernal secta”.
El autor Henry C. Castellanos, en su libro New Orleans as it Was, cuenta lo ocurrido en 1895: “Personas
blancas y negras se hallaban danzando con gran bullicio y algazara,
efectuando extrañas contorsiones musculares, resollando presas del
delirio y echando espumarajos por la boca. Pero lo más
degradante e increíble de esta escena era la presencia de un gran número
de mujeres acaudaladas de la alta sociedad y, por consiguiente,
consideradas como respetables…”
Hay ritos y secretos vudúes que son estrictamente secretos, pero se sabe que hoy día hay ceremonias secretas donde se utilizan pollos, cabritos y otros animales vivos para utilizarlos en los sacrificios sangrientos.
El
sacerdote bokor o la sacerdotisa mambó o los participantes en la
ceremonia despedazan con sus dientes una cabra, un pollo, una paloma o
un gato negro (generalmente los animales tienen que ser negros).
Después, la sangre aún caliente es paladeada por cada uno de los participantes,
mientras las invocaciones brotan de los labios de los asistentes.
Durante este rito todos los presentes se quitan la ropa, quedando
completamente desnudos.
Todo queda en el más íntimo secreto, y cada uno de los participantes rinde adoración a uno o más de las deidades vudúes. A menudo la sensualidad, se apodera de ellos y se tienden por parejas en el suelo, dando paso a una orgía desenfrenada. Otros abandonan el recinto sagrado, en parejas o grupos, para entregarse a placeres sexuales más íntimos.
LA CONSAGRACIÓN DE HAITÍ AL DIABLO
Los primitiva población negra traída como esclavos desde África,
sufrió toda clase de avatares propia de una acción deleznable e
inhumana, me refiero a la esclavitud, esclavitud que fue propiciando un
gran sufrimiento a este colectivo racial.
Abrumados ante la desesperanza y el dolor, deseando ser libres de sus opresores los amos blancos, de ver libre a su pueblo e independizarse como una nación libre y autónoma, recurrieron al pacto con Satanás, utilizando para ello los conocimientos ocultistas de la religión Vudú.
Corría
el año del Señor de 1791, un 20 de agosto, cuando el poderoso sacerdote
vudú (bokor) Boukman encabezó un alzamiento general para poner fin a la
esclavitud de su pueblo en una ceremonia vudú en la población de
Bois-Cayman.
Era esta una ceremonia “de pacto” con el demonio, donde en nombre de todo el pueblo haitiano, consagraba su país Haití y sus moradores al diablo con un pacto de compromiso por 200 años (consagración temporal) ofreciéndole adoración, a cambio pedían la liberación de los lazos opresores de sus amos los blancos franceses.
Habría una señal que daría comienzo a la revolución, sería el fuego prendido a centenares de plantaciones de caña de azúcar y de molinos.
Se iniciaba así un proceso revolucionario, cuyo principal líder fue Toussaint Louverture, esclavo
negro que detuvo las masacres e hizo pactos entre negros y blancos,
pero posteriormente fue capturado y deportado a Francia donde murió en
1803.
El brujo o bokor Boukman, falleció en circunstancias extrañas el mismo año de 1791.
La revolución continuó bajo el liderazgo del también esclavo negro Jean Jacques Dessalines,
(nombre perteneciente a su amo y que adoptó como propio) escapó de su
amo a las montañas, reclutó otros esclavos sumados a su causa, y que escondidos en las recónditas montañas selváticas continuaban practicando sus ritos Vudú.
Un
año después el 1º de Enero de 1804, J.J. Dessalines proclamó la
independencia diciendo que el Acta de la Constitución debía de haberse
escrito sobre el pergamino de la piel de un blanco, su calavera
como tintero, y la bayoneta usada como pluma entintada con la sangre de
los hacendados que se lucraron con la sangre de los suyos.
Nacía así la 1ª República negra independiente donde se había logrado abolir la esclavitud. Jean Jacques Dessalines falleció 2 años mas tarde de la proclamación de independencia.
LAS DESGRACIADAS CONSECUENCIAS DE LA
“CONSAGRACIÓN” HASTA NUESTROS DÍAS
“CONSAGRACIÓN” HASTA NUESTROS DÍAS
Curioso es para el observador de la historia, que al mismo tiempo que Haití obtenía la anhelada libertad, conseguida mediante la ayuda del demonio y su consagración en el año de 1804, comenzaba también una larga cadena de desgracias.
Jean
Jacques Dessalines se nombra Gobernador General y más tarde se
autoproclama Emperador: Jacques I, pero solo pudo vivir unos pocos meses
al caer asesinado violentamente.
Nace entonces paralelamente, una era de calamidades naturales,
sociales, políticas y económicas que no han tenido descanso hasta estos
momentos en que ha ocurrido el terrible terremoto.
Al
caer asesinado el “prócer independentista”, sufre el país la invasión
norteamericana en 1915; posteriormente suben al poder 23 gobernantes
desalmados y corruptos a cual más; quizás sea la saga
sanguinaria de Francois Duvalier la más larga y la más sangrienta, duró
desde 1957 hasta 1986, 30 largos años de grandes desajustes sociales.
Es claramente notorio que Duvalier se autoproclamara practicante del Vudú.
Ya
en 1954 con la colaboración de Lorimer Denis, publicó una obra escrita
denominada L’Evolution graduelle du vaudou (La evolución gradual del
Vudú), libro de conocimientos y práctica de esta religión y que
utilizó inteligentemente durante su mandato político, se llegan a
contabilizar como víctimas de este sangriento dictador hasta 200.000
muertos.
Nada
más tomar el poder, Francoise Duvalier (Papá Doc) nombró como
Comandante en Jefe de su Milicia, al temido brujo bokor Zacharie Delva,
reivindicando la religión Vudú como la religión oficial
Funda una especie de policía esotérica, los llamados Voluntarios de la Seguridad Nacional (les Tontons Macoutes) que sembraron de terror al país.
Entre el terror, el temor y la reverencia casi idolátrica que se le tenía a Duvalier, se llegaba a decir por sus calles: “El hombre habla pero no actúa, Dios actúa pero no habla, Duvalier es un Dios”.
En 1971, muere F. Duvalier y le sucede su hijo Jean Claude Duvalier, llevando al país a una decadencia más trágica aún que la de su padre, y permanece en el poder 29 años, hasta que es obligado a exiliarse en Francia.
Surgen en 1988 las primeras elecciones semi-democráticas, tras
haberse promulgado la nueva Constitución, y resultando vencedor Leslie
Manigat que luego es derrocado por un golpe de estado por el General
Henry Namphy.
Dos meses después toma el poder otro general, Proper
Avril que se autoproclama presidente. Pocos meses después a raíz de
fuertes protestas populares, Avril renuncia a su cargo, relevándole en
él la magistrada de la Corte Suprema Ertha Pascal-Trouillot.
A finales de 1990 y tras las primeras elecciones auténticamente democráticas resulta elegido Jean Bertrand Aristide, un sacerdote católico.
En Febrero de 1991, toma posesión Aristide pero es derrocado por un nuevo golpe de estado propiciado por el General Raoul Cedras en el mes de septiembre.
La OEA interviene tomando la determinación de congelar todos los bienes del país en el exterior y declara un embargo comercial para
obligar al gobierno a reinstalar a Aristide, al tiempo que la Cámara de
diputados y el Senado ratifica como primer ministro a Jean Jacques
Honoret.
En enero de 1992, Aristide
en el exilio norteamericano acepta a René Theodore como primer
ministro. Finalmente en julio se llega a un acuerdo con la ONU, de
cumplir las resoluciones dictadas y se promueve la posesión del cargo al presidente legítimo Jean Bertrand Aristide que culmina su mandato en Febrero de 1996.
En
febrero de 1994, la comisión de derechos humanos de la ONU, estima que
alrededor de 3000 personas han sido asesinadas a partir del golpe
militar que había derrocado a Aristide al comienzo de su toma de
posesión en 1991.
Concluido su período presidencial, se convocan elecciones y sale elegido René García Preval (7 de febrero de 1996 – 7 de febrero de 2001)
En
el 2001, se presenta de nuevo a las elecciones Jean Bertrand Aristide y
es nuevamente constituido presidente, hasta el año 2004 cuando
nuevamente es forzado a exiliarse y deponer su cargo a favor de un gobierno interino, siendo presidente provisional Boniface Alexandre hasta el 14 de mayo de 2006.
En 2006 es elegido René Préval, luego Michel Martelly y actualmente Jocelerme
Privert que fue elegido como presidente interino de Haití el 14 de
febrero de 2016, a la espera de la realización del balotaje presidencial
que se encuentra pendiente desde 2015.
LA OFICIALIZACIÓN DEL VUDÚ
Es obligatorio reseñar en cuanto al tema que nos atañe, que después de la retirada de las tropas estadounidenses en 1935, el gobierno haitiano luchó para erradicar estas prácticas, imponiendo penas de prisión y multas dinerarias, pero todo ello consecuencia de la poderosa influencia que tenía EEUU en los años de intervención de sus marines.
La
práctica del Vudú permaneció así inalterada hasta 1987, que con la
caída de J.C. Duvalier se redactó una nueva Constitución donde se
reconocía el derecho a practicar cualquier religión,
entendiéndose implícitamente que la práctica del vudú quedaba incluida
en dicha libertad de culto, recogida en la SECCIÓN D, de la CONSTITUCION
HAITIANA DE 1987, en su artículo 30: De la libertad de conciencia.
Sin
embargo el Status legal como religión propiamente dicha, y expresamente
firmado bajo declaración de ley, se obtuvo bajo la presidencia del
ex-sacerdote católico Jean Bertrand Aristide el 7 de mayo de 2003.
“Siempre fuimos la mayoría en Haití y nunca fue ilegal la práctica del vudú. Lo que el presidente Aristide hizo por nosotros, y por ello estamos agradecidos, fue hacer más fácil la obtención del status necesario para que las ceremonias religiosas tengan valor legal”, dijo la sacerdotisa Mambu Racine Sumbu, en entrevista concedida a la BBC.
Mambu
es una sacerdotisa norteamericana que está en Haití desde hace 15 años.
Según ella, más del 90 por ciento de la población haitiana practica el
vudú. Una definición popular dice que el 70% de los haitianos son católicos, 30% son protestantes, y 100% son seguidores del vudú.
En la práctica del vudú, se celebra dos veces al año, la llamada “fiesta de acción de gracias a sus ídolos, es decir a satanás y los demonios.
RENOVACIÓN DE LA CONSAGRACIÓN INICIAL A SATANÁS
Transcurridos
los 200 años concedidos por el demonio al sacerdote bokor Baukman y sus
seguidores revolucionarios, en el “pacto de sangre” donde el Ángel
caído prometió su pronta liberación e independencia de las cadenas
opresoras de los franceses, era de suma importancia para los sacerdotes
del vudú, volver a consagrar al país a satanás, tal y como lo hicieron
sus predecesores en 1803.
Fue el 14 de agosto de 2004, cuando miles de cristianos haitianos se unieron en oración para reparar y desagraviar a Dios Nuestro Señor, a la vez que tratar de contrarrestar en el día nacional de la oración, la pronta ceremonia de pacto vudú que se iba a realizar bajo el respaldo del presidente Jean Bertrand Aristide.
Este
día los sacerdotes brujos vudú, guiarían a Haití a una recnsagración
del pacto de sangre hecho con el demonio hacía 206 años.
Jean
Bertrand Aristide, hizo todo lo que pudo en cuanto a su ámbito de
autoridad máxima del país, para sostener dicho pacto satánico.
Ya en abril de 2003, emitió una ley en la que se reconocía el vudú, como la religión oficial de Haití. Además pagó e hizo viajar a 400 practicantes de dicha religión desde el África occidental hasta la isla.
Esta
noticia, que los grandes periódicos y cadenas de TV o de radio no
difundieron, se conoció porque hubo cristianos que fueron enviados como
espías al lugar donde los brujos budú iban a celebrar el nuevo pacto de
sangre, que fue en el mismo sitio del PACTO ORIGINAL de 1803, donde se
intercambió el alma de Haití por la victoria sobre los franceses.
Los espías reportaron que se habían traído multitud de animales (cerdos, cabritos y pollos) para hacer los sacrificios, pero (y esto se atribuye a la fuerza de la oración) de pronto surgió mucha confusión, discutían las personas y al final la gente se desbandó sin que se realizara el sacrificio sangriento.
No obstante el fracaso anterior, no fue óbice para que se renovara este pacto satánico el 1º de enero de 2005, día nacional de la Independencia de Haití, y ¡¡ también por otros 200 años!!
Un
dato curioso que no dejamos escapar del tintero: una de las zonas más
devastadas por el terremoto ha sido el suburbio en Puerto Príncipe
llamado “Carrefour”, que nadie piense que se trata de un barrio
edificado con la ayuda de la gran cadena internacional francesa de
supermercados, ojalá fuera así.
Carrefour
es el nombre de un demonio del vudú, se le considera el señor del
inframundo, del lugar inferior de los muertos, la representación de la
sombra y las tinieblas.
Por cierto, el logotipo de los almacenes Carrefour, dicen
algunos entendidos en misterios esotéricos que guarda curiosa analogía
cuando se le representa girado 90º, con otro correspondiente a una
sociedad secreta francesa, (El Priorato de Sión, secta aludida en la
Obra masónica “El Código Da Vincci”).
Sin embargo no olvidemos que se ha calculado que ¡un 90% del barrio Carrefour fue destruido!… Sin palabras…
CONCLUSIONES
Una vez conocida la trágica historia de Haiti, a nadie con sentido común, se le escapa la idea de que este
país abandonó hace mas de dos siglos la gracia que Dios inherentemente
regala a todos sus hijos que le reconocen como tal, y guardan sus mandamientos.
El pueblo en masa, cambió la adoración de su Creador por la adoración a Satanás, echaron a Dios de sus corazones, no
es que Dios los haya abandonado, sino que ellos abandonaron a Dios,
para dejarse seducir por las atracciones de las artes maléficas del
vudú, invocación de espíritus, práctica de magia negra, asesinatos,
orgías sexuales y demás ritos sangrientos.
Está escrito: “Ved, Yo os pongo hoy delante bendición y maldición;
la bendición, si cumplís los mandamientos de Yavé, vuestro Dios, que Yo
os prescribo hoy; la maldición, si no cumplís los mandamientos de Yavé,
vuestro Dios, y, apartándoos del camino que Yo os prescribo hoy, os
vais tras otros dioses que no habéis conocido”. (Dt. 11, 26-28).
También está escrito: “Todo hombre o mujer que evoque a los muertos y se dé a la adivinación, será muerto, lapidado; caiga sobre ellos su sangre”.
Lo que ha ocurrido en Haití como consecuencia de la desobediencia a las leyes de Dios, se ha repetido a lo largo de la historia desde el principio de los tiempos. Recordemos los casos de
El Diluvio Universal: murió toda carne viviente, solo se salvó Noé y su familia.
Sodoma y Gomorra: la
homosexualidad, la lujuria, la soberbia, la inmoralidad, la embriaguez,
la ociosidad hicieron que el fuego descendido del cielo terminara con
sus días.
Mucha
gente dijo en aquellos días en relación al desastre de Haití: “¿Cómo
puede existir un Dios que permita tanto mal, tanta muerte y tanta
destrucción?”.
Esta gente no analiza donde radica el verdadero mal, y la causa de sus desastres y errores que conducirían irremediablemente -si Dios no interviene-, a la autodestrucción total.
Visto en Católicos Alerta