La Otra Cara de Karl Marx (2) (Nacionalismo Católico NGNP)
¿Fue Karl Marx un
Satanista?
Escrito
por Richard Wurmbrand
(Segunda parte)
Oulanem Quiere Venganza
Poco
después que Marx recibió este certificado, algo misterioso sucedió en su vida:
se volvió profunda y apasionadamente anti-religioso. Un nuevo Marx comenzó a
emerger.
En una
poesía escribe: "Deseo vengarme de Aquel que gobierna en lo alto".'
Así que estaba convencido de que hay Alguien que gobierna. El estaba en pleito
con El. Sin embargo, Aquel en lo alto no le había hecho ningún daño. Marx
pertenecía a una familia de relativamente buena posición. En su niñez no pasó
hambre. Estaba mucho mejor que la mayoría de sus compañeros estudiantes. ¿Qué
fue lo que produjo este odio terrible contra Dios?
No se conoce ningún motivo personal. ¿Estaba siendo acaso Karl Marx en
esta declaración sencillamente el vocero de otro? En una edad en que todo joven
normal tiene hermosos sueños de hacer el bien a otros y preparar una carrera
para sí mismo, ¿por qué escribió estas líneas en su poema Invocación de un Desesperado?
Pues un
dios ha arrebatado de mí todo
En la maldición y tormento del destino,
Todos sus mundos idos irrevocablemente
Solamente me resta la venganza.
En la maldición y tormento del destino,
Todos sus mundos idos irrevocablemente
Solamente me resta la venganza.
Construiré mi trono en las alturas,
En una cumbre inmensa y fría.
Por su baluarte - supersticioso espanto.
Por su alguacil - la más negra agonía.
En una cumbre inmensa y fría.
Por su baluarte - supersticioso espanto.
Por su alguacil - la más negra agonía.
Quien lo mire con ojos sanos,
Regresará mudo, con palidez mortal,
En garras de mortandad ciega y fría.
¡Que su felicidad prepare su tumba!
En garras de mortandad ciega y fría.
¡Que su felicidad prepare su tumba!
Las
palabras "me construiré mi trono en las alturas" y la confesión que
de quien se sienta en este trono sólo emana espanto y agonía, nos recuerda el
orgulloso alarde de Lucifer: " Subiré al Cielo; en lo alto, junto a las
estrellas de Dios levantaré mi trono". (Isaías 14:13)
Pero,
¿por qué desea Marx un trono tal? La respuesta se encuentra en un drama poco
conocido que Marx también compuso durante sus años estudiantiles, titulado Oulanem. Para explicar el título
necesitamos cierta digresión.
Existe
una iglesia de Satanás. Uno de sus ritos es la misa negra, la cual recita a
medianoche el sacerdote satanista. Colocan velas negras al revés en el
candelabro. El sacerdote se viste con su ornada túnica, pero con el forro hacia
afuera. Dice todo lo que se indica en el libro de oraciones, pero leyendo desde
el final hacia el principio. Los nombres santos de Dios, Jesús y María, se leen
a la inversa. Un crucifijo es colocado boca abajo o es pisoteado. El cuerpo de
una mujer desnuda sirve de altar. Una ostia consagrada, robada de alguna
iglesia e inscrita con el nombre de "Satanás" es usada en una parodia
de la comunión. Durante la misa negra se quema una Biblia. Todos los presentes
prometen cometer los siete pecados capitales, según son enumerados en los
catecismos católicos, y a nunca hacer ningún bien. Tras esto, sigue una orgía.
El culto
al Diablo es muy antiguo. Deuteronomio 32:17 dice que los judíos
"sacrificaron a io
los
demonios". Más adelante, el rey Jeroboam de Israel, ordenó sacerdotes para
los demonios. (11 Crónicas 11:15)
De
manera característica, Oulanem es una inversión de un nombre santo: es un anagrama de Emmanuel, un
nombre bíblico de Jesús que significa en hebreo "Dios con Nosotros".
Tales
inversiones de nombres se consideran efectivas en la magia negra.
El drama
Oulanem se puede
comprender solamente a la luz de la extraña confesión que hizo Marx en un
poema titulado El Violinista, al cual
trataron de restar importancia después tanto él mismo como sus seguidores.
Los
vapores infernales suben y llenan la mente,
Hasta
que enloquezco y mi corazón es totalmente cambiado.
¿Ves esta espada?
El Príncipe de las Tinieblas Me la vendió.
El Príncipe de las Tinieblas Me la vendió.
Para mí marca el compás, y da las señales.
Cada vez con más osadía, toco el baile de la muerte,9
Cada vez con más osadía, toco el baile de la muerte,9
Estas
líneas cobran significación especial cuando nos enteramos de que en los ritos
de iniciación superior del culto satanista, se le vende una espada encantada
al candidato, la cual le asegura éxito. Paga por ella firmando un pacto con
sangre de sus venas, de que su alma pertenecerá a Satanás después de morir.
Y ahora,
una cita del drama Oulanem:
Y ellos son también, Oulanem, Oulanem.
Nombre que resuena como la muerte, resuena
Nombre que resuena como la muerte, resuena
Hasta que perece, arrastrándose miserablemente.
Detente, ¡lo tengo ahora! Surge
desde mi alma
Tan claro como e1 aire, tan fuerte como mis propios huesos.
Tan claro como e1 aire, tan fuerte como mis propios huesos.
Aun tengo fuerza en mis juveniles brazos
Para agarrarte fuertemente y triturarte
Para agarrarte fuertemente y triturarte
[es decir, a la humanidad personificada]
Con tempestuoso poder
Con tempestuoso poder
Mientras que para ambos se abre el abismo
desmesuradamente en la oscuridad.
Te hundirás y yo te seguiré riendo a carcajadas;
Murmurando en tus oídos, "Desciende,
amiga: ven conmigo”.
desmesuradamente en la oscuridad.
Te hundirás y yo te seguiré riendo a carcajadas;
Murmurando en tus oídos, "Desciende,
amiga: ven conmigo”.
La
Biblia, que Marx había estudiado en sus años de escuela superior y que conocía
muy bien en sus años de madurez, dice que el Diablo será atado por un ángel y echado
en el abismo (Apocalipsis 20:3). El deseo de Marx es arrastrar a toda la
humanidad adentro de este abismo reservado para el Diablo y sus ángeles.
¿Quién habla a través de Marx en
este drama? ¿Es razonable suponer que un joven estudiante abrigue como el sueño
de su vida una visión de la humanidad entrando en el abismo de oscuridad
("oscuridad exterior" es un término bíblico que se refiere al
"infierno"), y a sí mismo riendo a carcajadas mientras va tras
aquellos a quienes guió en la incredulidad? En ninguna parte del mundo se
cultiva este ideal, excepto en los ritos de iniciación de la iglesia de
Satanás, en sus niveles más altos.
Llega el momento de la muerte de Oulanem. Sus palabras son:
Arruinado,
arruinado. Mi tiempo ha terminado.
El reloj
se ha detenido, la casa enana se ha derrumbado.
Pronto
abrazaré la eternidad en mi pecho,
Y pronto rugiré gigantescas maldiciones sobre la humanidad.
Y pronto rugiré gigantescas maldiciones sobre la humanidad.
Marx
había amado el mundo de Mefistófeles en Fausto; "Todo lo que existe merece
ser destruido". Todo, incluyendo el proletariado y los camaradas. Marx
citó estas palabras en El 18 de Brumario.13 Stalin actuó basado en ellas y destruyó aun a
su propia familia.
La secta
satanista no es materialista. Cree en la vida eterna, Oulanem, la persona por
quien habla Marx, no disputa el hecho de la vida eterna. Lo afirmó, pero como
una vida de odio magnificado en extremo. Vale la pena hacer notar que eternidad
para los demonios significa "tormento". Por eso jesús fue reprochado
por los demonios: "¿Has venido para atormentarnos antes de tiempo?"
(Mateo 8:29).
Lo mismo
sucede con Marx:
¡Ah, la
eternidad! nuestra aflicción eterna.
Muerte indescriptible e inmensurable,
Vil, artificialmente concebida para mofa nuestra,
Muerte indescriptible e inmensurable,
Vil, artificialmente concebida para mofa nuestra,
Nosotros,
mecanismos como relojes, ciegamente maquinales,
Hechos para ser los
necios almanaques del Tiempo y el Espacio,
Sin más propósito que acontecer; ser arruinados,
Sin más propósito que acontecer; ser arruinados,
Para que
haya algo que arruinar.
Comenzamos
a comprender lo que ha sucedido al joven Marx. Había tenido convicciones cristianas,
pero no había llevado una vida compatible con ellas. La correspondencia con su
padre da testimonio de su despilfarro de grandes sumas de dinero en placeres, y
de sus constantes querellas con la autoridad paternal sobre éstas y otras
cuestiones. Luego puede que haya sucumbido a las doctrinas de la altamente
secreta Iglesia de Satanás y recibido los ritos de iniciación. Satanás, quien
habla a través de sus adoradores en sus orgías halucinogénicas. Así pues, Marx
no es sino el vocero de Satanás cuando pronuncia en su poesía Invocación de un Desesperado las
palabras "deseo vengarme de Aquel que gobierna en lo alto".
Escuchemos el final de Oulanem:
Si existe Algo que devore,
Saltaré adentro, aunque traiga el mundo a su ruina
Saltaré adentro, aunque traiga el mundo a su ruina
El mundo que se dilata entre mí y
el abismo,
Lo destrozaré en pedazos con mis perennes maldiciones.
Lo destrozaré en pedazos con mis perennes maldiciones.
Estrecharé
mis brazos alrededor de su cruel realidad:
Abrazándome,
el mundo sucumbirá estúpidamente,
Y
entonces se hundirá en la nada absoluta,
Fenecido, inexistente: eso sería vivir verdaderamente.
Fenecido, inexistente: eso sería vivir verdaderamente.
En Oulanem,
Marx hace lo que hace el Diablo: entregar la raza
humana toda a la condenación. Oulanem es probablemente el único drama en el mundo cuyos personajes están
conscientes de su propia corrupción, de la cual hacen gala y celebran con
convicción. En este drama no hay blanco y negro. No existe Claudio ni Ofelia, lago ni
Desdemona. Aquí todo es negro y todos revelan aspectos Mefistofélicos. Todos
son satánicos, todos están corrompidos y condenados.
(Fin de la segunda parte) NCNGNP
(Fin de la segunda parte) NCNGNP