Viaje de Justicia y Concordia a Tucumán
Estimados amigos asociados:
Emprendimos este viaje a Tucumán Alberto Solanet, Gerardo Palacios Hardy, Ricardo Saint Jean y Carlos Bosch.
El
miércoles 28/9 llegamos al anochecer y fuimos espléndidamente
recibidos, en casa de Elvira Cossio de Quesada, por un grupo de grandes
luchadores que ella integra, todos amigos y amigas de Luz García
Hamilton y de su marido Luis Paz. Charlamos esa noche largo y tendido
sobre el juicio en marcha vinculado con el Operativo Independencia,
sobre los jueces, los imputados, los acusadores. Y también sobre otras
muchas cosas.
Además
de la dueña de casa y del matrimonio Luis Paz-Luz García Hamilton,
estaban el coronel José María Menéndez, hermano del general, y su mujer
Yethel; el comisario Camilo Orce, que nos buscó en el aeropuerto, y su
esposa, Ana Peña; Gustavo Silvetti y su esposa Martita; Maria Helena
Gonzalez Górgola de Svensen (éste está preso y lo conocimos en el
tribunal). También al día siguiente Vicky Herrera de Padrós, quien hace
la Vírgen de la Eucaristía y la difunde.
Alberto Solanet perdió su avión ese día, pero no se rindió: sacó otro pasaje para más tarde, asumiendo el doble costo y llegó nomás, aunque bastante más tarde.
Empezamos
bien temprano el jueves. Visitamos en tribunales a varios imputados que
esperaban el comienzo de la audiencia de ese día. Luego, mientras Saint
Jean visitaba al Teniente coronel Eduardo del Río, los demás hicimos lo
mismo con el coronel Zírpolo (preso hace 10 años), hombre digno y
sereno, y luego con el policía Reyes Quintana.
Almuerzo
rápidamente con el abogado defensor Facundo Maggio e inmediatamente
partimos el Penal de Villa Urquiza, donde estuvimos con cuatro presos,
el Coronel Stel, los guardia cárceles Valenzuela y Álvarez, y el agente
Carlos de Cándido. Valenzuela y Álvarez, con seis años de cárcel,
esperan la domiciliaria.
Visitamos también – separados en dos grupos - al cardenal Villalba y al Obispo Zecca.
Luego,
al anochecer, fue el acto programado en el hotel Carlos V, con la
presencia de unas 200 personas. Todo organizado cuidadosamente por Luz
García Hamilton y su equipo.
Luz hizo la presentación de los visitantes, y habló en primer término Palacios Hardy.
Palacios Hardy
Trazó
un panorama de nuestra situación política, enfatizando la enorme farsa
de los juicios de lesa humanidad. Este problema es político, aseveró. Lo
político se está usando como medio de venganza y la venganza para
obtener los fines buscados en la guerra: es la continuación de la guerra
por otros medios. La perdieron militarmente, pero la prosiguen ahora,
así.
De
esta situación – explicó -, en teoría podría salirse por dos canales:
la amnistía y la anulación de los juicios. El primero, el mejor y más
inteligente, no es factible en esta Argentina de hoy, pese a los 40 años
transcurridos: la propaganda ha impuesto con fuerza en los jóvenes el
slogan del “terrorismo de Estado”.
Tampoco
el segundo canal mencionado es viable hoy. Es claro que los juicios son
nulos, y vergonzosos además, pero los tribunales actuales, y esta
Corte, y este gobierno no lo admitirán.
¿Qué
hacer, entonces? Por lo pronto, tres cosas: un diagnóstico claro de la
situación y sus causas; una consigna que sintetice y exprese el remedio;
y generar un fuerte ambiente colectivo, espeso, para que la consigna se
convierta en exigencia. Eso para empezar.
En
cuanto al diagnóstico, se preguntó el disertante cómo pudo ocurrir esto
de un día para el otro por impulso de los mismos tribunales que habían
avalado las leyes de pacificación. Es que en realidad estos juicios –
aclaró - son parte de un plan mayor que tiene por fin la colonización
ideológica de la administración de justicia. E integra una estrategia
global lanzada en la Argentina desde 1983. Este plan destructivo ataca
en todos los frentes: el Estado, la educación, la cultura, la economía,
la familia. Se trata de un proceso revolucionario. Y el caso es que esta
farsa judicial, resultado del trabajo de infiltración de los organismos
de derechos humanos, es una parte de ese plan y de ese proceso. Lo cual
es confirmado por lo que pasa hoy en otros países: Colombia, Chile,
Perú. Se trata de la venenosa infiltración de las instituciones por
parte de las organizaciones de los Derechos Humanos.
Con
esas dos palabras: derechos humanos, han construido la ideología de los
Derechos Humanos. Con ellas interpretan toda la realidad según sus
designios. Así, establecieron en el sistema interamericano de Derechos
Humanos la presunción absoluta de que sólo el Estado puede vulnerar esos
derechos. No así los que atacan al Estado, aunque maten policías, o
civiles o chicos en las calles. Es terrorista el Estado cuando los
viola. No los grupos terroristas que atacan a la Nación y a todos los
argentinos.
La
pregunta de hoy, entonces, es qué hacer. Según lo dicho, hay que pasar a
la acción. Buscar unidad estratégica y camaradería. Aprender cómo
comunicar. Formar la red desde abajo. Trabajar fuerte con hombres y
mujeres que compartan la crítica, que adviertan el peligro. Hay que
crear esa red, como han hecho ellos.
Ricardo Saint Jean
Luego
tomó la palabra Ricardo Saint Jean y esbozó, desde el plano jurídico,
la respuesta al interrogante de cómo se sale de esto, es decir de esta
absurda y destructiva situación política y judicial a la cual fuimos
conducidos a partir del gobierno de Alfonsín.
Las
posibles medidas legislativas y del Poder Ejecutivo para solucionar el
problema fueron analizadas por Palacios Hardy y descartadas en las
circunstancias actuales creadas por la revolución que ha venido
sufriendo la Argentina.
Queda
entonces la vía judicial, que puede ser inmediata o gradual. La
primera, sería un fallo de la Corte que se pronuncie ahora en el sentido
que lo hicieron en su momento los votos minoritarios en Arancibia
Clavel, es decir declarando la inaplicabilidad de la calificación de
lesa humanidad (nacida a partir del Estatuto de Roma) a los delitos de
los años 70, y por ende estableciendo la prescripción de todos ellos.
La
segunda, gradual, sería la declaración de insubsistencia de la acción
penal. Esta se encuentra contemplada en tratados y ha sido también
aceptada – en general - por jurisprudencia de la Corte argentina. Según
ella, la continuación de la acción penal es inadmisible cuando ha
transcurrido un muy largo plazo. No se trata de la prescripción, sino de
un instituto diferente. La lejanía del hecho, el transcurso del tiempo
sin resolución, torna insubsistente la acción penal.
Por
ello, la Corte en su nueva conformación, o algún tribunal de Casación,
podría pronunciarse en ese sentido. Habrá que ver – aclaró- dónde se
aplica ese “corte”: si se aplica sólo a los juicios aún no iniciados
para terminar con la permanente instauración de nuevos procesos, o
también a los que están en trámite pero aún no sentenciados. Respecto de
los ya sentenciados la solución será la aplicación del dos por uno y la
prisión domiciliaria.
Y,
enlazando con lo que dicho por Palacios Hardy, finalizó señalando la
necesidad de una red comunicacional que permita coordinar acciones e
iniciativas tendientes a crear un clima de revisión del “relato”
instaurado y promover la verdad y la concordia.
No
es casualidad – dijo - que Tucumán, donde familiares y amigos de los
perseguidos se organizan, asisten a las audiencias y presionan en los
medios, tenga hoy sólo 4 hombres en la cárcel, dos de los cuales tienen
ya concedida domiciliaria y están a la espera de la pulsera, mientras
todo el resto de los detenidos están excarcelados, en domiciliaria o
absueltos.
Bien,
este resumen que se ha hecho de las dos disertaciones no refleja en
manera alguna el ambiente de intensa atención y de aprobación que hubo
en ese acto por parte del público, al punto de notarse una fuerte
emoción en muchos de los presentes.
Esa
noche, nueva recepción de nuestros amigos, cada vez más alegre y
amistosa. Esta vez en casa de Sebastían y sofía, hijos de Yethel.
Generosamente pusieron la casa y nos convidaron con excelentes pizzas
hechas por ellos mismos.
El
viernes por la mañana temprano nos entrevistamos en tribunales con el
presidente del tribunal, Dr. Casas. Nos señaló el juez que nosotros lo
hemos denunciado ante el Consejo de la Magistratura pidiendo su
remoción. La reunión fue, sin embargo, amable.
Más
tarde presenciamos la audiencia de ese día. Recibimos algunos cantitos
amenazadores del sector de la izquierda (visto desde el tribunal), todos
munidos de carteles de desaparecidos, sector al cual nuestras patricias
hacen frente sin retroceder un ápice, con la Virgen de la Eucaristía al
frente. La impresión de esa audiencia, más allá de que el tribunal
pareció más bien ecuánime en sus decisiones sobre planteos de las
partes, fue lamentable en cuanto a la seriedad que debería imperar en un
proceso judicial. Aplausos, carteles, testigos que saludan victoriosos a
los presuntos familiares de víctimas, una fiscal, ¡bien digo, una
fiscal!, que a vista y paciencia del tribunal hace muecas y morisquetas
al defensor mientras este expone, omitiendo los jueces la condigna
sanción pese al pedido expreso del defensor; otro fiscal o abogado de
querellante que es pariente del testigo, etc.
En
fin, la sensación clara de que, mejores o peores los tribunales, la
judicatura argentina ha caído en un impresionante grado de “chanterío”,
del cual será muy difícil salir. ¿Cómo salir de eso cuando nada menos
que el presidente de la Corte Suprema sostiene una y otra vez
públicamente que el camino de persecución y arbitrariedad desatado por
el kirchnerismo y por la izquierda subversiva contra militares y
policías es una “política de Estado”?
Por
la tarde, visitamos al coronel Fernando Torres, preso domiciliario.
Luego Palacios Hardy, visitó también al agente Pasteris, en la misma
situación.
Realmente
salimos muy impresionados de esta visita. En primer lugar, el grupo de
mujeres y varones luchadores, alegres, valientes, amistosos, que nos
acogieron como si estos cuatro abogados fuéramos realmente personas muy
importantes. Siempre dentro a de este primer lugar, la gran capitana Luz
y su marido Luis Paz, desbordante de amistad y de un humor a toda
prueba. Nos llevaron y trajeron, nos abrieron Villa Nougues, nos
acompañaron en todo momento. En segundo lugar, el acto del jueves noche.
Formidable, todo organizado por este magnífico grupo de patriotas.
A
las charlas que dieron GPH y RSJ, se las define con una palabra
compartida por todos los que los escuchamos esa noche: magníficos.
Saludos a todos.