El
día viernes, fin de la semana laboral, una formación del ferrocarril
Sarmiento se vio interrumpida por el corte del servicio eléctrico, se
suspendió el servicio, los usuarios, enardecidos, incendiaron boleterías
en la terminal de la estación Once, otro tanto, en la estación
Castelar. Era el día domingo y el servicio continuaba interrumpido. El
día sábado, de forma sorpresiva, la ministro de Desarrollo Social,
Carolina Stanley, aseguraba que no existía riesgo alguno de estallido
social para el mes de diciembre, tradicional por las fiestas de fin de
año, y, desde el año 2001, un hito de la historia argentina
contemporánea, en donde en diez días, son removidos cinco presidentes, a
partir de la renuncia de De la Rua, por motivo de las generalizadas y
virulentas protestas populares.
Dos semanas antes, el presidente Macri, había anunciado el inicio de las obras del soterramiento de esa línea férrea, 18 km, de Once a Castelar, obra anunciada tres veces por el populismo que gobernara durante una docena de años. La obra era adjudicada a la empresa del primo del presidente Macri, Antonio Calcaterra, con un costo de 3000 millones de dólares. Esto es, 157 millones por kilómetro. La obra del Eurotunel, de 50,5 km de extensión, bajo el mar, tuvo un costo de 115 millones de dólares por kilómetro, incluye una vía férrea y una autovía, de ida y vuelta, tres galerías, un costo del 45% más bajo que el presupuesto argentino; obra realizada bajo el mar. La obra del soterramiento del Sarmiento, no urgente ni prioritaria, su utilidad es a los puros fines de mejorar el tránsito en los cruces de las barreras, tiene todos los elementos de la corrupción que nos remite a la anterior gestión populista, sobreprecios y contratación directa para un clan de allegados. Esto a la luz del día, y, de más está decir, sin que los grandes medios o los denunciadores del oficialismo, Lanata, Stolbizer, Carrió, lo hayan tomado en cuenta; la famosa vista gorda, en dos de los tres susodichos, consecuentes.
Como para echar un manto de transparencia y honorabilidad, el desplazado director de la Aduana, Gómez Centurión, retornaba a su cargo, luego de corroborarse de que había sido víctima de una operación de inteligencia, con la inestimable complicidad de la ministro de Seguridad. De todas formas, la honestidad del héroe de Malvinas y comando carapintada, queda entre una nube de interrogantes, al revelarse que papeles más que comprometedores de la corrupción del clan Macri, se habrían incendiado en el atentado de Iron Mountain, en donde mueren diez servidores públicos, incendio intencional, atentado criminal, en donde los sistemas de seguridad contra incendios no funcionan, por estar fuera de mantenimiento, o saboteados. Este hecho, ocurrido durante la gestión de Macri como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Gómez Centurión era el jefe de los inspectores habilitantes de ese gobierno, continúa impune. Es justo acotar, que en ese siniestro desaparece también documentación de la Fiscalía de Nisman, sobre el atentado a la AMIA.
El doble discurso de Macri, sorprendiendo al auditorio empresarial nacional, en el cónclave realizado en Mar del Plata, citando a un fabricante de helicópteros monoplazas, otro genial invento argentino, emprendimiento que cuenta con su simpatía y aval, el apoyo del Estado para cuadruplicar su producción, de 25 unidades anuales a 100, China sería su principal comprador, se da de bruces con la ociosidad de la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, con un plantel de 2000 técnicos calificados, con sueldos de 40 millones de pesos mensuales, que no fabrican nada, teniendo capacidad operativa para producir aviones de combate argentinos.
Vamos a recordar al amigo lector, que la Argentina produce reactores nucleares, que la planta de agua pesada más importante de toda América está en Arroyito, provincia del Neuquén, y que en 1983, la Argentina logra la fisión del átomo, esto es, posee capacidad nuclear en todas sus etapas. Digo, si estamos en condiciones de fabricar nuestra propia bomba atómica, dudo mucho que se insinúe siquiera sobre una presunta incapacidad material, técnica, de licencia o lo que fuera, ni qué hablar presupuestaria, para fabricar aviones argentinos de caza, imprescindibles para sostener nuestras pretensiones soberanas sobre Malvinas, cuando 3000 mil millones de dólares del erario público, son afectados a la realización de una obra tan innecesaria como onerosa y teñida de sospechas.
Los indicadores económicos siguen siendo negativos. La pobreza heredada, de casi treinta puntos, en menos de un año de gestión se ha incrementado en 3 ó 4 puntos, esto es, casi un millón de pobres más, 14 millones de argentinos pobres. Y nada hacer presuponer que estos indicadores van a variar. La inflación en apariencia ha morigerado, cosa que parecen ignorar las cadenas de supermercados, multinacionales o chinos, en donde se continúa remarcando. Otro tanto sucede con los precios de cárnicos y verduras.
Para el mes de noviembre, el ministro del malestar social, Aranguren, promete nuevos aumentos de los precios de las naftas, para que sus amigos de las petroleras puedan comprar champagne francés de 1000 euros la botella para las fiestas de fin de año. Cosa que la ministro Stanley mira con cierto reproche, luego de que el cura jesuíta Rodrigo Zaragoza, ante el auditoria empresarial, revelara que una corbata Hermes cuesta 800 planes sociales, una cartera Louis Vouitton, las preferidas de CFK y Silvia Majdalani, unos 1000 planes. Esto no le quita el ímpetu al dúo del ministro de Transportes, Dietrich, ni al nombrado ministro de descontento social, Aranguren, para hacer lobby a fin de que los remolcadores del puerto de Bahía Blanca, nacionales, con mano de obra y materiales argentinos, sean reemplazados por los de la multinacional holandesa Maersk Line.
Una vez más, el doble discurso del gobierno satura. Lo cual no quita para que el Presidente mande a los empresarios a romperse el trasero, al tiempo que lo pone sobre aviso del riesgo que impone el retorno del populismo, aunque esto implique una extorsión de poca vida, habida cuenta de que el escandaloso contubernio para garantizar la impunidad de la corrupción del populismo, encarnada en CFK, es ya un secreto a voces. Y el blanqueo va en vías de ser un fracaso estrepitoso, y, la lluvia de las inversiones extranjeras sigue siendo lo más parecido a un scketck de Diego Capusotto. El tira y afloje de los gremios, para pactar un bono de fin de año, que ni es obligatorio, ni sirve para mucho más que para hacer un par de asados, le da un manto sombrío a un evento cargado de inquietantes incertidumbres.
El efímero romance de la canciller Malcorra con el Reino Unido tocó su fin, historia de amor desencontrada, en donde el voto negativo de Rusia, entre otras, puso a la regordeta cipaya fuera de foco. Afuera de la secretaría general de la ONU, con el premio consuelo de jugar tan mal como la selección de Sabella, dichos del propio Mauricio Macri. De los mensajes de amor y simpatías y saudades de relaciones carnales, tras el estrepitoso fallido del propio Macri en New York, en donde confundió el saludo matinal de la premier británica, con una propuesta de dialogo bilateral por la soberanía, al punto del chiste cruel de los desubicados kelpers: "Macri, venía todo bien hasta que la arruinaste" (sic), sigo, de tales amoríos, tan prohibidos como publicitados, a las anunciadas pruebas misilísticas del Reino Unido, conscientes como lo son, tanto de su debilidad intrínseca, de hecho y derecho, como a la fragilidad emocional de la Argentina, país bipolar si lo hay, que puede pasar del más descarado servilismo, a un delirante nacionalismo, sin escalas, a según las coyunturas aconsejen.
El trauma británico de Malvinas, que les impone a los colonizadores haber perdido en combate a sus dos portaaviones, uno averiado, el Hermes, otro hundido, el Invencible, con el drama grave de que hasta el 2020 carecen de ese tipo de transporte naval de aviones de combate, indispensable para pretender defender las islas en caso de equiparse de esa fuerza aérea la Argentina, realidad ineludible, se habla desde la adquisición de aviones coreanos, italianos, hasta el extremo de aviones de superioridad aérea, como los Sukkhoi 35. Esto quiere decir que si la Argentina, por esas volteretas de la historia, decidiera hacerse cargo de su soberanía, junto con la probable segunda reserva petrolera del planeta, la de la cuenca de Malvinas, incluso en el hipotético caso de que Gran Bretaña tuviera su portaaviones a punto dentro de cuatro años, ante el hecho puntual de un probable conflicto aeronaval como el de 1982, correría el serio riesgo de perder su enclave colonial luego de más de un siglo y medio de usurpación. Y el mar de petróleo que lo circunda. Como quien no quiere la cosa, el ministro de Defensa, Julio Martínez, en su visita a Rusia en el mes de setiembre, invitado a una expo de armamentos organizada por el ejército ruso, declaraba que se realizarán, dentro del intercambio tradicional con Rusia, maniobras conjuntas de ambos ejércitos. Sí, caro lector, Usted ha leído bien.
La más que incómoda situación del Imperio, entiendo que Malvinas viene a ser su talón de Aquiles, se tensa de la peor manera, habida cuenta de que a partir del Brexit, los Acuerdos de Lisboa, de 2008, por los cuales la UE consideraba a las Islas territorios de ultramar de Europa, el colonialismo batiendo los parches entonces, cesa a partir de marzo de 2017. Esto, sumado a la probable salida de su aliado histórico de la alianza atlantista. Todo mal, digamos. Entiendo que a esta altura los kelpers evalúan seriamente aceptar el DNI argentino y votar a sus autoridades en elecciones democráticas, como nunca hasta ahora han podido hacerlo.
En menos de un mes sabremos si el mundo se sorprende ante el giro copernicano que impondrá un eventual triunfo del candidato republicano en las elecciones del 8 de noviembre. Su plataforma electoral incluye la salida de USA de la OTAN. Y la destrucción de Isis en una acción conjunta en alianza con Rusia. Horizontes de un mundo impensado, para estos días. El presidente Macri, en otro fallido eventual, no ha dejado de expresar su apoyo a la candidata demócrata, acusada ante las cámaras en los debates televisados, en donde invariablemente los grandes medios lo declararon ganadora. por Donald Trump de haber sido parte de la conspiración para crear a Isis. Ha prometido encarcelarla de ganar las elecciones.
Hace unos meses, un ciudadano independiente, Fernando Miguez, presentó una denuncia penal por estafa y fraude al Estado nacional, que involucra a CFK, De Vido, Mauricio Macri, Aranguren, Nicolás Caputo y otros, todos ejecutivos de las empresas de energía, a propósito de los subsidios repartidos durante 12 años de populismo, sólo en 2012, 90 mil millones de pesos para las empresas responsables del fluido eléctrico. A los nombrados, se suman: Juan Garade, David Tezanos, Ricardo Sericano, Nicolás Caputo, Joseph Lewis, Carlos Miguens Bemberg, Guillermo Reca, Aguirre Ruete, Marcelo Mindlin, Daniel Redondo, Andrés Chambouleyron, Sebastián Scheimberg, Sebastián Kind. Esta corrupción institucional, en donde los miembros y funcionarios de un gobierno y de otro, se alternan en el reparto de cifras millonarias, en perjuicio de los ciudadanos de a pié, que ahora, no sólo deberán pagar tarifas con aumentos siderales, sino también padecer los cortes de luz, inevitables, que ocurrirán por la desinversión descomunal, fruto de la corrupción y la improvisación, va a estallar a partir del mes de diciembre, mal que le pese a la ministro Stanley, con sus mejores intenciones.
Como si esto fuera poco, los legisladores nacionales, diputados y senadores, de todas las fuerzas políticas, se acaban de aumentar las dietas en un 70%, ¡esas sí que son paritarias!, pasan a ganar 142.000 al mes. Muchos de ellos, no han presentado un solo proyecto de ley en el año. Disculpe, Carolina Stanley, nada personal, pero sí, va a haber estallido social a fin de año, aunque Clarín diga que llueven dólares y haya oferta de Pomery en las góndolas del Carrefour.
Luego de la reprimenda del Presidente, los legisladores echaron atrás el aumento, en el ínterin, una editorial de Clarín, Julio Blanck, se dedicó de manera pormenorizada a reflexionar sobre el título de esta nota. Con los planes sociales ejecutados, se siguen pagando pero a través de los municipios, no de las organizaciones sociales populistas, la CGT en calma, el bono optativo, así lo es, sería la gran conquista del movimiento obrero organizado para fin de año, el riesgo de un diciembre caliente es bajo cero. El aumento a las naftas del delirante ministro de malestar social también se frenó. Sólo resta rezar, como lo aconseja el rabino que asesora al gobierno en temas de medio ambiente y espiritualidad, para que no haya cortes de luz. En su minucioso análisis, Blanck ignora olímpicamente a la clase media; ¿será para tan poco el riesgo del enojo de esta aparente invisible clase media?, pregunto.
En una misce en scene delirante, el día lunes, la ex Presidente acusada de corrupción contra el Estado en la malversación de fondos de la obra pública, daba un monólogo ante el juez federal Ercolini, sólo interrumpido para tomar agua, en donde no sólo declaraba no ser ni amiga ni socio de Lázaro Báez (sic), sino que acusaba al Presidente Macri de corrupción en la obra pública, modelo calcado al populista, junto con su primo Calcaterra, por la adjudicación directa del soterramiento del Sarmiento, obra, oh casualidad, que la empresa del italo-argentino, recibe durante el gobierno populista. ¿Alguien bien medicado, por favor, podría explicar esto? El juez federal tomó nota y le dio curso a la denuncia penal realizada en sede judicial por la ex mandataria.
A ver si se entiende la intención de esta nota. Si los argentinos no reaccionan de la peor manera, no saben reaccionar de otra, el pensamiento político le es ajeno, menos, alguna intención seria de participar en política, intentar organizarse por afuera de los partidos y neo partidos que están llevándolos de fracaso en fracaso, digo, si no incendian todo, merecen que las penurias a las que están habituados, se dupliquen, cuando menos.
El castigo que han recibido y están recibiendo, tiene la proyección para el año próximo de nuevos aumentos en los servicios, descontrolados, pese a la farsa de las audiencias públicas; el subte a 10 pesos, por ejemplo, casi un 100%, los irá dejando sin sangre. Que sea en la calle la discusión, así, sin eufemismos, sangre contra sangre. Al parecer, la oposición en manos de los populistas que ameritan estar entre rejas, fomenta tan sólo un juego perverso en donde el doble discurso se ha vuelto el dialecto político con el cual los argentinos sólo adivinan un futuro siniestro. No se puede vivir mintiendo toda la vida.
Dos semanas exactas más tarde, viernes 4 de noviembre, la gente volvía a caminar por las vías, por un nuevo corte de suministro eléctrico del tren Sarmiento.
Desde Londres, Julian Assange daba fe que con la tercera revelación de las filtraciones de emailes de Hillary Clinton, la candidata demócrata terminará presa. El martes por la noche, el mundo tal vez se sorprenda. La canciller argentina, fiel a los mandatos de Londres y Tel Aviv, en su afán por salir en alguna foto, insistía con lo nefasto del candidato independiente norteamericano, Donald Trump. ¿Cómo podrá estrechar la mano su mano, llegado el caso?