lunes, 7 de octubre de 2019
RIDÍCULOS
Si
es verdad que estamos atravesando los últimos años de la civilización
humana y se acerca el día del Juicio, debemos admitir que la cosa es
bastante distinta a como la habíamos imaginado, o a como la imaginaron
los grandes exégetas.
No digo que éstos se hayan equivocado; todo lo contrario, el libreto que describieron se está cumpliendo al pie de la letra, pero la opera tiene un inesperado regisseur que la está transformando no ya en opera bufa, sino en un vodevil de barrio.
Los últimos protagonistas que se han incorporado al espectáculo no hacen más que poner en evidencia el estado no solamente de decadencia sino también de ridículo en el que ha caído la humanidad entera.
No digo que éstos se hayan equivocado; todo lo contrario, el libreto que describieron se está cumpliendo al pie de la letra, pero la opera tiene un inesperado regisseur que la está transformando no ya en opera bufa, sino en un vodevil de barrio.
Los últimos protagonistas que se han incorporado al espectáculo no hacen más que poner en evidencia el estado no solamente de decadencia sino también de ridículo en el que ha caído la humanidad entera.
Ahora resulta que una de las líderes más escuchada por los jóvenes y temida por los políticos es una adolescente sueca que padece serios problemas psiquiátricos, y que se dirige a los líderes mundiales en medio del foro de las Naciones Unidas increpándoles el haberle robado su niñez y su sueños. Habría que enfrentarla con alguna adolescente cristiana iraquí para que le cuente lo que verdaderamente significan niñez y sueños truncados. Y el mundo entero se maravilla ante ella y es una de las candidatas más firmes al premio Nobel de la Paz. Ridículo.
Ridículo fue también el espectáculo de ayer en la misa de la basílica de San Pedro, con ocasión de la apertura del sínodo sobre la Amazonia. Esparcidos aquí y allá, habían algunos indígenas fácilmente reconocibles por su plumaje y sus rostros pintarrajeados, lo cual no sería de extrañar. Lo que sí sorprendió es que cuando varios de esos indígenas se acercaron al altar para la procesión de las ofrendas, además de su plumero, lucían ajustados pantalones de jean. O se visten de indios, o se viste de occidentales, pero sería conveniente que conservaran cierta coherencia.
Ridículas fueron también las entrevistas que les hicieron a varios de estos indígenas —pidieron que no los llamen “indios” porque ese un término de los colonizadores—, en los que se explayaron, hablando en portugués, apelando a todos los lugares comunes de la teología de la liberación que los hispanomericanos muy bien conocemos. Discursos armados y aborígenes ideologizados, llegados a Europa para servir a los intereses del progresismo mundial.
Ridículo el cardenal Baldisseri, secretario del sínodo, que advertía hoy a los asistentes —padres y madres sinodales—, que los vasos que utilizarán serán de plástico biodegradable como así también el material de las biromes que se entregarán, mientras que el papel que se utilizará será reciclado.
Las nubes grises y pesadas de la mañana de hoy presagiaban lluvia en Roma. Antes de las nueve, una larguísima cola de turistas serpenteaba en la plaza de San Pedro esperando para ingresar a la basílica. Mientras tanto, los altoparlantes colocados en cada rincón de la columnata, atronaban con una música tribal —o lo que los occidentales consideramos música tribal, pues es la se escuchaba en la serie Tarzán—, y en la que que voces masculinas repetían una y otra vez, y en español: “Los hombres de la selva te alabamos Señor”, y voces femeninas respondían: “Las mujeres de la selva te alabamos Señor”. Ni siquiera Bernini pudo escapar a quedar empantanado en semejante ridículo.
The Wanderer