8-N NO QUEREMOS ESTA PUTRIDA DEMOCRACIA COLONIAL.
¡ QUEREMOS NUESTRA REPUBLICA !
Los argentinos somos un pueblo muy generoso con nuestras dirigencias políticas. A menudo, demasiado generoso.
Observemos, sino, lo que nos ha ocurrido en los últimos 29 años de
mal uso y abuso de los poderes del Estado por esas dirigencias
políticas.
Nuestra excesiva generosidad para con los dueños del Poder —gobiernos
formalmente democráticos pero ilegítimos—, nuestro imprudente optimismo
y nuestra torpe ignorancia, nos han arrastrado de desastre en desastre.
Desde el entusiasmo bobo que amplios sectores sintieron por las
laberínticas charlatanerías de Alfonsín y sus promesas mágicas de que
“con democracia se come, se educa y se cura”.
Desde la docilidad con la que nos dejamos encantar por Menem con sus
promesas mentirosas de lanzar una “revolución productiva” con la que
terminó destruyendo las bases económicas y sociales de nuestro país a lo
largo de aquella terrible Segunda Década Infame de los años noventa,
hasta dejarnos seducir por la “transparencia” de dos mediocres como De
la Rúa y el “Chacho” con sus “blindajes financieros”, “déficit cero” y
“megacanjes de Cavallo” que terminaron colapsando la economía nacional
causando generalizada pauperización, violencia y muerte.
Combatimos a los terroristas y hoy estan destruyendo la REPUBLICA,
CON UNA DEMENTE BIPOLAR EN EL SILLON DE RIVADAVIA.
Hoy, parece que nuevamente nos mostramos generosos con los mismos que
llevaron al país a su actual decadencia, los mismos que siguen girando
en la “calesita” de la política, los mismos que desde hace décadas
parecieran que priorizan sus intereses personales y sectoriales por
encima de toda consideración hacia el pueblo argentino.
Por eso, ha llegado el momento de hacernos al menos tres preguntas clave:
1. ¿Podemos seguir siendo livianamente imprevisores, ingenuos y
generosos con esta dirigencia política integrado por mediocres,
mentirosas, incluso, malhechores?
2. ¿Podemos seguir dándoles cheques en blanco a los politiqueros de
turno para que hagan y deshagan con nuestro país lo que les dan las
ganas, especialmente hoy en que tomemos conciencia de ello o no— nos
estamos jugando el destino de la Nación?
3. ¿Podemos seguir haciendo de cuenta que “estamos mal pero vamos
bien”, cuando la realidad nos señala por doquier que estamos mal y vamos
cada vez peor? La respuesta a estas preguntas es decididamente que no.
En mayo de 2003, en medio de graves irregularidades institucionales
de distinta índole, el Dr. Néstor Carlos Kirchner asumió la presidencia
de nuestro país en forma legal pero ilegítima, ya que apenas una minoría
del 22% del electorado lo votó. Al poco tiempo de asumir, al menos
buena parte de la mayoría del 78% que no votamos a Kirchner, comenzamos a
ver que —a pesar de sus discursos “combativos y transgresores”— la
realidad demostraba que, una vez más, estábamos ante “más de lo mismo”.
El discurso de Kirchner iba por un lado —formalmente pro-derechos
humanos, pro-democracia, anti-corrupción y anti-Establishment—; mientras
que sus acciones iban por otro: autoritario, funcional a los objetivos
de las finanzas internacionales, y muy poco transparentes.
Entre los casos que reflejan la casi total falta de transparencia del
así-llamado “Estilo K”, el caso de los desaparecidos fondos públicos de
la Provincia de Santa durante la gobernación Kirchner, desde 1993 hasta
hoy conforma un caso paradigmático e inaudito. Tanto por sus
características burdas como por su envergadura ya que, potencialmente,
se trata de más de mil millones de dólares de dineros públicos que
habrían desaparecido a manos de Kirchner y sus operadores y socios.
Resulta elocuente y destacable la sospechosa discreción, a menudo
rayana en la connivencia, con que prácticamente todo el espectro de la
supuesta “oposición” política aborda este escándalo.
Salvo alguna esporádica mención por parte de políticos como Elisa
Carrió desde la izquierda socialdemócrata y Ricardo López Murphy desde
la derecha liberal, la “dirigencia política” ha preferido mantener
respetuoso silencio ante este potencial fraude.
Pareciera que cuando se presentan casos flagrantes de corrupción, los
integrantes de la informal “corporación de los políticos” estrechan
filas, seguramente por aquello de que “entre bueyes no hay cornadas…” y
porque más de uno esconde algún cadáver en el ropero.
Además, somos plenamente conscientes que lo que está podrido en la
Argentina no son únicamente los hombres y mujeres que se encumbran —a
menudo ilegítimamente— en el Poder, sino el propio sistema político y
económico que lo permite y promueve.
En la Argentina no impera la Democracia como sistema que refleja los
intereses y la voluntad popular, sino un mero sistema electoralista, que
usurpa el estilo, los mecanismos formales y la terminología de la
Democracia. La imita, pero lo hace muy mal y no debemos confundir uno
con el otro.
El sistema electoralista que hoy rige en nuestro país permite a las
fuerzas del dinero —o sea, los verdaderos amos de nuestro país— elegir y
financiar a sus más funcionales y confiables operadores y gerenciadores
locales, encumbrándolos en los máximos niveles de Poder para que, desde
allí, impulsen las medidas de gobierno que más convienen a los
poderosos del dinero, tanto locales como externos.
Nuestro objetivo consiste en luchar contra contra todo un sistema de
coloniaje que necesita imponernos sistemáticamente a dirigentes
corruptos o corrompibles para auto-perpetuarse y reinar sobre el país.
Sabemos que todos los presidentes y sus equipos que vienen gobernando
a la Argentina en los últimos treinta años han sido tan o más corruptos
e ineptos que los actuales.
Una mirada a los desastres realizados por Menem, De la Rúa, Alfonsín y Duhalde dan elocuente testimonio de ello.
LA CONECCION CUBANA
Ello se desprende de las investigaciones que realiza la diputada
estadounidense Ileana Ros-Lehtinen (del partido republicano, por el
Estado de Florida), quién solicitó al Comité de Servicios Financieros de
la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, al Banco de la
Reserva Federal y a la Unión de Bancos Suizos (UBS), que se investigue
si el gobierno cubano utilizó un programa de reposición de billetes
deteriorados de dólares para lavar grandes sumas de dinero en cuentas
bancarias cuyos titulares se desconocen.
Lo interesante de dichas investigaciones es que, según el diario El
Nuevo Herald de Miami, que cita una investigación del Banco de la
Reserva Federal de Nueva York, entre las cuentas investigadas, se
encontrarían las siguientes:
• Cuenta bancaria Nº 01250150961000 abierta en el año 1994 de la
Oficina 2501 del Banco Nacional de Cuba, cuyo titular sería Eduardo
Caffaro, con la suma de u$s 350.000.000, y
• Cuenta bancaria N° 01250151321134 abierta en el año 1994 de la
Oficina 2501 del Banco Nacional de Cuba, cuyo titular sería la
financiera “La Lusitana S.A.” con sede en la República de Uruguay que
pertenecería, entre otros, a Cristina Fernández de Kirchner, con la suma
de u$s 200.000.000.
La operación financiera que permitió al entonces gobernador Kirchner
retirar de país los más de 650 millones de dólares de fondos públicos
provenientes de regalías petroleras de la estatal YPF, depositándolos en
el “MA (Mercado Abierto) Bank” de las Islas Caimán. Dueño y director
del MA Bank era Aldo Ducler de la financiera Mercado abierto. Este banco
terminó siendo cerrado por las autoridades de las Islas Caimán y
multado por las autoridades estadounidenses por lavar dinero proveniente
del narcotráfico.
Aparentemente, Ducler administró el dinero de Santa Cruz, lo que en
un determinado momento incluyó a los hermanos Röhm del Banco General de
Negocios (BGN), José “Puchi” Röhm, hoy prófugo de la justicia uruguaya y
argentina por la quiebra del BGN quien vive protegido en los Estados
Unidos (toda vez que hasta hace poco era miembro de la poderosa Americas
Society, lo que le garantiza la protección de David Rockefeller,
William Rhodes y otros poderosos de las finanzas y la política). Carlos
Röhm, a su vez, está actualmente arrestado en la Argentina por la misma
causa.
Por último, consignemos que de los sucesivos análisis practicados por
el Tribunal de Cuentas santacruceño, según informes de la mayoría
justicialista y la minoría de la UCR, surgen algunas interesantes
conclusiones:
1. Aldo Ducler y Mercado Abierto administraron el dinero de la Provincia de Santa Cruz.
2. Se abrieron cuentas en los bancos Morgan Stanley y Dean Witter, hoy absorbidos por Morgan Stanley.
3. Podría inferirse que en los años 90, la senadora por Santa Cruz,
Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner integró la Comisión Anti-Lavado
en el Congreso Nacional para asegurarse que la investigación sobre
Mercado Abierto no involucrara temas relacionados con Santa Cruz.
4. La senadora Fernández de Kirchner no habría informado a los demás
integrantes de dicha Comisión que, en realidad, ella era juez y parte. O
sea, que Mercado Abierto, una de las organizaciones bajo investigación,
administraba el dinero de la provincia que ella representaba en dicha
Comisión.
5. El banco donde se ha depositado el grueso de los fondos desde 2003
es el Credit Suisse, gran banco suizo socio de los hermanos Röhm en el
BGN a través de su filial CS First Boston, importante colocador de deuda
externa pública argentina.
Por lo sintéticamente expuesto, resulta vital que la opinión pública
nacional exija a la presidente Fernandez Wilhelm y a su equipo, que
aclaren en forma transparente, completa y veraz cuál es la situación
real de los multimillonarios —y mayormente desaparecidos— fondos
públicos de la Provincia de Santa Cruz que él, como gobernador,
recibiera en 1993 del Estado Nacional por regalías mal liquidadas de la
ex-YPF estatal.
“No temo tanto a los de afuera que nos quieren comprar, cómo a los de adentro que nos quieren vender”