sábado, 27 de octubre de 2012

MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA



MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA PARA ARGENTINA, AL PADRE MELVIN DOUCETTE (CANADA)
BUENOS AIRES, miércoles 21 de octubre de 2010 – 00:30 horas
...OREN EL SANTO ROSARIO, TRES VECES OREN!
 “Hijo mío, hace tiempo que he venido al mundo trayendo los regalos del Cielo para mis pequeños hijos, pero he visto como los desprecian de manera abnegada, rechazo pleno de la cuestiones del Cielo. Durante muchos años he bajado sobre la tierra, pero mis apariciones y milagros que el Padre Eterno ha realizado a través de Su Niña Celestial no han llegado a sus corazones como debía ser. Sino que han permitido que los
asuntos del mundo guiados por el rey de la mentira los reinen con grillete, manteniéndolos atados a las acciones de pecado y muerte.
Cuanto dolor padece esta Madre cuando mira a sus hijos desde Cielo, destruyéndose unos a otros, sin contemplar aunque sea un segundo en sus vidas, las calamidades que cometen así mismos, no se detienen a observar y meditar cuanto daño se hacen unos a otros y en especial recapacitar cuanto han ofendido al Dios de la Vida. ¡Si supieran hijos míos, que tan grande es vuestra miseria!. Parecen bestias feroces de las más horrendas que hasta los propios ángeles caídos, se sorprenden al verlos en tal magnitud, cuando más se alejan del Amor de Dios más se sumergen en las tinieblas, donde éstas los envuelven hasta convertirlos en monstruos sin piedad o compasión por el más pequeño.
Al llegar a tal grado de maldad, sus corazones dejan de ser frágiles, de carne, para ser convertidos en piedra, una vez que éste es cambiado totalmente su condición por la propia elección del hombre, toda presencia Divina desaparece de la criatura, permitiéndole que sea presa de los tentadores de la oscuridad y hagan de ella una morada de desolación y aullidos de las criaturas infernales. Cuánto dolor sufre este Mamá que vela por Ustedes, que los llama y no oyen su llamado, pero más sufrimiento Me causa cuando ya nada puedo hacer para salvarlos porque el alma ha preferido la muerte eterna que la salvación que dura para siempre.
Dile a tu pueblo, que Argentina camina directamente a su propia desgracia sino cambia su curso por amor al poder y al dinero, se han alejado de la mano protectora de Dios, ya saben cuales son las consecuencias al hacerlo. Hoy, mi niño, he hablado a tu hermano e hijo mío, José y le he dicho que el pueblo argentino caerá en un río de sangre sino se arrepiente de sus pecados. Arrepiéntete pueblo amado, pon tu rodilla en el suelo y pide misericordia al Dios Todopoderoso, porque la justicia ya está encima de tu cabeza. No puedo detener más la mano de Mi Hijo Amado, el peso de la Santa Justicia se hace muy pesado para sostenerlo. A medida que sus pecados siguen aumentado, más se baja la mano del Justo Juez.
Esto que te dicto hijo mío, te lo hago saber porque el Padre me lo permite hacerlo conocer ya que el tiempo de vuelta al sendero del perdón, casi está cerrado. Este momento estaba preparado y reservado por el Dios del Amor en el instante determinado por El, minúsculo lapso antes de los sucesos.
Oh, pueblo sin Dios que quieres hacer de tu vida peor que Sodoma y Gomorra. ¿Qué te han hecho tu Creador y tu Madre para los desprecies con tanto odio? Una madrugada los habitantes de las tierras del sur se despertarán con la noticia de que el caos es el rey de la calles, verán como se incendian edificios y se saquean viviendas, destruyendo todo lo que hay dentro de ellas, se despreciará la vida misma. Grandes estruendos sacudirán los cimientos de este país y el rojo será el color que enarbolará los mástiles. Pero no temas mi pequeño rebaño constante, quien tenga un altar, por más diminuto que sea, con la imagen de Jesús, Nuestro Salvador, una cruz y una imagen de la Virgen Fiel, María, la Mujer Vestida del Sol, seré Yo misma que junto con mi ejército de Ángeles custodios protegeremos sus hogares. Cuando vean esto, no salgan de sus casas, cierren sus puertas con firmeza y coloquen sobre el dintel de las mismas, una cruz de madera, como escudo protector de las fuerzas de la oscuridad, del mismo modo harán en cada ventana u otra abertura que limite al exterior. El hambre y la pobreza azotarán a la nación, serán grandes flagelos de muerte y desolación a igual que la violencia, pero solo los que responden al llamado de la Madre, esos se mantendrán en pie. Cuando el gran momento de padecimiento pase por el pueblo argentino, Mí rebaño saldrá de su refugio y ayudarán a sus hermanos que han sido heridos o se encuentran enfermos, estiren sus manos, asístanlos en las necesidades que tengan porque estaremos juntos con Mi Hijo en vuestros corazones abrazando a cada alma en el cansancio y la angustia.
La esperanza parecerá perdida, a los ojos de los hombres ya nada tendrá sentido, pero un hombre que he preparado antes de la venida al mundo, será quien llevará al pueblo el mensaje de amor y esperanza a cada habitante de Argentina. Será uno con Nuestros Sagrados Corazones, lo verán ser uno más con su gente, llorará por los suyos al ver que han caído, no tiene clase social porque su Madre Celestial no distingue a sus hijos por lo que tienen o cuanto han aprendido de las leyes del mundo, su ley será la de Dios y hablará en nombre del Omnipotente, su voz retumbará en los corazones de la gente y sentirá con seguridad que él es enviado por el Altísimo. Su Madre María, será la Guardiana y el símbolo que lo identificará como verdadero hijo Mío, porque solo hablará de comprensión fundada en al Amor.
Vuestros gobernantes, lo que tanto han preparado sobre el pueblo se volverá sobre ellos mismos y no podrán encontrar solución alguna, no tendrán control de sus propias artimañas, sino que ellas serán quienes los devoren sin miramiento.
Oren mis niños porque no saben cuando el ladrón vendrá a saquearlos, estén preparados con las candelas encendidas, la llegada está cerca. La señal de lo que he dicho ha comenzado y ha sido en esta semana dolorosa de Mi Argentina, llena de rencores y desprecios del hombre hacia el hombre llevándolos hasta la extinción misma. Oren el Santo Rosario, tres veces oren, ayunen, confiesen sus pecados y comulguen el Santo Cuerpo de Mi Hijo Jesucristo quien los espera todos los días en el Sacrificio Perpetuo. Cuando la tormenta llegue a su fin vendrán los años dorados para Argentina donde no existirán pobres ni ricos, sino una sola sociedad y verdadera comunión comandada por la Reina de todo lo Creado, el Inmaculado Corazón de María; seré una madre que tendrá a sus niños en su regazo para acariciarlos, abrazarlos con toda ternura y amor desmedido. Debes prepararte Mi rebaño para ese santiamén, porque deberás esperar a tus hermanos que vendrán de otros países lejanos huyendo del opresor cuando ocupe el lugar de Pedro y la gran guerra se desate como un virus que se desparrama sin control. Serán sus anfitriones, serán los hijos de María quienes esperarán a sus hermanos con brazos abiertos para darles descanso de tanto batallar.
Prepárate ejército fiel, porque cuando menos lo imagines todo se cumplirá. Deben saber mis chiquillos que los sigo esperando como una madre que espera que su niño regrese a salvo de las altas horas de la noche. Gracias por haberme recibido en sus corazones. Vuestra Madre, María. Amén.”
Miren como mis lágrimas llegan al suelo, mis niños. ¿No se compadecen por su Madre? Oh, niños míos, cuantas advertencias a través de mis criaturas predilectas dispuestas a sufrir por vuestra salvación, he hecho llegar a cada rincón de esta tierra de Dios, pero solo unos pocos han sido capaces de retenerlas en sus corazones, solo unos pocos. Esta tierra, pronto, más rápido que canta gallo, será sucumbida en el llanto, desorden y terror al ver como los hermanos se asesinan unos a otros, porque este es el tiempo anunciado por Mi Hijo en las Sagradas Escrituras: “llegará el tiempo en que se enfrentarán padres contra hijos, hijos contra padres, hermano contra hermano”. ¿Qué más señales necesitan para despertar del sueño de fallecimiento en el cual han caído? Este suelo sufrirá al ver como los jóvenes se destrozan y tiñen sus rostros de sangre, las iglesias arderán y su jerarquía se lamentará por estar tanto tiempo en silencio alimentándose con alimentos de ídolos. Los gobernantes se traicionarán y desencadenarán una guerra del pueblo contra pueblo a causa de sus intereses sin Dios, uniformados se enfrentarán contra uniformados, el caos reinará por cada extremo mi amada Argentina. Ver más— con Marcelo Vázquez."