¡NO LLORES POR MI ARGENTINA!
De un amigo de facebook recibía este artículo, que consideré valiosa su difución por diversos aspectos de su contenido. Pese que nada es una revelación acerca de los traidores embates a que seríamos posteriormente receptores los argentinos, si hubiésemos tenido en cuenta de donde provenían esas "invasiones premeditadas". Quien algo conoce de historia del país, con citar solo dos manifestaciones de políticos del pasado encontraremos asidero al descalabro actualmente formalizado. Como diputado nacional, en 1894, José Manuel Estrada pronunció como proféticas estas palabras "Veo
bandas rapaces movidas por la codicia, la más vil de todas las pasiones
enseñoreándose por el país, dilapidar sus finanzas, pervertir su
administración, chupar su substancia, pavonearse insolentemente en las más
cínicas ostentaciones del Fausto, comprarlo y venderlo todo hasta comprarse y
venderse unos a otros a la luz de día”. El caudillo Don Hipólito Irigoyen, visualizando pasos similares que se acercaban dijo "No me preocupan los de afuera que nos quieren comprar, sino los de adentro que nos quieren vende". No creo que en tiempos que pasaron, ni de aquellos visionarios, que sus palabras hayan sido mas que voces de alertas para evitarnos el saqueo que hoy nos acosa.
Las palabras de Churchil han sido perfectamente "obedecidas",como todas sus acciones a un Imperio Anglo-Sionista que influye en la elección de nuestras gobiernos y desde ahí en nuestra educación.
REVISTA FUERZA DE DEFENSA Y SEGURIDAD – ESPAÑA
Lloro por ti Argentina
Jueves 26 de Abril de 2012
Cuando en la década de los 90 los Kirchner –la hoy presidenta era
entonces legisladora provincial– apoyaron a Menen en Santa Cruz para
conseguir la privatización de YPF a cambio de más de 1.000 millones de
dólares para los santacruceños, dineros cuyo fin se vinculó en los
medios a oscuras cuentas en Suiza del matrimonio en una escandalosa
historia que sigue sin aclararse, sólo uno de los 5 legisladores
nacionales de Santa Cruz que votaron la privatización lo hizo a favor.
Carambolas del destino, aquel es el hoy ministro de Defensa: Arturo
Puricelli. Cabría preguntarse hasta qué punto Puricelli lamenta hoy
aquella decisión, pues a juzgar por las acusaciones respecto al destino
último de las compensaciones monetarias para Santa Cruz, quien a buen
seguro no se arrepiente es la propia presidente Kirchner. Cualquier país
tiene derecho a adoptar las decisiones que estime respecto a la
explotación de sus recursos naturales, con el único escollo del respeto a
la legalidad internacional.
Pobre o nulo aval para un país
gobernado a bandazos, regido sin estrategia bajo los intereses de turno,
sean estos del color que toque y bajo el más dañino populismo. En el
camino se ha pisoteado a sus propias Fuerzas Armadas y hundido a la en
otro tiempo floreciente industria de defensa nacional. Hoy Puricelli
viaja sin tregua por la región buscando acuerdos: pongan a remojar las
barbas aquellos con quien se siente.
De no ser por sus
consecuencias, la expropiación-expoliación de YPF sería otro capítulo
más en el anecdotario de pandereta de un Gobierno que tuvo que echarse
atrás, pues las risas y el llanto traspasaron fronteras, ya que
pretendía hace unos meses prohibir la importación de libros y revistas
argumentando que el plomo contenido en la tinta dañaba la salud.
Irresistible no reproducir aquí las palabras del vicepresidente tercero
de la Unión Industrial y de la Federación Argentina de la Industria
Gráfica: “Uno manosea el libro y posiblemente ponga el dedito en la
lengua para cambiar la hoja. Es una medida seria”. Ahí lo dejamos.
Argentina, el país con más contenciosos internacionales en el ámbito del
comercio abiertos, se ha hecho de nuevo un flaco favor. ¿Quién puede
fiarse de los destinos de sus inversiones en suelo argentino y qué
garantías ofrece quien expolia y pisotea bajo la ley del “porque me da
la gana y puedo”?. Según el viento que sople, cualquier contrato puede
ser papel mojado mañana o dentro de tres años. Hay una frase que se
atribuye a Wiston Churchill en 1945: “No dejen que Argentina se
convierta en potencia. Arrastrará tras ella a toda América Latina”. El
mandatario británico puede estar tranquilo en el más allá, Cristina
Fernández Kirchner hace cada día ingentes esfuerzos por evitar dirigir
una potencia.