SIN-SENTIDOS
Tanto
se ha atrofiado nuestro sistema sensitivo, por la degradación a que nos
ha llevado la promiscua y perniciosa asociación ilícita que nos
gobierna desde el nefasto 25 de mayo de 2003, que hemos perdido lo más
básico de nuestros humanos sentidos.
GUSTO: La vergonzosa locuacidad de funcionarios del más alto nivel
gubernamental, en los distintos estamentos del poder, llevó a tolerar
los exabruptos más procaces. Así se anuló el sentido del gusto,
haciéndonos tragar diversos sapos como si fueran delicias.
OIDO: De tanto uso y abuso de la cadena nacional y la megapropaganda oficialista, regada por millonarios fondos públicos que aterrizan en bolsillos sin fondo de empresarios amigos del poder, se saturó nuestro oído al extremo que ya no podemos distinguir la sintonía fina aniquilada por la estentórea arenga kirchnerista.
OLFATO: Que se atrofió nuestro olfato al extremo de no poder discernir un dulce perfume del nauseabundo y fétido olor de la basura circundante, no cabe duda alguna. Estamos permanentemente consumiendo pescado podrido y, lo que es peor, pagándolo como si estuviésemos en un bistró francés.
TACTO: La escasa o nula habilidad diplomática de nuestros funcionarios de la Cancillería, con el descerebrado Héctor Timerman Ministro de Relaciones Exteriores a la cabeza, nos colocaron de rodillas ante el mundo. Somos llorones a la hora de reclamar la devolución de la Fragata Libertad pero atrevidos al momento de retener un avión norteamericano que vino a participar de ejercicios conjuntos y capacitación para nuestros agentes.
VISTA: Nuestra miopía como pueblo nos llevó a elegir a los peores políticos de los últimos cincuenta años, permitiendo que se nos engañara a la luz del día y en nuestra propia cara, víctimas de una pueril confianza y buena fe inmerecida por inescrupulosos que viven y chupan de la teta del Estado. Cándidamente presenciamos el show montado por los magos de turno, que nos embelesan a conciencia cierta, pues todos sabemos que nos mienten, pero los toleramos y hasta los aplaudimos, elogiando incluso la viveza criolla de robar sin descaro y lograr impunidad ilimitada.
Es hora de revisar nuestra conducta, rayana en lo que podría designarse como “síndrome de Estocolmo”, especie de masoquismo sin disfrute alguno, para no volver a repetir los errores del pasado.
Estamos a muy escasas horas de generar un acontecimiento histórico: la marcha de protesta del día 8 de noviembre. Es una oportunidad excelente para demostrarnos que no nos resignamos y que hemos despertado. Ojalá no la desperdiciemos.
Seguramente ese día, designado como 8 N, me encontraré con mis hermanos conciudadanos y satisfaré mis ansias de JUSTICIA Y LIBERTAD, recuperando nuestros cinco sentidos y demostrando nuestros atributos.
Enrique Piragini
Presidente de A.R.I.E.L.on
OIDO: De tanto uso y abuso de la cadena nacional y la megapropaganda oficialista, regada por millonarios fondos públicos que aterrizan en bolsillos sin fondo de empresarios amigos del poder, se saturó nuestro oído al extremo que ya no podemos distinguir la sintonía fina aniquilada por la estentórea arenga kirchnerista.
OLFATO: Que se atrofió nuestro olfato al extremo de no poder discernir un dulce perfume del nauseabundo y fétido olor de la basura circundante, no cabe duda alguna. Estamos permanentemente consumiendo pescado podrido y, lo que es peor, pagándolo como si estuviésemos en un bistró francés.
TACTO: La escasa o nula habilidad diplomática de nuestros funcionarios de la Cancillería, con el descerebrado Héctor Timerman Ministro de Relaciones Exteriores a la cabeza, nos colocaron de rodillas ante el mundo. Somos llorones a la hora de reclamar la devolución de la Fragata Libertad pero atrevidos al momento de retener un avión norteamericano que vino a participar de ejercicios conjuntos y capacitación para nuestros agentes.
VISTA: Nuestra miopía como pueblo nos llevó a elegir a los peores políticos de los últimos cincuenta años, permitiendo que se nos engañara a la luz del día y en nuestra propia cara, víctimas de una pueril confianza y buena fe inmerecida por inescrupulosos que viven y chupan de la teta del Estado. Cándidamente presenciamos el show montado por los magos de turno, que nos embelesan a conciencia cierta, pues todos sabemos que nos mienten, pero los toleramos y hasta los aplaudimos, elogiando incluso la viveza criolla de robar sin descaro y lograr impunidad ilimitada.
Es hora de revisar nuestra conducta, rayana en lo que podría designarse como “síndrome de Estocolmo”, especie de masoquismo sin disfrute alguno, para no volver a repetir los errores del pasado.
Estamos a muy escasas horas de generar un acontecimiento histórico: la marcha de protesta del día 8 de noviembre. Es una oportunidad excelente para demostrarnos que no nos resignamos y que hemos despertado. Ojalá no la desperdiciemos.
Seguramente ese día, designado como 8 N, me encontraré con mis hermanos conciudadanos y satisfaré mis ansias de JUSTICIA Y LIBERTAD, recuperando nuestros cinco sentidos y demostrando nuestros atributos.
Enrique Piragini
Presidente de A.R.I.E.L.on