LA DISCRIMINACIÓN DE LOS DISCAPACITADOS
ELEMENTALES DERECHOS
HUMANOS
Permítaseme que en mi
condición de autor de la comisión permanente de familia, menores y
discapacitados, despierte a los que ahora la integran, la iniciativa de
elaborar un proyecto de ley, para que las leyes provinciales y nacionales
dictadas a favor de los que menos tienes, sean expeditas y no trabadas en un
sinnúmero de mecanismos burocráticos. No se asusten, no voy a formular una
larga perorata, sentimental y lacrimosa, buscando despertar la conmiseración de
todos hacia un sector desprotegido, desfalleciente, endeble, desconsolado. Sector
que al exponer sus cuitas lo haría a la espera de prebendas, dádivas y
ventajas. No. Únicamente solicito que todos los beneficios que el Estado les ha
concedido, tengan un trámite sumarísimo. No olvidemos que los discapacitados en cuanto son en la
sociedad un sector que, si bien necesita ser tratado con ciertas diferencias
por el evidente hecho de ser diferente, también está dispuesto a ser
socialmente útil y a dar de sí cuanto su condición humana - imagen y semejanza
de Dios - le permita brindar a los demás.
No puede ser posible que estas personas con
problema, que desde desconocidos rincones y superando mil inconvenientes se
esfuerzan en superar sus males, en ser útiles a los suyos y en dar a la
sociedad lo máximo que sus medios les permiten, tengan que hacer largas colas
para realizar sus trámites, sin ninguna complacencia o deben esperar que sus
beneficios sean firmados cuando el burócrata de turno así lo disponga
Los que luchamos sosteniendo los derechos de los
discapacitados no pensamos que deban ignorarse sus diferencias ni sus
condiciones. No. Algunas condiciones son limitantes e impiden ciertos
desempeños. Un ciego no debe aspirar a un diploma de cirujano por más méritos
evidenciados en el estudio, ni un rengo
a que se lo ponga de centrofóward de la selección. Pero sí a que se los
considere de acuerdo a las aptitudes demostradas.
¡Sí sería una feliz circunstancia! Que instituciones, nacionales y de la
provincia, se aprestan a aunar esfuerzos en la labor que las une, en la que lo
que puedan tener de diferente lo tienen de complementario: la familia, los
menores, los discapacitados.
Un gran sector de nuestro pueblo representa una franja formada por
desposeídos y entre ellos los minusválidos o discapacitados.
Un gran porcentaje de la población según las estadísticas el 10% tiene
carencias físicas o psíquicas. Pocas familias se salvan de tener un miembro que
necesite de apoyo especial y en la mayoría de los casos no sabe donde encontrar
esa protección.
Entre los derechos humanos más elementales está el de llevar una vida
digna sostenida por el trabajo personal.
Para muchos ese derecho es ficticio al no tener acceso a una educación
especial que los empareje con los otros. La sociedad debe proveer los medios de suprimir esas
diferencias de manera que el derecho de trabajar sea una posibilidad efectiva y
no un enunciado utópico.
Educación especial, operaciones correctoras, adiestramientos modernos,
prótesis o implantes son términos que indican necesidades muchas veces
cubiertas por la caridad. La caridad es una virtud con la que no se puede
contar para eximir de un deber por la sencilla razón de que algo que me pertenece
por derecho no puede concedérseme como una limosna.
No es compasión sino justicia lo que necesitan los disminuidos física o
psíquicamente. Justicia es dar a cada uno lo que le corresponde. Muchos requieren
elevarse sobre si mismo para competir; un chico, una mujer, un hombre con
problemas son ante todo y sobre todos “hombres, seres humanos con problemas”. No
debemos perder de vista esa dignidad, esa corona, ese soplo de ser hecho a imagen
y semejanza de Dios. No le quitemos honor con nuestra piedad al hermano que
tiene dificultades. Rescatemos siempre su dignidad. El orgullo o la dignidad de
ser personas hace que antes que aceptar una expresión de lástima sean capaces
de morderse y no pedir ayuda. La mano del piadoso nos quita siempre honor dice
el poeta y tiene razón.
Los discapacitados tienen derecho a varios o muchos pasos adelante para
correr en igualdad de condiciones, reconozcamos en ellos un derecho elemental,
de los más elementales de los derechos humanos.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
Autor de la Comisión de
Familia Menor y Discapacitados
De la Honorable Legislatura de Tucumán