CONTINUAMOS PERDIENDO ESPACIOS, CAUSA YPF.
Las excusas de “prescripción médica” no convencieron a España y un
fuerte malestar se instaló en Madrid no sólo por la decisión de Kretina
Wilhelm de faltar a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz , sino también por
las formas en que la Casa Rosada manejó el anuncio del desplante.
Ningún funcionario del Gobierno avisó previamente a la diplomacia
española sobre la ausencia de la Presidente, y Mariano Rajoy se enteró
por la prensa sobre la decisión de la jefa del Estado de no ir a la
Península Ibérica.
A pesar de los gestos de distensión que trató de ofrecer luego el
embajador argentino en España, Carlos Bettini, con una “carta cariñosa”
dirigida al canciller José Manuel García-Margallo, la administración de
Rajoy está muy molesta con la Argentina. La misiva que envió Bettini
sólo fue una muestra del fracaso de sus gestiones en Buenos Aires para
tratar de convencer a la Presidente en persona que viaje a Cádiz.
“La embajada nunca recibió un comunicado oficial sobre la decisión de
la Presidente de no ir a Cádiz. Nos enteramos por los medios”, explicó
el vocero de la sede diplomática española en Buenos Aires. El comunicado
de la Unidad Médica de la Presidencia que explicaba que Cristina
Kirchner no irá a Cádiz para “evitar un esfuerzo adicional” de salud
nunca llegó a las manos del embajador Román Oyarzún, que se enteró por
la prensa, y ello se evaluó como “una falta de cortesía elemental”. Para
España, la Argentina no sólo tensó más la cuerda de una relación ya
crispada con Madrid, sino que a la vez no respetó las reglas mínimas de
la diplomacia que exigen avisar previamente por los canales oficiales
sobre las decisiones de alto nivel.
Tampoco para Madrid resultó satisfactoria la excusa que dio el
Gobierno para eludir el viaje. En el comunicado de la Unidad Médica de
la Presidencia, que dirige Luis Buonomo, se dijo que Cristina Kirchner
no podrá ir a España por “la realización de alrededor de 40 horas de
vuelo para una permanencia en Cádiz de sólo 36 horas junto al
padecimiento de jet lag por la diferencia horaria existente entre la
Argentina y España”. Ante ello, un funcionario de La Moncloa se preguntó
con ironía: “¿Tantas horas tarda un avión de Aerolíneas Argentinas para
ir y volver a España?”.
Menos aún comprendió la diplomacia española que los médicos que
aconsejaron a la Presidenta no ir a Cádiz avalaron al mismo tiempo que
viaje a Brasilia y a Lima para reuniones que tendrá a fines de este mes.
Fuentes calificadas de la diplomacia española dijeron que en los
próximos días habrá un duro mensaje de España hacia la Argentina. No hay
más detalles por ahora.
El embajador Oyarzún no quiso hablar. Su silencio graficó claramente
el clima de malestar que hay en la administración española con la
Argentina. Hace apenas dos semanas, el diplomático había expresado:
“Hice todo lo que estuvo a mi alcance para lograr un reencuentro de la
Presidente con España porque estoy convencido de que hay que superar las
diferencias y mirar hacia adelante”. Ese esfuerzo incluyó un amplio
recorrido del embajador por todos los ministerios para ajustar la agenda
de la cumbre y darle una hilada fina al documento final de la reunión
de presidentes con la clara intención de no herir orgullos de un lado u
otro del Atlántico.
Tampoco fue suficiente el esfuerzo de la administración de Rajoy de
enviar a Buenos Aires a Fernando López-Amor, el diputado del Partido
Popular (PP), para dar muestras de distensión. El legislador que
responde al gobierno español estuvo en un encuentro de la Fundación
Época, que dirige el ex funcionario menemista Roberto Dromi, y se reunió
con funcionarios de la Cancillería. En todos lados mencionó sin más
vueltas que “el hecho de que haya habido desencuentros puntuales [entre
España y la Argentina] no significa que no exista ese afecto. Es
importante saber que no hay rencor de uno y de otro, ni espíritu de
revancha, sino que hay un espíritu de futuro”, expresó. No hubo caso: el
desplante presidencial ya estaba decidido.
Finalmente fueron a la Cumbre Iberoamericana el vicepresidente, Amado
Boudou, y el canciller Héctor Timerman. Según se supo, la Presidente no
quería encontrarse con Rajoy en el mismo momento en que Repsol
presentará los reclamos de indemnización por la expropiación de YPF en
el tribunal internacional del Ciadi. Aunque, según la diplomacia
española, este problema estaba subsanado con antelación: los
funcionarios españoles habían acordado con los directivos de Repsol
postergar esa presentación judicial para esperar un gesto de Kretina
Wilhelm en la cumbre de Cádiz. Pero la decisión presidencial de pegar un
faltazo responde precisamente al tema de fondo: el Gobierno no está
dispuesto a pagar a Repsol la indemnización y recurrirá a los tribunales
internacionales para dar allí la pelea como lo hizo con otras empresas.
Repsol ya oficializó la ejecución de un 5,38% de acciones de la
petrolera YPF que el grupo Petersen, de la familia Eskenazi, había
puesto en garantía por un préstamo de 1500 millones de euros que le
concedió para comprar un 25% de YPF. El próximo paso de Repsol será ir
al Ciadi para reclamar al Gobierno.
La ausencia de Kretina Wilhelm en Cádiz será imitada sólo por sus
pares de Venezuela y Cuba. En la cumbre, los presidentes discutirán
sobre la previsibilidad política ante una economía mundial en crisis, un
tema que al parecer España conoce muy bien de la Argentina
El canciller José García-Margallo aseguró que no cuestiona la
potestad de un Estado para nacionalizar sus recursos; sin embargo,
aclaró que las expropiaciones deben hacerse con un procedimiento rígido y
precio justo
El gobierno español cree que “aún hay margen para alcanzar una
solución negociada” con la Argentina, para que Repsol sea “justamente
indemnizada” por la expropiación de 51% de las acciones que tenía en
YPF, señaló hoy en el Senado español, el ministro de Asuntos Exteriores y
de Cooperación, José Manuel García-Margallo.
Con motivo de la presentación de la Cumbre Iberoamericana de Cádiz en
la Cámara Alta, el canciller español reiteró que el gobierno de Mariano
Rajoy “no discute la capacidad de un Estado soberano de nacionalizar
sectores estratégicos”, pero que solicita que esas expropiaciones se
hagan con un “procedimiento reglado y pagando un justo precio”.
La agencia Europa Press señaló que García-Margallo insistió en que el
Ejecutivo español es partidario de una “solución negociada” y que eso
“sería bueno” tanto para Repsol como para el gobierno argentino.
Fuentes españolas insistieron en que el precio debería considerar no
sólo el negocio tradicional de YPF, sino la presencia del yacimiento no
convencional de Vaca Muerta, descubierto cuando Repsol era el socio
mayoritario de YPF y que necesita una multimillonaria inversión para
desarrollarse.
Por otra parte, el ministro recordó que el Comité de Inversiones de
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
fallará en diciembre sobre este tema y recordó que el caso fue planteado
también en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Repsol, por su parte, acudió al Centro Internacional de Arreglo de
Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), del Banco Mundial.