miércoles, 27 de febrero de 2013

EL BLOOPER DE TIMERMAN EN LA CAMARA DE DIPUTADOS

Eso sucedió hoy (ayer) en la interpelación a Timerman en la Cámara de Diputados, con motivo del acuerdo con Irán, y ella resulta muy reveladora de la calidad de nuestro canciller y de los representantes del pueblo que supimos conseguir.
Por Javier Llorens

El blooper de Timerman
El mismo se produjo cuando la diputada Alcira Argumedo le preguntó al canciller Timerman, si no éramos títeres de EEUU, al embestir y dejar de embestir a Irán, conforme las mutaciones y necesidades de EEUU.
Pregunta que ya habían insinuado otros diputados antes. Y por supuesto Timerman rasgó sus vestiduras diciendo que somos un país soberano y autónomo, que decidimos exclusivamente conforme nuestros intereses, sin consultar con nadie, sobre todo a partir del advenimiento de los K.
Seguidamente se ufanó de haber aportado personalmente una prueba contra Irán, que según dijo el fiscal Nisman consideró importantísima. A la que no podía revelar por ser por ser algo así como secreto de sumario o de estado. Y por eso no la ponía en conocimiento de nuestros ilustres representantes del pueblo.
No obstante poco más adelante agregó muy suelto de cuerpo, como sin tener conciencia alguna de lo que estaba diciendo, que había informado a la secretaria de Estado de EEUU Hillary Clinton del contenido de ella, y que a esta también consideró que era muy importante.
O sea que somos un país tan soberano y autónomo, que nuestros representantes del pueblo desconocen los secretos de sumario o estado referidos a los cruciales problemas de nuestro país. Pero que si los conocen los secretarios de Estado de los EEUU, por confidencia de nuestros cancilleres. Algo así como que somos independientes y autónomos, pero obedecemos a Papi y Mami, o le contamos nuestras cuitas, a las que no pueden conocer los representantes de la plebe.
El blooper de los diputados presentes
Lo más extraordinario de todo, fue que ni la diputada interpelante ni ningún otro diputado se percató de los alcances de lo que acababa de decir nuestro inefable canciller Timerman, que contradecía abiertamente lo que había dicho antes.
Ninguno de nuestros orondos representantes atinó a lanzar una carcajada, o refregarle en las narices al canciller, la incongruencia en la que acababa de incurrir. Como considerando los más natural del mundo que nuestro canciller le rinda cuentas a la secretaría de Estado de EEUU, pero no a los insignificantes representantes del pueblo argentino.
Me pregunto qué hubiese pasado si la secretaria de Estado Clinton hubiese dicho en el Congreso de los EEUU ante sus representantes, que había obtenido una prueba valiosa contra Al Qaeda que no podía revelar, pero que se la había comentado al canciller argentino Timerman , y a este le había parecido buenísima.
Pero parece ser que el Congreso argentino está integrado por una horda de levantamanos, que carecen de contenidos en la cabeza, y solo obedecen órdenes K. Que los oficialistas interpretan que hay que levantar la mano, y los opositores que hay que mantenerla lo más baja posible.
El buhonero Timerman
Este blooper no fue el único de Timerman, que parecía un buhonero tratando de vender mercadería barata y usada, con cualquier argumento que se le venía a la cabeza. Confiando quizás en que cuando la mercadería fallara, el ya no estaría en las inmediaciones para afrontar los reclamos.
Timerman también enfatizó respecto que INTERPOL había revisado y convalidado las supuestas pruebas colectadas por Nisman, y que por ello debían ser muy buenas, al darle curso a los pedidos de captura. Pese a que Interpol nunca hace eso, y como organismo policial solo se limita a verificar que procedan de un juez legítimo. Puso así en evidencia que nuestra justicia es tan buena y soberana, que necesita que una organización policial internacional que supuestamente le está subordinada, le revise sus pruebas.
En este caso la controversia se dio en la Asamblea de Interpol, porque Irán consideró que las pruebas reunidas por Nisman provenían de un juez ilegítimo que había sido destituido (Galeano) sin considerar en manera alguna la calidad de ellas. Y la Asamblea con el apoyo tenaz de EEUU, considero que ellas eran válidas al estar avaladas por un nuevo juez, sin juzgar empero en manera alguna respecto su validez y contenido.
Seguidamente el buhonero Timerman se pasó de rosca, al expresar que con el tratado y los interrogatorios que en él se prevén, “estamos a la puerta del juicio oral contra los iraníes”. Afirmando que se trata de verdaderas indagatorias judiciales, pese a que en todo caso, ellas solo dan inicio al proceso penal, y no a su elevación a juicio.
No obstante a que en realidad, ese promiscuo interrogatorio, sin trascendencia judicial alguna, es solo un camuflaje o simulación para hacer pasable la constitución de una “Comisión de la Verdad”. Cuyo verdadero nombre debería ser, “Comisión para desechar las supuestas pruebas reunidas por la desprestigiada justicia argentina, que carecen de valor legal”. Y así dar por cerrada la pista iraní.
¿Parlamento o sanatamiento?
Timerman se despachó con esas sanatas ante una sala repleta de diputados, abigarradamente pegoteados unos contra otros, como la asamblea de un club de cuarta. Al haberse reunido tres comisiones juntas, para darle tratamiento expreso a un asunto, en el cual el tiempo insumido en su estudio, es inversamente proporcional a la importancia del mismo.
Los que también se lucieron con sus sanatas, ya que en vez de hacer preguntas incisivas, y tratar de interpretar el verdadero sentido de lo acordado con Irán, cada uno iba con su espiche prefabricado, para decirlo en forma tonante ante la tele. Disfrazado en muchos casos con retórica de pregunta, para así aprovechar el tempus televisivo. Mientras que Timerman los miraba con cara de papa mono, como diciendo preguntas cualquier cosa sin sentido, y yo respondo lo que quiero.
Como si todo fuera una farsa para cumplir con el reglamento, y darle un espacio catártico a quienes el tratado les cayó como la mona, para no decirles que vayan a llorar a la casa cuna. Sin pensar en las consecuencias que ello pueda traer más adelante, cuando la comisión integrada entre Abel y su presunto Caín, diga que no hay pruebas que este último haya sido el autor del homicidio. Cuando en términos políticos y psicosociales, lo importante no es lo que ocurrió, sino lo que la gente creé de ello, según la credibilidad de quién lo dice.
Además a algunos diputados de afiebrada mente leguleya, la constitución no se les caía de la boca, porque el punto de la i no concordaba con la coma del inciso, y la pirámide jurídica. Y pese a que muchos responsabilizaron al estado de Irán como autor del ataque a la AMIA, a ninguno de ellos se le ocurrió decir, “loco si es así, según la Constitución esto también nos compete a nosotros y al Congreso”.
Todos por distintas razones de ocasión, parecen haber optado por no tratar de agarrar ese balurdo, que solo reporta costos y ningún beneficio. Pese a la obligación que tienen de hacerlo.
Por ello el remplazo de “Parlamento” por “Sanatamiento”, mezcla de sanata y miento, lamentablemente no es gratuito. Razón por la que ha poco de ver ese triste espectáculo, opté por apagar el televisor, y me vino al recuerdo la música y letra de una vieja canción, que podría parafrasearse así: “rodando vamos por la vida, rodando sin parar, todo va, camino abajo, y nadie, nadie, nadie, nos podrá salvar”.-