SE LLEVÓ A CABO EL MERECIDO HOMENAJE AL Brig. Gral.
JOSÉ FRANCISCO DE SAN MARTÍN ANTE SU MAUSOLEO, CUSTODIO TERRENAL DE SUS RELIQUIAS.
CRUZADA CONSERVADORA del Partido Demócrata de CABA,
sus integrantes y amigos, no nos consideraríamos con derecho de levantar
nuestra voz si nuestras palabras tuvieran que ser tan solo halagos de
circunstancia ó simple ropaje y vestimenta para una conveniencia ocasional.
Decía el gran UNAMUNO:”…meditar y considerar la
historia patria y sus hombres, es hacer historia y es hacer patria; es hacer
hombres de ella, históricos y patrióticos.”
San
Martín no es una gloria nuestra solamente. Reivindicarla como propia cuatro
Repúblicas americanas, si bien sus restos mortales pertenecen al país que lo
vio nacer, no obstante que su acción y la influencia de su alma se extendiesen
sobre la mitad de este Continente, como la fama de sus gloriosos hechos
trascendió luego por toda la redondez del mundo, y su nombre llena una de las
más bellas páginas de la historia moderna, cual es la aparición de los pueblos
civilizados que poblaron el nuevo mundo descubierto por Colón. San Martín es,
por cierto, digno heraldo para anunciar a la tierra, que en un teatro cuyo
escenario se extiende de polo a polo, se presentaría en adelante como actor que
no sospechó la antigüedad y cuyos progresos, los modernos, empiezan a mirar con
asombro, aun en aquellas adquisiciones comunes a nuestra época.
Después
de un largo ostracismo volvimos hoy a
estar presentes frente a sus gloriosos despojos que reposan en nuestro seno, y
están depositados en el altar de la patria, santificado por la presencia del
más ilustre de sus Mártires, el perseguido, el rehabilitado, el que hoy,
reconoce la historia humana Gran Capitán, y la América del Sur su Libertador,
como su patria la más brillante joya de su corona.
Otra es
la verdad que nos quieren imponer. Es necesario ocultar a los ojos de la
sociedad, la inmensididad de su obra, la vastedad de su honor, la imponencia
infinita de su decencia y dignidad. Esta
es la obra del régimen que avanza rápidamente sobre todos los ciudadanos sin
tener éstos el poder de reacción.
No
podemos olvidar la vastedad inmensa de este nuevo continente, inconmensurables
superficies, ríos anchísimos, cordilleras con hielos eternos. Solo el ESPÍRITU
GIGANTESCO del GRAN CAPITÁN pudo llevar adelante el progreso de la LIBERTAD A
LA MITAD de nuestro continente, no para sojuzgarlos sino para DARLES PATRIA Y
HONOR. Así como surgen esas grandes convulsiones que generan continentes, era
la convicción en su DEBER del SANTO DE LA ESPADA. EL PADRE DE LA PATRIA.
San
Martín convirtió su Escuadrón de
Granaderos a Caballo en un verdadero Regimiento, integrado con los mejores
hombres de armas de la época en lo físico, su moral estructurada en el rígido
Código de Honor impuesto, que luce en el presente grabado en una de las galerías
del Colegio Militar de la Nación, su disciplina y la destreza en el arte
militar táctico, enseñado personalmente por su jefe, asimilado por cientos de
hombres que pasaron con orgullo y dieron su vida por nuestra REPÚBLICA y la
LIBERTAD.
Como
exclamaba Augusto: ¡Varrus! ¡Varrus! ¡Devuélveme
mis legiones! …
Vosotros
y nosotros, pues, hicimos un acto de
REPARACIÓN HISTÓRICA de aquellas pasadas y presentes injusticias, devolviendo al General don José
de San Martín el lugar prominente que le corresponde en nuestros monumentos
conmemorativos junto a los dignos REPRESENTANTES DEL GLORIOSO PUEBLO DE NUESTRA
HERMANA REPÚBLICA DEL PERÚ.
Podemos
respirar libremente, como quien se descarga de un gran peso, cuando depositado
en el sarcófago, que es altar de la
Patria, la gloria que sólo faltaba: esta rehabilitación de su propia patria y
esta hospitalidad calorosa que recibe de sus compatriotas y sus HERMANOS
PERUANOS.
Es imperioso pactar entre nosotros para poder
asociarnos a un proyecto de NACION y de REPUBLICA. Nacimos en Argentina,
sentimos como argentinos, pertenecemos a Argentina, somos argentinos, pero nos
están robando el país y en esta transformación de las conciencias cívicas
perdimos el poder de reacción y el compromiso como CIUDADANO se volvió sólo un
deseo ó en el mejor de los casos una expectativa de difícil aplicación.
Volvamos la vista al Gran PADRE DE LA PATRIA y
bebamos de esta fuente inagotable los néctares deliciosos de la VIRTUD, la
PROBIDAD, la HONRADEZ y retomemos nuestra DIGNIDAD para nosotros y para los que
aún no han llegado.
Fernando A. Castro Pintos
Secretario.