La abuela Estela de Carlotto, pese a haber sufrido tiempo atrás una
vergonzante derrota en su criminal intento de inculpar sin fundamento alguno
por apropiación de hijos de desaparecidos, y saboreando aún el amargo gusto en
la boca que le provocara su nuevo y reciente traspié al pretender difamar a
nuestro Papa, basándose
exclusivamente en las calumnias de Verbitsky
difundidas por el ordenanza Juan Pablo
Cafiero, no escarmienta y ha vuelto al ruedo con otro disparate.

Y semejante dislate ofende el
honor de la historia patria. Comparar esa banda de asesinos financiados y entrenados
en los "paraísos comunistas"
con nuestros padres es una afrenta a la Nación. Ellos no sólo que no
defendieron la Patria sino que se alzaron en armas contra ella, pretendiendo
trocar la gloriosa celeste y blanca por el rojo pendón, quedando incursos en el
delito de infames traidores.
Mal que le pese a esta señora,
quienes nos defendieron y defendieron a la Patria, cumpliendo órdenes del Presidente de la Nación, fueron
justamente las Fuerzas Armadas.
Cuanto más pretendan imponer el
relato, más evidentes serán sus mentiras y sus odios irracionales.
Juan Manuel Otero