“¡Llora,
llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”. Sultana Aixa
La actitud
de pasividad que los empresarios argentinos han adoptado frente a la
sodomización permanente a la que los someten los funcionarios del Gobierno
nacional, en especial Patotín Moreno,
no puede menos que generar ese sentimiento. Me apena pensar cuál es la carga
emocional con que regresan a sus casas por las noches, después de haber sido
maltratados y humillados sin piedad durante el día, y cómo la canalizarán en el
seno de sus familias.
Es cierto
que, con la aceptación del inmundo rol que esta curiosa forma de democracia les
impone, también gozan de inéditos privilegios, ya que el “modelo” ha debido cerrar
la economía de modo tal que han transformado al país en una pecera y en un
zoológico, en los cuales estos pseudo “hombres de empresa” pescan y cazan a
voluntad: la falta de competencia les permite vender caro y malo.
También
hay que reconocer que, con esa rastrera conducta y el otorgamiento de esos
privilegios pueden financiar una vida de lujo y ostentación, con fabulosos
viajes y con inversiones en el exterior, cuando consiguen fugar sus divisas;
Miami y Punta del Este, sobre todo, son los templos en los que se celebraran
las festividades de esos cultos paganos.
Pero,
¿tan barato, en realidad, es el precio de sus conciencias? ¿Qué ven en el
espejo cuando se afeitan? ¿Cómo miran a los ojos a sus hijos? ¿Son, acaso, conscientes
del terrible y, quizás, irreparable daño que le están haciendo al país y a la
República que les dejarán como herencia? ¿No comparan su rastrera actitud, por
ejemplo, con la de Juan José Aranguren, el Presidente de Shell, que ha debido
soportar infinidad de denuncias penales, o ese reflejo los sume en la
vergüenza?
El último
episodio de esta siniestra saga fue la prohibición –siempre verbal- de publicar
avisos en los diarios de mayor circulación de la Argentina, que las cadenas de
supermercados, inclusive las internacionales, están respetando a rajatabla. La
patética desmentida de uno de sus ejecutivos, adjudicando esa unánime conducta
a la necesidad de cuidar la rentabilidad en medio del teórico acuerdo de
congelamiento de precios, desmentida por la presencia de esos mismos avisadores
en el diario “La Capital”, de Rosario, perteneciente a los “amigos” del
Gobierno, Vila y Manzano, no hizo más que, como sucede tantas veces en estas
tierras, confirmar la generalizada indecencia.
El
Gobierno, al menos por ahora, no ha mandado a la cárcel ni torturado a ninguno
de ellos; tampoco los ha expulsado del país, ni les ha confiscado sus empresas,
como sucede en otros países “bolivarianos”. Entonces, ¿a qué temen? ¿Creen que
la AFIP tiene tanto poder o tienen tantos cadáveres en sus roperos? ¿Cómo
permiten que un funcionario, al que nadie eligió sino que fue designado por el
Ejecutivo, les grite y los convierta en afirmativas marionetas? ¿Tanto han
ganado durante estos años que pueden considerar a esas humillaciones como un costo
menor, que es imprescindible asumir? ¿De qué madera están hechos?
Cuando
miran, como cada mañana, a Brasil para ver si seguirá impulsando nuestra
economía hacia arriba, ¿no piensan en el poder que, con coraje, los empresarios
paulistas de la FIESP han conseguido concentrar? ¿Cómo no reaccionan,
corporativa y rápidamente, cuando uno de ellos es agredido de manera impune
desde el atril presidencial? ¿Cómo permiten esas actitudes, imitando al
avestruz? ¿No saben que, indefectiblemente, si el Gobierno se perpetúa, más temprano
que tarde les tocará a ellos estar en la picota?
La
Argentina de la “década ganada” ha confirmado un viejo aserto: “nada hay más cobarde que el capital”, y
por eso no hay inversión extrajera directa. Pero se refiere al anónimo, ése que
circula con toda la velocidad que las redes informáticas le permiten, no a su
corporización en hombrecitos de carne y hueso, capaces de denostar al Gobierno
y sus funcionarios, contando terribles anécdotas en las que siempre son
víctimas indefensas, con la condición de que sus nombres no sean publicados.
Aquí el
espectáculo bochornoso lo brindan las cohortes de individuos que concurren,
como mansas ovejas y al galope, a un simple llamado de Patotín, sabiendo que, cada vez, deberán descender a un infierno
moral más profundo, en el cual ni la peor escatología está vedada. También
ellos serán los responsables del verdadero genocidio en que se ha transformado
la corrupción en la Argentina puesto que, por cada funcionario que recibe un
sobre con dinero, hay un empresario que lo entrega.
Por eso,
entre otras cosas, la ciudadanía se manifestará otra vez, bajo la unificada consigna
de “Constitución, República y Justicia”,
el 18 de abril de 2013; le adjunto un video (http://tinyurl.com/d4l3zyr)
irremplazable con esa convocatoria. Por usted mismo, por sus hijos y por
sus nietos, es su deber ciudadano concurrir,
agrupándose en los mismos lugares de Buenos Aires, del interior y del mundo
entero, que lo hicimos el 8 de noviembre de 2012.
Y recuerde que, antes de esa cita de honor, lo esperamos, Carlos
Manuel Acuña y yo, el 10 de abril, a las 19:00 horas, en Quintana 161, de la
Ciudad Autónoma, para charlar sobre esta realidad que nos toca vivir y tratar
de encontrar, juntos, la manera de enmendarla.
¡Feliz Pascua de Resurrección para usted y los suyos, y para la
Argentina, que tanto lo necesita!
Bs.As., 31 Mar 13.
Enrique Guillermo AvogadroAbogado
Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02