OPINIÓN:
El informe de la organización panamericana de la salud sobre el alcoholismo de años anteriores, a nivel nacional muestra cifras alarmantes,
El 5% de las muertes en jóvenes es a causa del alcohol y a su vez el 4% de la morbilidad mundial se le atribuye al mismo factor. En cuanto a la dependencia de sus efectos, alrededor de 140 millones de personas y sus familias conviven con esta enfermedad a nivel mundial.
No obstante, el alcohol es la sustancia psicoactiva más utilizada en todos los niveles socioeconómicos, en ambos sexos y en todas las edades. En nuestra provincia – Tucumán -, el porcentaje de personas que consumen alcohol es tres veces mayor que el de fumadores y supera casi cien veces al de consumidores de todas las sustancias ilícitas.
El abuso creciente del alcohol ha contribuido a agravar diversos problemas sociales y de salud pública ligados a muchos comportamientos generadores de muerte, agresividad y violencia. Se relacionan con el abuso del alcohol la violencia y el maltrato familiar.
Es noticia a diario sobre la violencia no solamente de jóvenes sino de adultos y mayores que provoca en efecto del alcohol y los graves accidentes de tránsito y muertes ocasionados por el flagelo de lo que se considera directamente una droga.
El abuso de alcohol produce diferentes formas de psicosis, comportamientos irresponsables y deterioro general del organismo. Desafortunadamente el país no presenta campañas drásticas contra esta esclavitud.
Se requieren campañas permanentes y educativas que reflejen realmente los daños físicos, emocionales o mentales producidos por su consumo.
Las industrias alcoholeras fomentan la bebida mediante campañas publicitarias, bajo la responsabilidad exclusiva del individuo, y prometen cambios ficticios en la vida de quien lo consume,
Si bien en los medios de comunicación prevalece el factor comercial, en la familia y en el colegio no tiene porque desconocerse este azote social.
Es responsabilidad del Estado, simultáneamente con los padres, especialmente a través del sistema educativo terminar con las actitudes permisivas referente al alcohol en los jóvenes.
El consumo de alcohol se asimila desde la niñez y desde la adolescencia se asocia a estados de desinhibición, comunicación y diversión, hasta tal punto que el hecho de salir, divertirse y tomar alcohol se convierten en sinónimos muchas veces estimulados por los encargados de instruir y enseñar.
Los jóvenes de 13 años en adelante, son hoy en día, uno de los grupos que más consumen alcohol. El alcohol es llanamente y sin más una droga.
El término droga tiene una connotación específica, para aludir a aquellos fármacos no medicados o sustancias cuyo consumo afecta el sistema nervioso central, sustancias psicoactivas, las cuales unidas a situaciones de alto riesgo, o marginalidad social, producen en el consumidor efectos lesivos para la salud, el comportamiento y la convivencia social.
El alcohol es la droga más peligrosa para la salud, la personalidad y la convivencia social.
El uso de drogas comporta incontestables riesgos sobre la salud, la estabilidad emocional, las relaciones plenas con los demás, la autorrealización, el estudio, puede provocar enfrentamientos y problemas graves con la familia, la pareja, los amigos o la justicia.
El profundo malestar social conduce a buscar el alcohol como el acceso hacia otras formas de vida que permiten experimentar lo que la vida diaria no proporciona. Los jóvenes creen que en el uso del alcohol se encuentra el sendero a un mundo mejor, lleno de efímeras sensaciones o bien es el escalón para llegar a la vida adulta.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
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