ANDRÉS CARBALLO: ¿PERO DE QUÉ IGLESIA NOS HABLA?
Como cada fin de semana, tengo la, no
sé si mala o buena costumbre, de leer unas historietas para no dormir
llamadas “eleison”. Por un lado, a fe que buenas, pues me suelen hacer
salir muy pronto del adormecimiento propio de quien madruga, por aquello
de que lo impactante e inverosímil despierta; pero…. por el otro malas,
más que malas, pésimas, pues son tantas las incongruencias con las que
me desayuno, que mi pobre estómago me estará “maldiciendo” por
ocasionarle tales y tan antidigestivos sacrificios.
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Quiero hacer un análisis, si mis lectores
me lo permiten, del remate final de ese “dichoso” eleison 388, que como
de costumbre puede desquiciar a todo hijo de vecino. Para su deleite,
si me disculpan la ironía, lo transcribo tal cual y posteriormente
procederé a su análisis:
“En otras palabras, hubo un tiempo cuando Dios elevó Su Iglesia Católica a grandes alturas. Pero hoy en día se está haciendo el hazmerreir del mundo, al punto que uno puede casi estar avergonzado de ser un Católico. Sin embargo, hay todavía Católicos fieles. Oh Dios, ¡ven en su ayuda!, Oh Dios¡ ven en nuestra ayuda!”
Resulta pues, que para el autor del
escrito, utilizando la frase cervantina: “de cuyo nombre no quiero
acordarme”, la Iglesia no está a la altura donde Dios la puso, la
Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que es y comprende La Iglesia
Triunfante, La Iglesia Purgante y La Iglesia Militante (ésta ultima
reducida hoy al pusillus grex) pero no por ello menos digna que en la
época de Nerón (¡Hay hoy tantos Nerones!), esa Iglesia por lo visto le
causa risa a todo el mundo, como si el mundo no hubiese sido siempre el
enemigo por antonomasia de Ella. Pero eso no es todo, mis queridísimos
lectores, el autor del despropósito está casi avergonzado de ser
católico, ¿Pero aún lo es? o mejor dicho ¿lo fue alguna vez?. Porque la
Iglesia Católica, Apostólica y Romana, en este caso su parte militante,
que yo sepa, y sigo teniendo fe en ello, será protegida por Nuestro
Señor y por la mano protectora de Su Santísima Madre, y las puertas del
infierno no prevalecerán contra ella.
Claro, es muy probable, mejor dicho muy
cierto, que el autor del despropósito, mejor dicho, el de la cadena
interminable de despropósitos, al confundir a la iglesia conciliar,
sinagoga de satanás, con la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, Única
y Verdadera, caiga en ese error manifiesto y en esa herejía, que
esperemos sea capaz de corregir para que no se haga formal.
Me congratula sin embargo, que al final,
parece (aunque no quede del todo claro) pedir la pronta venida de
Nuestro Señor en su Gloriosa Parusía. Sí, que venga pronto, muy pronto,
pero que antes lo ayude a salir del atolladero donde está metido, no
vaya a ser que lo agarre sin el aceite necesario para encender su
lamparita.
Esta vez el arbolito parece haberse equivocado y nos apareció una “perita” despistada, no tan mala, al final del sainete.
Andrés Carballo.