jueves, 4 de diciembre de 2014

CUIDADO CON LA “PARRILLADAS CANCERÍGENAS”

CUIDADO CON LA “PARRILLADAS CANCERÍGENAS”


¿Sabias que lo que los mensajes publicitarios NO te dicen es la cantidad de benzopireno y nitrosaminas (carcinógenos causantes de tumores de estómago y leucemias) que se ingiere con cada kilo de carne de vaca preparada a la parrilla, equivalen a fumarse 600 cigarrillos?.
Se ha encontrado que un poderoso cancerígeno que está presente en el cigarrillo, el benzopireno, está también presenta en la carne asada a la parrilla. Las gotas de grasa que caen sobre las brasas se queman y expelen benzopireno que sube y se adhiere a la carne. Se estima que un kilo de carne produce tanto benzopireno como el humo de 600 cigarrillos.
La mayor parte de las personas no tiene idea que detrás de una parrillada se esconden las nitrosaminas y los benzopirenos. Las nitrosaminas son sustancias que se originan de los nitratos y nitritos, componentes que se agregan a algunos alimentos para darles un agradable color cárnico y para conservarlos frescos, es decir dan a los alimentos una mejor apariencia y los hacen duraderos. Por eso es común encontrarlos en los embutidos como las salchichas, tocino, chorizo, jamón, jamón de pavo, salami, etcétera.

Peligros en la dieta contra el cáncer

Arroz frito Cuando se habla de hábitos alimentarios y nutrición, y se hace referencia a diferentes tradiciones, tanto en los alimentos que ingerimos como en la forma de prepararlos, se tiende a decir lo mismo: "¡Siempre se ha cocinado así!", "¡Nuestros abuelos lo comían así!". Pero no siempre lo acostumbrado es lo correcto.
Existen datos para afirmar que esas costumbres heredadas, y que tanto nos deleitan, no son recomendables para mantener un adecuado estado de salud. Y no se trata en muchos casos de eliminar totalmente esos hábitos, sino que cuando existan evidencias de efectos indeseados en nuestra alimentación, se debe corregir lo que sea perjudicial y hacer un uso racional y adecuado de la dieta diaria.
En los últimos años es muy fuerte la convicción del efecto que pueden ejercer la dieta y las deficiencias nutricionales sobre varios tipos de cáncer, hecho que se relaciona directamente con alimentos que se consumen hoy en muchos países, así como su modo de preparación; pero precisamente este factor de riesgo nos da la posibilidad de modificarlo y con ello prevenir la enfermedad.
Los alimentos que consumimos cada día contienen cientos de sustancias químicas específicas que pueden interactuar entre ellas y a su vez con otros factores genéticos y ambientales. Es por ello importante conocer la composición de los alimentos para poder obrar en beneficio de la salud.
Se afirma que existen alimentos que contienen carcinógenos, es decir, sustancias químicas con potencialidad para generar cáncer. Pueden hallarse de forma natural en el alimento o como un aditivo.

Los nitritos como causantes de riesgo

Por otra parte, el procesamiento o cocción de los alimentos puede activar carcinógenosJamón con vegetales presentes en ellos. Un ejemplo es la presencia de nitritos como preservante en algunos alimentos, que pueden dar origen a un potente carcinógeno: las nitrosaminas.
Los nitritos se han empleado desde hace años como preservantes de carnes procesadas, y son los que les confieren el típico color rojizo. Estos reconocidos conservantes con propiedades antimicrobianas se unen en el estómago con sustancias provenientes de los alimentos, las aminas, y originan las nitrosaminas. Ellas se han asociado con la alta incidencia de cáncer de estómago y esófago en países donde las dietas se caracterizan por un alto contenido de alimentos curados con sal, nitritos y ahumados. Son ejemplos el jamón, perros calientes, pescados salados y ahumados, tocineta, chorizos y hamburguesas.
Otro aspecto relacionado con los nitritos es que pueden obtenerse además por la oxidación de los nitratos, que también se encuentran habitualmente en la dieta, formando parte de alimentos salados, bebidas refrescantes, algunos embutidos, carnes, pescados y verduras.
En el caso de los productos ahumados, en la actualidad se seleccionan las maderas a fin de evitar el contenido en resinas, y se aplican métodos a bajas temperaturas. Estas precauciones disminuyen la cantidad de sustancias tóxicas. No obstante, se recomienda su consumo esporádico.

La sal y el vinagre en la dieta

También se ha descrito que el consumo de alimentos curados, salados y conservados en vinagre puede tener una alta incidencia de cáncer en el tracto gastrointestinal. Ello se ha asociado a la presencia de irritantes y abrasivos, como ocurre en el caso de los encurtidos y alimentos salados, y con el consumo de carnes y pescado ahumado. 
Hay teorías que exponen que la irritación crónica de las paredes del estómago provoca cambios en ellas, como la disminución de la acidez, con modificaciones en el tipo de flora residente, lo que favorece la producción de sustancias carcinogénicas a partir de componentes del alimento, reacción favorecida por los microorganismos presentes en las vías digestivas.

Carnes rojas y carnes ahumadas

Pierna de cerdo. Muchas veces el riesgo no está solo en la composición de los alimentos, sino en la forma de prepararlos. Ello ocurre con las carnes rojas y los alimentos ahumados.
Se ha dicho que existe una fuerte asociación entre el cáncer de colon y el consumo de carne roja. El asado de alimentos ricos en proteínas, y en particular la carne roja, contribuye a la formación de derivados de piridinas y carbonilos, relacionados con la alta incidencia de cáncer de estómago que se observa entre los japoneses.
Además, en la superficie de todas las carnes cocinadas estofadas, asadas o ahumadas, se forman hidrocarburos como el benzopireno, reconocidos como potentes cancerígenos. El consumo de carne se ha relacionado además con el cáncer de páncreas, mama, próstata y riñón.

La grasa de origen animal

La grasa animal presente en todas las carnes rojas, las prensadas, el huevo y los productos lácteos están relacionados con una alta incidencia de cáncer de mama. En torno a esta relación se ha dicho que las grasas de origen animal incrementan el número de bacterias anaeróbicas en el colon, productoras de carcinógenos. Por otra parte, estimulan además la producción de ácidos biliares excretados por la vesícula al tracto gastrointestinal, se mezclan con las heces y viajan al colon, donde se convierten en carcinógenos por las bacterias de la flora intestinal.
Las grasas pueden ser agentes estimulantes del cáncer porque pueden implicarse en el desequilibrio hormonal. Existen hormonas que se producen a partir de las grasas, y lo hacen dependiendo de la cantidad, es decir, a mayor cantidad de grasa en el organismo mayor es la hormona producida. 
Esto puede provocar desequilibrio hormonal, y con ello alteración de algunas células sobre las que estas hormonas actúan. Las grasas saturadas determinan cifras elevadas de estrógenos, o sea, las hormonas femeninas circulantes.
Se ha relacionado además el consumo excesivo de grasas con el cáncer de mama, colon, ovario, útero y páncreas.
El tratamiento que se les da a las grasas para utilizarlas en la preparación de los Cocinero friendo alimentos es también importante en la prevención del cáncer. Cuando las grasas son expuestas a procesos de sobrecalentamiento, tanto por exposición a altas temperaturas como por su uso reiterado, se potencia su efecto tóxico. Es en estos casos que se emplea el término grasas sobrecalentadas . 
Ello se debe a la liberación de moléculas químicas muy reactivas conocidas como radicales libres, que afectan el curso normal del metabolismo celular y de compuestos heterocíclicos como el benzopireno, entre otros, que estimulan el proceso carcinogénico.
El alcohol como agente tóxico
El consumo elevado de bebidas alcohólicas está considerado como el factor dietético de mayor riesgo para el cáncer de las regiones altas del tracto gastrointestinal, y con el cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, estómago e hígado. Los mecanismos asociados con el consumo de alcohol están dirigidos a que puede actuar como carcinógeno o estimulante de la carcinogénesis, como fuente de agentes tóxicos contaminantes o por efecto sobre el estado nutricional o inmune del individuo. 
Por otra parte, el consumo excesivo de alcohol deteriora la absorción de nutrientes esenciales por los daños que ocasiona en las paredes del estómago y del intestino delgado, lugares del sistema digestivo donde se degradan la mayoría de los nutrientes. El alcohol incrementa además los requerimientos de nutrientes e interfiere con la absorción y almacenamiento de otros.
Las evidencias más fuertes apuntan a que las bebidas alcohólicas son transportadoras de compuestos de diferente naturaleza química que se encuentran lo mismo en cervezas, vinos y otros tipos de bebidas. Se han identificado nitrosaminas en cervezas elaboradas mediante procesos que utilizan tratamientos térmicos.
Las dietas hipercalóricas ricas en grasas y proteínas, son riesgosas, junto con algunas formas de preparar los alimentos como los asados directos al fuego, los ahumados, los salados, entre otros. Son alimentos con efectos potenciales sobre el cáncer.
En la actualidad, aunque las investigaciones continúan, el fantasma de esta enfermedad acecha a muchas personas. Por ello la dieta debe convertirse en uno de sus frenos.
Si la dieta es variada y moderada en lo nocivo, logramos satisfacción y a la vez protección. Es válido recordar que comer es uno de los grandes placeres de la vida; pero si empleamos dosis adecuadas de alimentos que pueden resultar tóxicos e indeseados, o los eliminamos (en el caso que así lo requiera), podremos disfrutar a plenitud de la vida.
Seamos consumidores de una comida sana y portadores de un estilo de vida saludable, elementos que están a nuestro alcance. Es una forma de poder vivir sin ese fantasma del cáncer, gracias a que logramos su prevención.

Fte: saludvida