CUIDADO CON LA “PARRILLADAS CANCERÍGENAS”
¿Sabias que lo que los mensajes publicitarios NO te dicen es
la cantidad de benzopireno y nitrosaminas (carcinógenos causantes de tumores de
estómago y leucemias) que se ingiere con cada kilo de carne de vaca preparada a
la parrilla, equivalen a fumarse 600 cigarrillos?.
Se ha encontrado que un poderoso cancerígeno que está
presente en el cigarrillo, el benzopireno, está también presenta en la carne
asada a la parrilla. Las gotas de grasa que caen sobre las brasas se queman y
expelen benzopireno que sube y se adhiere a la carne. Se estima que un kilo de
carne produce tanto benzopireno como el humo de 600 cigarrillos.
La mayor parte de las personas no tiene idea que detrás de
una parrillada se esconden las nitrosaminas y los benzopirenos. Las
nitrosaminas son sustancias que se originan de los nitratos y nitritos,
componentes que se agregan a algunos alimentos para darles un agradable color
cárnico y para conservarlos frescos, es decir dan a los alimentos una mejor
apariencia y los hacen duraderos. Por eso es común encontrarlos en los embutidos
como las salchichas, tocino, chorizo, jamón, jamón de pavo, salami, etcétera.
Peligros
en la dieta contra el cáncer
Arroz frito Cuando se habla de hábitos alimentarios y
nutrición, y se hace referencia a diferentes tradiciones, tanto en los
alimentos que ingerimos como en la forma de prepararlos, se tiende a decir lo
mismo: "¡Siempre se ha cocinado así!", "¡Nuestros abuelos lo
comían así!". Pero no siempre lo acostumbrado es lo correcto.
Existen datos para afirmar que esas costumbres heredadas, y
que tanto nos deleitan, no son recomendables para mantener un adecuado estado
de salud. Y no se trata en muchos casos de eliminar totalmente esos hábitos,
sino que cuando existan evidencias de efectos indeseados en nuestra
alimentación, se debe corregir lo que sea perjudicial y hacer un uso racional y
adecuado de la dieta diaria.
En los últimos años es muy fuerte la convicción del efecto
que pueden ejercer la dieta y las deficiencias nutricionales sobre varios tipos
de cáncer, hecho que se relaciona directamente con alimentos que se consumen
hoy en muchos países, así como su modo de preparación; pero precisamente este
factor de riesgo nos da la posibilidad de modificarlo y con ello prevenir la
enfermedad.
Los alimentos que consumimos cada día contienen cientos de
sustancias químicas específicas que pueden interactuar entre ellas y a su vez
con otros factores genéticos y ambientales. Es por ello importante conocer la composición
de los alimentos para poder obrar en beneficio de la salud.
Se afirma que existen alimentos que contienen carcinógenos,
es decir, sustancias químicas con potencialidad para generar cáncer. Pueden
hallarse de forma natural en el alimento o como un aditivo.
Los
nitritos como causantes de riesgo
Por otra parte, el procesamiento o cocción de los alimentos
puede activar carcinógenosJamón con vegetales presentes en ellos. Un ejemplo es
la presencia de nitritos como preservante en algunos alimentos, que pueden dar
origen a un potente carcinógeno: las nitrosaminas.
Los nitritos se han empleado desde hace años como
preservantes de carnes procesadas, y son los que les confieren el típico color
rojizo. Estos reconocidos conservantes con propiedades antimicrobianas se unen
en el estómago con sustancias provenientes de los alimentos, las aminas, y
originan las nitrosaminas. Ellas se han asociado con la alta incidencia de
cáncer de estómago y esófago en países donde las dietas se caracterizan por un
alto contenido de alimentos curados con sal, nitritos y ahumados. Son ejemplos
el jamón, perros calientes, pescados salados y ahumados, tocineta, chorizos y
hamburguesas.
Otro aspecto relacionado con los nitritos es que pueden
obtenerse además por la oxidación de los nitratos, que también se encuentran
habitualmente en la dieta, formando parte de alimentos salados, bebidas
refrescantes, algunos embutidos, carnes, pescados y verduras.
En el caso de los productos ahumados, en la actualidad se
seleccionan las maderas a fin de evitar el contenido en resinas, y se aplican
métodos a bajas temperaturas. Estas precauciones disminuyen la cantidad de
sustancias tóxicas. No obstante, se recomienda su consumo esporádico.
La sal
y el vinagre en la dieta
También se ha descrito que el consumo de alimentos curados,
salados y conservados en vinagre puede tener una alta incidencia de cáncer en
el tracto gastrointestinal. Ello se ha asociado a la presencia de irritantes y
abrasivos, como ocurre en el caso de los encurtidos y alimentos salados, y con
el consumo de carnes y pescado ahumado.
Hay teorías que exponen que la
irritación crónica de las paredes del estómago provoca cambios en ellas, como
la disminución de la acidez, con modificaciones en el tipo de flora residente,
lo que favorece la producción de sustancias carcinogénicas a partir de
componentes del alimento, reacción favorecida por los microorganismos presentes
en las vías digestivas.
Carnes
rojas y carnes ahumadas
Pierna de cerdo. Muchas veces el riesgo no está solo en la composición
de los alimentos, sino en la forma de prepararlos. Ello ocurre con las carnes
rojas y los alimentos ahumados.
Se ha dicho que existe una fuerte asociación entre el cáncer
de colon y el consumo de carne roja. El asado de alimentos ricos en proteínas,
y en particular la carne roja, contribuye a la formación de derivados de
piridinas y carbonilos, relacionados con la alta incidencia de cáncer de
estómago que se observa entre los japoneses.
Además, en la superficie de todas las carnes cocinadas
estofadas, asadas o ahumadas, se forman hidrocarburos como el benzopireno,
reconocidos como potentes cancerígenos. El consumo de carne se ha relacionado
además con el cáncer de páncreas, mama, próstata y riñón.
La
grasa de origen animal
La grasa animal presente en todas las carnes rojas, las
prensadas, el huevo y los productos lácteos están relacionados con una alta
incidencia de cáncer de mama. En torno a esta relación se ha dicho que las
grasas de origen animal incrementan el número de bacterias anaeróbicas en el
colon, productoras de carcinógenos. Por otra parte, estimulan además la
producción de ácidos biliares excretados por la vesícula al tracto
gastrointestinal, se mezclan con las heces y viajan al colon, donde se
convierten en carcinógenos por las bacterias de la flora intestinal.
Las grasas pueden ser agentes estimulantes del cáncer porque
pueden implicarse en el desequilibrio hormonal. Existen hormonas que se
producen a partir de las grasas, y lo hacen dependiendo de la cantidad, es
decir, a mayor cantidad de grasa en el organismo mayor es la hormona producida.
Esto puede provocar desequilibrio hormonal, y con ello alteración de algunas
células sobre las que estas hormonas actúan. Las grasas saturadas determinan
cifras elevadas de estrógenos, o sea, las hormonas femeninas circulantes.
Se ha relacionado además el consumo excesivo de grasas con
el cáncer de mama, colon, ovario, útero y páncreas.
El tratamiento que se les da a las grasas para utilizarlas
en la preparación de los Cocinero friendo alimentos es también importante en la
prevención del cáncer. Cuando las grasas son expuestas a procesos de
sobrecalentamiento, tanto por exposición a altas temperaturas como por su uso
reiterado, se potencia su efecto tóxico. Es en estos casos que se emplea el
término grasas sobrecalentadas .
Ello se debe a la liberación de moléculas
químicas muy reactivas conocidas como radicales libres, que afectan el curso
normal del metabolismo celular y de compuestos heterocíclicos como el
benzopireno, entre otros, que estimulan el proceso carcinogénico.
El
alcohol como agente tóxico
El consumo elevado de bebidas alcohólicas está considerado
como el factor dietético de mayor riesgo para el cáncer de las regiones altas
del tracto gastrointestinal, y con el cáncer de boca, faringe, laringe,
esófago, estómago e hígado. Los mecanismos asociados con el consumo de alcohol
están dirigidos a que puede actuar como carcinógeno o estimulante de la
carcinogénesis, como fuente de agentes tóxicos contaminantes o por efecto sobre
el estado nutricional o inmune del individuo.
Por otra parte, el consumo
excesivo de alcohol deteriora la absorción de nutrientes esenciales por los
daños que ocasiona en las paredes del estómago y del intestino delgado, lugares
del sistema digestivo donde se degradan la mayoría de los nutrientes. El
alcohol incrementa además los requerimientos de nutrientes e interfiere con la
absorción y almacenamiento de otros.
Las evidencias más fuertes apuntan a que las bebidas
alcohólicas son transportadoras de compuestos de diferente naturaleza química
que se encuentran lo mismo en cervezas, vinos y otros tipos de bebidas. Se han
identificado nitrosaminas en cervezas elaboradas mediante procesos que utilizan
tratamientos térmicos.
Las dietas hipercalóricas ricas en grasas y proteínas, son
riesgosas, junto con algunas formas de preparar los alimentos como los asados
directos al fuego, los ahumados, los salados, entre otros. Son alimentos con
efectos potenciales sobre el cáncer.
En la actualidad, aunque las investigaciones continúan, el
fantasma de esta enfermedad acecha a muchas personas. Por ello la dieta debe
convertirse en uno de sus frenos.
Si la dieta es variada y moderada en lo nocivo, logramos
satisfacción y a la vez protección. Es válido recordar que comer es uno de los
grandes placeres de la vida; pero si empleamos dosis adecuadas de alimentos que
pueden resultar tóxicos e indeseados, o los eliminamos (en el caso que así lo
requiera), podremos disfrutar a plenitud de la vida.
Seamos consumidores de una comida sana y portadores de un
estilo de vida saludable, elementos que están a nuestro alcance. Es una forma
de poder vivir sin ese fantasma del cáncer, gracias a que logramos su
prevención.
Fte:
saludvida