Que
los próximos meses van a ser difíciles no es ninguna novedad. Que para
los muy memoriosos, la famosa frase de Don Álvaro Alsogaray, cuando la
crisis de junio de 1959: “Hay que pasar el invierno…”, va a quedar corta
respecto al esfuerzo que se plantea ahora, tampoco resulta
sorprendente.
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Sin embargo, para los productores del campo, el verdadero estupor
vino de la mano de dichos y actitudes del Ministro de Economía, Axel
Kicillof, quien nunca se había mostrado “proclive” al campo… ¡hasta
ahora!
Suponer que esta puede ser una buena noticia sería una ingenuidad.
Más vale, en la nueva versión “candidato”, del todavía hombre fuerte de
la economía nacional, parece que ningún sector es menor a la hora de
cosechar votos, aunque se trate del más antagónico a la forma de pensar
del Gobierno (a pesar de que depende mucho de el en materia fiscal y de
divisas).
El punto es que el joven economista, que ya demostró que de
microeconomía no sabe prácticamente nada, y de cuestiones de campo mucho
menos, se despachó hace un par de semanas atrás con un encendido
discurso en el cual, no sólo rescataba el rol del campo, sino que iba
más allá aún al afirmar que “es imposible pensar en industrialización
sin el campo”.
Obvio que la sorpresa, ante esto, debía ser mayúscula. Nadie olvida
los históricos planteos de este gobierno para con el campo, también
tradicionalmente “ninguneado” por los sucesivos ministros de economía
que fueron pasando, desde Roberto Lavagna, a Martín Lousteau; o desde
Felisa Miceli hasta alguno de los Rodríguez, por citar a unos pocos.
Precios controlados, restricciones, aumento de retenciones, falta de
créditos productivos, desfase del dólar para exportación, presión
impositiva siempre creciente, imposibilidad de actualizar por inflación,
etc., etc., etc., temas todos que durante más de una década fueron en
contra de la producción y la generación genuina de divisas, y que lejos
de atenuarse o corregirse, se siguen acentuando, especialmente desde
2008 en adelante.
Kicillof tampoco es la excepción, aunque ahora como “candidato” se la
vea en figurillas para explicar algunas cosas como el mantenimiento de
las restricciones a las operaciones libres con divisas. “No existe cepo
porque importamos, giramos utilidades, pagamos vencimientos externos y
le vendemos dólares a la gente que quiere”, sostiene sin sonrojarse y,
como siempre, adjudicando las culpas a “los medios de comunicación” por
utilizar la palabreja: “«Cepo» tiene un nombre que lo han impuesto
popularmente, con cierta intencionalidad”, e insiste con lo inocultable,
a pesar de sus dichos: “No estoy en contra de que la gente compre
dólares, pero tiene que demostrar de dónde sacan esos dólares”, según
consigna Urgente24.
¿Realmente pensará que alguien puede creerle, o tomar por ciertas sus palabras, dentro o fuera del país…?
Más allá de eso, su intencionalidad por avanzar sobre el tema
agropecuario no es ningún secreto. De hecho, desde hace meses se
registra una sorda pulseada en Agricultura entre los Secretarios Gabriel
Delgado, y el de Coordinación Política, Javier Rodríguez, supuesto
hombre de Kicillof, ambos por el sillón del siempre inefable Carlos
Casamiquela, por estos días de viaje por Rusia.
La pérdida de espacios del ex INTA y actual titular de la cartera
agropecuaria sigue siendo imparable y, aunque se trata de un
“Ministerio”, en los hechos pesa menos que algunas secretarías de
Estado, como por ejemplo, la de Comercio que, antes con Guillermo
Moreno, y ahora con el joven Augusto Acosta, marcan el ritmo de las
medidas del sector, sin que medien siquiera consultas de parte del
equipo económico.
Así, ahora, profundizaron la adopción de temas remanentes de la
poderosa ex ONCCA de Ricardo Echegaray, como la distribución de cupos y
cuotas, asunto particularmente sensible desde el año pasado, ya que
buena parte del ingreso de divisas depende de esta distribución,
repartida aparentemente entre varios, lo que dificulta su seguimiento, y
facilita el descontrol…
Ahora, con la nueva versión “agropecuaria” del Ministro,
sorprendiendo especialmente a los productores con un llamativo: “Hay que
regar las plantitas todos los días, y analizar qué necesita cada
sector” (cuando desde que asumió, al menos al campo, nunca lo atendió),
muchos entienden que la transformación se debe más al repentino interés
que tendría Kicillof en convertirse en el próximo vicepresidente del
Frente para la Victoria, especialmente si el candidato es Daniel Scioli a
quien, la presidente Cristina (y él mismo) parecen suponer que
“controlarán”… y también ir “anclando” desde ahora áreas claves, entre
las cuales parece ubicarse Agricultura.