CRISTINA F.
DE KIRCHNER: LAS PAGINAS MÁS NEGRAS DE LA HISTORIA DE
NUESTRO
PAÍS
Probablemente producto de su infancia desafortunada. N
Prácticamente todos los historiadores, politicólogos y analistas
del país coinciden que Cristina Fernández de Kirchner está definitivamente inscripta
en la historia de nuestro país. Su impronta a lo largo de ocho años de gobierno
¿? y los cuatro anteriores del mandato de su marido, marcaron a fuego los
destinos de nuestro sufrida Nación con una característica distintiva
sobresaliente de entre los demás gestiones presidenciales, particularmente de
los últimos gobiernos democráticos.
Lamentablemente esa impronta a que hago referencia se refiere a los
desperdiciados ocho años de gobierno que eclipsan por mucho a la pésima y
desastrosa gestión de su marido y de los peores gobiernos constitucionales de
nuestro país. Tuvimos gobiernos inoperantes e intrascendentes como el de Maria
Estela de Perón, pero nunca alguien más perjudicial y nefasto para la
República como el de esta Señora..
Muchos analistas políticos y también simples ciudadanos a fines
del año 2007, cuando se conoció la postulación de la esposa de Néstor Kirchner
para la primera magistratura, ponían en duda la capacidad e idoneidad de
Cristina Fernández para desempeñar exitosamente la futura gestión presidencial.
Hoy, ya finalizadas sus dos gestiones no queda duda alguna. La
infinidad de anuncios y promesas presidenciales realizadas reiteradamente, no
fueron más que engaños, mentiras y falsedades que constituyó una triste y
lamentable fantasía de un relato, de una mujer enferma con numerosos trastornos
psíquicos además de los más o menos conocidos problemas físicos.
Las
tres gestiones gubernamentales del matrimonio Kirchner durante los casi
doce años de gobierno estuvo plagado de numerosos disparates y transgresiones a
la Constitución, leyes y las normativas vigentes. Gobernaron como si este
gigantesco país fuera una inmensa estancia privada. Impusieron su voluntad
autoritaria y arbitrariamente para obligar a que se cumpla su voluntad omnímoda
o las decisiones que fueron decididas en un círculo muy reducido o en absoluta
soledad. Muchos de estos dislates fueron avalados por el Congreso Nacional por
la mayoría que el oficialismo tiene en ambas Cámaras.
En otras oportunidades mediante una abierta presión mediante
una descarada extorsión económica a quienes se oponían o diferían de sus
decisiones. Gobernadores, intendentes, ministros y otros funcionarios fueron
objeto de estos procedimientos no precisamente democráticos.
Lo mencionado es ampliamente conocido por la mayoría de los
ciudadanos que deben sufrir y aguantar estos verdaderos atropellos,
prácticamente sin poder hacer nada para evitar estos verdaderos desmanes en un
país que se dice democrático.
De un “cuento” irreal que sedujo inicialmente a un alto
porcentaje de argentinos desprevenidos que vieron nuevamente sus esperanzas
frustradas y sin posibilidades en el corto plazo de salir del abismo al
cual los arrastró esta desquiciada mujer.
Pero la responsabilidad y
culpa no es solamente de ella. Según dicen los Pueblos nunca se
equivocan. Es cierto, pero no siempre. Probablemente una de las
equivocaciones más graves fue cuando el Pueblo pidió la libertad de Barrabás en
lugar de Cristo hace ya más de dos milenios atrás y
contemporáneamente la entronización vía democrática, de los
dictadores más sanguinarios y perversos del último siglo.
Los responsables somos nosotros que hemos votado
irresponsablemente y errónea, con el agravante de haber errado groseramente en
dos oportunidades y obviamente también del ex presidente por haber manipulado
la opinión pública en pos de su confeso objetivo de eternizarse en el poder.
A la luz de los desastrosos resultados de su doble
gestión presidencial, hasta el malo y poco democrático gobierno de su esposo
parece bueno. Y esto no es una ironía. En comparación con el desastroso
gobierno de su esposo ello es ya casi una exageración.
¿Que podíamos esperar los argentinos de un gobierno en el
cual muchos de los más altos funcionarios son aquellos que iniciaron a sangre y
fuego la intentona revolucionaria y el terrorismo de la década del 70 para
imponer un gobierno castro-marxista similar al de Cuba? Recordemos para los que
no vivían en esa época o los frágiles de memoria, que entre ellos hay asesinos,
secuestradores, ladrones, los inventores de la cárceles del pueblo, traidores,
terroristas y otra gente de esa laya y sus simpatizantes. Entre estos
precisamente se encuentran el ex presidente y su esposa.
¿Que podíamos esperar los argentinos de un gobierno que
tienen como modelo de política y economía a dos de los países más atrasados de
América como Cuba y Venezuela?
¿Que podíamos esperar los argentinos de un gobierno que
tiene un rumbo errático, las más de las veces contradictorio y a menudo absurdo
por su absoluta ausencia del más mínimo sentido común?
¿Que podíamos esperar los argentinos de un presidente que
denomina a su fracción juvenil de su partido “La Cámpora” honrando de esa
manera al ex “mayordomo” del General Perón y que fue despedido del gobierno por
este a los 25 días de haber asumido la primera magistratura “…por haber
llenado el gobierno de zurdos y de putos…”. Cámpora fue obligado por
Perón a renunciar, y luego sería expulsado del Partido Justicialista por
“traición”.
Se encuentran pocas virtudes y cualidades, por no decir
ninguna, en Cristina F. de Kirchner.
Probablemente producto de su infancia desafortunada. Nació
en Tolosa, un humilde pueblito del conurbano de la ciudad de La Plata,
hija de padre desconocido. Su conducta , comportamiento y desenvoltura personal
demuestran una mujer que tuvo escasa formación y educación.
Toda su personalidad suele surgir con claridad en sus numerosísimos
discursos: altanera, soberbia, dueña absoluta de la verdad, autoritaria,
prepotente y con una absoluta falta de equilibrio, prudencia y
moderación, llena de de agravios y descalificaciones que evidencian
esa personalidad tan traumática.
En sus discursos, generalmente enojada y con la cara crispada, en
oportunidades chabacana y casi coloquial, arrastrando las palabras, siempre
acusando, sin una sola autocrítica. Muchas veces da la lamentable impresión de
una discusión de una verdulera peleando con un cliente por el precio de las
verduras en una feria del conurbano de la provincia de Bs. As. Evidencia en
esas ocasiones su falta de estilo y su origen vulgar y ordinario (Como papel de
cohete dirían los niños) que obliga a millones de argentinos a cambiar
automáticamente de canal o de estación de radio para no verla u oírla.
Sus dos períodos presidenciales dejaron un país absolutamente
arrasado y devastado en las múltiples facetas de lo que debe ser un Estado.
La corrupción anido en todos los nichos y niveles de este sumados a una notoria
incompetencia profesional de sus dirigentes y funcionarios también de
todos niveles. Se organizó una red que desguazó el Estado, que se apropió
delictivamente de sus recursos y destruyó todo mecanismo de control. Sin duda alguna
el gobierno más incapaz y corrupto de nuestra Historia. No podía ser de
otra manera. El país fue conducido por una persona muy enferma, no solo de
patologías físicas, sino fundamentalmente con graves desórdenes mentales y
psíquicos. No es objetivo de esta nota detallar las innumerables torpezas,
errores y dislates y cometidos en su mandato ya que se debería escribir un
extenso libro sobre ello.
Simplemente queremos detallar los cuatro aspectos más salientes,
insólitos y graves de los cuales se tienen importantes sospechas en su
gestión:
-
Utiliza un título, el de abogada, aparentemente falso,
lo que significa un alevoso engaño a los argentinos y al mundo entero..
-
Utilizó como bandera política la de los “Derechos
Humanos” convirtiendo tan loado objetivo en una amplia red de corrupción
abierta, descarada y generalizada que permitió el saqueo de miles de millones
de dólares del Estado Argentino que engrosaron las arcas de los corruptos.
-
Se tienen fundadas sospechas que ella fue la que
asesinó a su marido en su domicilio en la ciudad de Calafate luego de una
violenta y acalorada discusión.
-
Se tienen fundadas sospechas que ella ordenó el
asesinato del fiscal Nissman por la gravísima denuncia que este iba a efectuar
un par de días después en el Congreso Nacional y que ponía en descubierto un
verdadero acto de traición a la Patria cometido precisamente por la
presidente de la Nación.
Se
considera estos cuatros aspectos como algunos de los más graves y
salientes dentro de cientos de otros hechos sin transparencia ni información
oficial que dejaron el país aislado del mundo, aliado con los más retrógrados y
autoritarios, en el “default” más largo de nuestra Historia, con una
inflación record en el mundo, desarticulado las Instituciones del Estado,
inseguro y libre campo de acción del narcotráfico y sumido en una desocupación
y pobreza alarmante en medio de un despilfarro estatal record.
Pocas
veces se vio tanta indecencia, perversidad, incertidumbre y temor. No
queda duda alguna que Cristina inscribió la página más negra de nuestra
Historia.