domingo, 20 de marzo de 2016

REVISTA CABIDO Nº 33-DICIEMBRE 2003-MIRANDO PASAR LOS HECHOS-LA PUTREFACCIÓN INSTALADA

 Publicado por Revista Cabildo Nº33
Diciembre de 2003-3ºera.Época
 REVISTA CABIDO Nº 33-DICIEMBRE 2003
MIRANDO PASAR LOS HECHOS
por Víctor Eduardo ORDOÑEZ
LA PUTREFACCIÓN INSTALADA

KlRCHNER EN BOLIVIA
EL raudo paso de Néstor Kirchner por Bolivia, además de desprolijo y desaprensivo (su retraso en llegar, su inquietud por retirarse antes de terminar la cumbre iberoamericana reunida a instancia del inefable rey de España Juan Carlos, devenido lobbysía de las empresas que siguen perteneciendo al Estado del que él es su rostro) dio indicios -muy graves por cierto- de la .gran estrategia regional que se propone. Su encuentro con Evo Morales, jefe de los productores de coca de su país y uno de los líderes que encabezó la reacción multitudinaria que terminó con el anterior presidente Sánchez de Lozada, naturalmente asilado en EE.UU., es ilustrativo al máximo. Kirchner, con más decisión y desenfado que sus colegas y correligionarios Lula y Chavez, se apresta a crear un poder por fuera de los estados formales actuales, incluso del que él mismo dirige ahora.


Es, en realidad, la continuación sin armas pero con la misma violencia de antes (por lo menos violencia potencial que es una forma sorda pero evidente de ejercerla) de aquel terrorismo que Kirchner no sólo añora sino que reivindica de los dorados '70. ¿Suicidio? Más bien traición porque Kirchner es el caballo de Troya dentro de la desquiciada y maloliente democracia argentina. Vacía la ciudad para lo cual, como lo está haciendo, concentra todo el poder que puede, todavía con disimulo pero pronto como un déspota auténtico. Y por esto es que apoya, propicia, exalta estos movimientos piqueteros aquí y, como se ve, en el exterior. El solo hecho de haber recibido efusivamente a Evo Morales (se negó a recibir a los cubanos anticastristas) es algo más que una inversión en política ajena sino un desaire a los otros presidente cuya compañía desdeñó sin ambagues y, especialmente, significó la finalización de estas maniobra tienden a extenderse por todo continente, según lo dispuesto en Mantas al respecto. No es poner que lo está intentado sino que lo hace en conocimiento y connivencia de sus aliados lógicos de adentro y de Puede ser considerado un un atentado, una punta de lanza de esa izquierda oculta pero implacable que aparece disimulada en una legalidad quebradiza que la vuelve más peligrosa que ninguna de sus manifestaciones de sus manifestaciones. En definitiva se trata de no de destrozar las instituciones (por lo demás falsas y deforme fundadas en la ficción de presentatividad    imposible de practicar en la teoría y en la práctica cuando en la realidad el poder de decisión se encuentra en otra parte y no en esas malas apariencias) sino de utilizarlas atravesándolas, forzándolas, si cabe, aun más a hacer lo que no son.

KlRCHNER EL PIQUETERO
 Lo que está intentando Kirchner en el país y fuera de él es introducir en la sociedad nuevas fuerzas, sin cambiar los mecanismos institucionales, a los efectos de permitir su captación por estos nuevos operadores que se colocan a la vanguardia de una cultura que, en rigor, los desconoce pero a los cuales va cediendo su actividad y hasta conseguirán que también sus expectativas. Hoy es más importante, más efectivo (más poderoso) un grupo piquetero bien organizado que un conjunto de diputados sin convicciones o de jueces maleables (como los federales) o previsibles (como Zaffaroni y Maqueda y demás colegas).
Si se observa con más detenimiento el fenómeno -menos multitudinario de lo que el gobierno quisiera y necesita- de los piqueteros cortando calles, deteniendo en su despacho a los ministros, paralizando al país entero si se lo propusieran y cometiendo toda suerte de atropellos e infracciones, se advertiría que su fuerza mensurable no es tanta y que, una vez más, se está imponiendo una maniobra mediática. Como lo hace el propio gobierno que los impulsa, los piqueteros incurren en radicalizaciones estrafalarias (rompimiento inmediato con el. FMI) al tiempo que interponen reclamos más módicos (un aumento en los planes trabajar o no trabajar). Ellos tienen la energía que el poder político quiera concederles, no reconocerles: su fuerza proviene de la debilidad con que se los enfrenta; si se lo propusiera podría acabar con sus piruetas y declamaciones -con sus insoportables latiguillos que repiten ante cada micrófono que se les acerca-con una simple aunque costoso operativo policial. Bastaría un gesto en ese sentido para terminar con la ficción. Eso sí, será imprescindible y de toda justicia adoptar enseguida las medidas acertadas para terminar con la pobreza e imponer las reglas elementales de una genuina justicia distributiva, lo que a la izquierda no le interesa porque en el mantenimiento de una situación de desequilibrio reside su capital.
La vieja política, la vieja institucionalidad están cayendo como un cascarón vacío, incapaces de sobrevivirse a su ficcionalidad e ineptitud ni de mejorar sus métodos ni de elevar sus miras. La sustitución, al no contarse con un pensamiento tradicional organizado, la realizará la izquierda, la nueva izquierda más preocupada en combatir al cristianismo que al capitalismo y de imponer la antinaturaleza que la justicia social.

CONFLICTOS INTERNOS
La forma con que Kirchner maneja los conflictos internos da que pensar. Por un lado, disponiendo del poder suficiente para detenerlos, neutralizarlos o evitarlos en ocasiones no lo hace corriendo el riesgo que se le escapen de las manos. En otras ocasiones, en cambio, se muestra inflexible y hasta principista y no permite que el litigio vaya más allá de lo que admite. Es un manejo arbitrario y claramente  asimétrico  como  el, que impone a favor de su aliado: Hugo Moyano al que le obsequió: con 300 afiliados impensados (los." de Carrefour) en perjuicio de Cavalieri, que milita enfrente (en la-medida en que "un gordo" de la CGT puede tomar posiciones enserio). Es evidente que lo que el presidente quiere es zamarrear el "establisment" hasta "depurarlo", que para él consiste en modificarlo inclinándolo a la izquierda. Sabe que le basta a esta altura de la experiencia democrática argentina con soplar sobre estructuras vacías, derribarlas sin más resistencia que la que le opongan los intereses -por lo general subalternos- que resulten afectados en cada caso. Es lo que llama y hace llamar "nueva política" que es la inserción en la maquinaria del poder de nombres, categorías y programas progresistas sin que una burguesía cansina sólo preocupada por sus ahorros lo advierta y si lo advierte se desinterese.

¡A LA ORDEN TIO SAM!
Las declaraciones de Lavagna en Miami reconocen, casi explícitamente, que el gobierno de Kirchner va girando hacia la esfera de Estados Unidos. La previsible pero precipitada desprivatización del Correo -asistiéndole al Estado harto razones para proceder de esa manera- es el paso previo a su re-privatización pero ahora en beneficio de la empresa norteamericana más importante de esa actividad. Los amagues de forzar a las otras concesionarias, todas europeas, se orientan en idéntico sentido. Las negociaciones -cada vez más avanzadas y menos trabadas-para la aceptación e instalación del ALCA (lo que se proclamó en contra no vale) no hacen sino confirmarlo. El simple hecho de que el esquema económico siga siendo básicamente el mismo que trajo Cavallo (con la diferencia que en lugar de la paridad uno a uno hoy es de tres a uno) constituye el mejor indicio de que hace falta algo más que ideologismo, declaracionismo y voluntarismo para trazar políticas sanas y realistas. Sin embargo es de observar -y habrá que seguir atentamente este movimiento de un presidente cuyo centro de actuación es la Patagonia-que RepsolYPF cuenta con más espacio y libertad para sus negocios. ¿Caeremos en un exceso de suspicacia si sospechamos que la quema de una planta de gas de Techint en Salta -tomada por asalto por piqueteros recibidos a los muy pocos días por el ministro del Interior- al forzar a la empresa a retirarse le deja el mercado de gas que viene de Bolivia para todo el norte argentino, le significó a la empresa española la enorme ventaja de eliminar un competidor? No olvidemos tampoco que Kirchner siendo gobernador de Santa Cruz aprobó con entusiasmo y sin remilgos la prórroga por contratación directa y sin licitación de los contratos petroleros faltando bastante para su vencimiento. Y que asimismo pareció aceptar sin inconveniente la pretensión de Repsol de aumentar el precio del gas en boca de pozo para duplicarle el precio al consumidor. No hay, pues, diferencias mayores, sólo intereses y beneficiarios distintos con el liberalismo y la izquierda.

CLUB DE SAN ISIDRO
El desvalido y casi extinguido "club de San Isidro", integrado por los obispos Casaretto, Laguna y Bianchi di Cárcano (quizá alguno más) llegó a un buen trueque con el gobierno. Consiguió que nombraran a un hombre de su confianza como embajador en el Vaticano a cambio de darle pie -poniendo en juego la autoridad moral de sus investiduras- para que el gobierno vaya acotando (no tanto para eliminarlo como para redistribuirlo) al enorme negocio de los planes de jefes de familia que parece haberse salido de madre. Un negocio tan multi-tudinario ya no es negocio y habrá que replantearlo mientras el Estado no esté capacitado para implementar políticas de empleo y de asistencia social más dignas, eficaces y universales (es decir que no se limiten a un segmento, el más marginal y violento, sino que atiendan las necesidades y derechos de toda la sociedad) Claro que puede que permutas de favores de este tipo se continúen en otros aspectos como el apoyo "principista" a esta nueva socil democracia. Lo que no sería extrañar porque quienes simpatizaron con Alfonsín lo podrán hacer con Kirchner, a quien por demás el resignado ex presidente acaba de dar su apoyo.

JUGADORES DE TRUCO
Se ha formado en la política nacional una suerte de triángulo invertido en cuanto son tres los dedicados a engañarse y a fastidiarse entre sí. Duhalde, Sola Kirchner son jugadores de truco se comportan como tales, con si muecas, sus silencios, sus engaños. A un buen jugador de truco esos que deslumhraban a Borges nunca se le moverá un músculo que lo denuncie en sus intenciones. Y cuando uno de ellos entre en furor -tramoyeros como son representa un drama aunque en realidad es una comedia. El supuesto enfrentamiento en la cúpula, como se ha dado en llamar a la pelea entre el ex y el actual presidente por la cuestión de como combatir (o no) a los piqueteros, actualiza la cuestión. No es que  neguemos  que  la  disputa exista -en rigor, de lo que se trataba era saber cuándo iba a estalla sino que una lectura menos conr vencional que la que nos proporcionan los analistas adocenado: nos lleva a descubrir un submundo de intereses e intenciones aun muy confuso y no podemos decir con seguridad qué se juega ni que se busca, descontando que, por supuesto, se trata de una guerra por el poder. A primera vista pareciera que la maniobra de Duhalde procura colocar al gobierno en la dura opción de reprimir y seguir actuando el accionar de estos activistas demasiado tentado por la posibilidad de alcanzar el poder o una fracción (y por eso aunque a algunos se les va la boca como a Castells, incurso claramente en el delito de sedición y de instigación) Estrictamente lo que a Duhalde le molesta es el piqueterismo -esa organización más o menos estructurada que ha hecho de la protesta una metodología y del reclamo espasmódico y radicalizado de cualquier cosa un programa), no los piqueteros como marginales bastante profesionalizados utilizados por jefes desprendidos o dependientes de los partidos de izquierda. En cambio a Kirchner le interesa el piqueterismo como movimiento capaz de sustituir (o hacer las veces de) las masas ausentes que necesita para superar su orfandad política y electoral. Esta es la raíz del conflicto: un tira y afloje entre el titular de la maquinaria que sustenta el poder político y el titular de éste que quiere dejar de ser una figura sin aptitud de decisión. No es cierto tampoco que Kirchner se haya propuesto y logrado fracturar al piqueterismo. Este se fue dividiendo siguiendo una tendencia propia tanto ideológica como estratégica y personal. Lo que sí es cierto es que ahora o dentro de poco el presidente deberá afronta la opción por el mantenimiento del estado de derecho (para lo cual tendrá que terminar con la política de "mano de seda" que le enrostró su amigo-enemigo Duhalde) o disponer su clausura dándoles a esos delincuentes o semidelincuentes un régimen legal especial. Pero a todos se les volverá intolerable semejante margen de impunidad reconocido al lumpen manejado por prototerroristas. En el fondo lo que el antiguo gobernador santracruceño quiere es mantener esta situación inestable, esta especie de democracia directa pero artificial que se desenvuelve por afuera del orden institucional y aun a riesgo de la autodestrucción. Duhalde, por su parte, aspira a convertirse -en el actual relativismo y equivocidad en que mueve la política- en el hombre de orden que la cada vez más convulsionada burguesía espera. Y, en este sentido, es lástima que la burguesía se confunda y vea en los piqueteros a integrantes del proletariado que hace rato que no actúa por sí. Se acabó la lucha de clases, hoy es la hora de la lucha de ideologías.

¿QUÉ SERA DE LA CORTE?
¿Nueve o cinco? Tal es el dilema que asaltó desde hace algún tiempo al gobierno. La pregunta es si le conviene más una reducida como la tradicional o una ampliada como la menemista. Duhalde -astuto analista de la experiencia-aconseja reducirla a cinco porque considera que es más fácil de manejar. Pero Kirchner observa que le será más fácil por el momento conservarla en nueve porque ya obtuvo las cabezas de Nazareno y de Vázquez -corridos por sus propias falencias y desvergüenzas- y en corto tiempo las de Moliné O'Connor y López que caerán bajo las fauces de la presidenta consorte. Petracchi, ya elegido presidente del tribunal y Beluscio aceptaron pasar a formar parte de la nueva mayoría automática junto con Maqueda y Zaffaroni luego de un acuerdo reservado de Alfonsín y Kirchner. Faith se comprometió a retirarse a fin de año de manera que sólo le resta para neutralizar a Boggiano -que tampoco es un hueso duro de pelar- una designación, que seguramente será una feminista fanática de los derechos humanos, para disponer de la anhelada Corte adicta. En cambio le resultaría más dificultosa promover el desplazamiento de de tres nuevos miembros para completar las descontadas buenas voluntades de Zaffaroni y de Maqueda, si el tribunal se redujera al número original. La justicia quedará, pues, tan o más sometida que nunca en el período democrático al que estamos condenados. •