Ni soy politólogo ni pongo palos en la rueda; apenas doy mi sincera opinión
A
consecuencia de haber expresado reiteradamente mi opinión respecto del
abandono de nuestros presos políticos, del triste olvido de las víctimas
del terrorismo, del discriminatorio trato a sus familiares y del
silencio de nuestras autoridades respecto de los Derechos Humanos para
todos y no sólo para los terroristas, he recibido no pocas burlas y
críticas, respetuosas unas, irreverentes otras, que me reprochan la
actitud de “poner palos en la rueda” del gobierno, que en tan poco
tiempo no se le pueden pedir milagros, que dejemos hacer en paz, que no
entiendo nada de Ciencia Política, etc., etc.
Seguramente que soy
lego en Ciencia Política, pero no creo que se trate de poner palos en la
rueda repudiar el hecho de que para el Secretario de Derechos Humanos
haya sido una “mala noticia” la excarcelación de militares que habían
cumplido la condena oportunamente impuesta o que había transcurrido el
plazo que fija la ley sin llegar a la sentencia. Decisiones ambas
perfectamente ajustadas a derecho. Parecería que para el Sr. Claudio
Avruj es una irreverencia que los derechos humanos también les sean
reconocidos a los militares. Me dirán que es un Master en Ciencia
Política, pero en sensibilidad y justicia es un cero a la izquierda.
Tampoco
creo que sea poner palos en la rueda manifestar extrañeza ante los
reiterados homenajes a las víctimas del terrorismo de Estado que
contrasta cruelmente con el silencio y desprecio por las inocentes
víctimas del accionar de las organizaciones guerrilleras.
No es
así como se cerrará la grieta que nos dejó la década perdida. Y fue por
su promesa de acabar con el “curro de los DDHH” que el Ingeniero Macri
acrecentó en millones los votos que lo llevaron, felizmente, al sillón
de Rivadavia.
Las discriminaciones están a la vista de todos, en
ocasión de la visita del Presidente de Francia no se ahorraron
laudatorios párrafos en homenaje a las monjas francesas asesinadas en
1977. En cambio primó el silencio ante similares visitas del Premier
Italiano Mateo Renzi y del Presidente de EEUU Barack Obama. En ambas
oportunidades se omitió recordar al gerente de Fiat en Argentina,
Oberdan Sallustro asesinado por el ERP y al Cónsul Norteamericano John
Patrick Egan asesinado por Montoneros.
¿Será porque ambos asesinatos fueron cometidos antes del 24 de Marzo de 1976? ¿Y como dice el “relato”, todo comenzó ese día…?
Y
prueba de mis apreciaciones resulta el absoluto silencio -como si fuera
algo incorrecto- con que, con toda justicia aclaro, se derogó la cruel
resolución del Ministerio de Defensa Nº 85/2013 que impedía a los
procesados y condenados por juicios de Lesa Humanidad atenderse en los
Hospitales de sus respectivas fuerzas. Se trata de un acto de absoluta
justicia y se le debió dar la trascendencia que merece.
Bienvenida
entonces la resolución 65/2016 que la deroga y viene al caso la lectura
de algunos de sus abrumadores fundamentos para comprender que las
muertes de ancianos ocurridas en estos tres años, por falta de atención
médica o psíquica adecuada, es simplemente un delito de homicidio
culposo y abandono de persona.
“Que la atenuación de los efectos
del encierro es fruto de un anhelo que viene modernamente desde la
“Declaración Universal de Derechos Humanos” del 10 de diciembre de 1948,
las “Reglas Mínimas para el Tratamiento de Sentenciados” adoptadas en
1955 en Ginebra, y el “Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos”.
Que, en ese contexto, y a estar del resultado que en
la práctica ha demostrado la vigencia de la Resolución del Ministerio de
Defensa N° 85/13 -que ha sido sistemáticamente puesta en crisis por el
Poder Judicial de la Nación- se advierte que los cuadros clínicos y
psiquiátricos que presentan los procesados y/o condenados por Delitos de
Lesa Humanidad no pueden ser adecuadamente tratados intra muros…”
Y
finalizo con la aclaración de que el hecho de adherir a las decisiones
del gobierno en materia económica, de relaciones exteriores, de aliento a
la industria, al agro, a las importaciones y exportaciones, no quita
que no tenga derecho a expresar mi única discrepancia, mi disgusto por
el hecho de que respecto de los Derechos Humanos lo único que he
escuchado del Secretario Avruj es su entusiasmo por continuar con los
Juicios de Lesa Humanidad, pero su silencio nos impide saber qué piensa
sobre esos mismos juicios, si es que van a ser revisados por una
comisión de notables e independientes juristas o seguirá la parodia de
la última década durante la cual han sido instruidos por jueces
prevaricadores, fiscales cobardes y testigos mendaces, con acusados que
son citados a indagatoria sabiendo de antemano la sentencia condenatoria
independientemente de las pruebas que se colecten, con ancianos
encarcelados por largo tiempo sin siquiera ser llamados a indagatoria.
Tampoco ha dado opinión o explicaciones del porqué el Estatuto de Roma,
aunque extemporáneamente, se lo aplica sólo a los militares, civiles y
sacerdotes que combatieron a la guerrilla, cuando de sus normas resulta
claro que también los integrantes de las organizaciones terroristas son
sujetos activos de los delitos de genocidio y lesa humanidad.
No olvidemos que es el Secretario de Derechos Humanos, no de Privilegios Humanos.
En
fin, seguramente volverán a acusarme de poner palos en la rueda. Espero
que alguien me responda con argumentos fundados y no con infantiles
reproches.