lunes, 28 de marzo de 2016

Ni soy politólogo ni pongo palos en la rueda; apenas doy mi sincera opinión


Ni soy politólogo ni pongo palos en la rueda; apenas doy mi sincera opinión

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A consecuencia de haber expresado reiteradamente mi opinión respecto del abandono de nuestros presos políticos, del triste olvido de las víctimas del terrorismo, del discriminatorio trato a sus familiares y del silencio de nuestras autoridades respecto de los Derechos Humanos para todos y no sólo para los terroristas, he recibido no pocas burlas y críticas, respetuosas unas, irreverentes otras, que me reprochan la actitud de “poner palos en la rueda” del gobierno, que en tan poco tiempo no se le pueden pedir milagros, que dejemos hacer en paz, que no entiendo nada de Ciencia Política, etc., etc.


Seguramente que soy lego en Ciencia Política, pero no creo que se trate de poner palos en la rueda repudiar el hecho de que para el Secretario de Derechos Humanos haya sido una “mala noticia” la excarcelación de militares que habían cumplido la condena oportunamente impuesta o que había transcurrido el plazo que fija la ley sin llegar a la sentencia. Decisiones ambas perfectamente ajustadas a derecho. Parecería que para el Sr. Claudio Avruj es una irreverencia que los derechos humanos también les sean reconocidos a los militares. Me dirán que es un Master en Ciencia Política, pero en sensibilidad y justicia es un cero a la izquierda.
Tampoco creo que sea poner palos en la rueda manifestar extrañeza ante los reiterados homenajes a las víctimas del terrorismo de Estado que contrasta cruelmente con el silencio y desprecio por las inocentes víctimas del accionar de las organizaciones guerrilleras.
No es así como se cerrará la grieta que nos dejó la década perdida. Y fue por su promesa de acabar con el “curro de los DDHH” que el Ingeniero Macri acrecentó en millones los votos que lo llevaron, felizmente, al sillón de Rivadavia.
Las discriminaciones están a la vista de todos, en ocasión de la visita del Presidente de Francia no se ahorraron laudatorios párrafos en homenaje a las monjas francesas asesinadas en 1977. En cambio primó el silencio ante similares visitas del Premier Italiano Mateo Renzi y del Presidente de EEUU Barack Obama. En ambas oportunidades se omitió recordar al gerente de Fiat en Argentina, Oberdan Sallustro asesinado por el ERP y al Cónsul Norteamericano John Patrick Egan asesinado por Montoneros.
¿Será porque ambos asesinatos fueron cometidos antes del 24 de Marzo de 1976? ¿Y como dice el “relato”, todo comenzó ese día…?
Y prueba de mis apreciaciones resulta el absoluto silencio -como si fuera algo incorrecto- con que, con toda justicia aclaro, se derogó la cruel resolución del Ministerio de Defensa Nº 85/2013 que impedía a los procesados y condenados por juicios de Lesa Humanidad atenderse en los Hospitales de sus respectivas fuerzas. Se trata de un acto de absoluta justicia y se le debió dar la trascendencia que merece.
Bienvenida entonces la resolución 65/2016 que la deroga y viene al caso la lectura de algunos de sus abrumadores fundamentos para comprender que las muertes de ancianos ocurridas en estos tres años, por falta de atención médica o psíquica adecuada, es simplemente un delito de homicidio culposo y abandono de persona.
“Que la atenuación de los efectos del encierro es fruto de un anhelo que viene modernamente desde la “Declaración Universal de Derechos Humanos” del 10 de diciembre de 1948, las “Reglas Mínimas para el Tratamiento de Sentenciados” adoptadas en 1955 en Ginebra, y el “Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”.
Que, en ese contexto, y a estar del resultado que en la práctica ha demostrado la vigencia de la Resolución del Ministerio de Defensa N° 85/13 -que ha sido sistemáticamente puesta en crisis por el Poder Judicial de la Nación- se advierte que los cuadros clínicos y psiquiátricos que presentan los procesados y/o condenados por Delitos de Lesa Humanidad no pueden ser adecuadamente tratados intra muros…”
Y finalizo con la aclaración de que el hecho de adherir a las decisiones del gobierno en materia económica, de relaciones exteriores, de aliento a la industria, al agro, a las importaciones y exportaciones, no quita que no tenga derecho a expresar mi única discrepancia, mi disgusto por el hecho de que respecto de los Derechos Humanos lo único que he escuchado del Secretario Avruj es su entusiasmo por continuar con los Juicios de Lesa Humanidad, pero su silencio nos impide saber qué piensa sobre esos mismos juicios, si es que van a ser revisados por una comisión de notables e independientes juristas o seguirá la parodia de la última década durante la cual han sido instruidos por jueces prevaricadores, fiscales cobardes y testigos mendaces, con acusados que son citados a indagatoria sabiendo de antemano la sentencia condenatoria independientemente de las pruebas que se colecten, con ancianos encarcelados por largo tiempo sin siquiera ser llamados a indagatoria. Tampoco ha dado opinión o explicaciones del porqué el Estatuto de Roma, aunque extemporáneamente, se lo aplica sólo a los militares, civiles y sacerdotes que combatieron a la guerrilla, cuando de sus normas resulta claro que también los integrantes de las organizaciones terroristas son sujetos activos de los delitos de genocidio y lesa humanidad.
No olvidemos que es el Secretario de Derechos Humanos, no de Privilegios Humanos.
En fin, seguramente volverán a acusarme de poner palos en la rueda. Espero que alguien me responda con argumentos fundados y no con infantiles reproches.