Publicado por Revista Cabildo Nº34
Meses Enero/Febrero 2004-3era.Época
REVISTA CABIDO Nº 34-ENERO/FEBRERO 2004
EDITORIAL
LA NECESARIA REACCIÓN
DESDE su desembozado alineamiento marxista, torvos hechos suscita y precipita este gobierno, sin hallar reacciones condignas. Tómese por primer ejemplo lo sucedido con la postulación de Carmen Argibay. Cosas graves se han sabido de ella, el grueso de las cuales han salido de su propia boca, con la procacidad de una panfletista antes que con la mesura de una jueza. Militancia en el ateísmo, apoyo a las campañas abortistas, amistad con los defensores de la contranatura, opción por el garantismo jurídico, afán de profundizar la persecución a las Fuerzas Armadas, enemistad manifiesta con la Iglesia Católica, enrolamiento inequívoco en suma, en la bien llamada cultura de la muerte propiciada internacionalmente por todas las izquierdas.
Otras cosas fieras también se saben, aunque el amedrentamiento generalizado sólo ha permitido que se digan quedamente. Que figura como desaparecida en los tramposos listados de la Conadep, no habiendo rectificado nunca tan evidente engaño. Que no ha trepidado en sostener la ridicula calumnia de que el catolicismo necesitó de un Concilio para determinar que la mujer tenía alma. Que la justicia es laica, aunque el preámbulo de la Constitución -a la que ella y sus pares le rinden el culto de latría que le niegan a Nuestro Señor- sostenga expresamente que Dios es la fuente de toda razón y justicia. Si los primeros antecedentes enumerados permiten adscribirla al materialismo ateo, los segundos habilitan considerar abiertamente su clara propensión a la mentira contumaz. Digámoslo ya sin asomos de elipsis: la señorita Argibay es una marxista mentirosa, concorde en los dos términos que la definen con el gobierno que la patrocina y postula. Digamos lo fundamental aún: ha pecado públicamente contra el primero, el quinto y el octavo mandamiento; y hasta el ultraje del séptimo podría mentarse aquí, si es cierto que ella o su parentela se beneficiaron con algún subsidio dada su condición de falsa desaparecida. Sin embargo, a nada de esto que es lo único esencial, ha querido referirse la Jerarquía Eclesiástica, yendo y viniendo sinuosamente por una serie de declaraciones naturalistas, ambiguas y anodinas, cuyo común denominador -y a la vez su pico más alto de "coraje"- es señalar la contravención al texto constitucional que el nombramiento de la susodicha acarrearía. "Error republicano", llamaron a esta postulación, por no llamarla con las palabras de Sancho ante El Caballero del Bosque: hideputez bellaca. Vendrá el Anticristo y los obispos dirán que no parece que se adecué al Pacto de San José de Costa Rica.
Pongamos por segundo ejemplo el estado de permanente acusación, acorralamiento y vejamen en que se mantiene a las instituciones armadas y aún a las de seguridad. Campaña tan emponzoñada cuanto aviesa para la que al gobierno le sobran rentados agitadores, vinculados todos ellos a pasados y presentes desmanes terroristas. Ora el anuncio de un Museo de la Memoria, que lo será de la amnesia y de la apología del delito; ora el despliegue de unas fotos tramposas, que pretenden desacreditar el duro entrenamiento de ciertos hombres de armas voluntariamente sometidos al mismo, como hacen todas las tropas de élite; ora al fin, el encarcelamiento de un honorable veterano de guerra por atreverse a desenmascarar el procaz montaje. Todo se suma y se acumula calculadamente para el escarnio de las Fuerzas Armadas. Sus jefes sin embargo, el generalato y las cúpulas análogas de las restantes armas, lo consienten, obedecen y posibilitan todo, con una collonería que sería mal vista por el peor gallipavo del más modesto corral. Los violarán por la espalda uno a uno, y los generales dirán que es un examen de próstata.
Si se quiere un tercer ejemplo, búsqueselo en las informaciones cada vez más abultadas y evidentes de las irregulares maniobras financieras que habría cometido el presidente Kirchner, en perjuicio de su provincia primero y de la nación ahora. Maniobras que tendrían dos claros beneficiarios, la Reserva Federal de los Estados Unidos (o algún organismo derivado o sustituto), según dejó entrever el pasado enero con su discursete en la Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado en Monterrey, y sus propios bolsillos, holgadamente acrecidos durante sus largos años de gestión pública, según surge de su declaración de bienes que asciende casi al módico tope de los siete millones de pesos. Contextos ambos que permiten entender por qué, comenzando febrero y regresando de España, el Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, sostuvo textualmente que "si la sabemos vender, la Argentina puede ser escenario de inversiones importantes". ¿Qué sino una mercancía es para estos patanes la patria? Montoneros, mendaces y saqueadores a la vista, tampoco hay reacciones frente a sus desafueros, tal vez porque a la farsa de la pizza y el champagne promiscuamente exhibidos, le ha sucedido la demagógica parodia del desaliño que finge pobretería donde solo hay ordinariez, hipocresía y mal gusto.
La reacción entonces tendrá que ser nuestra. Esto es la de todos aquellos compatriotas que aún sabemos que el ateísmo militante debe ser enfrentado con el catolicismo militante, que a la intrínseca perversidad marxista no se la combate con los burócratas de la progresía clerical ni con los oficinistas cuarteleros ni con la indiferencia colectiva, sino con la lucha vigorosa, anhelante de victoria y justicia. Sólo el encolumnamiento alerta y combativo nos permitirá resistir y atacar, buscando el bien arduo. En esto precisamente, consiste la virtud cardinal de la fortaleza. •
Antonio CAPONNETTO
Pongamos por segundo ejemplo el estado de permanente acusación, acorralamiento y vejamen en que se mantiene a las instituciones armadas y aún a las de seguridad. Campaña tan emponzoñada cuanto aviesa para la que al gobierno le sobran rentados agitadores, vinculados todos ellos a pasados y presentes desmanes terroristas. Ora el anuncio de un Museo de la Memoria, que lo será de la amnesia y de la apología del delito; ora el despliegue de unas fotos tramposas, que pretenden desacreditar el duro entrenamiento de ciertos hombres de armas voluntariamente sometidos al mismo, como hacen todas las tropas de élite; ora al fin, el encarcelamiento de un honorable veterano de guerra por atreverse a desenmascarar el procaz montaje. Todo se suma y se acumula calculadamente para el escarnio de las Fuerzas Armadas. Sus jefes sin embargo, el generalato y las cúpulas análogas de las restantes armas, lo consienten, obedecen y posibilitan todo, con una collonería que sería mal vista por el peor gallipavo del más modesto corral. Los violarán por la espalda uno a uno, y los generales dirán que es un examen de próstata.
Si se quiere un tercer ejemplo, búsqueselo en las informaciones cada vez más abultadas y evidentes de las irregulares maniobras financieras que habría cometido el presidente Kirchner, en perjuicio de su provincia primero y de la nación ahora. Maniobras que tendrían dos claros beneficiarios, la Reserva Federal de los Estados Unidos (o algún organismo derivado o sustituto), según dejó entrever el pasado enero con su discursete en la Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado en Monterrey, y sus propios bolsillos, holgadamente acrecidos durante sus largos años de gestión pública, según surge de su declaración de bienes que asciende casi al módico tope de los siete millones de pesos. Contextos ambos que permiten entender por qué, comenzando febrero y regresando de España, el Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, sostuvo textualmente que "si la sabemos vender, la Argentina puede ser escenario de inversiones importantes". ¿Qué sino una mercancía es para estos patanes la patria? Montoneros, mendaces y saqueadores a la vista, tampoco hay reacciones frente a sus desafueros, tal vez porque a la farsa de la pizza y el champagne promiscuamente exhibidos, le ha sucedido la demagógica parodia del desaliño que finge pobretería donde solo hay ordinariez, hipocresía y mal gusto.
La reacción entonces tendrá que ser nuestra. Esto es la de todos aquellos compatriotas que aún sabemos que el ateísmo militante debe ser enfrentado con el catolicismo militante, que a la intrínseca perversidad marxista no se la combate con los burócratas de la progresía clerical ni con los oficinistas cuarteleros ni con la indiferencia colectiva, sino con la lucha vigorosa, anhelante de victoria y justicia. Sólo el encolumnamiento alerta y combativo nos permitirá resistir y atacar, buscando el bien arduo. En esto precisamente, consiste la virtud cardinal de la fortaleza. •
Antonio CAPONNETTO