Publicado por Revista Cabildo Nº35
Meses Marzo/Abril de 2004-3era. Época
REVISTA CABIDO Nº 35-MARZO/ABRIL 2004
MIRANDO PASAR LOS HECHOS
por Víctor Eduardo ORDÓÑEZ
DEL 14 DE JUNIO
AL 24 DE MARZO
LA VERDADERA IZQUIERDA
LA verdadera izquierda es la que se instaló entre legal y clandestinamente en el gobierno. Kirchner, que accedió con una demoledora minoría de votos y que se benefició de la deserción de su correligionario Carlos Menem, se ha posesionado con desvergüenza del poder concreto y ha colocado en los puestos claves -claves para su estrategia montonera- a sus compinches de antaño. Pues bien, esta es la izquierda más genuina, la que deja la problemática económica a los liberales y la que se despreocupa realmente y más allá de las apariencias de los desocupados a los que atiende malamente con subsidios que no sirven ni para la coyuntura que pretende enfrentar y que no hacen sino fomentar la corrupción y la vagancia. Esta izquierda es incapaz de cambiar la estructura dejada por el liberalismo. Lo que ha tomado a su cargo son los dos aspectos que en verdad les importaban a los terroris¬ts de los '60 y 70 y nos preguntamos con más curiosidad que alarma si éste o algo parecido hubiera sido el gobierno de Montoneros de haber llegado, como lo intentaron, por las armas.
Porque en los Montoneros, detrás de su ferocidad proveniente de una patología que afectaba a dirigentes y subordinados, latía un espíritu burgués que después de destrozar algunas instituciones habría transado gustosamente con los negocios y con las exigencias del mercado. O sea que para ellos también la preocupación central era la revolución cultural según Gramsci. Pues bien, no otra cosa se proponen Kirchner y sus hombres desde el poder que les llovió del modo más inesperado y que están dispuestos a utilizar y usufructuar hasta su extremo. Por eso Filmus en Educación, Bielsa en Relaciones Exteriores, Duhalde en Derechos Humanos, Righi en el ministerio público, Zaffaroni en la Corte. Ocaña en el PAMI (y el asesesino convicto Urien a su lado), Bonaso en la legislatura, Verbitsky en la SIDE y un largo, oculto y tenebroso etcétera que, sin duda, se irá extendiendo.
EL TERRORISMO "CIVILIZADO
Esta es, pues, !a verdadere izquierda que ya no se recata presentarse como es, con su prepotencia, su intransigencia irracional, sus odios ancestrales; que, sin embargo y curiosamente los medios -adictos y semiadictos se empeñan, sin conseguirlo todo, en disimularlo o disfrazarlo. La ocupación de la ESMA, la humillación a la que somete en forma pública a los altos mandos (cierto es que contando con la chatura temblorosa de éstos), el manoseo sobre las Fuerzas Armadas y de seguridad, la imposición sin tolerancia del discurso, único en torno a lo que ocurrió en el país hace un cuarto de siglo, la complacencia con que se trata a Castro (al que se le condonó una deuda considerable), en fin la ocultación de un hecho fundamental de nuestra realidad contemporánea como es el que el actual gobierno socialdemócrata es la continuación y, si se quiere, la exaltación del programa y del ideario montoneros de aquellas malditas décadas de sangre y muerte, pero dentro de las leyes del mercado globalizado. Todo ello -y en especfal esta última consideración- indí:a con luminosidad aterradora/ lo que es y lo que puede llegar a ser la izquierda en el poder en un país periférico y con crisis de ident-dad (a la que, precisamente, la presencia y actuación de esa mi-ma izquierda contribuyó de un modo sustancial). Además, este terrorismo "civilizado" (porque no usa armas aunque sí garrotes y capuchas y mantiene buena parte del folklore de ayer) viene por más y aspira a ocupar el poder en forma total y sin contrapesos ni espacios disidentes. Ha empezado por sus enemigos más prominentes y notorios, como son justamente las FF.AA., pero seguirá hasta los límites; o sea que instaurará un totalitarismo que, para colmo, no será perceptible por la sociedad que lo sufra, espejo trágico y veraz de "1984" y su Gran Hermano que nos guiará hasta en lo más íntimo. Esta, la actual, la que presenciamos -todavía con algún afeite- es la izquierda verdadera que nos alcanzó por la química misteriosa de una democracia perversa, pero que nos asaltó para exterminarnos y que vino para quedarse, afianzarse y ampliarse como el fin de nuestra historia.
LA CONTRANATURA
Tal descripción no quedaría completa si no se agregara que la izquierda es la antinaturaleza a la que adhiere, propicia y proclama. Ella es la que creó la burda distinción de géneros para justificar la homosexualidad, el derecho de la mujer sobre su cuerpo para legitimar el aborto, la revolución como espacio místico para legalizar el uso de la violencia, los derechos humanos para proteger a los terroristas, el garantismo sin mesura para dejar impunes los peores delitos, la libertad de conciencia para destruir el orden moral, la democracia para desplazar a Dios de la política y dejarlo reducido en el mejor de los casos al corazón de cada uno, el agnosticismo para imponer su propio dogmatismo, el relativismo de la nación para abrirle paso al globalismo, el pluralismo para no dejar ningún valor ni ninguna convicción en pie, el autoritarismo para destruir la autoridad, la ideología para sustituir a la verdad, la exaltación hedonista de la juventud para quebrar a la familia, la felicidad sensual para hacer imposible la virtud, la novedad para hacer olvidar la tradición, el progreso para que se pierda la memoria del pasado, el devenir para borrrar lo permanente, la circunstancia para arrasar con lo absoluto. Todo este descalabro cultural y social tiene por motor a la izquierda que siempre está a la vanguardia del cambio por el cambio.
EL RECURSO A LA DERECHA
Por supuesto que respondió tanto a una trampa dialéctica como a una decadente tendencia hacia la comodidad mental ubicar en la derecha todo aquello que o bien no se sabía dónde colocar o bien se prefería mantener lejos de los gustos populares. Lo que parecía más inconveniente, más condenable o menos atractivo o simpático se lo instaló en una diestra difusa, manejable a gusto del "analista". Y así aparecieron el menemismo, López Murphy, el capitalismo más tramposo o el más odioso, Macri, Ámbito Financiero, obviamente el Proceso Militar y todo aquello vinculado con la represión y sus excesos, Cavallo y sus políticas, el liberalismo de Alzogaray, las malandanzas de su hija y un sin fín de factores que incomodaban a la otra punta del espectro. Claro que se trató de una operación mediática destinada a confundir a una sociedad por lo general distraída, indiferente a estas precisiones o simplemente frivola. Lo cierto es que la derecha fue acumulando sin reaccionar sobre sus espaldas lo peor y más desagradable de lo que ocurría o pudiera ocurrir. En tal óptica era fácil cargar sobre esa derecha convertida en un fantasma horripilante donde coincidían la entrega económica, el desempleo, la marginalidad, los negociados, lo que se quiso entender por autoritarismo (expresión multifacética que llegó a abarcar lo bueno y lo malo del ejercicio de la autoridad, sus aciertos y abusos: así, por ejemplo, prohibir una vuelta de fin de curso se consideró una actitud de derecha, suspender a una alumna soltera embarazada también, igualmente aplicar una pena severa a un delincuente cayó detestada como gesto "fascista", etc.), cualquier intento de jerarquizar y de exigencia, todo eso y mucho más fue entendido, calificado y fulminado como de derecha. Sin que nadie se tomara el trabajo -mediática ni académicamente- de acotar y definir qué debería entenderse por tal. La terminología -que daba por supuesto una dogmática previa más compleja de lo que se insinuaba y que se tenía por sobrentendida y sobre la que no se permitía entrar a discriminar- fue aceptada sin mayor resistencia por todos (incluso por los propios afectados que gustosamente (aunque en general sin derecho ni razón) se instalaron donde se les indicaba. De esta manera la confusión ideológica creció a medida que lo hacía la terminológica con beneficio y beneplácito de la izquierda que, con un poco de imaginación, fulminaba al adversario con el dicterio maldito: derechista, con su cargazón implícita y explícita de cuantos males anduvieran circulando por el espacio político; usufructuando el hecho que nadie sabía qué se quería decir y que unos pocos, más avisados, entreveían su sentido. Así un maniqueísmo adaptable pero duro se fue apoderando de la inteligencia argentina, por acción de unos y omisión de otros, en cuya virtud el panorama se redujo al infantilismo que, por estúpido que haya sido, fue efectivo: de un lado el bien -la izquierda- a la que no se le podía imputar nada y sus transgresiones a la moral y al derecho fueron considerado errores; del otro el mal -claro, la derecha- sobre la que recaían todos los vicios del sistema y todas las responsabilidades malsanas. La situación, con este planteo, se le fue haciendo fácil a la izquierda que manejó así a la opinión pública forzando a la gente a aprobar o condenar tal o cual acontecimiento, tal o cual comportamiento o persona.
LA DERECHA MILITAR
Ahora, Godoy, Bendini y Rohde, capitulantes ante las Madres y las Abuelas, son la cabeza de la derecha que se retira después de haber entonado su correspondiente "mea culpa". De tal modo la izquierda consigue que su enemigo se reconozca culpable y que, además, se vaya cabizbajo. La forma más atroz de la derrota. Como se puede ver nada de esto fue inocente ni infructífero sino que este casi cuarto de siglo de prédica unilateral, machacona y pueril dio sus resultados: la derecha -lo que se entiende por tal- está vencida. No agregaremos mas ni siquiera levantar el dicterio que se podría lanzar desde una perspectiva joseantoneana en el sentido hablar de derecha e izquierda una dialéctica falsa y peligrosa. Para la intención didáctica estas líneas con lo dicho basta, agregaremos que con la imagen de una derecha salvaje como la que se fue divulgando nada tenemos que ver nosotros; frente a ella, como frente a la izquierda tendremos que levantar una reacción auténtica, la apegada al orden natural y apoyada en visión trascendentalista del hobre del mundo, de la sociedad y política. Es, si se quiere, otra cuestión, la de vivir o no según las leyes y las riquezas del espíritu
LA ESQUIZOFRENIA DE KlRCHNER
Una vez más el terrorismo aplicó uno de sus golpes espeluznantes y espectaculares. Fue Madrid y, en realidad, el atentado consistió en una serie que de saldo de más de mil quinientos heridos y, posiblemente, mas de dos centenares de muertos. EI gobierno español, de inmediato culpó del mismo, con palabras directas a la ETA, hace tiempo declarada ilegal; la que, por su parte declinó toda responsabilidad que algunos, que terminaron teniendo razón, prefirieron tras la autoría de ese asesinato colectivo a alguna organización del medio o del Cercano Oriente. Sea quien haya sido , el hecho es horrible, provoca espanto y justicia. El mismo espanto, la misma indignación que nos provocan las tropelías de Bush y de Sharon. En este sentido nos permitimos disentir con el ex jel gobierno de Madrid que, simultáneamente con la condena del atentado prometió junto con castigo la aplicación estricta del sistema democrático y de la política de alianzas internacionales que han sido la causa de lo que hoy padece España. Pero no es el propósito de estas líneas resaltar este hecho. Preferimos, en cambio, detenernos en la conducta ante la emergencia del presidente Néstor Kirchner, quien se apresuró a condenar los atentados y dispuso que el canciller Rafael Bielsa, que se encontraba en Roma negociando una audiencia con el Sumo Pontífice, se trasladara de inmediato a Madrid para interesarse por la suerte de los argentinos que eventualmente pudieran contarse entre las víctimas; en realidad se trató de un gesto de solidaridad hacia un gobierno y una sociedad atacados por el terrorismo. Curiosa e irónicamente el mismo terrorismo que el primer magistrado argentino avala en su país, e| nuestro y con el que se solidariza acompañándolo en sus reivindicaciones y, en defitinitiva, en su retorno y exaltando a sus protagonistas. Es irritatitva por lo desfachatada su decisión de enviar ese mensaje contra el terrorismo a la misma hora que disponía una indemnización para los hijos de los desaparecidos, el fantasma inventado hace un par de años para mantener activas causas judiciales que se habían ido apagando de a poco, carentes de pruebas. ¿Cómo se entiende esto, cómo se explica semejante duplicidad, de tan flagrante contradicción? Que se registra casualmente a los pocos días que el presidente obligó a la Armada -cierto es que contando con la cobarde complicidad de su jefe- a entregar un precioso predio militar que dejará de serlo para levantar en él un museo en memoria de... los terro¬ristas ¿Cree el señor Kirchner que la valoración ética y legal del terrorismo y de sus partícipes varía según la época en que se haya cometido o la razón que se haya invocado? ¿Es mejor la violencia de fines del siglo XX que la del comienzo del XXI? Kirchner no tiene derecho alguno para condolerse por lo que ocurrió en Madrid porque él prohija a los terroristas. Y hoy, desde el poder usurpado del que dispone, los sigue protegiendo y gratificando. Como un dios Jano rioplatense, el presidente mira a ambos lados del Atlántico con un rostro distinto, fulminando a los terroristas europeos u orienales y exaltando y hasta premiando a los argentinos, sus compañeros de antaño y de hogaño.
KIRCHNER REAGRUPA sus TROPAS
Mejor sería decir que el presidente hizo una convocatoria para que sus escasas, dispersas y heterogéneas fuerzas que lo siguen o que procuran
seguirlo (ya que, en definitiva, es el que tiene el poder, de casualidad pero lo tiene) para formar un conglomerado para sostenerlo en lo que le falta de gestión y, de ser posible, para diseñarle una próxima. Fue el 12 de marzo en Parque Norte, las mismas instalaciones que Menem le regaló a Cavalieri y que éste le prestó al primer magistrado para anunciar la creación de su espacio de centro-izquierda; circunstancia ésta no menor y que da pie a las peores suspicacias, en especial cuando el otro adicto, Hugo Moyano, se apresta a ocupar la CGT oficial en la que milita como uno de sus principales conductores y beneficiarios, el líder mercantil. El hecho es que Kirchner tendió públicamente las bases y características del partido (o, mejor, coalición) que lo sostendrá en el ejercicio del gobierno. Lo llamó "transversalidad" pero podría, denominarse con más realismo y menos eufemismo, sumatoria, por ahora algo parecido al puchero o al cajón de sastre y cuya viabilidad y perdurabilidad quedarán en manos de sus componentes. En una primera lectura resulta claro que el matrimonio gobernante se propone no terminar con el justicialismo -porque le queda aun energía para seguir modificándose sin negarse- pero sí introducir en él reformas lo suficientemente sustanciales que lo conviertan en un abierto movimiento de izquierda. A lo que contribuirán las casi clandestinas alianzas y reubicaciones en ese segmento que arrastrará a los demás sectores, excepto los más radicalizados tipo Zamora y Castells, virtualmente desaparecidos de los medios manejados por el oficialismo. Pero los intelectuales, ansiosos como se hallan de vivir del poder, se acercarán presurosos a la convocatoria que les permitirá por una vez aproximarse a la masa popular que para ellos es una abstracción y un éxtasis.
DEL PARQUE NORTE AL PARQUE DE DIVERSIONES
Este proceso de rompimiento que se insinuó en Parque Norte, allí mismo se exhibió en su plenitud el 26 de marzo cuando la actual y la anterior
primeras damas tuvieron un choque violento que reflejó a los dos peronismos, uno en disolución y otro en transformación. Ahora correspondería
detenerse en la naturaleza del peronismo como movimiento y como partido, como concordancia policlasista y como expresión burguesa, como
derecha cristiana que alguna vez dijo querer ser y como banda de izquierda que llegó a ser. No lo haremos porque las limitaciones del espacio y las
urgencias del tiempo no lo permiten. Este fue el paso más importante y arriesgado que Kirchner dio para cimentar un sustento autónomo y
diferenciador desde que llegó al gobierno. No quiere dejar de ser peronista para poder ser más izquierdista. En este sentido es una síntesis extraña
de menemismo montonero porque no habiéndose propuesto una política económica distinta a la diseñada por Menem y_ Cavallo, su esfuerzo se viene centrando -y se acentuará aceleradamente- en la revolución cultural que se llevará a cabo sobre los valores cristianos, concepto que incluye en primer término la instalación de la versión subversiva de los derechos humanos en la base del orden jurídico a construir. A lo que se ha de agregar la reforma de la enseñanza que gira sobre dos pivotes, la introducción de una nueva moral sobre la base de una desbordada de la educación sexual y la versión maniqueísta del reciente pasado. Kirchner como Mitre impone obligatoriamente su propio discurso histórico desde su posición de vencedor en la guerra subversiva a la que adhirió de joven y consolidó de maduro.
KlRCHNER =CÁMPORA + MENEM
Quizá esta sea la única forma de izquierda posible hoy en la Argentina. Con una máscara peronista -indispensable para canalizar sus millones de
votos- se apresta a realizar lo que efectuó su similar europea: condicionar al capitalismo en sus excesos, convalidándolo en sus usos y utilizando el
espacio, el tiempo y las condiciones que la cultura moderna le proporciona para crear una sociedad nueva en base al hombre nuevo salido de las
probetas mar-xistas. Kichner, no cabe duda -los últimos en enterarse son los comandantes en jefe- es un tirano, pequeño y por el momento en
potencia pero que no vacilará en derramar la sangre de los otros con idéntica frivolidad con que otrora acompañó la de sus amigos de la facultad.
Es, en sentido estricto, un totalitario, porque tiende a ocupar todos los espacios de poder, imponiendo su voluntad sobre el derecho y su ideología
sobre los intereses comunes. Un ejemplo de lo primero es el envío del pliego de Carmen Argibay al Senado a pesar de las más de 17.000 objeciones que le fueran formuladas a su candidatu para qué entonces el cacarea decreto 222/03. Y de lo segundo es la destrucción de siete instituciones navales para satisfacer placer de venganza y de sus cuantiosas madres. Y tantos los ejemplos que estallan todos los días sin pudor ni disimulo. Por supuesto no deja de avanzar sobre los otros poderes cuya independencia no deja de proclamar voz en cuello. Domina las dos maras legislativas, se lanza ( ansioso apetito sobre la Corte, los tribunales inferiores (en especial los juzgados federales que han agotado su cuota de obsecuencia y funcionalidad con Canicoba Corral a la cabeza, no tiene que desconfiar, la CGT de "gordos" está casi a su disposición si el camionero Moyano
mismo que al bloquear con vehículos la entrada al edificio del Congreso impidiendo que sesionara incurrió en el delito de sedición, sin que ninguno de los a activos fiscales que hoy se disputan la honra de enlazar más militares; mostraran incómodos por tan pública infracción penal- llega al sitial de la calle Azopardo.
La voluntad de Kirchner -hace un año el hombre más débil e insignícante de la República- se alza poderosa y prepotente para decir lo contrario de lo que se propone hacer. Y mientras afirma enfrentar al FMI suscribe acuerdos semiclandestinos que paralizarán la economía argentina al mejor al mejor estilo Menem. Kirchner, en realidad es una mezcla, una sumatoria Menem y Cámpora habiendo tomado de ellos lo peor de cada uno.
GODOY EL HOMBRE QUE HUYE
Pocas veces se dio en la historia argentina un ejemplo de tal deserción, de cobardía y de rendición como el protagonizado \por el comandante de la Armada, hombre nefasto, muñeco sin decoro en manos de su enemigo declarado. Habría que remover las memorias de los liberales del siglo XIX para encontrar un símil de esta conducta, de este retirarse sin combatir y abrazándose al enemigo que simplemente lo empuja. El almirante Godoy al igual que su par Bendini y ni qué hablar del más desdichado de ellos, el brigadier Rohde, se fueron del frente -en el que nunca creyeron o quisieron estar-
temblequeando ante un rival sin fuerza que les ganó la guerra con recursos mediáticos, carcomiéndoles el corazón, ya sin fe ni honor, y dejaron a sus
tropas sin jefes. Ahora sólo quedan soldados dispersos, francotiradores, desorganizados, a la espera de comandantes dignos que tengan en claro
qué es lo que está en juego y cuál es el enemigo sobre el que todavía hay que disparar. Pero Godoy está dispuesto a ir más lejos de lo que fue en su
huida desordenada; no sólo entregó sin chistar las instalaciones de la ESMA a las Madres y a las Abuelas -de las que, contrariamente a su cálculo e
ilusión no recibió ningún beneplácito- sino que le limpió el camino a Kirchner ahogando la más leve protesta entre sus subordinados. Hoy debe ser el
hombre más solo del arma y del país.
MÁS LE VALIERA NO HABER NACIDO
Este retorno salvaje de las progenitoras de los terroristas de los 70 equivale al de éstos mismos y no comprenderlo así es traición o suicidio. De
manera que no exageramos si decimos que haber hecho lo que .Godoy hizo es volver a treinta años atrás, recomponiendo las condiciones para que
la subversión -desde un poder que no conquistó por los votos ni por las armas- se instalara en la sociedad el estado sin encontrar resistencia.
Kirchner no es más que un Cámpora redivivo, tan mediocre como éste y tan beneficiario del dedo de la fortuna como éste. Pero le lleva la ventaja
que encuentra un frente mucho más quebradizo, almirantes, brigadieres y generales inconscientes de sus deberes y funciones, fuerzas armadas en disolución y por completo burocratizadas y perseguidas como nunca antes ¿Perseguidas y acuciadas por quiénes? Precisamente por sus derrotados de ayer que retornan como víctimas de la misma guerra que ellos desataron sin piedad. La facultad de la izquierda para desempeñar dos papeles opuestos al mismo tiempo es asombrosa. Así mientras reclama justicia, arrasando con jueces y con formalidades jurídicas y distorsionando todo el derecho, asume el de víctima: juez y verdugo, perseguido y perseguidor, terrorista y fiscal, defensor y agresor del orden, todo lo es alternativa, sucesiva y, ahora lo comprobamos, simultáneamente. Ellos, como los romanos, se preparan en la paz para la guerra pero no como éstos, para asegurar aquélla sino para continuar o renovar ésta. En cuanto a lo de Rhode -que no queremos repetir aquí por decoro propio- le correspondería el suicidio, lo que no proponemos por católicos. Y con respecto a Bendini las páginas de la historia del Ejército se ensombrecerán cuando recojan su imagen trepado a un banquito para descolgar los cuadros de quienes fueron sus superiores. También en su caso un pistoletazo pondría coto a la vergüenza pero otra vez nuestros principios nos lo impiden decírselo.
MARINERO EN TIERRA
El almirante Jorge Godoy merece la peor calificación como ser humano y como soldado. En su primera condición porque ha mentido a la sociedad en general y a sus subordinados en especial. En la segunda porque ha entregado las fuerzas que la Nación le había encargado comandar al enemigo: las rindió sin luchar, sin ofrecer resistencia, sin explicación ni razón. Si la entrega de la ESMA constituye de por sí una derrota ante la Subversión -que, precisamente, vuelve de esta manera-encierra además una simbología profunda como es la de retirarse del combate conformándose y aceptando el modelo social, político y cultural que la izquierda no sólo propone sino que impone. ¿No es esto legitimar al terrorismo, cediendo ante él, olvidando sus crímenes y pecados? ¿Cómo reconocer sin ambages -con las consecuencias jurídicas que el almirante sabe o debiera saber que producirá- la presunta culpa de quienes fueron sus compañeros, subordinados y superiores? Culpa que no le consta y entonces incurre en la falta de ejuzgamiento y de calumnia; o que sí le constaba y entonces cayó desde que tenía conocimiento cierto de ello en el de encubrimiento o complicidad. Ninguna de las dos hipótesis dignifica a la persona ni al militar. Por lo cual alguien ya debería haber pedido un juicio ante un tribunal castrense para determinar si el almirante Godoy está en condiciones morales de continuar a la cabeza de la marina argentina. Y ante uno civil porque el almirante calló cuando debió hablar incumpliendo sus deberes de ciudadano y de funcionario.
LA RENDICIÓN
Pero, si se quiere, la cuestión es aun más dolorosa y alarmante, porque el observador, se da a pensar que el mal no se encuentra circunscripto a un solo jefe militar por quebrado que se encuentre ni a un solo estado mayor ¿Qué nos impide temer que la misma o parecida actitud adopten los otros dos? En esta postura de desconocimiento de la realidad, de irresponsabilidad ante una agresión renovada, de flaqueza frente a la presión autoritaria (¡ésta sí lo es!) ejercida desde el gobierno neo-montonero que se fue dibujando aceleradamente en el último año, nada nos pone al margen de peligro de que la rendición iniciada por Godoy se extienda y termine siendo asumida por los otros. Entonces miles y miles de militares argentinos volverán a la humillación de pasar, en medio de alaridos animales de los HIJOS, MADRES y ABUELAS y de los fogonazos de los medios al servicio de la izquierda que no termina de desarmarse, por tribunales a disposición de ésta. Si quisiéramos afilar más nuestro análisis, podemos cuestionar no ya sólo la sensación de la entrega de la ESMA a Madres y Abuelas sino su justcia. Porque nadie -y menos él- creerá con sinceridad, que de haber cuentas pendientes, éstas se compensarían o se pagarían con el abandono del edificio. Está claro que las señoras cuyos hijos (y posiblemente que ellas mismas) desalojaron una orda en los 70 no se lanzan sobre el inmueble con ansias de venganza. Ya es irritativo e intolerable que busquen instalar su museo para recordar a sus infantes homicidas como si fuesen víctimas o héroes, todo por puesto a cargo del estado, que exijan y obtengan que el museo de la memoria (de su memoría) funcione en una repartición que fue escenario de la guerra, es una actitud sólo pensar en el triunfador que -como por ejemplo, Hitler se dio el placer de recibir la rendición de Francia el mismo vagón de ferrocarril que se había firmado la de Alemania en 1918- quiere agregar un símbolo al escarnio. Quiere un episodio grave pero temporal quede grabado en forma permanente y a fuego en la conciencia colectiva. Consideramos, que este 24 de marzo equivale a la rendición de Puerto Argentino del 14 de junio de hace casi 22 años. Entonces la rendición se produjo ante un enemigo extranjero contra el cual ya no se guerrea más, evitando de esa manera derramar más sangre que la ya vertida heroicamente, no existe motivo para tal rendición, excepto la debilidad hormonal y la vocación conformista de un burócrata que, no sabemos por qué ni para qué, viste uniforme. •
EL TERRORISMO "CIVILIZADO
Esta es, pues, !a verdadere izquierda que ya no se recata presentarse como es, con su prepotencia, su intransigencia irracional, sus odios ancestrales; que, sin embargo y curiosamente los medios -adictos y semiadictos se empeñan, sin conseguirlo todo, en disimularlo o disfrazarlo. La ocupación de la ESMA, la humillación a la que somete en forma pública a los altos mandos (cierto es que contando con la chatura temblorosa de éstos), el manoseo sobre las Fuerzas Armadas y de seguridad, la imposición sin tolerancia del discurso, único en torno a lo que ocurrió en el país hace un cuarto de siglo, la complacencia con que se trata a Castro (al que se le condonó una deuda considerable), en fin la ocultación de un hecho fundamental de nuestra realidad contemporánea como es el que el actual gobierno socialdemócrata es la continuación y, si se quiere, la exaltación del programa y del ideario montoneros de aquellas malditas décadas de sangre y muerte, pero dentro de las leyes del mercado globalizado. Todo ello -y en especfal esta última consideración- indí:a con luminosidad aterradora/ lo que es y lo que puede llegar a ser la izquierda en el poder en un país periférico y con crisis de ident-dad (a la que, precisamente, la presencia y actuación de esa mi-ma izquierda contribuyó de un modo sustancial). Además, este terrorismo "civilizado" (porque no usa armas aunque sí garrotes y capuchas y mantiene buena parte del folklore de ayer) viene por más y aspira a ocupar el poder en forma total y sin contrapesos ni espacios disidentes. Ha empezado por sus enemigos más prominentes y notorios, como son justamente las FF.AA., pero seguirá hasta los límites; o sea que instaurará un totalitarismo que, para colmo, no será perceptible por la sociedad que lo sufra, espejo trágico y veraz de "1984" y su Gran Hermano que nos guiará hasta en lo más íntimo. Esta, la actual, la que presenciamos -todavía con algún afeite- es la izquierda verdadera que nos alcanzó por la química misteriosa de una democracia perversa, pero que nos asaltó para exterminarnos y que vino para quedarse, afianzarse y ampliarse como el fin de nuestra historia.
LA CONTRANATURA
Tal descripción no quedaría completa si no se agregara que la izquierda es la antinaturaleza a la que adhiere, propicia y proclama. Ella es la que creó la burda distinción de géneros para justificar la homosexualidad, el derecho de la mujer sobre su cuerpo para legitimar el aborto, la revolución como espacio místico para legalizar el uso de la violencia, los derechos humanos para proteger a los terroristas, el garantismo sin mesura para dejar impunes los peores delitos, la libertad de conciencia para destruir el orden moral, la democracia para desplazar a Dios de la política y dejarlo reducido en el mejor de los casos al corazón de cada uno, el agnosticismo para imponer su propio dogmatismo, el relativismo de la nación para abrirle paso al globalismo, el pluralismo para no dejar ningún valor ni ninguna convicción en pie, el autoritarismo para destruir la autoridad, la ideología para sustituir a la verdad, la exaltación hedonista de la juventud para quebrar a la familia, la felicidad sensual para hacer imposible la virtud, la novedad para hacer olvidar la tradición, el progreso para que se pierda la memoria del pasado, el devenir para borrrar lo permanente, la circunstancia para arrasar con lo absoluto. Todo este descalabro cultural y social tiene por motor a la izquierda que siempre está a la vanguardia del cambio por el cambio.
EL RECURSO A LA DERECHA
Por supuesto que respondió tanto a una trampa dialéctica como a una decadente tendencia hacia la comodidad mental ubicar en la derecha todo aquello que o bien no se sabía dónde colocar o bien se prefería mantener lejos de los gustos populares. Lo que parecía más inconveniente, más condenable o menos atractivo o simpático se lo instaló en una diestra difusa, manejable a gusto del "analista". Y así aparecieron el menemismo, López Murphy, el capitalismo más tramposo o el más odioso, Macri, Ámbito Financiero, obviamente el Proceso Militar y todo aquello vinculado con la represión y sus excesos, Cavallo y sus políticas, el liberalismo de Alzogaray, las malandanzas de su hija y un sin fín de factores que incomodaban a la otra punta del espectro. Claro que se trató de una operación mediática destinada a confundir a una sociedad por lo general distraída, indiferente a estas precisiones o simplemente frivola. Lo cierto es que la derecha fue acumulando sin reaccionar sobre sus espaldas lo peor y más desagradable de lo que ocurría o pudiera ocurrir. En tal óptica era fácil cargar sobre esa derecha convertida en un fantasma horripilante donde coincidían la entrega económica, el desempleo, la marginalidad, los negociados, lo que se quiso entender por autoritarismo (expresión multifacética que llegó a abarcar lo bueno y lo malo del ejercicio de la autoridad, sus aciertos y abusos: así, por ejemplo, prohibir una vuelta de fin de curso se consideró una actitud de derecha, suspender a una alumna soltera embarazada también, igualmente aplicar una pena severa a un delincuente cayó detestada como gesto "fascista", etc.), cualquier intento de jerarquizar y de exigencia, todo eso y mucho más fue entendido, calificado y fulminado como de derecha. Sin que nadie se tomara el trabajo -mediática ni académicamente- de acotar y definir qué debería entenderse por tal. La terminología -que daba por supuesto una dogmática previa más compleja de lo que se insinuaba y que se tenía por sobrentendida y sobre la que no se permitía entrar a discriminar- fue aceptada sin mayor resistencia por todos (incluso por los propios afectados que gustosamente (aunque en general sin derecho ni razón) se instalaron donde se les indicaba. De esta manera la confusión ideológica creció a medida que lo hacía la terminológica con beneficio y beneplácito de la izquierda que, con un poco de imaginación, fulminaba al adversario con el dicterio maldito: derechista, con su cargazón implícita y explícita de cuantos males anduvieran circulando por el espacio político; usufructuando el hecho que nadie sabía qué se quería decir y que unos pocos, más avisados, entreveían su sentido. Así un maniqueísmo adaptable pero duro se fue apoderando de la inteligencia argentina, por acción de unos y omisión de otros, en cuya virtud el panorama se redujo al infantilismo que, por estúpido que haya sido, fue efectivo: de un lado el bien -la izquierda- a la que no se le podía imputar nada y sus transgresiones a la moral y al derecho fueron considerado errores; del otro el mal -claro, la derecha- sobre la que recaían todos los vicios del sistema y todas las responsabilidades malsanas. La situación, con este planteo, se le fue haciendo fácil a la izquierda que manejó así a la opinión pública forzando a la gente a aprobar o condenar tal o cual acontecimiento, tal o cual comportamiento o persona.
LA DERECHA MILITAR
Ahora, Godoy, Bendini y Rohde, capitulantes ante las Madres y las Abuelas, son la cabeza de la derecha que se retira después de haber entonado su correspondiente "mea culpa". De tal modo la izquierda consigue que su enemigo se reconozca culpable y que, además, se vaya cabizbajo. La forma más atroz de la derrota. Como se puede ver nada de esto fue inocente ni infructífero sino que este casi cuarto de siglo de prédica unilateral, machacona y pueril dio sus resultados: la derecha -lo que se entiende por tal- está vencida. No agregaremos mas ni siquiera levantar el dicterio que se podría lanzar desde una perspectiva joseantoneana en el sentido hablar de derecha e izquierda una dialéctica falsa y peligrosa. Para la intención didáctica estas líneas con lo dicho basta, agregaremos que con la imagen de una derecha salvaje como la que se fue divulgando nada tenemos que ver nosotros; frente a ella, como frente a la izquierda tendremos que levantar una reacción auténtica, la apegada al orden natural y apoyada en visión trascendentalista del hobre del mundo, de la sociedad y política. Es, si se quiere, otra cuestión, la de vivir o no según las leyes y las riquezas del espíritu
LA ESQUIZOFRENIA DE KlRCHNER
Una vez más el terrorismo aplicó uno de sus golpes espeluznantes y espectaculares. Fue Madrid y, en realidad, el atentado consistió en una serie que de saldo de más de mil quinientos heridos y, posiblemente, mas de dos centenares de muertos. EI gobierno español, de inmediato culpó del mismo, con palabras directas a la ETA, hace tiempo declarada ilegal; la que, por su parte declinó toda responsabilidad que algunos, que terminaron teniendo razón, prefirieron tras la autoría de ese asesinato colectivo a alguna organización del medio o del Cercano Oriente. Sea quien haya sido , el hecho es horrible, provoca espanto y justicia. El mismo espanto, la misma indignación que nos provocan las tropelías de Bush y de Sharon. En este sentido nos permitimos disentir con el ex jel gobierno de Madrid que, simultáneamente con la condena del atentado prometió junto con castigo la aplicación estricta del sistema democrático y de la política de alianzas internacionales que han sido la causa de lo que hoy padece España. Pero no es el propósito de estas líneas resaltar este hecho. Preferimos, en cambio, detenernos en la conducta ante la emergencia del presidente Néstor Kirchner, quien se apresuró a condenar los atentados y dispuso que el canciller Rafael Bielsa, que se encontraba en Roma negociando una audiencia con el Sumo Pontífice, se trasladara de inmediato a Madrid para interesarse por la suerte de los argentinos que eventualmente pudieran contarse entre las víctimas; en realidad se trató de un gesto de solidaridad hacia un gobierno y una sociedad atacados por el terrorismo. Curiosa e irónicamente el mismo terrorismo que el primer magistrado argentino avala en su país, e| nuestro y con el que se solidariza acompañándolo en sus reivindicaciones y, en defitinitiva, en su retorno y exaltando a sus protagonistas. Es irritatitva por lo desfachatada su decisión de enviar ese mensaje contra el terrorismo a la misma hora que disponía una indemnización para los hijos de los desaparecidos, el fantasma inventado hace un par de años para mantener activas causas judiciales que se habían ido apagando de a poco, carentes de pruebas. ¿Cómo se entiende esto, cómo se explica semejante duplicidad, de tan flagrante contradicción? Que se registra casualmente a los pocos días que el presidente obligó a la Armada -cierto es que contando con la cobarde complicidad de su jefe- a entregar un precioso predio militar que dejará de serlo para levantar en él un museo en memoria de... los terro¬ristas ¿Cree el señor Kirchner que la valoración ética y legal del terrorismo y de sus partícipes varía según la época en que se haya cometido o la razón que se haya invocado? ¿Es mejor la violencia de fines del siglo XX que la del comienzo del XXI? Kirchner no tiene derecho alguno para condolerse por lo que ocurrió en Madrid porque él prohija a los terroristas. Y hoy, desde el poder usurpado del que dispone, los sigue protegiendo y gratificando. Como un dios Jano rioplatense, el presidente mira a ambos lados del Atlántico con un rostro distinto, fulminando a los terroristas europeos u orienales y exaltando y hasta premiando a los argentinos, sus compañeros de antaño y de hogaño.
KIRCHNER REAGRUPA sus TROPAS
Mejor sería decir que el presidente hizo una convocatoria para que sus escasas, dispersas y heterogéneas fuerzas que lo siguen o que procuran
seguirlo (ya que, en definitiva, es el que tiene el poder, de casualidad pero lo tiene) para formar un conglomerado para sostenerlo en lo que le falta de gestión y, de ser posible, para diseñarle una próxima. Fue el 12 de marzo en Parque Norte, las mismas instalaciones que Menem le regaló a Cavalieri y que éste le prestó al primer magistrado para anunciar la creación de su espacio de centro-izquierda; circunstancia ésta no menor y que da pie a las peores suspicacias, en especial cuando el otro adicto, Hugo Moyano, se apresta a ocupar la CGT oficial en la que milita como uno de sus principales conductores y beneficiarios, el líder mercantil. El hecho es que Kirchner tendió públicamente las bases y características del partido (o, mejor, coalición) que lo sostendrá en el ejercicio del gobierno. Lo llamó "transversalidad" pero podría, denominarse con más realismo y menos eufemismo, sumatoria, por ahora algo parecido al puchero o al cajón de sastre y cuya viabilidad y perdurabilidad quedarán en manos de sus componentes. En una primera lectura resulta claro que el matrimonio gobernante se propone no terminar con el justicialismo -porque le queda aun energía para seguir modificándose sin negarse- pero sí introducir en él reformas lo suficientemente sustanciales que lo conviertan en un abierto movimiento de izquierda. A lo que contribuirán las casi clandestinas alianzas y reubicaciones en ese segmento que arrastrará a los demás sectores, excepto los más radicalizados tipo Zamora y Castells, virtualmente desaparecidos de los medios manejados por el oficialismo. Pero los intelectuales, ansiosos como se hallan de vivir del poder, se acercarán presurosos a la convocatoria que les permitirá por una vez aproximarse a la masa popular que para ellos es una abstracción y un éxtasis.
DEL PARQUE NORTE AL PARQUE DE DIVERSIONES
Este proceso de rompimiento que se insinuó en Parque Norte, allí mismo se exhibió en su plenitud el 26 de marzo cuando la actual y la anterior
primeras damas tuvieron un choque violento que reflejó a los dos peronismos, uno en disolución y otro en transformación. Ahora correspondería
detenerse en la naturaleza del peronismo como movimiento y como partido, como concordancia policlasista y como expresión burguesa, como
derecha cristiana que alguna vez dijo querer ser y como banda de izquierda que llegó a ser. No lo haremos porque las limitaciones del espacio y las
urgencias del tiempo no lo permiten. Este fue el paso más importante y arriesgado que Kirchner dio para cimentar un sustento autónomo y
diferenciador desde que llegó al gobierno. No quiere dejar de ser peronista para poder ser más izquierdista. En este sentido es una síntesis extraña
de menemismo montonero porque no habiéndose propuesto una política económica distinta a la diseñada por Menem y_ Cavallo, su esfuerzo se viene centrando -y se acentuará aceleradamente- en la revolución cultural que se llevará a cabo sobre los valores cristianos, concepto que incluye en primer término la instalación de la versión subversiva de los derechos humanos en la base del orden jurídico a construir. A lo que se ha de agregar la reforma de la enseñanza que gira sobre dos pivotes, la introducción de una nueva moral sobre la base de una desbordada de la educación sexual y la versión maniqueísta del reciente pasado. Kirchner como Mitre impone obligatoriamente su propio discurso histórico desde su posición de vencedor en la guerra subversiva a la que adhirió de joven y consolidó de maduro.
KlRCHNER =CÁMPORA + MENEM
Quizá esta sea la única forma de izquierda posible hoy en la Argentina. Con una máscara peronista -indispensable para canalizar sus millones de
votos- se apresta a realizar lo que efectuó su similar europea: condicionar al capitalismo en sus excesos, convalidándolo en sus usos y utilizando el
espacio, el tiempo y las condiciones que la cultura moderna le proporciona para crear una sociedad nueva en base al hombre nuevo salido de las
probetas mar-xistas. Kichner, no cabe duda -los últimos en enterarse son los comandantes en jefe- es un tirano, pequeño y por el momento en
potencia pero que no vacilará en derramar la sangre de los otros con idéntica frivolidad con que otrora acompañó la de sus amigos de la facultad.
Es, en sentido estricto, un totalitario, porque tiende a ocupar todos los espacios de poder, imponiendo su voluntad sobre el derecho y su ideología
sobre los intereses comunes. Un ejemplo de lo primero es el envío del pliego de Carmen Argibay al Senado a pesar de las más de 17.000 objeciones que le fueran formuladas a su candidatu para qué entonces el cacarea decreto 222/03. Y de lo segundo es la destrucción de siete instituciones navales para satisfacer placer de venganza y de sus cuantiosas madres. Y tantos los ejemplos que estallan todos los días sin pudor ni disimulo. Por supuesto no deja de avanzar sobre los otros poderes cuya independencia no deja de proclamar voz en cuello. Domina las dos maras legislativas, se lanza ( ansioso apetito sobre la Corte, los tribunales inferiores (en especial los juzgados federales que han agotado su cuota de obsecuencia y funcionalidad con Canicoba Corral a la cabeza, no tiene que desconfiar, la CGT de "gordos" está casi a su disposición si el camionero Moyano
mismo que al bloquear con vehículos la entrada al edificio del Congreso impidiendo que sesionara incurrió en el delito de sedición, sin que ninguno de los a activos fiscales que hoy se disputan la honra de enlazar más militares; mostraran incómodos por tan pública infracción penal- llega al sitial de la calle Azopardo.
La voluntad de Kirchner -hace un año el hombre más débil e insignícante de la República- se alza poderosa y prepotente para decir lo contrario de lo que se propone hacer. Y mientras afirma enfrentar al FMI suscribe acuerdos semiclandestinos que paralizarán la economía argentina al mejor al mejor estilo Menem. Kirchner, en realidad es una mezcla, una sumatoria Menem y Cámpora habiendo tomado de ellos lo peor de cada uno.
GODOY EL HOMBRE QUE HUYE
Pocas veces se dio en la historia argentina un ejemplo de tal deserción, de cobardía y de rendición como el protagonizado \por el comandante de la Armada, hombre nefasto, muñeco sin decoro en manos de su enemigo declarado. Habría que remover las memorias de los liberales del siglo XIX para encontrar un símil de esta conducta, de este retirarse sin combatir y abrazándose al enemigo que simplemente lo empuja. El almirante Godoy al igual que su par Bendini y ni qué hablar del más desdichado de ellos, el brigadier Rohde, se fueron del frente -en el que nunca creyeron o quisieron estar-
temblequeando ante un rival sin fuerza que les ganó la guerra con recursos mediáticos, carcomiéndoles el corazón, ya sin fe ni honor, y dejaron a sus
tropas sin jefes. Ahora sólo quedan soldados dispersos, francotiradores, desorganizados, a la espera de comandantes dignos que tengan en claro
qué es lo que está en juego y cuál es el enemigo sobre el que todavía hay que disparar. Pero Godoy está dispuesto a ir más lejos de lo que fue en su
huida desordenada; no sólo entregó sin chistar las instalaciones de la ESMA a las Madres y a las Abuelas -de las que, contrariamente a su cálculo e
ilusión no recibió ningún beneplácito- sino que le limpió el camino a Kirchner ahogando la más leve protesta entre sus subordinados. Hoy debe ser el
hombre más solo del arma y del país.
MÁS LE VALIERA NO HABER NACIDO
Este retorno salvaje de las progenitoras de los terroristas de los 70 equivale al de éstos mismos y no comprenderlo así es traición o suicidio. De
manera que no exageramos si decimos que haber hecho lo que .Godoy hizo es volver a treinta años atrás, recomponiendo las condiciones para que
la subversión -desde un poder que no conquistó por los votos ni por las armas- se instalara en la sociedad el estado sin encontrar resistencia.
Kirchner no es más que un Cámpora redivivo, tan mediocre como éste y tan beneficiario del dedo de la fortuna como éste. Pero le lleva la ventaja
que encuentra un frente mucho más quebradizo, almirantes, brigadieres y generales inconscientes de sus deberes y funciones, fuerzas armadas en disolución y por completo burocratizadas y perseguidas como nunca antes ¿Perseguidas y acuciadas por quiénes? Precisamente por sus derrotados de ayer que retornan como víctimas de la misma guerra que ellos desataron sin piedad. La facultad de la izquierda para desempeñar dos papeles opuestos al mismo tiempo es asombrosa. Así mientras reclama justicia, arrasando con jueces y con formalidades jurídicas y distorsionando todo el derecho, asume el de víctima: juez y verdugo, perseguido y perseguidor, terrorista y fiscal, defensor y agresor del orden, todo lo es alternativa, sucesiva y, ahora lo comprobamos, simultáneamente. Ellos, como los romanos, se preparan en la paz para la guerra pero no como éstos, para asegurar aquélla sino para continuar o renovar ésta. En cuanto a lo de Rhode -que no queremos repetir aquí por decoro propio- le correspondería el suicidio, lo que no proponemos por católicos. Y con respecto a Bendini las páginas de la historia del Ejército se ensombrecerán cuando recojan su imagen trepado a un banquito para descolgar los cuadros de quienes fueron sus superiores. También en su caso un pistoletazo pondría coto a la vergüenza pero otra vez nuestros principios nos lo impiden decírselo.
MARINERO EN TIERRA
El almirante Jorge Godoy merece la peor calificación como ser humano y como soldado. En su primera condición porque ha mentido a la sociedad en general y a sus subordinados en especial. En la segunda porque ha entregado las fuerzas que la Nación le había encargado comandar al enemigo: las rindió sin luchar, sin ofrecer resistencia, sin explicación ni razón. Si la entrega de la ESMA constituye de por sí una derrota ante la Subversión -que, precisamente, vuelve de esta manera-encierra además una simbología profunda como es la de retirarse del combate conformándose y aceptando el modelo social, político y cultural que la izquierda no sólo propone sino que impone. ¿No es esto legitimar al terrorismo, cediendo ante él, olvidando sus crímenes y pecados? ¿Cómo reconocer sin ambages -con las consecuencias jurídicas que el almirante sabe o debiera saber que producirá- la presunta culpa de quienes fueron sus compañeros, subordinados y superiores? Culpa que no le consta y entonces incurre en la falta de ejuzgamiento y de calumnia; o que sí le constaba y entonces cayó desde que tenía conocimiento cierto de ello en el de encubrimiento o complicidad. Ninguna de las dos hipótesis dignifica a la persona ni al militar. Por lo cual alguien ya debería haber pedido un juicio ante un tribunal castrense para determinar si el almirante Godoy está en condiciones morales de continuar a la cabeza de la marina argentina. Y ante uno civil porque el almirante calló cuando debió hablar incumpliendo sus deberes de ciudadano y de funcionario.
LA RENDICIÓN
Pero, si se quiere, la cuestión es aun más dolorosa y alarmante, porque el observador, se da a pensar que el mal no se encuentra circunscripto a un solo jefe militar por quebrado que se encuentre ni a un solo estado mayor ¿Qué nos impide temer que la misma o parecida actitud adopten los otros dos? En esta postura de desconocimiento de la realidad, de irresponsabilidad ante una agresión renovada, de flaqueza frente a la presión autoritaria (¡ésta sí lo es!) ejercida desde el gobierno neo-montonero que se fue dibujando aceleradamente en el último año, nada nos pone al margen de peligro de que la rendición iniciada por Godoy se extienda y termine siendo asumida por los otros. Entonces miles y miles de militares argentinos volverán a la humillación de pasar, en medio de alaridos animales de los HIJOS, MADRES y ABUELAS y de los fogonazos de los medios al servicio de la izquierda que no termina de desarmarse, por tribunales a disposición de ésta. Si quisiéramos afilar más nuestro análisis, podemos cuestionar no ya sólo la sensación de la entrega de la ESMA a Madres y Abuelas sino su justcia. Porque nadie -y menos él- creerá con sinceridad, que de haber cuentas pendientes, éstas se compensarían o se pagarían con el abandono del edificio. Está claro que las señoras cuyos hijos (y posiblemente que ellas mismas) desalojaron una orda en los 70 no se lanzan sobre el inmueble con ansias de venganza. Ya es irritativo e intolerable que busquen instalar su museo para recordar a sus infantes homicidas como si fuesen víctimas o héroes, todo por puesto a cargo del estado, que exijan y obtengan que el museo de la memoria (de su memoría) funcione en una repartición que fue escenario de la guerra, es una actitud sólo pensar en el triunfador que -como por ejemplo, Hitler se dio el placer de recibir la rendición de Francia el mismo vagón de ferrocarril que se había firmado la de Alemania en 1918- quiere agregar un símbolo al escarnio. Quiere un episodio grave pero temporal quede grabado en forma permanente y a fuego en la conciencia colectiva. Consideramos, que este 24 de marzo equivale a la rendición de Puerto Argentino del 14 de junio de hace casi 22 años. Entonces la rendición se produjo ante un enemigo extranjero contra el cual ya no se guerrea más, evitando de esa manera derramar más sangre que la ya vertida heroicamente, no existe motivo para tal rendición, excepto la debilidad hormonal y la vocación conformista de un burócrata que, no sabemos por qué ni para qué, viste uniforme. •