Informe especial: Así fue el plan sistemático de robo kirchnerista. Por Nicolás Márquez.
“Ahora la pareja presidencial dice
cuanto tiene y dice como lo gana, por supuesto que las cifras igual son
insultantes frente a este panorama de pobreza extrema que se vive, y
teniendo en cuenta además el discurso político de la pareja
presidencial, la cuestión es que la fortuna a crecido en más de 28
millones, a lo largo del año 2008 el patrimonio pasó de 17 millones a 46
millones, lo que implica un incremento del 158%, el salto se basó en la
venta de 16 inmuebles en Santa Cruz (14 millones), en la casi
triplicación de sus depósitos bancarios (32 millones) en la venta de
terrenos tierras fiscales en el Calafate que habían adquirido a un
precio irrisorio y los vendieron, después de comprarlo por 132 mil pesos
en 2006, en 6 millones 300 mil pesos, algo que ha sido denunciado y que
nunca le mueve un pelo a la pareja presidencial, es un caso
demostrativo de cómo se avanza en bienes de todos en beneficio propio”[1].
Esta y no otra fue la acusación y legítima preocupación del
locutor Víctor Hugo Morales, antes de ser alquilado por el oficialismo
para que su florida verborrea trabaje al servicio y defensa de las
mismas inmoralidades y fechorías que él antes denunciaba con
indignación.
La realidad, es que el inconmensurable incremento de la fortuna del matrimonio Kirchner y sus amigotes de circunstancia (que siempre obraron como socios o testaferros) es un caso inédito en la historia de la corrupción política mundial. Muchos denominan a esta desvergonzada praxis como un “capitalismo de amigos”. Sin embargo, el politólogo y economista Roberto Cachanosky, con notable lucidez nos explica el por qué esta denominación es injusta por errónea:
“En los últimos días mucho se ha
hablado de capitalismo de amigos. Mi visión es que este modelo k es
propio del progresismo de amigos, si es que en el kirchnerismo existe
los amigos o solo socios circunstanciales (…) me permito
disentir con quienes definen este sistema de concesiones como
capitalismo de amigos. Por el contrario, en vez de hablar de capitalismo
de amigos, que es una contradicción en términos, podríamos hablar de
progresismo de amigos (…) el liberalismo o capitalismo no es solamente
un sistema de organización social y económicas, sino que,
fundamentalmente, busca limitar el poder del gobierno para que este no
se transforme en un gobierno autoritario. (…) Por lo tanto, si por
capitalismo entendemos un gobierno limitado y subordinado al estado de
derecho, mal podemos hablar de capitalismo de amigos, porque tal cosa
implicaría que el Estado ha utilizado el monopolio de la fuerza para
beneficiar a sus amigos en detrimento del resto de la sociedad y, en
consecuencia, ha dejado de ser capitalismo. Por otro lado, generalmente
este acuerdo entre gobernantes y pseudo empresarios, no es de amigos,
sino que son socios en el robo legalizado (…) A diferencia del
capitalismo, el progresismo considera que el Estado tiene que intervenir
en la economía para redistribuir la riqueza, los ingresos, hacer
justicia social y lograr una sociedad más justa. Es decir, el
progresista se considera a sí mismo como alguien que tiene el monopolio
de la bondad, la benevolencia y la honestidad (…) El progresismo, al
otorgarle poderes discrecionales al gobernante, abre las puertas para
todo tipo de corrupción. No es que bajo un gobierno capitalista o
liberal la corrupción sea igual a cero, lo que hace el liberalismo es
asegurar la libertad frente de las personas y limitar los casos de
corrupción porque el Estado no tiene el poder de subastar privilegios.
En cambio, en el progresismo, como el funcionario público tiene el poder
de decidir ganadores y perdedores, estar del lado del ganador tiene un
costo. Tantos privilegios, subsidios y prebendas se transforman en un
mercado de tráfico de influencias para quedarse con el dinero ajeno”[2].
¿Cómo funcionó y quiénes fueron los
principales beneficiarios del matrimonio Kirchner y su prolífico
progresismo de amigos?. Vayamos a cuenta.
Probablemente nadie haya explicado con
tanta sencillez y claridad el funcionamiento de estas componendas como
lo hizo el multimediático valijero caído en desgracia Leonardo Fariña,
personaje de la farándula y cadete del empresario kirchnerista Lázaro
Báez, quien al ser entrevistado por Jorge Lanata resumió el modus operandi de la corrupción kirhnerista de esta manera:
“JL: Lázaro era socio de Néstor?
LF: sí
JL: y vos tenés idea en qué porcentaje?
LF: la verdad que en todo
JL: cómo en todo? Lázaro era testaferro o socio?
LF: En política no hay testaferros, hay operadores que es distinto
JL: a ver traducime eso
LF: Yo soy Néstor vos sos Lázaro
¿sí?, vos sos mi amigo, ármate una empresa constructora, yo te adjudico
las obras a vos, la constructora es de Lázaro, el tema es que cada 4
años hay campaña presidencial, yo necesito 10 palos: tomá, mandame tres
aviones, etc., o sea te ganas…pero debes favores de por vida, es favor
contra favor”[3].
Impecable síntesis la del kirchnerista
Fariña. Es decir, Néstor les servía en bandeja negocios con el Estado a
sus allegados y amigotes, no sin pedirles o bien una contribución o
directamente su participación en el mismo: un “porcentaje accionario” para decirlo en lenguaje elegante.
La macro-corrupción kirchnerista fue
de tal envergadura, que en esta nota nos limitaremos a tan sólo un
puñado de episodios escandalosos a los efectos de aproximar o
familiarizar al lector con el mecanismo y funcionamiento del saqueo
orgánico bajo el amparo del relato nacional y popular caído en
desgracia.
La Reforma Agraria
Probablemente el emprendimiento
rentístico más pintorescos del matrimonio setentista y su tendal de
séquitos, se debe a la escandalosa compra de terrenos fiscales a precio
vil y sus posteriores negociados prodigiosos.
Resulta que a modo de “estrategia demográfica”,
con el objetivo de fomentar poblar el sur, el Estado decidió
desprenderse de determinadas tierras fiscales a un precio accesible, a
los efectos de incentivar o facilitarle a gente de modesta condición que
estos puedan acceder a tierras, a los fines de consagrarse
propietarios y poder edificar sus respectivas viviendas.
Reglamentariamente, el encargado de administrar esta distribución de
tierras era el Intendente de Río Gallegos y los criterios de entrega y
de precios deberían haber sido conforme a determinados parámetros
legales: “La tierra se adjudicaba en venta, y era obligación del
adquirente realizar los planos de la obra, obtener su aprobación,
efectuar la construcción o llevar adelante la explotación, pagar la
tierra y realizar la mensura. Solo así la Municipalidad daba por
cumplidas las obligaciones, y escrituraba a favor del adquirente el lote
o terreno en cuestión. El objetivo de estas normas perseguía evitar la
especulación y poblar en base al establecimiento de una familia (…) Otra
prohibición que existía era la que determinaba que una persona o grupo
familiar no pudiera tener más de dos terrenos, para evitar la
concentración de la tierra”[4].
Ocurrió entonces que al asumir Kirchner
como Presidente, éste se sirvió de su lacayo patagónico (el entonces
Intendente de Santa Cruz Néstor Méndez) y el mismo Intendente “le
vendió” a su jefe político Néstor (en pleno ejercicio de la Presidencia
de la Nación) tierras fiscales a un precio de $ 7,50 el metro cuadrado[5]:
“Dichas adjudicaciones en venta se mantuvieron en estricto secreto,
dado que el entonces Intendente Municipal jamás cumplió con su
obligación de publicarlas en el Boletín Oficial (…) Mientras a la gente
humilde se le daban terrenos de quinientos metros apiñados en lugares
donde no había servicios, ni gas, ni agua, ni luz (…) el Municipio
reservaba grandes extensiones de tierras para Kirchner y sus amigos a
precios más bajos y en lugares estratégicos, con todos los servicios”[6] señala el biógrafo santacruceño Alvaro Lamadrid.
La venta de las tierras no se fundaba en
ningún parámetro estratégico, planificado y ordenado, sino que era lisa
y llanamente un botín para disfrute de la camarilla gobernante y sus
conmilitones. En efecto, mientras la familia Kirchner y los amigos del
poder ocupaban terrenos fiscales, cerca de tres mil personas sin luz, ni
gas ni agua potable esperaban turno para recibir un pedazo de suelo
periférico[7].
Néstor Kirchner, el principal favorecido
de este botín, fue beneficiado con un total de 423.228 metros cuadrados
de territorio (porción escandalosamente alta), los cuales fueron
utilizados por el agraciado matrimonio no para conseguir el “sueño de la
casa propia” ni para llevar algún micro-emprendimiento familiar
(verbigracia poner en almacén), sino para multiplicar el disfrute con
negociados fastuosos imposibles de llevar a cabo si no se gozase de las
mieles del poder: “En 2002 la municipalidad le entregó 38.000 metros
a razón de 7,50 el metro y seis años después Kirchner le vendió dos
hectáreas a Cencosud, la sociedad anónima de supermercados Jumbo, en
casi dos millones y medio de dólares. Hay pocos negocios en el mundo que
tengan semejante tasa de retorno (…) El 3 de enero de 2006, El
Calafate le cedió a Kirchner otros 20.000 metros cuadrados, también a
7,50 pesos el metro. Además le aprobó, en tiempo récord, un plan de pago
en cuotas por los 165.000 pesos que debía desembolsar. El
terreno donde construyó su hogar el matrimonio presidencial fue
adquirido mucho antes, en 2001. La casa tiene 520 metros cuadrados, dos
pisos y vista a Bahía Redonda. Las mejoras les costaron en su momento, casi 580.000 pesos. En
marzo de 2002, Néstor adquirió otro lote de 2.100 metros cuadrados.
Allí cinco años después, terminó de edificar el hotel Los Sauces. En
marzo de 2005 compró otros tres lotes cuya superficie total es de
60.000 metros. Los pagó con un crédito del Banco de Santa Cruz que
alcanzó los 277.000 pesos. En abril del 2006 Kirchner obtuvo 18.258 metros cuadrados, por el mismo precio irrisorio de 7,50 pesos el metro. Cristina también recibió lo suyo: se quedó con 147.000 metros cuadrados, como si fuera parte de una familia distinta”[8] señala el periodista Luis Majul en su detallada investigación.
Tengamos en cuenta que estas cifras que
estamos estudiando son literalmente de la época en la que se hicieron
los negociados y no están actualizadas acorde con la inflación al
2016 (lo cual reflejaría de manera más escandalosa todavía la naturaleza
de estas trampas). Hoy el cincuenta por ciento del pueblo santacruceño
no tiene cloacas, el veinte por ciento no tiene agua ni gas y el diez
por ciento no tiene luz.
Respecto a la mencionada venta de 20.000
metros cuadrados de terreno que el matrimonio le vendió a Cencosud
(dependiente de la firma Jumbo), vale señalar que en la declaración
jurada pertinente, Néstor y Cristina confiesan que obtuvieron 6.300.000
pesos por esa venta, negocio extraordinario siendo que el metro cuadrado
que `compraron` un poco antes a 7,50 pesos lo vendieron luego a la
firma de marras por trescientos pesos cada uno.
Pero como fuera dicho, no sólo fue el
matrimonio Kirchner el beneficiario de estos lujos, sino que sus socios y
parientes también participaron de la conmovedora reforma agraria de
tinte nacional y popular. Estos son los nombres de los galardonados más
conspicuos:
Romina de los Ángeles Mercado: hija de
la ministra Alicia Kirchner y de Armando “Bombón” Mercado, compró más de
10.000 metros cuadrados. Osvaldo José `Bochi` Sanfelice: socio de
Máximo en la “inmobiliaria” familiar, 1.321 metros. Rudi Ulloa Igor: ex
cadete y ex chofer de Kirchner, 1.336 metros cuadrados. Juan Antonio
Bontempo: ex ministro de Economía y actual subsecretario en la Unidad
Presidencial, 2537 metros cuadrados. Carlos Alberto Sancho: ex
vicegobernador y ex gobernador interino de Santa Cruz, socio de la
inmobiliaria junto a Máximo y Sanfelice, 1.297 metros. Jorge Alfredo Mac
Leod: ex titular del Partido Justicialista de El Calafate, 10.400
metros cuadrados para una chacra. Jorge Esteban Banicevich: actual
diputado provincial, ex intendente de 28 de Noviembre, municipio vecino a
Río Turbio, 1.492 metros cuadrados. Héctor Mario Espina: titular de la
Administración de Parques Nacionales, 1.390 metros cuadrados. Fabián
Gutiérrez: es uno de los secretarios de Cristina Kirchner. También
recibieron terrenos fiscales: el sobrino del ex presidente Claudio
Kirchner. El secretario de Obras Públicas de la Nación, José Francisco
López. La presidente del Tribunal Superior de Santa Cruz, Clara Salazar.
Carlos Santiago Kirchner: primo hermano de Néstor. Valerio Martínez: ex
asistente personal del ex jefe de Estado. Héctor Daniel Muñoz:
secretario privado de Néstor. Liliana Korenfeld: ex ministra de Gobierno
de la provincia y luego diputada nacional. Carlos Miguel Kirchner, otro
primo de Néstor. Claudio Ángel Kirchner sobrino del susodicho. Fulvio
Madaro, ex funcionario de Enargas, quién tuvo que renunciar a raíz del
pago de coimas, conocido como el caso Skanska. El omnipresente Lázaro
Báez y por supuesto el propio Néstor Méndez, quién se los entregó a sí
mismo cuando todavía administraba El Calafate.
Al escándalo de este contubernio se le
suma el hecho de que la Fiscal de la causa en Santa Cruz en la que
recayó la denuncia por estos desmanejos es Natalia Mercado, quien está
al frente de la Fiscalía desde que esta fue creada en el año 2005. La
Magistrada debería investigar a todos los que recibieron tierras
fiscales del generoso Intendente Méndez. El problema es que la susodicha
es hija de Alicia Kirchner y por ende sobrina de Néstor y Cristina,
quien además ostenta una peculiaridad personal más: la Fiscal también
recibió tierras fiscales.
¿Conclusión? La causa, previsiblemente, no prosperó…
Oligarquía petrolera
Otro magnífico negoción progresista se
vincula con la firma Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), con la
cual el matrimonio Kirchner protagonizó constantes vaivenes y piruetas
tan contradictorias como sospechosas que vale la pena repasar y fijar la
atención.
Primeramente, es dable destacar que en
los años 90`, cuando la pareja no abrazaba la nostalgia setentista sino
las privatizaciones menemistas, tanto Néstor como Gobernador y Cristina
como Senadora encabezaron el lobby privatista representando a Santa Cruz
para que YPF fuera al fin vendida, conforme lo venía predicando con
imperturbable paciencia desde siempre el Ingeniero Alvaro Alsogaray.
Siguiendo esta prédica liberal, el 22 de septiembre de 1992 los 10
gobernadores que integraban la OFEPHI[9]
(Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos)
brindaron una conferencia de prensa en la Casa Rosada. Desde allí, el
entusiasta privatista Néstor Kirchner pidió apoyo para la privatización
de YPF e instigó a los legisladores a sentarse en sus bancas para
garantizar el quórum. Dos días después, los diputados nacionales
aprobaron el proyecto de ley.
Luego se aprobó la Ley Federal de
Hidrocarburos que incluyó parte de la privatización de YPF. Fue entonces
cuando un exultante Néstor Kirchner declaró a los medios: “Realmente
para los santacruceños esto es muy importante, también desde la
soberanía es importante porque esto va a evitar el éxodo y el
despoblamiento, va a permitir la inversión y la recuperación económica
de Santa Cruz”[10].
Meses después, el matrimonio apoyó en 1994 la Privatización de
Yacimientos Carboníferos Río Turbio, efectuada por Carlos Menem al
empresario Sergio Taselli[11].
Seguidamente, en 1999, una nueva etapa
privatizadora se dio cuando se vendió lo que quedaba de YPF a la firma
española Repsol. Por entonces, Santa Cruz contaba todavía con el 4% de
las acciones de la firma y sin el menor dilema chauvinista Kirchner se
las vendió a Repsol a razón de 44 dólares cada acción, otorgándole a
Santa Cruz 650 millones de dólares en efectivo para sus arcas[12].
Tras festejar y disfrutar de las
privatizaciones noventistas y habiendo pasado mucha agua bajo el puente,
en el año 2007 y bajo la presidencia de Cristina, se forzó la venta del
15% de YPF (que estaba en manos de Repsol) a un accionista argentino,
concretamente al Grupo Petersen de la familia Eskenazi (ex titulares del
Banco de Santa cruz), al cual muchos sindican como testaferro del
matrimonio presidencial[13],
y motivos para tal sospecha no escasean: A) el Grupo Petersen no tenía
la menor experiencia petrolera. B) este mismo Grupo empresarial no puso
un solo centavo de capital propio en la compra y encima el desembolso se
lo prestó Repsol a Petersen[14]
(es decir el vendedor le prestó la plata al comprador para que este se
quede con el 15% de sus acciones a tasa vil y a un plazo comodísimo). C)
El monto de las acciones fue comprado en el año 2007 conforme la misma
tasación de 1999 sin la menor actualización. D) Repsol le otorgó al
Grupo Eskenazi el control de la empresa con apenas el 15 por ciento de
las acciones compradas con el capital que ellos mismos le prestaron
(¿?).
A lo señalado, vale agregar los elogios y
piropos que Cristina Kirchner le hizo a Repsol y a Eskenazi apoyando
esta venta en uno de sus habituales monólogos transmitidos por la
televisión estatal: “algunos sectores de nuestro país les molestaba
casi que empresarios argentinos formaran parte de una empresa que está
absolutamente identificada con la historia de nuestro país como lo es
YPF, es increíble pero hubo que hasta que justificar que argentinos
invirtieran en una empresa de esta naturaleza, y como no podía ser de
otra manera, cuando los que están aquí en el management también son
dueños obviamente, la gestión mejora y esto sucede en la Argentina y en
cualquier parte del mundo, y aquí la prueba de la incorporación, del
resultado exitoso de la incorporación del socio argentino es algo que
debe mencionarse y debe servir de ejemplo para animar a otros a la
incorporación de capital de inversión nacional, que en absoluto
significa un rechazo, al contrario!, sino articulación a la inversión y
tecnología extranjera, en este caso Sebastián (Eskenazi) recalcó con
mucho énfasis la tecnología de Repsol para este nuevo emprendimiento”[15].
Pues bien, tras apoyar parte de la
privatización de 1992, efectuar la posterior venta de las acciones de
Santa Cruz a Repsol en 1999, apañar seguidamente la sospechosa
participación accionaria de Eskenazi (con las “facilidades” de venta y
posteriores cortejos de Cristina a este y a Repsol) en el 2007, cinco
años después y a instancias de su admirado y frecuentado galán Axel
Kicillof, en el año 2012 Cristina retomó su militancia
“antiimperialista” y confiscó sin indemnización alguna YPF a Repsol,
para entregársela en bandeja como botín de guerra contra “el capitalismo
salvaje” a los nuevos ricos de “La Cámpora” para que estos la
usufructúen y “administren”.
En el momento de esta última maniobra
“emancipadora”, Cristina llevó adelante una serie de arengas contra
Eskenazi y Repsol (a quien poco antes elogiaba con entusiasmo). En esas
hora, el nuevo héroe nacional y popular de la jornada fue Axel Kicillof
(autor intelectual de la confiscación), quien brindó un acalorado
discurso en el Senado de la Nación con la camisa desabrochada y ademanes
propios de un activista en plena asamblea universitaria, en donde
espetó arengas de este tenor: “Que ningún payaso venga a decir que YPF es una empresa sin importancia” y luego sumó nuevos insultos: “perejiles”, “papagayos”, “empresarios que beben la sangre”, “tarados”, “guitarristas del libre mercado” y bramó “Los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según el estatuto de YPF”[16].
Voces sensatas sostienen que en realidad el único “tarado”, “payaso” y
“papagayo” en cuestión sería el propio insultador, porque en pleno Siglo
XXI autoproclamarse partidario de la ideología marxista (aunque su
ideología tenga menos rigor científico que el tarotismo) merece como
mínimo alguno de los numerosos adjetivos que él obsequioso galán
psico-bolche le disparó impunemente a sus contrincantes del imperialismo
imaginario. Cristina estaba fascinada con el impertinente
Ministro socialista. Si bien el robo a Repsol se constituyó en un sonoro
papelón que derivó en el descrédito internacional, en el orden local se
montó un show revestido de gesta patriotera con banderines, cotillón y
cánticos chauvinistas.
Los chistes de jaimito
Otro campeón del progresismo de amigos
sin dudas ha sido el ex Secretario de Transportes Ricardo Jaime,
connotado filibustero que ha venido “trabajando” junto a Kirchner en
Santa Cruz desde los años 80`[17]. El beneficiario en cuestión es apodado entre sus allegados como “El Señor de los Anillos”,
dada su adicción a las cadenas y anillos de oro. Además de ser operador
confeso y testaferro de Kirchner, entre las múltiples denuncias e
imputaciones que pesan sobre Jaime probablemente la más conocida sea la
responsabilidad que se le adjudica por el trágico accidente ferroviario
en la estación de “Once”[18]
en el año 2012 (en el cual por inoperancia estatal murieron 51 personas
y más de 700 resultaron heridas), puesto que el pésimo estado de los
ferrocarriles no pudo ser ajena al personaje en cuestión, quien ejerció
la Secretaría de Transporte desde el año 2003 al 2009.
Durante su rol en la Secretaría de
Transporte, Jaime se dedicaba a otorgar subsidios a diferentes empresas
dedicadas al efecto: en el año 2004 todo el sistema de transporte
recibió un poco más de mil millones de pesos. En el 2005 recibió 1.600
millones de pesos. En el 2006, la cifra ascendió a 2.600 millones de
pesos. En el 2007 recibió casi 4.800 millones de pesos. Durante 2008 la
cifra subió a 5.900 millones de pesos. En total, entre el año 2004 y
2009, los trenes, los subtes y los colectivos del área metropolitana
recibieron casi 21.000 millones de pesos[19].
Lo que siempre se adujo es que de estos desembolsos, los empresarios
beneficiados le devolvían a Jaime el 20% del total, con lo cual, si
tomamos como cierto que entre 2004 y 2009 cada empresario del transporte
“reintegró” ese porcentual de cada subsidio que recibió del Estado,
debemos concluir que alguien muy poderoso recaudó, durante ese lapso más
de 4.200 millones de pesos[20]. ¿Jaime se quedaba con todo ello?. Todo indica que no: “Jaime concurriría al despacho de Kirchner con un bolso como los que usaban los carteros a domicilio”[21], dato
confirmado luego por el actual secretario general de la Asociación del
Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y ex subsecretario de Transporte
Aeronáutico de la Argentina Ricardo Cirielli: “En ese momento estaba
Néstor Kirchner vivo (…) el comentario de gente que trabajaba alrededor
de él comentaba que él llevaba otros personajes ahí a la secretaría de
Transporte para llevarle dinero y que a su vez él todas las noches se
cruzaba a la Casa de Gobierno y él siempre me decía que iba a verlo a
Néstor. Después de quince minutos, media hora se escuchaba le
helicóptero que se iba para Olivos”[22].
Si bien Jaime nunca fue más que un
empleado estatal, se le constató la propiedad de los siguientes bienes:
un departamento en el duodécimo piso de la Avenida del Libertador 650;
un departamento en Puerto Madero, una colección de departamentos de
verano en Florianópolis (Brasil); cinco casas en el country Cuatro
Hojas, en Mendiolaza, Córdoba; un fastuoso barco; y un avión personal[23].
De todas las bromas de Jaimito, probablemente la más impactante es
aquella esbozada en su declaración jurada, según la cual el próspero
señor dijo textualmente que “vive al día”[24]
Durante el kirchnerismo, el hombre de
confianza de Kirchner no fue detenido jamás en la causa por la que se lo
imputó. ¿Quién fue el Juez de la causa?, el prostibulario Norberto
Oyarbide.
Vale señalar que tras la citada tragedia
de Once, el gobierno intentó posteriormente dar un golpe de efecto
llevando a cabo una serie de cambios superficiales con anuncios
rimbombantes y en consecuencia se creó en junio del 2012 el “Ministerio
del Interior y Transporte” a cargo Florencio Randazzo. Pero el sórdido
sistema de subsidios prosiguió intacto y desde entonces se despilfarró
sólo para mantenimiento ferroviario 7 mil millones de pesos. Un
sonriente Randazzo anunció su festival tecnológico como “Una revolución
ferroviaria”. Pero lo cierto es que el 14 de junio, otro accidente
similar acontecido en el tren Sarmiento tuvo lugar en la zona de
Castelar, acabando con la vida de al menos 3 personas y unas 300
accidentadas.
Ya con el nuevo Gobierno y al volver la democracia, el testaferro de Néstor y Cristina Kirchner al fin quedó detenido.
Gobernador a control remoto
Tras consagrarse Kirchner como
Presidente, no por ello Santa Cruz dejó de ser su lugar para la trampa y
el entuerto. Si bien a Néstor lo sucedió como Gobernador Sergio
Acevedo, a poco andar este tuvo muchas desinteligencias con el poder
central, quien pretendía que Acevedo fuera no un Gobernador sino un
gobernado, es decir una suerte de delegado y subordinado de Néstor
Kirchner, sobre todo en lo referente a las habituales trapisondas con la
obra pública, y así lo confirma el propio Acevedo al denunciar lo
“aprietes” que padecía:
“-¿Cómo lo presionaban?
-Me querían obligar a pagar, desde la provincia, obras nacionales. Trabajos que le correspondía pagar a la Nación.
-No entiendo.
-Les tenía que dar a las provincias el famoso adelanto financiero antes de que comenzaran a trabajar.
-¿Entonces…?
-Era todo una barbaridad. Las
empresas no corrían riesgo. Precios que debían ser de uno lo cotizaban a
diez. La mayoría no terminaba las obras en el plazo estipulado…!Y
encima pretendían que las provincias les dieran una adelanto! (…) Ellos
dicen `argentinización`, pero lo que hay es un capitalismo de amigos.
Ellos justifican la construcción de un poder económico propio para no
depender de otros empresarios nacionales o extranjeros. Ellos dicen que,
sin plata, no se puede hacer política. Yo digo que eso suena a excusa
para justificar actos de corrupción. Ellos dicen que no hay lobby y yo
les digo que es verdad. ¿Cómo va a haber lobby si todos los negocios los
manejan ellos? La obra pública, el juego, el transporte, y también la
banca. No hay lobby porque el dueño es uno solo”[25].
Finalmente Acevedo acosado por las
presiones “destituyentes” que emanaban de la Casa Rosada renunció el 15
de marzo de 2006. Tras esta dimisión se consagró como Gobernador en su
reemplazo Carlos Sancho, quien tampoco pudo soportar el nivel
hostigamiento renunciando el 28 de septiembre de 2007 y finalmente,
asumió Daniel Peralta (al momento de escribir estas líneas es el actual
Gobernador de la Provincia), quien no tardó en mantener fricciones con
el matrimonio, pero aun resiste sus embates y lanzó una severa
advertencia a la Casa Rosada: “Yo lo voy a ir diciendo, no me voy a
ir como Acevedo y volver a repetir la triste historia de los
santacruceños volviendo al 2007”[26] agregando que “algunos que hablan desde el agravio y llevan las cosas a lo personal no superarían una rinoscopia en un hospital público” (en alusión a Máximo Kirchner) e insinuando que él tenía mucha información para contar remató: “Guarda con la boquita porque a las cosas hay que decirlas de frente no revoleando panfletitos por los pasillos. Yo, felizmente, tengo las manos limpias, y también, el cuerpo y el alma”[27].
Finalmente, en las elecciones del 2015
se consagró como gobernadora del feudo Alicia Kirchner, hermana de
Néstor (de notable parecido facial para su desgracia), quien al asumir y
con un gobierno de otro signo, no tuvo mayor remedio que “declarar en
quiebra la Provincia de Santa Cruz”, es decir la misma Provincia que su
clan familiar viene gobernando y saqueando desde hace más de 30 años.
La herencia en blue
La cantidad de personajes que se habrían
enriquecidos en calidad de socios o testaferros de Néstor es enorme y
van desde su chofer hasta su jardinero[28]. Según el libro titulado “Gracias Néstor”
de Lucio Di Matteo y que indaga en el enriquecimiento de los amigos del
poder, son cuatro los beneficiarios emblemáticos que se han destacado
en esta política de amiguismo empresarial-estatal: “Enrique Eskenazi
con el petróleo, bancos, construcción y bodegas, entre otros. Cristóbal
López con el juego (los casinos y el hipódromo), y también el petróleo,
aunque se diversifica preparándose para el poskirchnersimo. Lázaro Báez
en la caja grande de la obra pública, el petróleo nuevamente, hotelería
y distintas empresas. Y Rudy Ulloa, ex chofer de Néstor Kirchner, en la
caja chica del multimedios santacruceño, gracias a la generosa pauta
publicitaria del Estado Nacional”[29].
De Eskenazi y Ulloa ya nos hemos referido antes. Luego, todo indica
que Cristóbal López y Lázaro Báez han sido por lejos los dos hombres
más allegados y con los cuales Néstor habría confeccionado los
negociados más ambiciosos.
En cuanto a Cristóbal López, este es
conocido como “el zar del juego”, porque gracias Néstor siempre resultó
adjudicatario del manejo de los “tragamonedas” de gran parte de los
casinos desparramados en el país. Dicen en su entorno que Cristóbal se
enoja cada vez que intentan parangonarlo con Lázaro Báez y no se
reconoce como un “empresario kirchnerista”, excusándose de que antes del
acceso del kirchnerismo al poder él ya tenía una buena posición
económica, lo cual es relativamente cierto, pero Kirchner lo hizo
mejorar bastante en sus finanzas: cinco días antes de entregarle el
poder presidencial a su mujer, dictó un decreto para prolongarle la
consignación de las máquinas tragamonedas del Hipódromo hasta el año
2032 y en total, ha sido favorecido por el poder político para
constituirse como propietario de casinos y tragamonedas en 19 ciudades
(6 salas de juego funcionan solo en Santa Cruz). Sólo gracias a sus
casinos, López obtuvo en el año 2012 una facturación de 17 mil millones
de pesos[30].
Al mismo tiempo, el empresario kirchnerista lejos de ser monotemático
incursiona en otros emprendimientos que van desde pozos petroleros,
bancos, asuntos financieros y hasta el manejo de transportes[31].
Posteriormente, Cristóbal se dedicó a hacerle propaganda al
kirchnerismo tras comprar vía extorsión C5N y Radio 10. En verdad, la
compra de estos medios se dio como una orden que Néstor Kirchner le dio
personalmente a Cristóbal antes de su deceso: “Kirchner le dijo a Rudy Ulloa y a Cristóbal López que compren medios“, reveló Miriam Quiroga (secretaria personal y amiga íntima de Néstor)[32] al Juez Federal Julián Ercolini en la causa que investiga la “Ruta del dinero K”.
Elaborando un parangón entre Cristóbal y Lázaro, Leonardo Fariña (subordinado de este último) declaró lo siguiente: “Cristóbal es académicamente mejor preparado que Lázaro, pero Cristóbal es un mafioso y Lázaro no” agregando que “Lázaro
era socio de Néstor y Lázaro cobraba en negro pero no era testaferro,
porque los políticos no tienen testaferros sino que tienen operadores”[33].
Si bien tanto Cristóbal como su colega
Báez siempre han preferido cultivar el bajo perfil, fue Báez quien
involuntariamente saltó al triste estrellato mediático de manera
escandalosa tras las delaciones que oportunamente le hicieron el ya
citado Leonardo Fariña y Federico Olaskar, dos galancitos menores que
haciendo alarde de sus contactos y accesos al poder obraron como
verdaderos “bocones” en el exitoso ciclo televisivo conducido
por el periodista Jorge Lanata y se armó un batahola política y judicial
de proporciones que dura hasta el día de hoy, en donde se terminó de
desnudar y mediatizar el papel de Lázaro y Kirchner en esta frenética
carrera consistente en amasar fortuna con plata ajena. Además, la
historia de Lázaro resulta más atrayente que la de Cristóbal, porque
aquel empezó como empleado bancario de Santa Cruz y llegó de la mano de
Néstor a convertirse en uno de los hombres más ricos del país.
Sobre el particular, el periodista Luis
Majul construyó una interesante cronología en torno a las actividades
conjuntas del empleado bancario y el ex Presidente: “El 16 de mayo
de 2003, nueve días antes de la asunción de su amigo Néstor, Lázaro
registró Austral Construcciones, la empresa madre de todo el grupo. Era
evidente que tenía información privilegiada: a partir de ese momento
Austral se convirtió en la constructora más beneficiada por los
contratos de la obra pública. Sus competidores calculan que, incluido
2009, su facturación pudo haber llegado a los cuatro mil millones de
pesos (..) A fines de 2005, Lázaro tomó el control de su primera
petrolera, denominada Misahar (…) En octubre del mismo año registró
Epsur, otra petrolera que puso a nombre de su hijo, Martín Antonio (…)
El 23 de octubre de 2007, tres días antes de la victoria electoral de la
presidente Cristina Fernández, Báez sumó a sus negocios dos nuevas
empresas dedicadas a la agricultura y la ganadería, algo que jamás había
ensayado antes de ese momento. Se llama Austral Agro (…) Cinco días
después, el 29 de octubre, Báez celebró el triunfo de Cristina con la
inscripción de dos nuevas compañías dedicadas al rubro inmobiliario”[34].
¿Y cuál ha sido el favorito de Néstor:
Cristóbal o Lázaro?. Al parecer Kirchner se comportaba respecto a sus
dos aliados como un padre criterioso y justo aplicando el principio de
equidad: en diciembre de 2007, sobre 14 áreas petroleras en Santa Cruz
le adjudicó siete a Cristóbal López y siete a Lázaro[35] (no fuera cosa de despertar celos entre sí).
Tras el deceso de Néstor en octubre del
2010, la gran preocupación de Cristina fue intentar recomponer la
herencia informal dejada por su marido, la cual era de difícil
reconstrucción dado la gran cantidad de testaferros y socios que
pulularían en derredor del mafioso consorte. Al no haber bienes y
cuentas blanqueadas, la recuperación de ese capital en danza no era un
asunto tan sencillo y lo primero que hizo la viuda fue contactarse el 31
de ese mismo mes con Rudy Ulloa[36] y luego, forjar una reunión con Lázaro y Cristóbal. Según nos revela Franco Lindner “La Presidenta intentaba desentrañar qué había ocurrido con el resto, con la contabilidad paralela”[37].
Que Lázaro y Cristóbal fueron los
“empresarios” más exitosos y en los cuales Néstor más se apoyó, lo
confirman, además de los números en sí, el hecho concreto de que
Cristina tras su viudez lo primero que hizo fue impulsar una reunión con
ellos a solas, a fin de que sendos personajes le rindan cuentas del
estado del patrimonio acumulado o desparramado que no formaba parte de
la herencia. En efecto, más que una reunión, la cita se convirtió en una
suerte de interpelación y/o careo, para que estos aclaren las cuentas
pendientes y rindan el detalle de los bienes conjuntos[38].
El encuentro fue muy tenso, entre otras cosas porque ninguno de los dos
“empresarios” (que se desprecian entre sí) sabían que iban encontrarse
allí, sino que suponían que la tertulia era ‘tête à tête‘ con la Presidente. También presenció el encuentro el primogénito delincuencial Máximo.
Nunca se supo exactamente cuáles fueron
los alcances exactos de esta conversación, pero Báez dejó trascender que
Cristina mantuvo un fuerte cruce con Cristóbal dado que ante cada
pregunta que la Presidente le hacía a López este contestaba: “Eso ya lo arreglé con Néstor, señora”, ante lo cual Cristina perdió la calma: “¿Vos me estás tomando por boluda?”[39].
Para despejar sospechas respecto al rol
de Néstor con sendos empresarios, tanto López como Báez han sido socios
de Kirchner no sólo en “blue” sino hasta en los papeles: “Lázaro lo
fue en el proyecto de construcción de cinco departamentos en Río
Gallegos, que había sido blanqueado en la declaración jurada del ex
presidente. Y Cristóbal aparecía en el directorio de la constructora
Talares de Posadas junto a Osvaldo Sanfelice, quien no es otro que el
socio de Máximo Kirchner en la inmobiliaria que administra las
propiedades de la familia presidencial”[40].
Al momento de escribir estas líneas, nos
estamos encontrando ante un final abierto en torno a esta sórdido
triángulo porque gracias a la sonora investigación periodística
encabezada por Jorge Lanata, se descubrieron y se siguen revelando
nuevas conexiones entre estos empresarios y Néstor, así como también la
existencia de paraísos fiscales y manejo de bolsos de dinero en efectivo
en tan grandes cantidades, que el mismo habría sido guardado en bóvedas
construidas en las propiedades de Cristina y Lázaro Báez. Incluso el ex
Vice Gobernador de Néstor, Eduardo Arnold, señaló que una de la bóvedas
más grandes se encuentra escondida en el interior del enorme mausoleo
que Lázaro hizo construir para que descansen los restos de Néstor[41].
Incluso, Arnold agregó el detalle de que el mausoleo se encuentra
constantemente custodiado por fuerte personal de seguridad costeado por
el mismísimo Lázaro, el cual cuida el recinto las 24 horas de los 365
días del año.
¿A qué obedece tanto personal de
seguridad en el mausoleo?, ¿se tendrá miedo que escape el muerto o hay
que velar por otros menesteres?.
Néstor y la resignación cristiana
Tiempo atrás, Néstor Kirchner había
brindado un reportaje televisivo y al ser consultado sobre su sospechoso
patrimonio y especialmente sobre sus tierras en el Calafate, este nos
ilustró con la siguiente explicación poniendo de manifiesto, entre otras
cosas, su intensa vida espiritual:
“Yo gracias a Dios, desde que estoy
en la política, más que acrecentar mis bienes personales, fui para
atrás, no me pasa lo que a otros dirigentes que a partir de haber
entrado a la política políticos o no tenían fortuna, o no tenían nada y
yo tengo absolutamente todo declarado cuando fui intendente, cuando fui
gobernador las tres veces…y compramos que tiene una hectárea, en mi
Provincia (no en Miami ni en Montevideo ni Nueva York) que es un
terrenito que me costó 27 mil pesos, que Dios quiera pueda hacer una
casa para compartir con mi familia en el Calafate (ciudad turística por
excelencia en mi Provincia a la cual amamos), y los compré de cara a la
sociedad pagando los impuestos como corresponde…¿sabes qué pasa? Algunas
veces cuando no se puede voltear o mancillar a alguien desde la idea de
le acción muchas veces se les ocurren este tipo de cosas que yo las
acepto cristianamente (…) a veces la política tiene este tipo de
agravios y descalificaciones que yo las absorbo con absoluta resignación
cristiana”
En realidad, en un país normal Kirchner y
su mujer lo que tendrían que haber aceptado con resignación cristiana o
mundana hubiese sido como mínimo, la cárcel.