Carrió investigada por lobista de una gasífera y viajes al exterior
Hasta
ahora la diputada Elisa Carrió estaba a salvo de probar su propia
medicina. En efecto, recibió demandas por calumnias e injurias y siempre
zafó, a veces decía verdad en sus denuncias y otras por ampararse en
sus fueros.
Pero en esta oportunidad fue denunciada por enriquecimiento
ilícito por sus viajes al exterior y por no justificar sus ingresos,
aunque hasta ahora zafó porque el cuestionado juez Daniel Rafecas la
sobreseyó para no ser sometido a juicio político y otra causa está
radicada en el juzgado federal de Luis Rodríguez, donde la acusan de
hacer lobby para la empresa Amarilla Gas, un grupo empresarial chaqueño
muy poderoso, cuyo dueño es Hernán Miedvietzky, cuya hija Lili es íntima
amiga de Carrió y dueña de Fun Time-Firenze Viajes, una empresa de
turismo que es la proveedora de los viajes de la diputada chaqueña,
muchos de ellos en compañía de su amiga y dueña.
En épocas de
Julio de Vido, Carrió, como se sabe, lo denunció varias veces pero la
empresa Amarilla Gas fue beneficiaria de los favores de Julio de Vido y
Juanjo Aranguren, quien echó al número 2, José Sureda, que le ponía
trabas a Gas Amarilla y renunció intempestivamente atacando de
autoritario al ministro de energía.
La sala 2 de la Cámara
Federal, con la firma de los vocales Martín Irurzun y Eduardo Farah, de
un prestigio indiscutible, declararon nulo el sobreseimiento que obtuvo
Carrió del cuestionado juez Daniel Rafecas y ordenaron seguir la
investigación, con la seguridad de que las dos denuncias -la citada que
fue anulada y la que cajonea Luis Rodríguez por temor a Carrió- deberán
ser unificadas e iniciar una seria investigación sobre si Carrió obtiene
beneficios para Amarilla Gas a cambio de viajes al exterior. Es la
primera vez que la temperamental diputada prueba su propia medicina.