BERGOGLIO RENIEGA DE LA IGLESIA POR SUS 19 SIGLOS DE ANTIJUDAISMO
Bergoglio: “Tenemos detrás de nosotros diecinueve siglos de anti-judaísmo cristiano”
Bergoglio en su rebelión contra Cristo ataca a la Iglesia católica.
El heresiarca Bergoglio también dijo que los judíos que rechazan a
Cristo son ´hermanos´ de los cristianos negando con ello la necesidad de
conversión de los Judíos, para que puedan salvarse.
Juan 5:43 Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése recibiréis.
Bergoglio promueve la fraternidad masónica de los que niegan la
paternidad de Dios. Precisamente los Judíos acusaban a Jesucristo de
Blasfemia porque Jesús se hacia llamar el hijo de Dios. El Judaísmo
niega la paternidad de Dios niega a la Santísima Trinidad niega que
Cristo sea el hijo de Dios. De que Fraternidad habla Bergoglio sino de
la fraternidad masónica del Nuevo Orden Mundial.
El Papa Gregorio XVI, contradice al herético Bergoglio: “Por lo tanto, deben instruirlos en la verdadera adoración de Dios, que es única para la religión católica.” (Summo Iugiter Studio (# 6), 27 de mayo de 1832)
El Papa San Gregorio Magno demuestra que Bergoglio es un mentiroso:
“La sacrosanta Iglesia universal enseña que no es posible adorar a Dios verdaderamente excepto en ella…”
El Arzobispo Fulton Sheen sobre el Falso Profeta y el Anticristo afirmó : Debido a que su religión será la fraternidad sin la paternidad de Dios,
Bergoglio repite la misma acusación contra la Iglesia católica de su amigo masónico talmúdico Pro Gay Abraham Skorka.
Bergoglio no promueve el judaísmo auténtico de los que esperaban al
Mesías sino uno de los que rechazan a Cristo como su Mesías. De los que
gritaron crucifíquenlo!
San Alcuino de York, Abad y Profesor (Catena Aurea):
«Como si dijera: he venido al mundo para que el nombre de mi Padre
sea glorificado por mí, puesto que todo lo atribuyo al Padre. Como no
tenían amor de Dios, no querían recibir a Aquél que venía a hacer la
voluntad del Padre. Mas el Anticristo vendrá, no en el nombre del Padre,
sino en el suyo propio, y no buscando la gloria del Padre, sino la
suya. Y como los judíos no quisieron recibir a Jesucristo, se
les castigará su pecado con mucha razón, haciéndoles que reciban el
Anticristo, para que los que no quisieron creer en la verdad crean en la
mentira.»
San Agustín De verb. Dom. serm. 45
¿Qué hay de temer en el Anticristo, sino que su nombre habrá de
ser honrado y el nombre de Dios despreciado? ( Catena Aurea Juan 4: 43)
La Iglesia enseña que por medio del bautismo nos hacemos hijos de
Dios y nos hacemos hermanos en Cristo. Los Judíos necesitan bautizarse
para salvarse.
Los judíos serán perdonados ni por la circuncisión ni por otras normas, sino sólo por el Bautismo
‘Y esta será mi alianza con ellos, cuando los purifique de sus pecados’ No
cuando sean circuncidados, ni cuando sacrifiquen, ni cuando cumplan las
otras normas, sino cuando encuentren absolución de sus pecados. Si,
pues, esto ha sido prometido, aunque todavía no ha acontecido con
ellos, ni se han apartado mediante la absolución del Bautismo, tendrá
lugar ciertamente. Así añade: ‘Porque los dones y el llamado de
Dios son irrevocables’. (San Juan Crisóstomo, Homilía IX sobre la Carta
a los Romanos, n.6. Francés. Latín-griego)
La Iglesia católica considera un pecado la practica del Judaísmo
después de la venida de Jesucristo. Los Judíos deben convertirse para
poder salvarse ya que Jesucristo es el único camino de salvación hacia
el Padre.
Con la muerte del Redentor, la Nueva sucedió a la Ley Antigua, que sería enterrada y resultaría mortífera.
Las legalidades mosaicas no pueden guardarse sin pérdida de la salvación eterna
Papa Benedicto XIV
Constituye pecado la observancia de las ya derogadas ceremonias de la Ley Mosaica
Cristo reprobó la Sinagoga
La infidelidad de la Sinagoga es un insulto al Salvador. Por eso Él
[Cristo] eligió la barca de Pedro, y abandonó la de Moisés, es decir, Él
reprobó a la sinagoga infiel, y adoptó la Iglesia creyente. (San Ambrosio de Milán. Sermones Diversos, De mirabilis, Sermo 37, n. 3)
Es pecado mortal observar los ritos antiguos después de la Pasión de Cristo
Está la sentencia del Apóstol, que dice a los Gálatas 5,2: ‘Si os
circuncidáis, Cristo no os aprovechará de nada.’ Pero nada excluye el
fruto de la redención de Cristo, fuera del pecado mortal; luego el
circuncidarse y observar los otros ritos legales después de la pasión de Cristo es pecado mortal.
Son las ceremonias otras tantas profesiones de la fe, en qué
consiste el culto interior; y tal es la profesión que el hombre hace con
las obras cual es la que hace con las palabras. Y, si en una y otra profesa el hombre alguna falsedad, peca mortalmente. Y, aunque
sea una misma la fe que los antiguos patriarcas tenían de Cristo y la
que nosotros tenemos, como ellos precedieron a Cristo y nosotros le
seguimos, la misma fe debe declararse con diversas palabras por ellos y
por nosotros pues ellos decían: ‘He aquí que la virgen
concebirá y parirá un hijo,’ que es expresión de tiempo futuro; mientras
que nosotros expresamos la misma fe por palabras de tiempo pasado: que
la Virgen ‘concibió y parió.’ De igual modo las ceremonias antiguas
significaban a Cristo, que nacería y padecería; pero nuestros
sacramentos lo significan como nacido y muerto. Y como pecaría
quien ahora hiciera profesión de su fe diciendo que Cristo había de
nacer, lo que los antiguos con piedad y verdad decían, así pecaría
mortalmente el que ahora observase los ritos que los antiguos patriarcas
observaban piadosa y fielmente. Esto es lo que dice San
Agustín en Contra Faustum: ‘Ya no se promete que nacerá Cristo, que
padecerá, que resucitará, como los antiguos ritos pregonaban; ahora se
anuncia que nació, que padeció, que resucitó, y esto es lo que pregonan
los sacramentos que practican los cristianos.’ (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.103, a.4, s.c./co.)
Pero ya Bergoglio había apostatado de la fe católica en Argentina, en
donde en lugar de llamar a los Judíos a la conversion para que se
salvaran logró que se empecinaran en rechazar a Cristo como redentor
mientras él se ganaba su adoración.
adoración.
Skorka explica que durante su visita con “Francisco” en el Vaticano,
que comenzó el 25 de septiembre de 2013, “Francisco” lo ayudó a
practicar el judaísmo y observar las ceremonias de la ley mosaica;
“Francisco” también respondió a las oraciones judías de Skorka; y
“Francisco” rechazó el proselitismo (esto es, tratar de convertir a
Skorka al catolicismo). “Nos reunimos sin enterrar nuestras identidades.
Hablé con él acerca de la evangelización, y me afirmó enfáticamente que
la Iglesia católica no puede participar en el proselitismo”
El Concilio de Florencia definió dogmáticamente que toda persona que
tenga una posición contraria a la enseñanza de la Iglesia católica sobre
Nuestro Señor Jesucristo o la Trinidad, o cualquiera de las verdades
acerca de Nuestro Señor o de la Trinidad es anatema.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Bula Cantate Domino, 1442, ex cathedra:
“La sacrosanta Iglesia Romana, fundada por la palabra del Señor y
Salvador nuestro, firmemente cree, profesa y predica a un solo verdadero
Dios, omnipotente, inmutable y eterno, Padre, Hijo y Espíritu Santo (…) A cuantos, por consiguiente, sienten de modo diverso y contrario, [la sacrosanta Iglesia Romana] los condena,reprueba y anatematiza, y proclama que son ajenos al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.”
Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi,# 29-30, 29 de junio de 1943: “Y, en primer lugar, con la muerte del Redentor, a la Ley Antigua abolida sucedió el Nuevo Testamento… en el patíbulo de su muerte Jesús abolió la Ley con sus decretos [Ef. 2, 15]… y constituyó el Nuevo en su sangre, derramada por todo el género humano. Pues, como dice San León Magno, hablando de la Cruz del Señor, ‘de tal manera en aquel momento se realizó un paso tan evidente de la Ley al Evangelio, de la Sinagoga a la Iglesia, de lo muchos sacrificios a una sola hostia, que, al exhalar su espíritu el Señor, se rasgó inmediatamente de arriba abajo aquel velo místico que cubría a las miradas el secreto sagrado del templo’. En la Cruz, pues, murió la Ley Vieja, que en breve había de ser enterrada y resultaría mortífera…”