Cómo resistir al Nuevo Orden Mundial
Combatir el Nuevo Orden Mundial: micro-manual de urgencia con 20 prescripciones
Por José Antonio Bielsa Albiol
“Una sociedad está en decadencia cuando el sentido común se vuelve poco común”
- CHESTERTON
“La democracia ignora la diferencia entre verdades y errores; solo distingue entre opiniones populares y opiniones impopulares”
NICOLÁS GÓMEZ DÁVILA
“La única manera de conseguir que la sociedad cambie de verdad es asustar a la gente con la posibilidad de una catástrofe”.
DANIEL BOTKIN
- Modificar lo macro a partir de la alteración de lo micro
Los más avezados me tildarán de obvio, simplón e incluso ingenuo. Y
no será un servidor quien les lleve la contraria. ¿Un micro-manual de
urgencia para combatir el Nuevo Orden Mundial?
Esta pequeña guía en 20 puntos está destinada a los más (el 99 %) con
la única finalidad de combatir, desde lo más prosaico de sus costumbres
diarias, la dictadura totalitaria de los menos (ese 1 % omnipresente).
¿Podemos plantarle cara al Leviatán, modificando sus movimientos y
rumbo/hoja de ruta? Ésta ha sido la pregunta de partida a la hora de
confeccionar el presente texto. Y la filosofía desplegada a tal efecto
ha sido sólo una: sentido común; hoy, dicen, el menos común de los
sentidos.
Para llevar a cabo este modesto plan nos hemos impuesto, al menos, cumplir con los tres siguientes condicionales:
1) Resultar inteligibles a la gran mayoría, sin hacer aspavientos
intelectuales ni iluminar el papel con vanos fuegos de artificio: para
ello teníamos que ofrecer un programa intelectualmente ínfimo, pero
realista, es decir asequible y por tanto viable, no filosófico sino
concreto-práctico.
2) Implicar un desafío con posibles a los potenciales receptores del
mismo: ¿estamos/estarían dispuestos a renunciar a una porción de este
mal entendido estado de bienestar para conseguir salvar los tambaleantes
penates de la civilización occidental?
3) Conseguir modificar lo macro a partir de la alteración de lo micro;
en resumen: ¿qué ocurriría si de la noche a la mañana o, en su defecto,
en un plazo prudencial de tiempo, al menos 7-8 millones de españoles
(!) decidieran ponerse manos a la obra y aplicar en su día a día las
siguientes prescripciones contra el Nuevo Orden Mundial? Que cada cual
saque sus propias conclusiones.
He aquí las propuestas (con total humildad, les animo a examinar su
día a día y, desde una postura expectante, observar si, de los 20 puntos
suscritos, al menos se consiguen consolidar 10-12 de ellos):
Micro-manual de urgencia: 20 prescripciones para combatir el NOM
- En los aspectos más básicos de un inminente nuevo régimen de precariedad, intente ser autosuficiente: saber coser un botón, elaborar una tortilla, manejar con soltura una navaja o poder hacer un fuego serán, dentro de poco, conocimientos de capital importancia.
El eximio poeta T. S. Eliot, rememorando el significado último de la “sabiduría” (Sophia), resumió esta problemática con incisiva profundidad discursiva: “¿Dónde está la sabiduría que perdimos con el conocimiento, dónde el conocimiento que perdimos con la información?”.
Estos tres niveles, en sucesión involutiva (Sabiduría – Conocimiento –
Información) sintetizan el problema esencial del Occidente en su actual
fase de disolución: su progresiva renuncia a la Verdad, con todo cuanto
ello implica. Antaño así pues, a falta de sabiduría, al hombre
occidental le quedada todavía el conocimiento, pero una vez el
conocimiento le fue a éste sustraído, no le iba a quedar más remedio que
aferrarse a la información disponible. El problema es que hoy ya han
empezado a demoler este último nivel: la información está siendo/ha sido
secuestrada por medio de la desinformación, y cada día son menos los
que tienen información válida a mano. ¿En verdad siguen creyendo algunos de ustedes que tener la información suficiente para saber-poder coser un botón es cosa baladí?
- Refuerce sus vínculos familiares, promocionando la familia numerosa cristiana y los principios de solidaridad inherentes a la misma.
No merecería apenas comentario si el Sistema no atacara a esta
institución cardinal con tan furibunda saña. Mas es evidente que la
familia permanece como el corazón de la sociedad, su principio de
cohesión y solidaridad básico, sobre el cual se despliegan los
restantes, hasta llegar al principio de solidaridad superior de la
Patria-España, obviamente vinculado con Dios Trino. Una célula familiar
debilitada o extinta es el modelo canónico del NOM: llamar “familia
numerosa” a un matrimonio con tres hijos es sintomático del esfuerzo
pervertidor del lenguaje políticamente correcto por imponer unos límites
“razonables” a su modelo de sociedad tecnificada y nihilista. La
familia tradicional, además, constata el esfuerzo de superación de sus
individuos, cohesionados en base a un proyecto de perfeccionamiento en
los dones gratuitos y cualidades heredadas. “Nuestros padres nos dieron el apellido, nosotros hemos de poner el nombre” (Sacha Guitry).
- Conserve -si los tiene- los bienes inmuebles y las fincas rústicas de sus familiares. Vigorice su atavismo a la tierra.
El NOM aspira a generar una sociedad de desarraigados
urbanitas en clave antisocial, sometidos a la dictadura ego-maníaca de
su propio pellejo andante. El canto al terruño, el elemento
identificador por la Patria en su vertiente sentimental-rural, debe ser
abolido: las vigorizadoras montañas, los sensuales campos, la centenaria
plantación de olivos, aquella masía pintoresca de los abuelos,
etcétera, son elementos que enraízan al hombre con sus orígenes
genuinos. Perder o dejar perder estos bienes, que es lo mismo que
malvender, es renunciar a una parte de nuestro pasado común, que es
rural y no urbano, no lo olvidemos.
- Efectúe sus pagos en efectivo; evite pagar con tarjetas de crédito.
No nos extenderemos sobre este asunto, que estimamos competencia de
economistas honrados dispuestos a dar la batalla de las ideas en este
terreno obtuso como pocos. La guerra del NOM al dinero efectivo es
patente: la sumisión del hombre de a pie a la tarjeta de crédito y al chip implica una clara desvalorización del concepto tradicional del dinero, y en consecuencia una seria amenaza a la libertad.
- No deje a deber dinero: procure tener las cuentas limpias, viviendo de acuerdo con sus posibilidades económicas.
Sin comentarios. Cae de su propio peso: cuántas familias han sido destruidas por el dejar endeudarse, es drama conocido
- Compre oro (y plata), es la única inversión segura a medio y largo plazo.
Cuando la economía mundial colapse (lo que sucederá inevitablemente),
el oro (y en menor medida la plata), jugará un papel decisivo en la
reconfiguración del nuevo paradigma político-económico. Los gobiernos de
muchas naciones, como Polonia, ya han iniciado la compra de oro al
mayor para prepararse ante el colapso. Los particulares también están
haciendo lo propio.
- Practique y fomente la compra en el pequeño comercio, priorizándolo sobre las grandes superficies.
Prácticamente un imposible en las grandes urbes, donde el pequeño
comercio por así decir ya ha desaparecido, al menos en el grueso del
sector alimentario, textil, etc. No así en las zonas rurales, donde
todavía se mantienen pequeños comercios, con un futuro más que dudoso.
El pequeño comercio es el David contra Goliat de nuestro tiempo, y su causa debe ser defendida apasionadamente.
- Dé la espalda a los medios de comunicación del Sistema; vigile críticamente sus fuentes de información.
Si usted está leyendo La Tribuna de España no necesita más aclaraciones al respecto.
- Lea e infórmese contrastando varias fuentes. Anteponga los libros físicos y las enciclopedias clásicas de consulta (en papel) a las enciclopedias digitales del Sistema.
Los desinformadores son muy fuertes y tienen el monopolio de la
“información” (léase desinformación) en sus manos. Enciclopedias
sistémicas digitales como Wikipedia (la enciclopedia del NOM)
presuponen precisamente eso: la dictadura del pensamiento único a una
masa aborregada/sin agarraderos. La guerra al libro de papel y el
fomento de los soportes digitales (que dispersan la atención y reducen
la inteligencia del usuario) implican ante todo una guerra paralela al
pensamiento, la concentración y los hábitos reflexivos de una población
cada día más alienada en la “mentalidad de anuncio televisivo”, como su
nombre indica incapaz de sostener la concentración durante más de 15
segundos seguidos.
- Hable sin afectación, esté en guardia ante la jerga de la corrección política. La belleza del español castizo nos permite llamar a las cosas por su nombre sin necesidad de incurrir en las consignas del marxismo cultural.
Deriva patente en las nuevas generaciones, recién salidas del
degradado sistema educativo actual. Rasgo inequívoco de decadencia y
pérdida de sentido, en cuanto sumisión al “nuevo modelo” de pensamiento
nuclear en clave marxista cultural; p. ej., cuando vemos a una muchacha
de escasos quince años y la sesera vacía hablar del “normativismo heteropatriarcal contra el coñocimiento y empoderamiento femeninx”, sabemos bien a qué nos referimos, ¿o no?
- Evite el consumo de alimentos procesados y envasados; priorice el consumo de alimentos frescos.
Los expertos avisan: la presencia de Bisfenol-A, producto químico
presente en los envases de los productos alimentarios, tiene
desagradables consecuencias sobre el metabolismo humano: infertilidad,
impotencia masculina, etc.
- Reduzca al mínimo la ingesta de flúor.
El agua potable de nuestro suministro doméstico lo contiene. También
los dentífricos. El flúor es dañino sobre el sujeto receptor, y la
fluorosis la más visible de sus consecuencias, sobre todo en edad
infantil.
- Limite el uso de los dispositivos inalámbricos. Apague el router al ir a dormir.
El infierno del wifi ha llegado para quedarse. Un artículo de la CNN, recogido por el analista Manuel Galiana en su libro La derrota de la globalización (2011), se expresaba en estos términos hace ya casi una década: “A
los niveles máximos de exposición, digamos, usar un móvil media hora al
día durante un periodo de diez años, el estudió encontró que existía un
40% de riesgo superior para generar tumores glioma cerebrales”.
- Sea precavido en el uso de las redes sociales tipo Facebook o Twitter.
Sin comentarios. De conocer con precisión el número exacto de vidas
humanas destruidas por las redes sociales, procuraríamos protegernos con
armadura ante este peligroso instrumento (¿del diablo?).
- Evite a toda costa el turismo de masas. Personalice sus vacaciones ninguneando las erosivas tendencias del turismo de explotación.
El turismo de masas está de moda, lo mismo que el esclavismo
turístico que genera. Perdida la genuina esencia del viaje, ya sólo
queda sucumbir a ser copartícipes de tan aberrante tendencia. “En
este siglo de muchedumbres trashumantes que profanan todo lugar ilustre,
el único homenaje que un peregrino reverente puede rendir a un
santuario venerable es el de no visitarlo” (Nicolás Gómez Dávila).
- Procure dar su voto a partidos políticos sin representación parlamentaria, para así contrarrestar la política sistémica.
El mito del “voto útil” no es necesariamente recurso de sujetos
prácticos, sino canalización de la indefensa inutilidad del individuo
derrotado. Asumiendo el hecho incontestable de que quien está en el
poder debe comulgar sí o sí con los poderes fácticos (el quinto poder),
la única manera posible de contrarrestar dicha superconcentración de
poder(es) sería desviar los votos de los núcleos duros/oficiales a las
periferias políticas. No es posible consolidar una masa mínima crítica
del tejido poblacional sin una visibilización clara de la disidencia en
el terreno político.
- Caso de hacer contribuciones económicas a las denominadas ONGs, examine con lupa si dichos entes no gubernamentales son adeptos a intereses globalistas dirigidos contra Occidente y, por ende, contra sus propios intereses.
Sin comentarios.
- Omita de su plan de audición la escucha de música pop degenerada, recuperando el fino y sutil gusto por la denominada música clásica o culta.
La música pop de nuestros días, harto degenerada y en
cualesquiera de sus variaciones/presentaciones formales, está diseñada
para destruir la mente humana. Tal y como demostró Daniel Estulin (en su
investigación sobre la guerra psicológica del Instituto Tavistock), el
programa MK-ULTRA se ha servido de estos fetiches mercantiles para
configurar una nueva gramática de la percepción, fomentando contenidos
perniciosos que a su vez incentivan la drogadicción y los modos de vida
autodestructivos. Frente a la destrucción de la melodía y la armonía,
frente a la abolición del orden matemático y el concierto
arquitectónico, siempre nos quedarán Beethoven y Tomás Luis de Victoria,
los Conciertos de Brandenburgo y el Parsifal.
- Ningunee sistemáticamente los productos cinematográficos procedentes del Hollywood actual.
Por razones parejas a las inmediatamente referidas, evite los
productos cinematográficos que portan en sus tiras de celuloide el
marxismo cultural de rigor; este asunto ya quedó expuesto en un previo
artículo nuestro sobre el cine degenerado, al que remitimos (“Un peligro
social en alza: el cine degenerado”, en El Diestro, 5 de diciembre de 2018).
- Reivindique las raíces católicas de su patria, España, no tanto por pose estética como por pervivencia de una realidad histórica de la que no somos dueños, sino meros usufructuarios.
De nuevo otra perogrullada: en su germen más profundo, Europa (y
España) es la Cruz de Cristo, es decir la Catolicidad. Si Europa
entierra la Cruz, entonces Europa ya no será Europa. Sólo hay dos
opciones reales: o la Cruz, léase la Luz; o la media luna, es decir la
oscuridad de la noche (literal y metafóricamente hablando). Lógica
elemental pero implacable. El sueño de la Europa atea predicada por los lobbies
laicistas está irremediablemente condenado al fracaso: o Europa se
mantiene firme en Cristo y por tanto dice sí a seguir siendo Europa, o
su destino más real será convertirse en Eurabia, que es el proyecto
paneuropeo del NOM en aras al control material y espiritual de todos los
recursos existentes.
Reportaje de investigación José Antonio Bielsa en exclusiva para La Tribuna de España