El INDEC sigue mintiendo: pese la malaria económica el riesgo de pobreza o exclusión sigue descendiendo
Contra
lo que era de esperar, el INDEC informó que no obstante la aguda caída
de la actividad económica, en el segundo y tercer trimestre del 2018 la
cantidad de personas en riesgo de pobreza o exclusión siguió una
tendencia francamente descendente, mejorando la distribución del
ingreso. Como si la malaria económica de Cambiemos, fuera una forma
efectiva de reducir la desigualdad y la pobreza. Lo cual atenta contra
el sentido común e indica que el INDEC, sigue dibujando las estadísticas
que tienen trascendencia política, mediante truncar los datos
estadísticos, contrariando expresamente lo recomendado por la CEPAL.
Javier Llorens – 10/1/2019
La Unión Europea no mide la pobreza de
ingresos monetarios en función del costo de la canasta básica familiar,
mecanismo que tiene sus ambigüedades, sino que considera que está en
riesgo de pobreza o exclusión social, toda persona que gane menos del 60
% del ingreso de la mediana de la población. O sea del ingreso de la
persona hipotética que tiene la mitad de la población total con
ingresos superiores a los de él, y la otra mitad con ingresos menores a
los de él.
El cálculo del mismo tiene la
complejidad de que se ajusta por unidad de consumo de las personas, lo
cual depende del tamaño del hogar y de las edades de cada uno de sus
miembros, estando estos microdatos solo en poder del INDEC. Pero a los
efectos comparativos de su evolución en el tiempo, se obtiene una
aproximación suficiente con solo considerar ese parámetro básico. El
cual en el caso del siguiente gráfico, se ha elaborado en base a los
datos trimestrales del INDEC, correspondiente a los “Hogares según escala de ingreso per cápita familiar”, para el total de los aglomerados urbanos.
El grafico muestra las oscilaciones
trimestrales del porcentaje de personas que estarían bajo riesgo de
pobreza, calculada de esa simplificada manera, a lo largo de diez años
entre el 2009 y 2018. Las que varían en ese periodo entre un 33,5 % y un
37 % de la población, según el trimestre considerado. En el cual a los
efectos de ponderar su tendencia, se ha tomado la media móvil de esos
porcentajes a lo largo de un año, o sea de cuatro trimestres.
Pudiéndose apreciar inusitadamente, que
esa tendencia en plena malaria económica del segundo y tercer trimestre
del 2018, logró perforar el piso de un 34,5 % de población bajo riesgo
de pobreza, lo que no había acaecido en los nueve años previos.
Cumpliendo además una franca tendencia declinante desde principios del
2017, durante siete trimestres sucesivos, como nunca se había registrado
antes.
A la par de que sus picos a partir del
año 2017 muestran una ostensible baja, al no trepar hasta un 37 % como
en años anteriores, sino estancarse en torno un 35,5 %. A la par de que
sus valles caen cada vez más abajo, con valores cercanos a un 33,5 %.
Brindando así un promisorio horizonte para el futuro, no obstante el
negro panorama económico que se observa en el presente.
La brecha de ingresos en supuesta caída
Otro dato notable es el referido al
clásico indicador de la desigualdad, consistente en la brecha entre el
promedio de ingresos per cápita familiar correspondiente al decil 1, el
más bajo de la población, y el decil 10, el más alto de ella. Tal como
se puede apreciar en el siguiente gráfico, ese indicador mejoró
notablemente en todo sentido, no obstante la malaria económica que
cundió en el segundo y tercer trimestre de este año.
Por un lado puntualmente, en el cuarto
trimestre del 2017 el mencionado indicador perforó el piso de 16 veces
resultante de esa relación. Consagrando una supuesta mejora en el nivel
de desigualdad social, como no había sucedido en los nueve años
anteriores. Y además su tendencia media móvil de un año, también se
puede decir que llegó al nivel más bajo de la década, al ubicarse en una
relación de 17 veces. Teniendo en cuenta que los registros previos que
superaron ese mismo nivel, que se dan entre el tercer trimestre del 2015
y el segundo trimestre de 2016, están afectados por la falta de datos
publicados en ese periodo, por lo que resulta errónea la tendencia que
marca la media móvil en esos periodos.
El índice de Gini en continua mejora
A ello se suma también la mejora
registrada en el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en los
ingresos. El que según el INDEC, como se puede apreciar en el siguiente
gráfico extraído del último de sus informes de distribución del ingreso,
mejoró notablemente en el segundo y tercer trimestre de este año,
respecto el primer trimestre, no obstante la malaria económica que se
precipitó durante estos últimos.
Como ostentando esa supuesta mejora,
dicho gráfico figura en las primeras páginas del informe trimestral del
INDEC, cuando antes estaba al final del mismo. Mostrando el mismo una
baja en la desigualdad (igualdad absoluta = 0) de 0,44 en el primer
trimestre 2018, a 0,424 en tercer trimestre 2018.
Representando estos dos puntos
decimales, una mejora de un 7 % de los ingresos en el sector más bajo de
la población, a costa supuestamente del sector más alto de ella. El
cual no obstante se encuentra muy lejos de los valores alrededor de 0,20
obtenido en algunos países europeos, donde la brecha de ingresos entre
los deciles 1 y 10, es solo de alrededor de 5 veces.
Todo lo cual parecería decir, que cuando
más malaria económica, Cambiemos ha logrado mayor igualdad, mediante
nivelar para abajo los ingresos de la población. Por su parte el
kirchnerismo puede argüir haber logrado una mayor igualdad aún, al haber
llevado el coeficiente de Gini a un nivel cercano a 0,36 en los años
2012 y 2015, tal como se puede apreciar en el siguiente gráfico
elaborado también por el INDEC.
Claro que como todas las cosas
complejas, el diablo se esconde en los detalles, dado que las cifras del
coeficiente de Gini del 2018, están referidas al ingreso per cápita
familiar, el cual es un indicador bastante ajustado de la situación
socioeconómica. Mientras que las del kirchnerismo sesgadamente, solo
están referidas a los ingresos de la ocupación principal, dejando así
arteramente de lado el reflejar la distribución del ingreso total.
Que dice la CEPAL respecto el kirchnerismo y Cambiemos
La Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) es un organismo perteneciente a la ONU, que
emitió recientemente un informe titulado “Medición de la pobreza por ingresos – Actualización metodológica y resultados”. Del
que se puede decir que reparte palos tanto para el kirchnerismo como
Cambiemos, no obstante que la prensa oficialista liderada por el grupo
Clarín y La Nación, con su característica ojeriza y superficialidad,
solo haya advertido los palos contra el primero de los nombrados.
Los palos de la CEPAL hacia el kirchnerismo
Respecto el kirchnerismo, la CEPAL expresa en la página 81 de su informe: “Las
estimaciones presentadas en este documento tienen dos puntos de
referencia con los cuales resulta natural efectuar una comparación: las
estimaciones de pobreza elaboradas por la CEPAL hasta 2015 y las
estimaciones oficiales nacionales. En cuanto a lo primero, en el cuadro
VI.1 se muestran los resultados correspondientes al último año para el
que se dispone de las estimaciones realizadas por la CEPAL sobre la base
de la metodología anterior… Entre los aumentos, el más significativo es
el que se presenta en la Argentina, donde el uso de las cifras de
inflación oficiales condujo a una subestimación de la pobreza.”
El cuadro señala en consecuencia que
mientras el gobierno argentino decía en el 2014 que la pobreza ascendía a
un 2,3 % de la población, la pobreza en realidad era diez veces mayor,
de un 24,9 %. O sea que hubo una subestimación de un 22,6 %, por efecto
del cálculo del costo de la canasta básica familiar, con las artimañas
utilizadas por el secretario de Comercio Guillermo Moreno.
En el siguiente grafico se visualizan en
forma de ranking esos números, mostrando que Argentina estaba
vergonzosamente situada en el medio de la tabla de la pobreza. No
obstante las riquezas con que cuenta, estando sus niveles de pobreza por
encima de países de mucho menor porte como Ecuador, Paraguay, y Panamá,
que la siguen por debajo.
Viniendo a continuación Brasil, Chile,
Costa Rica, y Uruguay, país que solo luce una pobreza del 4,5 % de su
población, cinco veces menor a la de Argentina. Mientras que solo era
superada por países que tienen una legendaria pobreza, que van desde
Venezuela hasta Honduras, pasando por El Salvador y Guatemala, etc.
A la par que las autoridades argentinas
de entonces decían que la pobreza era menor que la de Alemania, y que no
se dedicaban a contar pobres, porque era estigmatizante. No obstante
nutrir su base electoral de ese estamento, sobre el que el kirchnerismo
logró un gran predicamento, al haber mejorado clientelarmente las
condiciones de pobreza, sin crear en manera alguna las bases para
erradicarla.
Los palos de la Cepal hacia Cambiemos
Sin embargo, como si Argentina estuviera
atrapada sin salida en la ley de mal en peor, actualmente según el
mismo INDEC, la pobreza en el primer trimestre del 2018 trepo a un 27,3
%, y se anuncia que en el segundo semestre superará el 30 %. Volviendo
así a los niveles del 2do trimestre del 2016, que alcanzo a un 32,2 %,
siendo esta la primera publicación al respecto por parte del actual
gobierno. Quién asegura que valorará el éxito de su gestión, según la
pobreza que exista cuando cese su mandato, no obstante que hasta ahora
lo único que ha hecho es incrementarla.
Las crudas falacias instaladas por el
kirchnerismo respecto la inflación y la pobreza, le permitieron a
Cambiemos cuando asumió el poder hablar de un nuevo INDEC. Y declarar la
“emergencia estadística”, poniendo en duda todas las estadísticas
anteriores. Con la que prácticamente inauguró una nueva era estadística
a partir del 2016, en forma parecida a lo que hizo el kirchnerismo a
partir del 2003. Pero con trampas y maquillajes parecidos, aunque no al
grado ostensible y flagrante al que se llegó con el INDEC del secretario
de Comercio Guillermo Moreno.
En la nota MAS POBRES QUE NUNCA – El fracaso del kirchnerismo, macrismo, sciolismo, y delasotismo
publicada en agosto de 2015, se revelaron otras dos de las artes
cosméticas empleadas por el kirchnerismo, para maquillar la cuestión de
la pobreza. Una era la “calibración de la muestra”, o sea la
manipulación de la cantidad de personas atribuidas a cada decil, con el
corrimiento de ellas desde los deciles más bajos hacia los deciles del
medio, a los fines de mostrar que había menos pobres.
La otra eran las “imputaciones”, que es
el mecanismo estadístico que se emplea cuando hay omisiones de datos
respecto los ingresos monetarios en las encuestas de hogares y personas.
Y en consecuencia mediante diversos mecanismos -que requiere por
supuesto una gran honestidad intelectual que no brillaba en el INDEC del
kirchnerismo- se procura ponderar un valor para cubrir esa omisión,
para hacerlo intervenir en la muestra y en el cálculo estadístico.
Algo parecido a los “precios imputados”
en lugar de los precios “relevados” que manipulaba el ex secretario de
Comercio Moreno, para falsear los índices de precios y dibujar la casi
inexistencia de inflación. En base a precios acordados con fabricantes
por productos, que no figuraban en ningún comercio al no ofrecerse
masivamente en el mercado, y sin embargo intervenían en el cálculo
estadístico. Habiéndose quizás inspirado Moreno en la antedicha técnica
estadística de las imputaciones, para lograr ese cometido.
El mencionado informe la CEPAL en el “Capítulo V, Ingresos de los hogares”, desarrolla dos puntos al respecto, titulados “C) Imputación de ingresos por no respuesta”, y “D) Posibilidades de realizar ajustes por subregistro de ingresos”. Apuntando en el primer tópico (C): “La
no respuesta parcial, o limitada solo al ítem de ingresos, es otra de
las posibles causas de error en la estimación del ingreso medio. Esta
ocurre cuando en el proceso de entrevista se obtienen respuestas para
diversas secciones del cuestionario, pero no se logra obtener
información sobre los ingresos de las personas.”
“Dado que en este caso se conocen
algunos de los atributos socioeconómicos y demográficos de los
encuestados que no proveen el dato de ingreso, es posible comprobar que
la no respuesta al ítem de ingresos tiende a ser más elevada entre
aquellos que, a juzgar por esos atributos, tendrían los ingresos más
elevados, lo que genera un sesgo hacia la subestimación del ingreso
medio. Es de interés corregir la no declaración de información
relacionada con las principales corrientes de ingreso, por cuanto esta
afecta el nivel y la distribución del ingreso total de los hogares y,
por tanto, las estimaciones de la magnitud de la pobreza.”
Más adelante en el segundo tópico (D) vuelve sobre la cuestión diciendo: “Respecto
a la forma en que se distribuye el subregistro de ingresos en la
encuesta, la información indica que está lejos de ser proporcional a los
ingresos de los hogares. La comparación de los datos de encuestas con
los obtenidos de registros administrativos muestra que la subcaptación es más relevante en los extremos superiores de la distribución, lo que se explica por la ausencia de perceptores de ingresos altos en la muestra (truncamiento).”
En consecuencia el informe justifica la
imputación de ingresos no declarados, en base un proceso aleatorio,
mediante tomar los datos de un “donante”. Previo efectuar una rigurosa
partición de la muestra, en base a “la consideración simultánea de
ocho variables, generalmente correlacionadas con el nivel de ingreso: el
área geográfica, la jefatura del hogar, el sexo, la edad, el nivel
educacional, la categoría ocupacional, la rama de actividad económica y
el tamaño del establecimiento”. Procedimiento que seguramente no respetaba el INDEC durante el kirchnerismo.
Y en una nota al pie el mencionado informe aclara: “Anteriormente la CEPAL empleaba el método de “medias condicionadas”, según el cual se asigna a la observación faltante el valor medio de la partición, en lugar de un valor aleatorio. Esta práctica presenta el inconveniente de reducir artificialmente la dispersión de los datos, razón por la cual fue discontinuada”.
Pero esto es precisamente lo que hace el nuevo INDEC,
dirigido por el licenciado en Economía Jorge Todesca, al aparecer en
cada uno de los cuadros de la distribución del ingreso que publica, la
siguiente leyenda: “Nota: para minimizar el efecto de la no respuesta se asignó a los no respondentes el comportamiento de los respondentes por estrato de la muestra”.
Siendo estas notitas al pie, la técnica
que usan los profesionales de ciencias económicas, para dejar
disimuladamente salvada su responsabilidad civil, penal, o funcional que
tienen, respecto alguna falsedad o inconsistencia oculta en sus
balances o informes. Con los que el INDEC del licenciado Todesca, trata
de brindar un panorama de la desigualdad social y la pobreza, que igual
que durante la vigencia del kirchnerismo, está muy lejos de ser tal.
Lo cual en este caso se ve agravado por el enorme e inexplicable retraso de más de un año
que tiene el INDEC, en brindar la información respecto la distribución
del ingreso de los distintos aglomerados urbanos, cuando esa información
antes la brindaba junto con la del Total del país, al finalizar el
trimestre siguiente. A la par que discontinua la denominación de ellos,
dejando de referirse al Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Rosario,
etc.
Dejando así la sospecha de que pese a
tratarse de información desagregada, con la que se obtiene el agregado
de Total País, la misma requiere ser retocada laboriosamente a los
efectos de ajustarla o cuadrarla a ese total. Brindando así a destiempo
información sospechosa y tardía, que de nada sirve para la toma de
decisiones en tiempo real.-
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