LA GRAN APOSTASÍA
- "Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres" (Mt. V, 13).
- "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?" (Lc. VI,39).
- Sin la apostasía mayoritaria del clero no habría la apostasía universal profetizada en la Palabra de Dios.
Si en
determinados casos se permite la comunión a los divorciados vueltos a
casar que viven, por lo mismo, públicamente en amasiato (Amoris Laetitia), si se dan los sacramentos a quienes han decidido aplicarse la eutanasia atentando -como homicidas- contra su vida*,
cada vez se irán abriendo más y más las puertas a otros sacrilegios -en
otros casos y clases de faltas graves contra los Mandamientos de Dios-
De quienes viven en constante pecado mortal, sin arrepentirse ni cambiar
de vida y se acercan indignamente a comulgar. Se inicia entreabriendo
una rendija a la herejía doctrinal contra la Palabra de Dios y a la
abominable práctica sacrílega, para después ir -poco a poco- abriéndola
más y más hasta que -finalmente- quede totalmente abierta. Para culminar
la traición, acabarán ofreciendo el Cuerpo de Cristo no sólo a los
pecadores empedernidos sino también a quienes no profesen íntegra la fe
católica.
Es la lógica consecuente de la herejía que va por todo. Es la
nueva traición a Cristo que conduce a la apostasía general profetizada
en las Sagradas Escrituras. Dijo Cristo: "Cuando vuelva a la tierra, ¿os
parece que hallaré fe?". Lc 18,8.
Tú, estimado lector-amigo, ¿te dejarás
guiar por ciegos que -en tal caso- te llevarán al precipicio eterno? Hay
guías ciegos que pecan por omisión (los que callan y toleran) y los hay
que pecan por acción (los que promueven y aprueban la herejía y el
sacrilegio). Ambos participan, de diferente forma, en esta nueva
traición a Cristo. Por ello solo hablan de "misericordia" (sin necesidad
de arrepentimiento, propósito de enmienda, Confesión y penitencia) y
poco o nada del pecado, ni del infierno para quien muera impenitente EN
sus graves pecados.
*NOTA:
Las nuevas y sacrílegas directrices pastorales de las diócesis
canadienses del Atlántico permiten -sin ningún derecho- que los
sacerdotes den la Comunión, la Extremaunción y absuelvan de sus pecados a
los que pretenden suicidarse con auxilio médico, según la ley
canadiense. La decisión será tomada por cada sacerdote, después de un
«encuentro pastoral» con el interesado y su familia (ver AQUÍ).