miércoles, 15 de febrero de 2017

2DA.PARTE-CAP.XVI EL INFORME DE MORGENTHAU SOBRE POLONIA -XVII POLONIA ENCADENADA POR LA CONFERENCIA DE LA PAZ


XVI EL INFORME DE MORGENTHAU SOBRE POLONIA 
XVII POLONIA ENCADENADA POR LA CONFERENCIA DE LA PAZ 
De la cuestión judía norteamericana hasta la polaca, parece mediar un abismo. Ya que los norteamericanos, a los fines de su propaganda, se refieren siempre de preferencia a Polonia, y según cierto plan preparando por uno de sus hermanos de raza se introducen aquí 250.000 judíos polacos y finalmente, porque el pueblo polaco ha hecho sus especiales experiencias sobre el plan mundial judío, resulta que a este respecto, Polonia puede dar una lección a los Estados Unidos. 
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Tanto mas cuanto que apenas es posible leer cualquier diario norteamericano sin descubrir en sus columnas las huellas de una propaganda hebrea anti-polaca, que sirve para desviar nuestra mirada de lo que ocurre en el puerto de Nueva York. Si algún lector nos objeta que dejemos de hablar siempre de Polonia y hablemos más bien de Norteamérica, es que esta persona piensa acerca de Polonia tal como los hebreos desean y cuya ideología judaizada, le torna hasta cierto punto incapaz de comprender claramente la cuestión hebrea en Norteamérica. Es imprescindible que busquemos en nuestra patria al millón de personas que con tanta premura vienen desembarcando en nuestras costas, que veamos lo que estas gentes hacen y que hagamos constar en que se fundan realmente, las muchas quejas sobre persecuciones de los hebreos en Polonia. 
Existen acerca de este punto cinco testimonios oficiales que fueron publicados por los gobiernos de Gran Bretaña y de los Estados Unidos, respectivamente. Es uno de ellos el informe de Mr. Morgenhau sobre los trabajos de la Delegación norteamericana en Polonia para averiguar la situación de los hebreos en aquel país. Agregado a dicho informe existe una minoría detallada del miembro de la citada Delegación, general de brigada Jadwin . t 
Planea cierto misterio sobre el referido documento. Pese a haber sido impreso para la publicidad, se hizo en extremo raro, pareciendo como si de la noche a la mañana hubiera desaparecido. El ejemplar del que se extraen los párrafos que siguen, pudo adquirirse con suma dificultad. Su autor, Morgenthau, jefe de la Delegación yanqui, que actuó en Polonia desde el 13 de julio hasta el 13 de septiembre de 1919, es el ex embajador en Constantinopla, y persona de gran fama personal y publica. Estriban las causas de la escasez de este folleto en que los hebreos no están satisfechos del mismo, pues dice la verdad pura y simple acerca de los hebreos en Polonia. 
Cuando partió de Polonia la Delegación yanqui, llego otra inglesa, bajo la jefatura de cierto hebreo inglés, llamado Stuart Samuel que residió allí hasta diciembre. El actual Alto Comisario en la Palestina, Herbert Samuel, es hermano de este judío inglés . Con Stuart Samuel iba el capital Wright, que redacto un anexo. Los dos documentos, junto con una carta del embajador británico en Varsovia, Rumbold , fueron enviados al gobierno de Londres. Solo uno de estos cinco informes "cayo en gracia" a los hebreos norteamericanos: el de Stuart Samuel. Publicóse textualmente en los diarios, y hasta en forma de manifiesto de cierto congreso judío-norteamericano. Puede adquirirse en todas partes y en la cantidad deseada, pero ningún otro. ¿Por qué? Porque los informes restantes tratan el asunto con imparcialidad y desde todos los puntos de vista. Si llegasen a ser del dominio publico, se descubriría la propaganda en pro de la enorme inmigración de hebreos polacos con perspectivas totalmente distintas de las que se extienden hoy ante nuestra vista. 
A fin de que el lector pueda formarse un juicio personal, copiaremos las declaraciones respectivas de los cinco informantes y las cotejaremos, donde traten de los puntos primordiales. Aparecerán así claramente las coincidencias y divergencias respectivas. 
1. SOBRE "PERSECUCIONES" EN GENERAL 
Dice, Samuel : "En general, los polacos son de naturaleza sencilla , y si las actuales campañas de prensa fueran reprimidas con mano fuerte , los hebreos podrían, como en los anteriores ocho siglos, vivir en buenas relaciones con sus compatriotas".
 Llama la atención la ligereza con que habla Samuel de la represión a la prensa. Obtuvo ahora la prensa polaca aquella libertad de la que la judía Polonia siempre gozo. Cuando escribe francamente sobre los hebreos, propone Samuel represiones con mano fuerte. A Inglaterra, donde la prensa vuelve también a obtener la libertad de crítica, no se atrevería probablemente Samuel a proponerlo. Expresa sobre la prensa hebrea en Polonia Israel Friedlaender : "La prensa hebrea se desarrollo rápidamente al impulso civilizador de los semitas, en Polonia. Puede deducirse la magnitud de su influencia del hecho (que incomprensiblemente señalan los polacos en son de reproche), de que el principal diario israelita de Varsovia tenia, hace pocos años, una tirada mayor que el resto de la prensa polaca en conjunto". 
Informa Morgenthau : "Se excitaban los soldados ante el rumor de que los judíos eran bolcheviques, en tanto que en Lemberg se dijo que los hebreos hacían causa común con los ucranianos. Fueron estos excesos, pues, tanto de carácter político, como antisemita". 
"Así como los judíos considerarían sumamente injusto que se les juzgase en su conjunto de raza, a raíz de hechos aislados de unos pocos correligionarios, seria también injusto juzgar a la nación polaca en su totalidad por las violencias perpetradas por tropas indisciplinadas o bandas aisladas de la plebe. No estaban estos excesos preparados manifiestamente, porque de haber formado parte de un plan premeditado, se habrían elevado a miles el número de victimas, en tanto que, en realidad, no se trata más que de unas 280. Deben considerarse estos excesos como resultado del profundo sentimiento antisemita acrecentado por la creencia de que los habitantes hebreos profesaban sentimientos hostiles al Estado polaco". 
Manifiesta el embajador Rumbold : "Los judíos pretenden explicar la imaginación enfermiza de los de su raza, diciendo que se trata de un pueblo oprimido y perseguido... Esta afirmación, aceptada en teoría, tiene en si muchas ventajas, salvo la de su veracidad. Si tenemos en cuenta lo que les ocurrió en estos últimos tiempos a otras "minorías de raza, religión y lengua", no se nos presenta el judo como el pueblo mas perseguido, sino por el c o n r a rio , c o m o el m a s f a v o r e cid o d e E u r o p a . t 
Hace constar el general Jadwin que la grita de persecuciones no debe apreciarse sino como medio de propaganda, y afirma: "Los desordenes de Lemberg, producidos desde el 21 al 23 de noviembre, tal como los excesos en Lituania, se trocaron en arma para una propaganda antipolaca. La Oficina de Prensa de los países centrales, cuyo interés era desacreditar a la Republica polaca, permitió la publicación de informaciones periodísticas, según las cuales, testigos oculares calculaban el numero de victimas entre 2.500 y 3.000, aunque según declaración de las juntas locales hebreas ascendieron cuando mucho a 76". Y dice mas adelante: "Tal como los demás gobiernos, independientes del mundo, Polonia esta también expuesta a una propaganda política e internacional emanada de la guerra. La inflación, supresión o invento respectivamente, de noticias de actualidad, el soborno de diarios por todos los medios, y la perversión de los órganos públicos mediante influencias ocultas, todos los medios, en fin, de una intencionada propaganda, constituyen una amenaza, bajo la cual Polonia debe sufrir especialmente". 
Es esta propaganda así caracterizada, desde luego, total y típicamente hebrea. 
Morgenthau calcula el numero de judíos muertos en 268, en tanto que Rumbold habla únicamente de 18 dentro de "Polonia propiamente dicha", los restantes murieron en desordenes de la zona de guerra. Samuel, señala en 348 el total de muertos. 
2. CAUSAS GENERALES DE LOS DESORDENES ANTI-JUDIOS ANTES DE LA GUERRA 
Dice Stuart Samuel al respecto: "Los hebreos residentes en Polonia y Galitzia suman unos tres millones. La opinión pública se había excitado contra ellos a causa de la declaración de un violento
boicot, que data de la época posterior a las elecciones parciales de la Duma, realizadas en Varsovia en 1912. Las relaciones comerciales entre Polonia y Rusia fueron siempre muy importantes, especialmente en manos hebreas, y no solo en cuanto al comercio de artículos de exportación, sino también en lo referente a su fabricación. Era un monopolio judío la fuerza propulsora en casi todos los negocios. La mayoría de los agentes rurales, al servicio de la nobleza polaco, pertenecen a la raza hebrea. Merece atención, también, el hecho de que las clases medias de la población están formadas, casi en su totalidad por judíos. Por encima esta la nobleza, y por debajo la población rural. Las relaciones de los hebreos con los campesinos son satisfactorias. Los aldeanos no saben leer los diarios, por cuya razón sucumben fácilmente al antisemitismo al militar en el ejército. Dícese que no es extraordinario el que aldeanos polacos recurran al fallo de los juzgados rabínicos o judíos". 
Resulta, entonces, que los hebreos en Polonia gozaban de una posición muy favorable . Compárese al respecto lo que dijo Samuel acerca del mismo asunto al principio del presente capitulo. 
En lo que respecta a lo dicho por Samuel sobre el monopolio comercial hebreo en Polonia, añade Rumbold : "Podría suceder que se interpretara erróneamente lo expresado por Mr. Samuel acerca de su apreciación de la parte que antes de la guerra tenían los hebreos en las relaciones comerciales ruso-polacas, y con respecto a las industrias del país, mas resulta que la mayoría de las mercaderías exportadas de Polonia fueron comerciadas por los hebreos, y que solo un pequeño porcentaje de las mismas fue fabricado por ellos". 
Expresa el capital Wright : "En Polonia, hasta la ultima generación, todos los comerciantes fueron hebreos. Los polacos han sido labriegos o terratenientes, respectivamente, abandonando el comercio a los hebreos. Todavía hoy resulta que mas de la mitad, acaso las tres cuartas partes de los comerciantes son hebreos. Tanto en las capitales, como en las aldeas, consta que los hebreos orientales no son casi nunca productores, sino solo intermediarios... Desde el punto de vista nacional-económico parecen siempre los judíos como mercaderes , jamás como p r o d u c o e s de valores, ni siquiera como manufactureros; son en especial traficantes en dinero. Con el tiempo, se hicieron dueños de la totalidad del comercio y del trafico, y a partir de entonces no trabajaban en nada". t r
Añade Wright a lo dicho por Samuel acerca de los agentes rurales: "Es Polonia un Estado agrícola; pero los hebreos orientales, contrariamente a sus hermanos occidentales, desempeñan un rol muy importante en la agricultura. Cada aldea, cada alquería, posee su judío propio, que se asienta en una especie de trono hereditario. Se encarga de la venta de los productos de los campesinos, y les tramita sus compras en la capital. Todo terrateniente o aristócrata polaco tenía así su judío propio, que tomaba a su cargo lo concerniente al comercio, que administraba la parte mercantil de la alquería, que facilitaba dinero a su dueño... Además, casi todos los habitantes de las poblaciones rurales son semitas, haciendo de traficantes en cereales y pieles, de traperos y de negociantes al por menor". 
Dice este mismo testigo, con respecto a la clase media: "Es instructivo imaginar el probable aspecto que ofrecería Inglaterra, si viviera en condiciones iguales. Al llegar a Londres, observaría el forastero, de cada dos o tres habitantes, un hebreo; todos los barrios bajos estarían habitados exclusivamente por semitas; en ellos, cientos de sinagogas. Observaría en Newbury que toda la ciudad era judía, con todos sus carteles y letreros pintados con letras hebreas. Llegando al condado de Berkshire, hallaría como único tendero en la mayoría de sus aldehuelas a un hebreo y que estas aldehuelas en su mayoría estaban compuestas por chozas hebreas. Casi todas las fábricas en Birmingham estarían en manos semitas y dos de cada tres negocios ostentando rótulos hebreos". 
Se esforzó Wright por dar a sus compatriotas ingleses clara idea plástica de cual es realmente la situación en Polonia, y de cual debe ser necesariamente el ánimo popular. Por ello la prensa judía
se enfureció enormemente. El informe de Samuel , en cambio, es notable por los numerosos detalles que cita y por los escasos que interpreta. 
3. CAUSA GENERAL DE LOS DESORDENES A CONSECUENCIA DE LA GUERRA 
Dice Samuel : "La similitud idiomática con el alemán se debe a que durante la ocupación del país por los germanos, los judíos fueron utilizados en varias ocasiones frente a los polacos. Fueron acusados por esta razón de estar en connivencia con los alemanes... Desaprobó el gobierno oficialmente el boicot; mas, al parecer ocurrieron perjuicios en la ocupación alemana. Advierto que numerosos judíos, que habían prestado servicios en aquel tiempo, fueron despedidos, sin volver a ser empleados; en cambio no descubro pruebas de idéntico proceder para con muchos polacos". 
Rumbold expresa: "El parecido del "yidisch" con el alemán, expresa haber sido la causa de que durante la ocupación de Polonia los alemanes utilizaran a gran numero de hebreos, aunque se hubiesen podido hallar infinidad de polacos con cabal conocimiento del idioma alemán. Consistió la diferencia en que los polacos servían a los alemanes, a quienes consideraron enemigos suyos, con disgusto". 
Declara al respecto el general Jadwin : "En el transcurso de la ocupación de Polonia por los alemanes, tanto el carácter germanizado del idioma judío como la rapidez de ciertos elementos hebreos en relacionarse con los vencedores, indujeron al enemigo a que utilizara a los judíos en calidad de agentes para determinados objetos, ofreciéndoles no solo especial protección, sino también la promesa de su autonomía . Afirmase que los hebreos especularon en víveres, lo cual fue favorecido por los ejércitos ocupantes para facilitar su exportación a Alemania". Quiere esto decir, entonces, que fueron también los judíos intermediarios para el robo de víveres a un pueblo. 
Manifiesta el capitán Wright : "La edad de oro y el triunfo de los hebreos acontecieron en el transcurso de la ocupación de Polonia por los alemanes. Los hebreos de Polonia están a menudo germanizados por el corrupto alemán que hablan, y hablando alemán se viaja por toda Polonia. En colaboración con semitas administraban todo el país oficiales y funcionarios alemanes. Fueron los judíos en cada región administrativa los instrumentos de los alemanes, dándose el caso de que los hebreos pobres se enriquecían rápidamente. Mas a pesar de su aparente germanización, no resulta cierta la inculpación de los polacos, de que los hebreos fueran adictos a los alemanes ... sino que el foco del semitismo no siente por Alemania mayor lealtad que por Polonia . Los hebreos de Oriente son hebreos, y nada más que eso."Parecía evidente que uno de los imperios, Alemania o Rusia, habría de salir vencedor, y los hebreos, que habían apostado sobre ambos , estaban persuadidos de su éxito. Mas resulto que quien salía triunfante era Polonia. No pueden acostumbrarse los judíos a su restitución ni siquiera hoy, y uno de ellos me confeso que todo esto parecíale un sueño". 
4. EL BOICOT, UNICO MEDIO POLACO PARA LIBRARSE DE LA ESTRANGULACION HEBREA 
Dice Samuel : "Data este boicot desde las elecciones a la Duma, en 1912. En el transcurso de la guerra y a causa de la escasez existente, disminuyo mucho; pero con el Armisticio volvió a renacer en toda su violencia anterior. Existe en general un fuerte boicot particular, social y comercial de los judíos, avivado constantemente por la prensa polaca". Cita luego Samuel el ejemplo de como la prensa polaca estigmatizo duramente el nombre de una condesa polaca, que vendió dos casas a judíos. 
Es el caso de citar el hecho de que poco ha ocurrieron también en Norteamérica desordenes de índole racial a raíz del proceder de ciertos insignificantes sindicatos hebreos, que especulan en fincas, y que en el centro de los barrios que apetecían compraron una casa y desalojaron a los
inquilinos, instalando en ella a familias negras. Aprovechaban así el antagonismo de razas para desvalorizar el precio de las fincas de todo un barrio , y poderlo adquirir después a bajo precio. Tal vez existan en Polonia condiciones parecidas, que hagan aparecer la venta de terrenos a israelitas como traición contra la propia raza. "El antagonismo de razas" no ofrece, empero, suficiente explicación de este fenómeno, sino que algo mas profundo rebullo en el problema. 
Consistía el boicot en un mutuo acuerdo entre polacos de no vincularse comercialmente sino con polacos. Los hebreos eran numerosos, ricos e influyentes en todos los ramos comerciales. En realidad, aunque no formalmente, son propietarios de todos los solares de Varsovia. Este "boicot", cuyo nombre de polaco es "cooperativa", lo transforman y desfiguran los hebreos, declarando que son persecuciones. 
Rumbold dice al respecto: "Es preciso recordar que los polacos, bajo la influencia de modificaciones económicas y por el hecho de que desde 1832 no podían ocupar puesto públicos, tuvieron que dedicarse por fuerza al comercio. A partir de este momento surgió cierta competencia entre la población polaca y la hebrea en Polonia, competencia que se agudizo al permitir el gobierno ruso la fundación en Polonia de cooperativas. Aumenta constantemente el movimiento cooperativo en Polonia, y es indudable que esta llamado a constituir un factor prominente en el desarrollo económico polaco, perjudicando indirectamente la preponderante posición del intermediario hebreo en Polonia. 
"Podría el gobierno polaco suprimir ese boicot mediante leyes y decretos. Pero debo llamar la atención sobre el detalle de que esta fuera del alcance de un gobierno obligar a sus súbditos a vincularse comercialmente con quien no quieran hacerlo". 
M o r g e n h a u juzga también el asunto desde un punto de vista mas justo que su correligionario británico, informando: "Numerosos comerciantes hebreos pretenden ver una forma de menosprecio perjudicial en la fundación de comercios cooperativos. Es preciso reconocer en ellos un esfuerzo legislativo para limitar la actuación excesiva y por lo consiguiente las cuantiosas ganancias de los intermediarios. Por desgracia, se recomendaron dichos comercios al implantarse en Polonia, como un medio adecuado para eliminar al traficante israelita. t
Ese proceder indujo a los hebreos a la creencia de que la implantación de las cooperativas constituía un ataque contra ellos. Aunque es posible que los sentimientos antisemitas hayan representado cierto rol en ello, resulta, empero, que el sistema de cooperativas representa una forma de actuación nacional-económica, cuya aplicación es completamente licita en toda comunidad". 
En efecto, no resulta muy difícil luego de conocidas las apreciaciones y juicios de estos cinco personajes, formarse una idea exacta de la situación en Polonia. Ochocientos años hace que abrió Polonia sus puertas a los hebreos perseguidos en toda Europa. Se congregaron allí, gozando de amplísima libertad, pudiendo constituir un "Estado dentro del Estado", ya que en todas las cuestiones hebreas poseían autonomía absoluta. Se relacionaban con el gobierno polaco solo por intermedio de portavoces o representantes electos. Los polacos les fueron indulgentes, no experimentando contra ellos prejuicios de índole religiosa, ni racial. Después, Europa cayó sobre Polonia, destrozándola, hasta el extremo de no existir sobre Polonia sino en los corazones de sus hijos. En esta época de humillación polaca lograron los judíos enorme poderío, dominando a los nativos hasta que en sus hogares. Sobrevino la guerra mundial, y con ella la promesa de la restitución y liberación de una Polonia independiente. Los hebreos no simpatizaron con esta restitución, porque jamás fueron amigos de los polacos. Estos lo advirtieron perfectamente, y cuando luego de firmado el Armisticio se vieron libres de manifestar abiertamente sus sentimientos, así lo hicieron. Ocurrieron muchos acontecimientos deplorables, aunque no inexplicables, y de ahí que los hebreos, según afirmación expresa de los polacos, lucharon contra el país que durante ocho
siglos les había brindado hospitalidad. 
Demuestran estos hechos en forma fehaciente la grave injusticia que la propaganda hebrea antipolaca en Norteamérica comete contra Polonia. Más este era su primordial objeto. Fué un objetivo secundario el de cegar al pueblo yanqui ante los hechos verdaderos y hacérselos ver distintos como son, para que Norteamérica tolere pacientemente la enorme afluencia actual de israelitas polacos. 
XVII POLONIA ENCADENADA POR LA CONFERENCIA DE LA PAZ 
Puede resumirse la fundamental diferencia entre los informes de S u a r t S a m u el por un lado y de los demás informantes ingleses y norteamericanos, incluyendo a Morgenthau , por otro, acerca de la situación de los hebreos en Polonia, en la formula de que buscan estos últimos las causas que motivan los hechos actuales, lo que omite Mr. Samuel .
En realidad existen disidencias entre los hebreos y otros pueblos, que se pueden constatar por doquier, pero el mundo se entera de tal estado de cosas únicamente en caso de que empiece a molestar a los judíos. Allí donde el plan judío de sojuzgar a los pueblos no-judíos marche fácilmente, no se sabe en absoluto. Los no-judíos ¡que se lamenten, que protesten, que se subleven todo lo que quieran! No se instituirá nunca en su ayuda ni la más insignificante comisión investigadora internacional. Pero no bien el judío tropiece con la mínima resistencia contra su proceder hostil, se alza en el mundo entero inmediatamente el clamor de "persecuciones". Ocurrió así cuando los polacos, tomando por ejemplo la firme mancomunidad de la minoría hebrea, empezaron a fundar a su vez las cooperativas polacas, que en seguida se conceptuaron de "antisemitas" y se transformaron en "persecutoras de los judíos". De inmediato los hebreos residentes en las cuatro partes del mundo crearon una propaganda antipolaca tan general, como odiosa e injusta. Se caldearon los ánimos, ocurrieron deplorables violencias y la lucha aun no ceso. Las informaciones periodísticas sobre las violencias cometidas por los polacos contra los hebreos, suelen siempre limitarse a la referencia de hechos descriptos con multitud de horripilantes detalles. Cierto es que los judíos también han sufrido. ¿Quien pretenderá excusar la injusticia cometida hasta con el más ruin de los seres humanos? La muerte de una sola persona, el maltrato de una sola familia, es un crimen. Malo seria que la humanidad, engañada por la acumulación de tales noticias, perdiera el sentimiento de lastima frente a ello. Mucho sufrieron todos los pueblos europeos; mas de todos sus sufrimientos oímos hablar mucho menos que de aquellos, en su mayoría imaginarios, de los hebreos. Se impone involuntariamente la pregunta: ¿Por que motivos y razones se cometen estos saqueos y persecuciones? ¿Es que se inclinan a ello los polacos por naturaleza? ¿Son esos hechos un frecuente detalle en los 800 años de convivencia judeo-polaca? Tal no es el caso. Entonces, ¿que causas provocan este moderno cambio de cosas? 
Se esforzó Morgenthau por descubrir estas causas, si bien en menor grado que sus colaboradores no-judíos. Fue su informe, en cambio, ocultado por el judaísmo norteamericano, porque no concordaba con la propaganda antipolaca por aquella puesta en escena. El capitán Wright , que profundizo seriamente en el asunto para facilitar a sus compatriotas un juicio exacto acerca del asunto de los judíos polacos, fue injuriado. Y es que no se deseaba una aclaración imparcial del problema, sino que se precisaba una conmiseración sentimental para con los hebreos y una predisposición contra los polacos. 
M o r g e n h a u , verbigracia, no emplea la palabra "pogrom" diciendo: "Evita intencionalmente la delegación el termino "pogrom", porque el mismo puede aplicarse tanto a la mas mínima ofensa, como a matanzas en masa preparadas y perpetradas deliberadamente". 
Coinciden todos los informes en un solo punto: en que el número de los hebreos asesinados resulta
infinitamente menor de lo que la propaganda semita había indicado . En el sector de Polonia donde no hubo tantos disturbios, se eleva el número de hebreos inocentemente a 18. Para todo el territorio polaco y en el tiempo durante el cual este fue escenario de acciones bélicas, admite Stuart Samuel que solo pudo hacer constar 18 asesinatos de israelitas. Dice el capitán Wright : "De acuerdo con mis cálculos, no se ultimaron inocentemente mas de 200 o 300 personas. Uno solo de dichos casos seria ya demasiado; pero cuando tomamos esta cifra como medida de los excesos cometidos contra los hebreos, mas bien me asombra la insignificancia que la magnitud de la misma". Expresa el embajador Rumbold : "Si esos excesos hubieran sido atizados u organizados por las autoridades civiles o militares, es posible que el numero de victimas hubiese sido mucho mayor". 
Fueron bastante graves los acontecimientos de Lemberg. Insinúa Stuart Samuel que corresponde la culpa de ellos sólo a los polacos. Los demás informantes que examinaron el caso, refieren que el gobierno polaco hizo todo lo posible por reparar el daño y evitar la repetición de tales incidentes. No obstante ello, se lee siempre en los diarios que miles y miles de pobres hebreos son inocentemente sacrificados en Polonia. 
Por orden del comandante de la plaza, se ejecutaron en Pinsk 35 judíos, sin previo fallo judicial. Dice al respecto el general Jadwin : "No se les puede probar participación en el hecho a ningún alto funcionario militar ni civil, ni tampoco a los polacos que residen en esta parte de Rusia blanca". 
Se suele olvidar generalmente en los Estados Unidos que, todavía en Polonia existe hoy (1920), una especie de estado de guerra. Constituye Polonia, al menos sobre el papel, una nación independiente. Esta empero, solo puede sostenerse luchando. El bolcheviquismo la amenaza siempre. Dondequiera que los ejércitos rusos irrumpieran en el país, serian simpáticamente acogidos por los hebreos.  Este hecho, innegable hasta en los Estados Unidos, explica por que los comunistas simpatizan más con los judíos que los polacos. Al rechazar estos a las tropas rojas, hallaban en todas partes instituciones soviéticas instaladas por los hebreos como si hubiesen sido ya preparadas de antemano ¡No es de extrañar, entonces, que frente a tales hechos los polacos sigan desconfiando de los judíos! 
No quisieron los judíos naturalizarse polacos: de ahí provienen todas las desavenencias. Lo insinúa Samuel al decir: "En diversas oportunidades se excito la ira de los soldados y de la población polaca por la exigencia hebrea de constituir los judíos una nacionalidad propia frente a la nacionalidad polaca". Se expresa Morgenthau con mayor claridad, expresando: "Condujo esto a conflictos con las declaraciones nacionalistas de ciertas organizaciones hebreas, que exigen independencia y autonomía nacionales y culturales, y también, la ayuda financiera del Estado Polaco". 
El capital Wright facilita la mejor descripción de la situación, diciendo: "Consiste el programa judío en Polonia en que se certifique a todos los hebreos residentes en Polonia y se les trate como tales. Pretenden elegir su propia representación semita con amplísimas facultades legislativas y contributivas, representación que podría por ejemplo, decretar un impuesto general para fines de la emigración judía. El Estado polaco tendría que entregar a esta representación legislativa una suma correspondiente a las necesidades hebreas de beneficencia y financieras. Tendría que concedérseles también todos los consejos municipales y asamblea legislativa nacional, las bancas que corresponden a su población. De acuerdo con esto, la sexta o séptima parte del Parlamento polaco se compondría de hebreos elegidos solo por hebreos. Exigen, además, juzgados especiales judíos, o por lo menos el uso del yidisch en la jurisdicción. Pero la pretensión más grande tiende a la completa autonomía nacional, tal como esta fue concedida en Ucrania por el "Rad Central" con fecha 9 de enero de 1918. Forman los judíos, según esta, una nación con soberanía absoluta, imprimiéndose los billetes de Banco, admitidos entonces, en textos hebreos y ucranios". 
Se inquiere a veces por la veracidad de los Protocolos de Sión. ¡No se presenta automáticamente
allí donde los hebreos luchan por el poder político, o donde lo lograron? Presentase en la literatura rabínica, en las pretensiones hebreas en los Estados Unidos, en las exigencias hebreas en los países balcánicos. También aporta el proceder de los judíos en Rusia una prueba contundente. Cada fase de la historia moderna hace aparecer a los "Protocolos" como el ideal y el programa práctico hebreos. 
¿Cuantos norteamericanos, a quienes se pretende inducir a que adopten una posición benévola hacia los 250.000 judíos polacos inmigrados, oyeron decir algo de este plan israelita en Polonia? ¿Se supone, acaso, que estos inmigrantes judíos procedentes de Polonia se despojaron de sus ideales en el puerto de Nueva York? 
A fin de tornar comprensible dicho plan a sus compatriotas ingleses, el capital Wright (cuyo informe siendo como es un apéndice del de Samuel , profusamente repartido en Norteamérica, se nos suprimió del todo) saca a colación: "Si los hebreos de Inglaterra, cuando fuesen veinte o treinta veces más numerosos, exigiesen que el Consejo de Inspección semita obtuviera amplias facultades, incluyendo el derecho de establecer contribuciones para su emigración, y, además que en los Municipios en la Cámara de los Comunes y de los Lores se reservaran bancas a determinado numero de representantes judíos; si el presidente de Asuntos Escolares les debiera pagar cierta suma, y si algunos hebreos exigiesen juzgados especiales judíos, o por lo menos el uso de su rara parla ante los juzgados ingleses, y si anhelasen los exaltados que los billetes del Banco de Inglaterra se imprimiesen con texto hebreo e inglés, es indudable que tales exigencias no despertarían grandes simpatías en el pueblo británico". 
Debe hacerse constar el hecho de que los miembros hebreos de las delegaciones informantes inglesa y norteamericana suprimieron estas reflexiones, y que el mundo no las llego a conocer, sino por los colaboradores no-judíos de aquellos. Es preciso recordar también que la prensa judaizada defraudó completamente el informe de Wright , aunque haciendo creer que reproducía verídicamente los resultados alcanzados por la delegación británica. Cuando citóse el nombre de Wright , fué sólo en todo de insulto o de desdén. 
La Conferencia de la Paz no considero de su obligación establecer unidad y concordia en Polonia. Muy por el contrario: sembró discordias que perduraran mientras subsista la vigencia de dicho Tratado. Dice su art. 11: "Se prohíbe obligar a los hebreos a cualquier obra que implique un agravio contra la santificación de su sábado. No deberá tampoco redundar en su perjuicio, el que se nieguen a participar los sábados en una sesión judicial, o a cumplir con un precepto legal… Declara Polonia su asentimiento a abstenerse a celebrar escrutinios generales o locales en sábado. No deberán hacerse en sábados los censos para elecciones u otras estadísticas". Vale decir, que a Polonia se le prohíbe realizar elecciones o censos en un sábado. El s á b a d o m o s aic o c o n s tit u y e la festividad legal . Depende de ella el gobierno y los juzgados. El domingo ¡haced lo que queráis, escrutinios o censos, como se hace en Polonia y Alemania! Más no en sábado. Es el día de Judas...  
Hizo la Conferencia de Versalles con Polonia, lo que los bolcheviques con Rusia: instituyó el sábado mosaico como fiesta legal. 
Y los mismos elementos que fueron beneficiados con tan extraña implantación de costumbres rituales hebreas en la legislación de un país eminentemente católico, con la ayuda eficacísima del presidente de los Estados Unidos, son los que afluyen ahora por millares y millares a nuestras costas. No es de extrañar que en ellos tome cuerpo la creencia de que si nuestro Presidente sojuzgo a Polonia bajo la voluntad judía, seria justo y posible lo mismo también en América. 
Se instituyeron, además, en Polonia, legalmente, escuelas especiales para niños hebreos. Si hasta entonces, Polonia había sufrido de la falta de una educación escolar uniforme, en la que se le enseñaran a la juventud polaca los ideales polacos en idioma polaco, fue la Conferencia de la "Paz"
la que consagro a perpetuidad la falta. 
Se utiliza en el citado art. 11, el concepto "los hebreos", en tanto que en el art. 9 dice el concepto correspondiente "los ciudadanos polacos". Se pueden evitar muchos errores traduciendo la pomposa formula de "minorías de raza, religión e idioma" incluida en el Tratado sencillamente por "los judíos": son ellos los que integran esa minoría, tan zarandeada, y que en mayor escala hace hablar de si, la "minoría" que, en una palabra, domino a toda la Conferencia de la "Paz". 
Dice el art. 9: "Se encargara Polonia de que en ciudades y regiones donde resida un porcentaje considerable de ciudadanos polacos distintos por su idioma, los hijos de dichos ciudadanos reciban su instrucción elemental en su propio idioma. En ciudades y regiones en que resida un considerable porcentaje de ciudadanos pertenecientes a minorías de raza, religión e idioma , facilitárseles a estas minorías participación y beneficio, correspondientes a su numero, de las cantidades presupuestadas en las cuentas del Estado, Municipios u otras, para fines educativos, religiosos o benéficos". 
Tiene el Estado polaco además que facilitar el dinero; su distribución, en cambio, lo hacen los mismos judíos. 
"Comisiones educativas designadas por las comunidades locales hebreas en Polonia se encargaran, bajo la inspección general del Estado, de la distribución de su parte apropiada de los fondos públicos, que de acuerdo con el articulo 9 se destinan a las escuelas hebreas". ¡Admirable! ¡Que pronto se desmorona el hermoso edificio de "minorías de raza, religión e idioma", apenas brilla el dinero! Se le substituye en este caso de inmediato por el concepto de ¡¡"judíos"!!. 
"Estados Unidos, el Imperio Británico, Francia, Italia y el Japón, y las principales naciones aliadas y asociadas de un lado y Polonia de otro" - según empieza el texto del Tratado, - hacen de todas estas prerrogativas, no una cuestión del libre albedrío de Polonia, sino que lo transforman en una exigencia de la Liga de las Naciones. Exige el art. 12 que todos los convenios referentes a las "minorías de raza, religión e idioma" (formula diplomática para expresar "judíos") deberán supeditarse a la garantía de la Liga de las Naciones. La citada cláusula substrae a los hebreos residentes en Polonia totalmente a la competencia de las autoridades polacas. No tiene estos judíos mas que quejarse a Ginebra y el hebraísmo internacional se encargara del resto. 
Los Estados Unidos contribuyeron a perpetuar tales condiciones en el Tratado de Paz. ¿El pueblo norteamericano también contribuirá a forzarlas, en un caso dado, en contra de Polonia? O ¿es que con el cuarto de millón de hebreos polacos inmigrados tendrá la suficiente cantidad de anestésico israelita, que aplico la Conferencia de la Paz a Polonia? ¿Quien seria capaz de substraerse a este espíritu de odio implacable e intransigente que respira toda esa propaganda de judío internacional contra Polonia, aun después de haberla humillado hasta lo infinito en la Conferencia de Versalles?