PUBLICADO EN REVISTA CABILDO Nº 49
MES DE AGOSTO DE 2005-3ERA EPOCA
Iglesia Candestina
por José Fernando ares
"Terminemos
con la hipocresía. Angelelli
no murió en un accidente. Lo mataron por decir la verdad" (Néstor
Kirchner, La Rioja, 4 de agosto)
Los hechos y su
carátula
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El 1 día 4 de agosto de 1976,
a la altura del Km 1.058 de la Ruta
Nacional 38, en cercanías de la localidad de Punta de los Llanos, en la Provincia de La Rioja, como consecuencia del
vuelco de la camioneta marca Fiat
125, tipo multicarga, chapa patente F
007968, propiedad del Obispado de
La Rioja, fallece Monseñor Enrique Ángel
AngelelH y se lesiona el Vicariocura
Arturo Aldo Pinto. Socorrido el
supérstite y apersonado un
contingente policial provincial de
inmediato, se instruye el sumario N°
5090-6 que determina que lo ocurrido fue
un accidente. A fojas 21 y siguientes
de dicho sumario, se incluye la pericia mecánica a cargo del Perito Mecánico Ramón Antonio Soria,
quien claramente señala el carácter accidental de lo ocurrido.
Con fecha 4 de agosto de 1976, el médico forense Dr. Enzo Herrera Páez eleva el informe de las lesiones que presenta el cuerpo del occiso. Las conclusiones sumariales solamente se refieren a un accidente que tiene como hipótesis un hecho fortuito o alguna imprudencia por parte del conductor. El Juzgado de Instrucción en lo Criminal y Correccional N° 1, a cargo
Fallecimiento oficiando de capellán
del grupo terrorista "Montoneros".
del Dr. Rodolfo Nicolás Vigo, Secretaría del Dr.
Elmer Raúl de la
Fuente, caratuló esta causa A-2516
como "Angelelli, Monseñor Enrique
Ángel s/fallecimiento", con
lo que demuestra la ausencia total de sospechas sobre otro tipo de causal del deceso. Este encuadramiento no es objetado en ningún momento por la
Fiscal interviniente, Dra. Guzmán Loza, Agente Fiscal de los Ministerios en
Turno.
A efectos de
determinar la mecánica y las causas del accidente
en forma imparcial e independiente, se recurrió a un experto en accidentes
viales, quien luego
de un pormenorizado y profundo análisis de todos los antecedentes
y circunstancias existentes concluyó que:
1) No existen
acciones de agentes externos en la producción del choque. El 5 de agosto de 1976 el
diario "El Independiente" de La Rioja, periódico que se
caracterizaba por el apoyo brindado a la gestión de Angelelli, y su oposición al gobierno del Proceso, en su edición
N° 6553 informa: "Falleció en un
accidente Monseñor Enrique
Angelelli". Todos los comentarios y las versiones de este medio ratificaban la hipótesis del
accidente, incluyendo la narración de un gomero de la Ciudad de Chamical que le habría advertido al Padre Pinto que los neumáticos de la camioneta estaban en pésimo estado y que no viajase de ese
modo.
Los artífices
del fraude
El
4 de agosto de 1983 se lleva
a cabo en la ciudad de Neuquén
un homenaje a Angelelli organizado por el Obispo local, Mariano
Jaime de Nevares. Tiene a su izquierda a Miguel Hesayne, al
fraile asaltante de regimientos Antonio Puigjané (todavía
no había consumado su sangriento delito de La Tablada) y
a un insólito Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. Fue
allí que el violento Puigjané lanzó por primera vez, oficiosamente,
la mentira del asesinato de Angelelli. La banda de De Nevares
consiguió incluso un efímero triunfo, que la justicia
de Neuquén iniciara la investigación de la
muerte de Angelelli; y así, sobre la base de lo denunciado
por Puigjané, el 5 de agosto de 1983, se inicia en Neuquén
por parte de la Defensoría del Tribunal Superior de Justicia,
el sumario (Expte 22.139/ 83), caratulado "Acuerdo Extraordinario N°
1992".
Como no podía ser de otra manera, el Tribunal Superior de Justicia, se
declara incompetente por razones de
jurisdicción, y remite lo actuado el
mismo el 5 de agosto, al Superior
Tribunal de Justicia de La Rioja. El
19 de julio de 1986 se inicia en el Juzgado Criminal y Correccional de Primera Instancia N° 1 de La Rioja, a cargo del Dr. Aldo Fermín Morales el
Expediente 23.350/86, caratulado "N.N., Homicidio Calificado y Tentativa de
Homicidio Calificado", donde se toma declaración a
falsos testigos como posteriormente se demuestra, en la Cámara Federal de Córdoba, que imputaron en sus declaraciones a personal militar, objetivo final y cantado de la maniobra. El "juez" Morales decide que Angelelli fue víctima de un homicidio premeditado y eleva la causa.
Muchos
miembros del clero izquierdista
gozaban
de la protección
del por entonces
Nuncio
Apostólico, Monseñor Pío Laghi.
La valiente actitud de Monseñor
Witte
Ante
el curso que tomaba esta
maniobra judicial fraudulenta, Monseñor
Bernardo Witte, Obispo de La Rioja, hizo importantes
declaraciones en 1988, ya en plena época de cacería alfonsinista
contra las Fuerzas Armadas. El 29 de julio de 1988, el
diario "La
Prensa ", publica su declaración, en la que afirma, en referencia
al dictamen elaborado en 1986 por el Juez de La Rioja
: "Nos sorprendimos de que la misteriosa muerte de
Monseñor Angelelli, haya sido
caratulada de
asesinato sin que
se tengan las pruebas suficientes". "En la causa se incluyó a militares sin suficientes pruebas, y luego éstos recibieron los beneficios de las leyes de punto final y obediencia debida, sin que pudieran defenderse".
No contento con estas declaraciones en defensa de la verdad, el Obispo realizó un
hecho de inestimable valor procesal: el 27 de
septiembre de 1988, ante la negativa del Juez Morales de
tomarle declaración testimonial, el único testigo presencial
del accidente que sufrió el Obispo se presenta por tercera
vez en el Obispado de La Rioja y relata con lujo de detalles como vio lo ocurrido,
en razón de encontrarse encaramado en un poste de la línea de alta tensión que une la localidad de Patquía con
Chamical, efectuando la reparación de la
misma.
"Manifiesta
que aproximadamente en el Km. 1057 de la Ruta Nac. N° 38 , la camioneta se desvía de la
ruta hacia la derecha
sin disminuir la velocidad
recorriendo mas de cien metros con las dos
ruedas derechas sobre la banquina,
alejándose del centro de la ruta, hasta que en determinado momento el conductor en una brusca maniobra, como si se despertara, trata de
volver al centro de la ruta,
oportunidad que escucha el reventón de la cubierta, ve un giro hacia la izquierda, apertura de la puerta derecha, expulsión de un cuerpo vestido de negro, y posterior vuelco en dirección a la banquina opuesta, donde el vehículo queda de costado en dirección opuesta a la que venía".
"Que la persona que acompaña al
conductor es la que queda tirada en el
suelo.
En forma
extraoficial, también se comentó que de la observación de los
distintos rastros del
accidente los investigadores habrían llegado a la conclusión que el vehículo era conducido por el Padre Pinto, pero para no tener que
iniciarle proceso por presunto
"homicidio culposo", dado
su estado de salud, no determinó
quién conducía la camioneta, dejando la duda sobre quién manejaba en el momento del accidente. Jamás fue claro el testimonio del Padre Arturc Pinto, sus
incoherencias las justificó en la pérdida de la memoria y el shock causado por el accidente. Luego, su conducta posterior derivó
en el alejamiento de la función sacerdotal, no sabiéndose a ciencia cierta
si todavía ejerce o no como sacerdote. Los
inventores de la fabulación martirial de Monseñor Angellelli siempre han
tratado de colocarlo en un plano de hermetismo y
evitan sacarlo a la palestra en todas las oportunidades.
El que conducía permanece en el vehículo hasta que el mismo termina su recorrido". "Que en el momento del accidente no se encontraba ningún otro vehículo sobre la ruta, ni tampoco circulando por la misma". "Que en agosto de 1986 en el
Obispado y por indicación del Sr. Obispo ya
relató lo mismo
al Juez Morales y quedó a la espera de ser citado al
Juzgado
para ratificar lo expresado, lo que nunca ocurrió".
"Que posteriormente a la entrevista recibió ofertas de dinero
para no decir lo que sabía y amenazas si llegaba
a hablar". "Que
el 18 de agosto recibió la última llamada
en que le ofrecen 50.000
dólares". "Que la presente
declaración la realiza por entera voluntad y en el temor de
que se cometa un atentado para evitar que pueda declarar ante
el Juez que
instruye la causa".
Monseñor Bernardo Witte certifica al pie
que lo expresado ha
sido firmado en su presencia con total voluntad del declarante. Procediéndose
posteriormente
a depositar lo relatado en una Escribanía en hoja de actuación notarial N°
0.266.666, para
resguardo de la persona, en calidad de depósito con instrucción de que sea
entregado el sobre
con membrete del Obispado de La Rioja, que contiene lo declarado,
debidamente refrendado a la autoridad competente en caso de muerte,
incapacidad o desaparición del exponente.
La Cámara Federal de
Córdoba
desbarata
la impostura
Era muy grosero el fallo de Morales como para subsistir, tanto como las mentiras de los profetas del odio. Así que recibidas sus actuaciones por la Cámara Federal de
Apelaciones de Córdoba, ésta se aboca
con total responsabilidad y dedicación a investigar si el Obispo de La Rioja, murió como consecuencia de un accidente automovilístico, o si fue víctima de un atentado criminal, puntualizando que los pasos dados en procura de averiguar la verdad del hecho, se realizan en base a tesis, a las informaciones recabadas y a los antecedentes
en su poder.
El 14 de marzo de 1989, el Fiscal Federal Luis Roberto Rueda, al contestar vista de la causa a la Cámara Federal de Córdoba, en un pormenorizado informe refiriéndose a la resolución del Juez Riojano, expresa: "Por las razones precedentes, considera este ministerio que no es correcta la declaración judicial relacionada en tanto afirma que la muerte
del Obispo fue a causa de un homicidio, pues resulta débil la objetividad probatoria en que se sustenta el razonamiento".
El 20 de abril de 1990 la Cámara Federal de
Apelaciones de Córdoba
en su resolución expresa: "La Corte Suprema de Justicia de la Nación
atribuyó a esta
Cámara Federal la responsabilidad jurídica de conocer e investigar la verdad
respecto del
hecho que costara la vida de Monseñor Enrique Angelelli. A tales fines
se practicaron numerosas medidas tendientes a esclarecer su muerte, algunas de ellas totalmente nuevas, producto
de la investigación realizada por el Tribunal
[...]
No obstante lo expuesto y iodo lo actuado en autos, resulta imposible poder asegurar que el hecho haya sido consecuencia de un
accionar doloso. Está probado que la
muerte se produjo a causa del accidente, pero a esta altura de Ia investigación, que se consider agotada, no hay elementos suficientes que
permitan afirma que el accidente haya sido efectivamente
provocado. Pero lo
expuesto, en virtud de la medidas
instructorias practicadas y demás consideraciones efectuadas, y atento que los medios de
justificación acumulados no son
suficientes par demostrar la
perpetración del delito, en concordancia con Io dictaminado por el Señor Fiscal de Cámara, este Tribuní estima pertinente
dictar el sobreseimiento provisional de la presente
causa".
La lamentable omisión de la Cámara
Lamentablemente, la Cámara
no toma bajo su responsabidad, ni
ordena el esclarecimiento de las motivaciones que llevaron a la formulación de falsas denuncias
que oportunamen realizaron Monseñor De Nevares y Fray Antonio Puigjané en 1983, como así también la conivencia de otras personas qi intervinieron en el
proceso, co- mo por ejemplo el Padre
Pint Armando Torralba, Mona Moncalvillo, Monseñor Novak, Moseñor Hesayne y otros, quien a través de una hábil campaña publicitaria y acciones jurídicas facilitadas por la conducta atípca del Juez de La Rioja Dr. Morales, ofrecieron una visión de muerte de Angelelli carente de seriedad, tendenciosa y remarcados fines ideológicos.
Se había desbaratado el fraude
judicial, pero insólitamete no había culpables, las re ponsabilidades
se esfumaban, evidentemente
intencionalid de calumniar e injuriar a
mieibros de las Fuerzas Armada operativo que además el castro-comunismo venía
desarrollando en
todo el continente, en consonancia con su objetivo de infiltrarse en la
Iglesia, no fue sancionada como correspondía.
Kirchner oficializa la mentira
Se podrían derramar torrentes de tinta
contando las andanzas de ese siniestro personaje llamado Puigjané. Recordemos lo que todo el mundo sabe: que participó
del demencial asalto al Regimiento de La Tablada, el cual le costó la vida a cuarenta
personas, mientras otras sufrieron horribles
mutilaciones, como el Comisario Re, que perdió ambas piernas, o el Teniente Coronel Nani, con la pérdida de un ojo. Y bien, Puigjané, secuaz de Angelelli, como lo fue también del múltiple homicida Gorriarán Merlo, fue el gran alimentador de la teoría del asesinato de Angelelli.
Hoy, esta
impostura marxista, ha sido oficializada por el
Presidente Kirchner, quien —en un verdadero festival del clero y del laicado
tercermundista— homenajeó públicamente al Obispo Angelelli el
último 4 de agosto,
declarándolo víctima de un asesinato perpetrado por las Fuerzas Armadas.
Ya antes, en su
estada en Roma, con ocasión de la asunción del Papa Benedicto XVI, Kirchner había homenajeado a los agentes de la subversión marxista que actuaron dentro de la Congregación de los Palotinos, hecho sobre el que
ya informamos en su momento (cfr.
"Cabildo", n° 46, mayo de 2005, pág. 8).
Parece un chiste
de mal gusto, pero sólo le falta canonizar a San Tucho. •