OPINIÓN
La
lentitud de la justicia en Tucumán es
alarmante. En los primeros días del mes de Enero del corriente
año recibieron en mi estudio jurídico llamadas anónimas amenazándome de muerte.
No debía seguir escribiendo y
denunciando a la mafia reinante en mi provincia. Amenaza que
curiosamente se concretó unos días después de que el diario perfil de
Buenos Aires publicara mis declaraciones sobre la
impunidad existente y la ausencia total de investigación en casos de
enorme trascendencia. Se comunicó del hecho a
todas las autoridades de la Provincia y ni siquiera recibí la llamada
del Colegio que nos nuclea.
Menos obviamente del Ejecutivo y que decir del Judicial. Solamente
acune la solidaridad del Club Gente de prensa
a nivel nacional y de los diarios en
donde se editan mis opiniones. Numerosas
personalidades relacionadas al
periodismo y a las letras también se adhirieron al atentado contra mi
integridad personal que supone una amenaza. A las pocas semana, Susana Trimarco, madre de Marita Verón
– Joven desaparecida -, recibió llamadas en igual sentido a su domicilio y a su
celular. Amenazas anónimas cobardes dirigidas con el ánimo de intimidar y
amedrentar. La amenaza, que es
un delito contra el sentimiento de seguridad del individuo, tiene como
propósito infundir temor y obligar al
ofendido a hacer, no hacer, o tolerar algo contra su voluntad, pretendiéndose
gobernar su conducta vulnerando su
facultad de libre determinación. Ese delito de coacción apunta precisamente al
modo antisocial de exigir, generando con el accionar temerario un estado de temor e inquietud extrema, e
intranquilidad permanente en la victima y en toda su familia.
Ante la absoluta falta de protección,
escribí numerosos artículos referidos a las amenazas y a la indefensión e indiferencia en Tucumán que
fueron y siguen siendo publicadas en numerosos periódicos locales y nacionales.
Lo desfachatado y hasta agraviante es
que el día hoy – 28/01/2013 - , en horas de la tarde se presentó a mi estudio
un oficial de policía notificándome por escrito que recién ahora, a casi un mes de la amenaza debía
ratificar la denuncia incoada oportunamente ante la fiscalía penal de feria. La
ratificación o rectificación en su caso es el primer escalón en materia penal
para accionar que conforme el digesto procesal en la materia puede hacerse
también ante el Ministerio Público de turno. Esta notificación ultrajante para
el sentimiento de seguridad y justicia, deviene de una repartición policial
para que en un sumario de prevención se explicite como fueron los hechos.
Después llamaran a los testigos y recién elevaran el sumario a la Fiscalía
pertinente. En días termina la feria judicial y comienza la vorágine palaciega
de los tiempos ordinarios. Seguramente la denuncia pasará a la fiscalía que por
turno corresponda y quedará en saco roto como las balaceras de años anteriores
y los atentados con artefactos explosivos en donde intervinieron más de tres
fiscalías con el resultado conocido “Archivo”. ¿Por qué tanta desidia para
investigar un hecho?. En una escala mayor sucedió con lo de Paulina
Lebbos y Marita Verón e incontables casos paralizados o archivados en espera de la
prescripción o del olvido. Cualquier ciudadano con sentido común sabe que los
primeros días son cruciales en una investigación. Con mayor razón a los
representantes de la vindicta publica que en la investigación previa o preliminar son en mi provincia los fiscales de instrucción. No les puede pasar inadvertido esta demora inadmisible. Máxime si
tenemos en cuenta que el plazo máximo
para investigar un ilícito en materia procesal penal en Tucumán no puede exceder de dos meses salvo
medidas de excepción y con la autorización del órgano jurisdiccional. Lo que sucede en Tucumán hace recordar sin
esfuerzos al Ives Montand de la recordada película "Estado de Sitio"
y las crudas imágenes de la película "Expreso de Medianoche" de Alan Parker que vienen
inevitablemente a mi memoria. Y la última reflexión que me viene a la mente con
la claridad de un sol, es la importancia vital -en el más estricto sentido de la
palabra- para todos los argentinos, de que la Prensa sea totalmente
independiente del Gobierno ¿Podría
haberse conocido mi situación, con una prensa controlada por el Estado, que
"bajara línea" para acallar y silenciar las amenazas? ¿Cuál sería hoy
el destino de innumerables ciudadanos si no fuera por la decidida y
desinteresada campaña, a la que se sumaron sin partidismos, tantos medios de
prensa? En estos momentos en que se
habla tanto de la Ley de Medios, no puede uno menos que dar gracias por que
existan redes de Medios de comunicación independientes del Gobierno. Grupos de
periodistas que han conseguido a fuerza de decir lo que con sinceridad
consideran la verdad, ser leídos, vistos y oídos por muchas personas en la
Argentina.
Mi petición de justicia y de investigación es necesaria
por los integrantes que me acompañan en la faena diaria de ejercer la profesión
de abogado penalista. No porque tenga miedo a los personajes que amedrentan e intimidan
con impunidad. Velar por la seguridad
es necesario y un derecho de todo
ciudadano. Se debe hacer algo más para que las mafias no cundan lo más
campantes, seguras de que la sociedad carece de medios adecuados para
defenderse. Algo hay que hacer, menos quedarse gozando de la tranquilidad de
los que aún no les ha tocado ser víctimas, consolándose con el argumento de que
crímenes hubo siempre y esperando que las cosas algún día solas se han de arreglar.
Pero actualmente eso es imposible en la práctica – sin entrar a polemizar-,
culpa de quien o de quienes. Como abogado y hombre público entiendo que una "justicia lenta y tardía no es
justicia".
DR. JORGE
BERNABE LOBO ARAGÓN