Por Nicolás Wiñazki
Presentan diferencias respecto de los que realizó la Casa de la Moneda. Igual entraron en circulación.
Ya están en la calle los billetes de cien pesos de las series Y y Z. Los
hizo la ex Ciccone Calcográfica. Su impresión es defectuosa, son
distintos a los que fabricó hasta ahora la Casa de Moneda, pero aun así
entraron en circulación.
Las diferencias gráficas entre los billetes de misma denominación realizados por las dos imprentas para el Estado saltan a simple vista.
Lo muestra el ejemplo que ilustra esta nota.
La ex Ciccone, investigada en la Justicia por sus lazos con Amado Boudou, modificó parte de la gráfica del reverso de los billetes de cien realizados tradicionalmente por el Gobierno: –Uno de los dibujos del número “100” que están ubicados arriba a la izquierda ahora está coloreado con novedosas rayas violetas.
– En el mismo sector aparece de forma nítida una serie vertical de figuras geométricas similares a las estrellas.
– Hay diferencias también en el modo en el que están impresas la infinidad de líneas que aparecen por encima de la recreación de la “Conquista del Desierto”.
A estos cambios se le suman otros en el anverso de los billetes, quizás menos perceptibles: el dinero de la ex Ciccone tiene en ese lado un tono levemente más amarillento que el que imprimió históricamente el Gobierno.
El Banco Central, la autoridad monetaria nacional, muestra en su página Web cuáles son las características gráficas de las emisiones vigentes de los diferentes billetes que están en circulación.
Hasta ayer por la noche, el BCRA no informaba sobre los cambios en las unidades de cien pesos identificadas con el rostro de Julio Argentino Roca.
En mayo del año pasado, Clarín contó que la ex Ciccone Calcográfica tenía dificultades para imprimir dinero manteniendo las normas y la calidad necesarias para garantizar la seguridad de la emisión monetaria.
El Estado había contratado a la empresa un mes antes para que confeccione 410 millones de billetes de cien pesos a un costo de 160 millones de pesos.
Las máquinas de impresión de la ex Ciccone, sin embargo, habían sido víctimas de la falta de mantenimiento y las pruebas para imprimir dinero salían mal hacía tiempo.
El Gobierno igualmente ordenó seguir adelante con el contrato.
La Justicia ya había imputado a Boudou por su participación en el rescate financiero de la ex Ciccone: se lo investiga por los delitos de negociaciones incompatibles con la función pública y lavado de dinero.
A esa situación se le sumaba otra paradoja: la imprenta que el Gobierno contrató para fabricar billetes estaba siendo investigada también por el delito de lavado de divisas.
Los escándalos judiciales y políticos que se desataron alrededor del “caso Ciccone” provocaron que en agosto pasado la Casa Rosada interviniera la empresa para estatizarla.
Hoy funciona como una sede externa de la Casa de Moneda.
El organismo estatal encargado de la impresión del dinero había entrado en una situación crítica porque su nivel de producción no lograba satisfacer la demanda de la emisión, acelerada por la inflación.
La Casa de Moneda está dirigida por Katya Daura, una funcionaria de confianza de Boudou. Fue él, siendo ministro de Economía, quien la designó en ese cargo.
Daura acompañó a la presidenta Cristina Kirchner en su reciente gira por el sudeste asiático. Uno de los momentos en el que más se distendió fue cuando los funcionarios mantuvieron un encuentro con Diego Maradona.
Con el aval de Boudou, Daura fue quien impulsó en su momento que el Gobierno contrate a la ex Ciccone.
Hasta su estatización, el director de la empresa era Alejandro Vandenbroele amigo de toda la vida del socio del vicepresidente, el millonario José María Núñez Carmona. Hace un año, la ex esposa de Vandenbroele, Laura Muñoz, denunció que éste había confesado que era “testaferro” de Boudou (ver aparte).
La sociedad anónima que controlaba la ex Ciccone se llama The Old Fund. En un primer momento tuvo como integrantes de su directorio a dos amigos de la juventud de Boudou, Sergio Martínez, ex prófugo de la Justicia norteamericana; y al profesor de economía Jorge Capirone. Como Vandenbroele, ninguno tenía antecedentes en el mercado gráfico
Las diferencias gráficas entre los billetes de misma denominación realizados por las dos imprentas para el Estado saltan a simple vista.
Lo muestra el ejemplo que ilustra esta nota.
La ex Ciccone, investigada en la Justicia por sus lazos con Amado Boudou, modificó parte de la gráfica del reverso de los billetes de cien realizados tradicionalmente por el Gobierno: –Uno de los dibujos del número “100” que están ubicados arriba a la izquierda ahora está coloreado con novedosas rayas violetas.
– En el mismo sector aparece de forma nítida una serie vertical de figuras geométricas similares a las estrellas.
– Hay diferencias también en el modo en el que están impresas la infinidad de líneas que aparecen por encima de la recreación de la “Conquista del Desierto”.
A estos cambios se le suman otros en el anverso de los billetes, quizás menos perceptibles: el dinero de la ex Ciccone tiene en ese lado un tono levemente más amarillento que el que imprimió históricamente el Gobierno.
El Banco Central, la autoridad monetaria nacional, muestra en su página Web cuáles son las características gráficas de las emisiones vigentes de los diferentes billetes que están en circulación.
Hasta ayer por la noche, el BCRA no informaba sobre los cambios en las unidades de cien pesos identificadas con el rostro de Julio Argentino Roca.
En mayo del año pasado, Clarín contó que la ex Ciccone Calcográfica tenía dificultades para imprimir dinero manteniendo las normas y la calidad necesarias para garantizar la seguridad de la emisión monetaria.
El Estado había contratado a la empresa un mes antes para que confeccione 410 millones de billetes de cien pesos a un costo de 160 millones de pesos.
Las máquinas de impresión de la ex Ciccone, sin embargo, habían sido víctimas de la falta de mantenimiento y las pruebas para imprimir dinero salían mal hacía tiempo.
El Gobierno igualmente ordenó seguir adelante con el contrato.
La Justicia ya había imputado a Boudou por su participación en el rescate financiero de la ex Ciccone: se lo investiga por los delitos de negociaciones incompatibles con la función pública y lavado de dinero.
A esa situación se le sumaba otra paradoja: la imprenta que el Gobierno contrató para fabricar billetes estaba siendo investigada también por el delito de lavado de divisas.
Los escándalos judiciales y políticos que se desataron alrededor del “caso Ciccone” provocaron que en agosto pasado la Casa Rosada interviniera la empresa para estatizarla.
Hoy funciona como una sede externa de la Casa de Moneda.
El organismo estatal encargado de la impresión del dinero había entrado en una situación crítica porque su nivel de producción no lograba satisfacer la demanda de la emisión, acelerada por la inflación.
La Casa de Moneda está dirigida por Katya Daura, una funcionaria de confianza de Boudou. Fue él, siendo ministro de Economía, quien la designó en ese cargo.
Daura acompañó a la presidenta Cristina Kirchner en su reciente gira por el sudeste asiático. Uno de los momentos en el que más se distendió fue cuando los funcionarios mantuvieron un encuentro con Diego Maradona.
Con el aval de Boudou, Daura fue quien impulsó en su momento que el Gobierno contrate a la ex Ciccone.
Hasta su estatización, el director de la empresa era Alejandro Vandenbroele amigo de toda la vida del socio del vicepresidente, el millonario José María Núñez Carmona. Hace un año, la ex esposa de Vandenbroele, Laura Muñoz, denunció que éste había confesado que era “testaferro” de Boudou (ver aparte).
La sociedad anónima que controlaba la ex Ciccone se llama The Old Fund. En un primer momento tuvo como integrantes de su directorio a dos amigos de la juventud de Boudou, Sergio Martínez, ex prófugo de la Justicia norteamericana; y al profesor de economía Jorge Capirone. Como Vandenbroele, ninguno tenía antecedentes en el mercado gráfico