Una amenaza inminente
por Carlos Marcelo Shäferstein
¿Israel en la patagonia argentina?
por Carlos Marcelo Shäferstein
¿Israel en la patagonia argentina?
Así como la presidenta
Michelle Bachelet declaró recientemente que Chile recibirá a los
refugiados palestinos que quieran escapar de los horrores de la matanza
en la guerra por Palestina, Cristina Fernández de Kirchner no quiso
quedarse atrás, y acaba de manifestar otro de sus desaciertos
verborrágicos: que en el hipotético caso que los israelíes «pierdan la
guerra» y deban abandonar Medio Oriente la Argentina recibirá a todos
los habitantes de Israel en territorio nacional, otorgándoles la
ciudadanía.
¿Acaso no sabe que ese tipo de huésped es un "allien" que termina apropiándose de su anfitrión? ¿Ignora qué fue la «nakba» en 1947? Por supuesto que no lo desconoce a pesar de su aparente torpeza cotidiana. Si es ésta "la profundización del modelo" los que deberemos irnos del país somos nosotros.
Cristina Wilhelm no es católica, es otra de las farsas a que los tienen acostumbrados los judios al pueblo pueblo argentino. Wilhelm es familia judia inmigrante, la madre, Ofelia Judith Wilhelm es judía, ella misma es judía por la ley judia de vientre. Ella es católica apostólica en la misma medida en que dice ser abogada recibida. Kirchner en realidad, es Kirznertotro apellido judío, (de los miles que aparecen decidiendo por una tierra que no es la judía). Tal era el apellido de su abuelo, que fue modificado convenientemente para que supuestamente aparezca de origen suizo. Su madre era la chilena Miriam Ostoi, hija de inmigrantes centroeuropeos del mismo origen, que conoció al cartero que frecuentaba la casa de citas donde trabajaba en Río Gallegos, y de esa extraña unión nació Néstor.
El productor cuyo nombre artístico es Adrián Suar también es pariente: su verdadero apellido es Kirszner, un judío nacido en Queens, Nueva York. Su abuelo materno era el famoso cantor litúrgico Leibale Shwartz.
¿Acaso no sabe que ese tipo de huésped es un "allien" que termina apropiándose de su anfitrión? ¿Ignora qué fue la «nakba» en 1947? Por supuesto que no lo desconoce a pesar de su aparente torpeza cotidiana. Si es ésta "la profundización del modelo" los que deberemos irnos del país somos nosotros.
Cristina Wilhelm no es católica, es otra de las farsas a que los tienen acostumbrados los judios al pueblo pueblo argentino. Wilhelm es familia judia inmigrante, la madre, Ofelia Judith Wilhelm es judía, ella misma es judía por la ley judia de vientre. Ella es católica apostólica en la misma medida en que dice ser abogada recibida. Kirchner en realidad, es Kirznertotro apellido judío, (de los miles que aparecen decidiendo por una tierra que no es la judía). Tal era el apellido de su abuelo, que fue modificado convenientemente para que supuestamente aparezca de origen suizo. Su madre era la chilena Miriam Ostoi, hija de inmigrantes centroeuropeos del mismo origen, que conoció al cartero que frecuentaba la casa de citas donde trabajaba en Río Gallegos, y de esa extraña unión nació Néstor.
El productor cuyo nombre artístico es Adrián Suar también es pariente: su verdadero apellido es Kirszner, un judío nacido en Queens, Nueva York. Su abuelo materno era el famoso cantor litúrgico Leibale Shwartz.
Volviendo a la saga del régimen, acompañará al agresivo Néstor Kirchner en estas elecciones de junio Daniel Scioli (apellido adaptado de Scholl). Pocos saben que este nativo de Villa Crespo es nieto del gran rabino de Roma y practicante de la religión del abuelo.
También, en la aparente oposición, es harto conocido que Francisco de Narvaez también es hebreo, que ni siquiera nació en Argentina (se nacionalizó en 1983, siendo dueño de Casa Tía [Tiendas Israelitas Argentinas] para afiliarse al radicalismo y obtener beneficios de la plataforma liderada por Alfonsín, tras los comicios). Cuando los alemanes ocuparon los Sudetes (Bohemia y Moravia) su abuelo vendió su cadena de tiendas en Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia. Su familia es Steuer y Deutsch, y en Colombia (donde nació circunstancialmente el empresario errante) tomaron el castizo apellido que hoy ostenta. Decididamente tampoco es católico. Se divorció dos veces, tuvo muchísimas «uniones libres» en su vida de play boy, y los cinco hijos que tuvo este "defensor de la familia" [según su aviso de campaña] son de distintos matrimonios. Después de ser radical, se acercó a Menem y posteriormente a este mismo gobierno con quien aparentemente competirá en las elecciones, para fraccionar a la oposición, tras la nueva máscara de «peronista disidente», en la terna que integra con el PRO de Macri (otro protojudío millonario gracias al poder) y el ex montonero Felipe Solá.
Al
igual que ayer, con los holdings financieros de Todres, Graiver,
Broner, Madanes, Kiguel, Gríspun, Kohan, Beraja, Spolzky, Pompas, y
muchos otros, hoy esa gente ostenta el dominio virtual de la Argentina.
Kirchner, para lo que es la Argentina hoy, es quien proclamó que nos
desaferró de la tutela del Banco Mundial, extendió la jubilación a
todos, liberándonos de las AFJP, verdaderas sanguijuelas de los futuros
jubilados. Asimismo, creó empleo y disminuyó la desocupación, llenó las
arcas del Banco Central. Dice que fue el mejor gobernante desde la
restauración democrática de 1983 para acá, y que la actual opción es
única: o mayoría kirchnerista en el Parlamento, o la vuelta a la
dictadura del 76.
Si bien la mentira tiene patas cortas, los argentinos realmente comen vidrio.
La fuente de poder de su régimen es la alianza de su gobierno con los grandes grupos económicos que se mueven en Argentina conjuntamente con el lobby comunitario más poderoso del país. Buscó una alianza con los grupos petroleros y la halló en Repsol-YPF a través del banquero Eskenazi. Realizó una participación en Aerolíneas mediante Eurnekian, concretó una relación en el campo de la energía eléctrica con el grupo Midlin y sumó a su proyecto al rey de la soja, Grobocopatel, así como a la familia Werthein. Todo ello sin olvidar sus relaciones íntimas con Eduardo Elztain y el uso de sus oficinas de Puerto Madero. Su táctica es encabezar en todos estos grandes grupos económicos. Todos tienen un denominador común: la idolización del dinero y el control total de la riqueza nacional por su ambición de poder desmedido.
En el año de 1897, el profesor Teodoro Herzl concretaba la traída de inmigrantes de fe judía a la Argentina, para tener las bases de población necesaria, en el caso de dividir el territorio nacional para constituir el Estado Práctico de Andinia, o bien ocuparlo en su totalidad. En este problema ya había trabajado años antes, en 1854, el sefardita español Aarón Castellanos, cuando trajo la primera inmigración de judíos a la provincia de Santa Fe, en la República Argentina.
Si bien la mentira tiene patas cortas, los argentinos realmente comen vidrio.
La fuente de poder de su régimen es la alianza de su gobierno con los grandes grupos económicos que se mueven en Argentina conjuntamente con el lobby comunitario más poderoso del país. Buscó una alianza con los grupos petroleros y la halló en Repsol-YPF a través del banquero Eskenazi. Realizó una participación en Aerolíneas mediante Eurnekian, concretó una relación en el campo de la energía eléctrica con el grupo Midlin y sumó a su proyecto al rey de la soja, Grobocopatel, así como a la familia Werthein. Todo ello sin olvidar sus relaciones íntimas con Eduardo Elztain y el uso de sus oficinas de Puerto Madero. Su táctica es encabezar en todos estos grandes grupos económicos. Todos tienen un denominador común: la idolización del dinero y el control total de la riqueza nacional por su ambición de poder desmedido.
En el año de 1897, el profesor Teodoro Herzl concretaba la traída de inmigrantes de fe judía a la Argentina, para tener las bases de población necesaria, en el caso de dividir el territorio nacional para constituir el Estado Práctico de Andinia, o bien ocuparlo en su totalidad. En este problema ya había trabajado años antes, en 1854, el sefardita español Aarón Castellanos, cuando trajo la primera inmigración de judíos a la provincia de Santa Fe, en la República Argentina.
Muchos de estos grupos de inmigrantes traídos a la Argentina están hoy representados por conglomerados económicos y agrícolas de inmensa envergadura y poder, como es el caso de Los Grobos, del judío Grobocopatel poseedor de cientos de miles de hectáreas propias y arrendadas cuyo fin es la destrucción de la fertilidad de la tierra mediante sus pooles de siembra, dejando a los trabajadores de los pueblos autóctonos donde Grobocopatel pasa la guadaña, al margen del trabajo agrario, pues este conglomerado cuenta con sus propias maquinarias y personal pago bajo sus ordenes.
Estos grupos, es decir, estas nuevas oligarquías sustituyen a las tradicionales que pierden posiciones por la prolongada crisis agropecuaria que los empobrece.