Cristina Fernández de Kirchner comparó a Ho Chi
Minh -líder de la mayoría del pueblo vietnamita en su lucha por la
independencia nacional primero contra Francia y después contra Estados
Unidos- con José de San Martín al decir de él que “es el Padre de la
Patria, el San Martín de Vietnam”.
Tal afirmación amerita ciertas precisiones. La primera es que Ho, en
su país y en el mundo entero, nunca fue designado como “Padre” sino que se
le llamaba “Tío” y pese a que los Montoneros también llamaron así a Héctor
Cámpora, no hubo semejanza alguna entre el líder vietnamita y el dentista
de Giles que llegó a ser fugaz presidente de Argentina.
La segunda precisión que parece habérsele escapado a la Presidente es
que, así como el general San Martín fue el más insigne de los jefes
militares de nuestra guerra por la independencia y su genio de estratega
tuvo dimensión mundial, el jefe militar de la lucha antiimperialista en
Vietnam no fue el “Tío Ho” sino el general Vo Nguyen Giap, quien condujo
las acciones que llevaron a la derrota de los franceses en la célebre
batalla de Dien Bien Phu y también la guerra contra los Estados Unidos y
sus aliados de Vietnam del Sur hasta la toma de Saigon (llamada hoy ciudad
Ho Chi Minh) y cuyo genio, como el de San Martín, alcanzó dimensión
universal. Claro que Giap tuvo siempre el respaldo de Ho y la dirección
política que él conducía, lo que no sucedió con San Martín y el gobierno
de Buenos Aires.
Para terminar, un destacado combatiente vietnamita que hoy revista en
el cuerpo diplomático de su país, mencionaba que una de las tareas más
importantes y difíciles que el gobierno de Vietnam debió llevar a cabo
después de haber vencido a Estados Unidos y sus aliados, fue asumir que
los vietnamitas del Sur con lo que habían guerreado por años eran sus
compatriotas, que ellos también habían luchado por la Patria y que debían
ser parte protagónica de la reconstrucción de un Vietnam unido. Según
contaba ese diplomático, después de la victoria militar contra el
imperialismo y sus aliados, la batalla política principal en la que
vencieron los herederos del patriotismo de Ho Chi Minh fue convencer a la
propia tropa de que la unidad nacional era un principio insoslayable en la
tarea de reconstrucción.
Mejor que exponer comparaciones equívocas, bien haría CFK en aprender
de esa enseñanza de unidad patriótica de los
vietnamitas.